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Corazón Indómito por sue

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Notas del capitulo:

 

 

Konnichi wa mis queridos amantes de Ai no kusabi!! ^O^ disculpen si me he tardado más que lo acostumbrado, estaba saliendo de mis parciales y entrando en las vacaciones!!!!! :D ahora si!!! a lo que vinimos!!! :B

 

 

 

 

En aquella oportunidad, Iason y Katze discutían sobre el tema de Riki y Kirie.

 

 

- Pero señor Iason…

 

 

- Sabes que mi madre es muy delicada. Por eso quiero que tenga las mejores atenciones.

 

 

- Por eso mismo… ¿Qué mejor para atenderla que un Príncipe Blanco de la familia Am?

 

 

- Daryl hará un buen trabajo. Es un empleado eficiente.

 

 

 - ¿Y por qué no le asignó a Daryl la tarea de servir al muchacho? – Continuaba luego de una breve pausa – No le veo el caso a asignarle un mayordomo a un sujeto como Riki. Eso no tiene ningún sentido. Señor Iason… perdone que se lo diga… pero no es conveniente que junte las relaciones amorosas con las laborales.

 

 

- Te equivocas Katze.

 

 

- ¿?

 

 

- Esto no tiene nada que ver con Riki ni con el trabajo… Desde que tengo conocimiento de la existencia de los sirvientes blancos de Raoul, ha aparecido en mí una imperiosa necesidad de ponerlos a prueba. Ver, hasta donde son capaces de soportar esos tan afanados “Príncipes” – El rubio se regodeaba con sus palabras y ante la posibilidad de acabar con la reputación de los sirvientes - ¿Y qué mejor manera que poner a uno de ellos a los pies de alguien como Riki? Estoy seguro de que por muy instruido que esté, ese muchacho no soportará llevar el peso de ser el criado de un amo así. Entonces, mi teoría de que esos supuestos príncipes no son más que criados comunes vestidos de blanco, quedará así confirmada. Y Riki… ¿Será el mismo luego de haber probado el exquisito néctar del mando? ¡Ah! ¡Cómo ansío ver en que lo afectará el tener poder sobre otro hombre!… lo ansío – Deliberadamente, el ojiazul se mordió un poco el labio, extasiado por el preciado momento.

 

 

 

El pelirrojo tragó grueso, nunca esperó que el rubio estuviera utilizando a Riki como un conejillo de indias.

 

 

Antes de llegar a la mansión, la señora Mink decidió pasar a visitar a la familia Am. Se bajó de su lujoso auto, escoltada por su chofer y guardaespaldas. Fue recibida con las mejores de las atenciones.

 

 

 

- Oh Raoul. Que apuesto caballero te has vuelto. Parece como si me hubiese perdido por mucho tiempo. Todo ha cambiado, los caminos y hasta las casas… sólo espero que mi hijo continué igual como lo dejé… oh, me sorprende que aún no hayas contraído matrimonio. Un hombre de tu semblante y linaje, estaría rodeado de mujeres en la ciudad. Pero, estoy segura que piensas en ese tema con suma seriedad. Como debe ser.

 

 

 

Fueron hasta la sala de recibimientos, en donde le esperaban los más exquisitos manjares.

 

 

La mujer era de semblante delicado, más bajo esa fachada, se ocultaba una mujer prepotente  y vanidosa. Poseía una larga cabellera rubia platinada, de esas que proyectan una hermosa y cegadora luz bajo los rayos del sol. Sus ojos grises hacían un hermoso engalane a su rostro casi perfecto, con su piel exageradamente pálida y su cuerpo con extrema delgadez.

 

 

- En cuanto me enteré de su visita, no dudé en ponerme en contacto. En verdad aprecio mucho a la señora.

 

 

- Oh Raoul… - La mujer hizo un movimiento coqueto - Siempre te he visto como un hijo y estoy seguro de que eres para Iason, como un primo o más cercano… como un hermano.

 

 

 

- Me siento honrado ante sus palabras – No le gustó oír eso. Para nada.

 

 

 

- ¿Cómo está mi querido hijo? Me preocupa que no tenga planes de casarse. Ya todos comentan en que está en edad, y por más joven que yo luzca, admito que me entran las ganas de tener nietos. Dime, tú que siempre has sido como su hermano – Volvió a enfatizar - ¿Conoces de alguna mujer que lo haya flechado con sus encantos?

 

 

 

El Am se permitió un breve silencio. Carraspeó.

 

 

 

- Iason ha estado muy “ocupado” en estos meses. Comprenderá que a estas alturas, nosotros no queremos estar atados a una sola relación, tenemos la suficiente experiencia como para saber que un matrimonio es algo que involucra hacernos responsables de nuestras vidas, y de la persona que hemos escogido para que esté a nuestro lado. Iason no es un hombre que se pueda capturar tan fácilmente por una mujer cualquiera.

 

 

 

- Raoul… dime que es lo que ocurre con mi hijo – Ordenó. No convencida con su alegato – He escuchado que tiene pareja ¿Qué me dices de eso?

 

 

El Am tragó grueso. Las noticias se movilizaban bastante rápido, y más, si eran de ese tipo.

 

 

- Por lo que sé está envuelto en un capricho banal con alguien si importancia – Esa fue su opinión al respecto.

 

 

- Con un hombre ¿No?

 

 

Raoul quedó sin habla ¿Cómo era que ella…?

 

 

- No te sorprendas tanto mi querido Raoul, tengo mis métodos.  Los hacendados suelen tener ésta especie de “fiebre de amor” de vez en cuando. Inclusive el señor Mink, mi marido, estuvo encaprichado con un muchacho en la hacienda… hasta que yo misma lo puse en cintura - Se llevó la mano a la frente – Sólo una esposa puede  sacar al hombre de ésta situación tan abominable.

 

 

 

- Pero es sabido por la señora que sus palabras son leyes para él. No dudará en sentar cabeza si usted se lo pide…- Mencionó -  Además, ninguna pareja mejor para Iason, que una que posea todos los rasgos y características que aprecia la señora. Dígame… ¿Ha pensado en la posibilidad de que sus nietos tengan ojos verdes?

 

 

 

La mujer se perdió en la mirada verdosa del Am, siempre había admirado, codiciado aquellas preciosas gemas. Las quería para ella, definitivamente las quería en uno de sus nietos.

 

 

- Lastima que no tengas ninguna hermana Raoul.

 

 

- Si… es una lastima.

 

 

El Am se despidió. Si era capaz de destruir la relación de Iason con el mestizo, estaba dispuesto a hacer uso de cualquier artimaña. Ya luego se ocuparía de la madre.

 

 

Cuando llegó a la hacienda Mink, fue recibida con el mejor de los tratos. Todos los sirvientes se comportaron como si estuvieran tratando con una reina.

 

 

El hijo adorado ahora tenía a su madre consigo. Sería necesario mencionar que Iason estaba contento, realmente quería a su madre, por más manipuladora que fuera. Obviamente y como todo enamorado, deseaba presentarle con todos los honores y gloria, a su “pareja”.

 

 

- Quiero que veas a alguien – Mencionaba Iason totalmente emocionado.

 

 

- ¿Qué? ¿Ahora? – Sonreía - ¿No podrías invitarlo a tomar el té?

 

 

- ¿Te acuerdas de Riki? Él estuvo en la hacienda hace ya varios años – Hizo las presentaciones.

 

 

- …

 

 

- …

 

 

- …

 

 

Con sólo la mirada que le arrojó la mujer, a Riki se le quitaron todas las ganas de ser cortés. Aún así, hizo lo posible por reaccionar de la mejor manera.

 

 

 

- Hola, señora. Cuanto tiempo – Extendió su mano.

 

 

- …

 

 

Y se quedó con la misma extendida.La Minkno se atrevió a mover un solo músculo. Cuando se dio cuenta de que la mujer no correspondería al gesto, bajó la mano y arqueó las cejas.

 

 

- ¿Era esto lo que querías que viera?

 

 

- Madre – Reprochó el rubio.

 

 

- Bien ¿Podríamos pasar ya a la casa? Estoy hambrienta y exhausta – Se giró, ignorando al moreno.

 

 

- Riki…Quiero que disculpes la imprudencia de mi madre. Al parecer ha acogido malos hábitos de sus amigas de la ciudad.

 

 

- Descuida – Interrumpió – No soy del agrado de la señora. No es nada nuevo. Ya estoy acostumbrado.

 

 

- No te molestes con ella. Aunque no lo parezca es una mujer amable.

 

 

¿Amable? ¿En donde esa señora guardaba las señales de amabilidad? Desde que tenía memoria, la mujer lo había tratado como un pordiosero, como un cachorro abandonado a la intemperie. No ¡Que va! Nada lo convencería de que esa víbora había cambiado un ápice de su forma de ser.

 

 

- Si, estoy seguro que debajo de todas esas escamas y veneno, se oculta una mujer encantadora – Soltó de manera sarcástica.

 

 

Ya solos, el Mink no tuvo reparos de hablar con su madre. No le había gustado para nada que tratara a Riki de esa manera. Por más que trató de intervenir, la peliplatino hizo hasta lo imposible por tomar el control de la conversación.

 

 

- ¿Y por qué te preocupa tanto ese muchacho? – Mencionaba – Pienso que tu lado paterno está haciéndote que desvíes tu atención a la persona equivocada. Si tuvieras hijos, estoy segura de que le darías el trato de un empleado común y corriente.

 

 

 

- ¿Piensas que trato bien a Riki por mi necesidad de ser padre? – Le pareció absurdo y hasta ofensivo el comentario.

 

 

 

- Pues claro, tienes casi treinta años. Esa debe ser la razón. Si no ¿Qué es entonces? No tienes ninguna clase de vínculo con él, aparte que por poco le doblas la edad. Es un inculto que estoy segura no sabe leer ni escribir.  

 

 

 

El rubio prefirió mantenerse callado.

 

 

 

- Vaya… ¿Así que se trata de su madre? Esa mujer despide una aterradora aura a su alrededor…

 

 

- Kirie. No debes hacer eso. Espiar a los señores está mal.

 

 

- ¡Tsk! Tú cállate ¿Te crees la gran cosa porque atiendes a la señora?

 

 

- Eso no…

 

 

Daryl bajó la cabeza. Kirie se disponía a seguir observando a la mujer.

 

 

- Pero si que es elegante… si… y muy hermosa. Escuché que enviudó. Sería un gran plan el cortejarla…

 

 

 

Daryl movía la cabeza de un lado a otro, desaprobando su idea.

 

 

 

- No creo que la señora se fije en hombres menores que ella. Más bien, no creo que se fije en los hombres…

 

 

- ¿Cómo? – Kirie volteó la cabeza, interesado – ¡Desembucha! ¿Acaso a la señora…?

 

 

- ¡No! ¡¿Cómo crees?! – Totalmente alarmado.

 

 

- No me sorprendería. Trabajé en casas en donde los señores no estaban nunca, y entonces las señoras, completamente abandonas, se entregaban a los brazos de sus amigas, las fieles confidentes que compartían sus infortunios y muchas veces, le daban “usos nuevos” a sus sirvientas… - Mencionaba el muchacho, de manera dramática y haciendo uso exagerado de sus manos – Si ha enviudado, no me extrañaría que se sintiera sola… sobretodo si es una mujer tan hermosa como lo es ella…

 

 

- Yo me refería a que ella sólo está pendiente del señor Mink. Debes ser más respetuoso. Después de todo, se trata de la madre de tu patrón. La dueña de ésta casa.

 

 

Kirie se acercó hasta Daryl, le dio una mirada de arriba abajo, para luego pasarle por un lado, ladeándole la cabeza. 

 

 

- Tú sólo espera.  

 

 

Para evitar problemas, el Mink procuraba obedecer en todo a su madre. No hablaba mucho con Riki, ambos se habían distanciado con el pasar de los días. Las atenciones de la mujer eran de máxima prioridad ahora, el rubio no tenía tiempo para dedicárselo a sus encuentros furtivos. No sabía que reacción tendría si su madre se enterase de ello en primer lugar ¿Sentía entonces que estaba ensuciando su reputación? Estar al lado de su madre le estaba dando que pensar.

 

 

 

Riki se dedicaba a lo suyo, la mujer no era santa de su devoción, así que mientras estuviera ahí, lo mejor que podía hacer era no hacerse notar. Así evitaría los disgustos y encuentros desagradables. Hacía su trabajo en silencio y no llamaba la atención ni de Katze.

 

 

 

- Mi madre es un poco exigente.

 

 

- Si, ya lo he notado.

 

 

El silencio ya se estaba volviendo costumbre entre ellos. Se reunían de vez en cuando, para saludarse o charlar.

 

 

- ¿No se molestará si te ve hablando conmigo? Mira que yo no soy de tu misma clase – Dijo, como si fueran niños cuyos padres no desean que se junten.

 

 

- ¿Qué cosas dices Riki? – Lo que había dicho le había parecido divertido, por más que ilógico.

 

 

- A que los señores no deben ligarse con la plebe – El pelinegro se encaramó sobre una de las cercas de madera – Como el agua y el aceite – Claramente estaba enfadado con aquella situación – “Demonios ¿Por qué no podemos estar como antes?” – Sintió, cierta melancolía.

 

 

Iason le otorgó una mirada templada.

 

 

- ¿Quieres decir que lo nuestro se acabó? – Se atrevió a formular el Mink.

 

 

- ¡Ja! – Soltó – En un principio, no hubo un “lo nuestro”, ya te lo dije. Pero es una lastima… lastima que tu madre te tenga agarrado de los pantalones y tú, feliz de estar entre sus faldas… que pena, tan bien que me la pasaba contigo… y el “señorito” – Dijo de manera burlesca luego de dirigir la mirada hasta su entrepierna.

 

 

De un movimiento, Iason lo atrajo hasta que quedara completamente bajo su poder. Se posesionó de sus labios con tal fiereza, que Riki sintió que se le empezaba a calentar la sangre.

 

 

- Iason… podrían vernos y luego tu madre… - Se sentía en extremo sumiso. De nuevo sus labios fueron sellados con pasión.

 

 

- No importa. Que nos vean. Pero voy a demostrarte que los pantalones los tengo bien puestos… mira, has despertado al señorito – Con las manos alrededor de la cintura del muchacho, lo atraía hasta su pelvis, de modo que sintiera a la perfección de que le hablaba.

 

 

- Ah… ya veo… lo mejor es atenderlo ¿No? – Mencionó sensualmente.

 

 

- Je... tú si sabes lo que me gusta escuchar… - Sonrió con levedad. Le acarició la mejilla – Ahora mi Riki. Hazte cargo de lo que has hecho.

 

 

Acto seguido, el muchacho se puso de rodillas, abrió la bragueta del pantalón y sacó el pene semi erecto de su prisión. Lo acarició un poco con sus manos. Iason entrecerró los ojos, miró a Riki cuando se disponía a metérselo en la boca, antes de eso, el pelinegro jugueteó un poco con el glande, rozándolo de tanto en tanto con la punta de la lengua.

 

 

- Ah… Riki… no juegues ahora… - Acariciaba los cabellos del joven – Mira, andamos al aire libre. Completamente librados de paredes que nos oculten ¿Quieres arriesgarte a que te vean satisfaciendo los deseos bajos de tu señor? – Mencionaba casi como un murmullo.

 

 

- No importa. Que nos vean – Vociferó divertido, repitiendo las palabras del Mink.

 

 

Iason sonrió. Indudablemente le encantaba esa forma pícara y lasciva de contestar a todo. Eso en definitiva, no podía dárselo ninguna otra persona distinta a Riki.

 

 

 

Continuará…

 

 

 

Notas finales:

 

 

*O*  Ñaca ñaca!!!  ha llegado la madre de Iason y está dispuesta a manipularlo a su antojo ¿El rubio se dejará? ¿Riki permitirá que le quiten toda la atención de su rubio? ¿Cuál será el próximo movimiento de Kirie? ¿Hasta  cuando Raoul mete sus garras? Esto y mucho más en siguientes capis!!! Gracias a todos por leer!!! Kisus!!! ^3^ Hasta la próxima!! Bye Bye!!

 

 

 


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