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Un Juego Peligroso por hana midori

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Notas del capitulo:

POR FIN!!!!!!!! despues de milenios, no de años, no de siglos DE MILENIOS de no actualizar algo por estoy aqui!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!

y les traigo el capitulo siguiente de este fic ^^

quiero disculparme por mi mes de ausencia, pero la escuela, las asesorias para la prepa y mi falta de inspiracion no ayudan nada >___< pero bueno, aqui estoy de regreso y tratare de no ausentarme tanto =)

bueno, sin mas preambulos el cap ;)

P.S he agregado unas cosas que no estaban en el original pero la idea es la misma

P.S 2 ME ENCANTO EL CAP XDDDDDD

P.S 3 cualquier error pido disculpas de antemano ^^

 

Capitulo 6 “Complicaciones”

Los rayos del Sol herían sus parpados, aun a pesar de que estaban cerrados. Levanto su mano, queriendo cubrirse la cara con ella, mas el calor del mismo astro empezaba a calarle. Así que sin más, tuvo que regresar al mundo real. Lentamente se incorporo, y en ese momento, sin razón aparente, busco con la mirada a su mayordomo.

La noche anterior este se había quedado a “consolarlo” pero, al menos a simple vista, este no estaba.

Se sintió estúpido por tener la esperanza de que Sebastian estaría cuando despertara, porque al fin y al cabo, era un demonio.

“Pero… lo que me dijo ayer…”

Escucho unos toquidos, cosa que le sobresalto un poco. Se aclaro un poco la garganta, antes de decir un “adelante”. El pelinegro abrió la puerta, y entro dentro de la habitación con una bandeja oxidada, en la cual, había lo que parecía ser su desayuno.

--buenos días bocchan—le saludo, sonriendo, mientras cerraba la puerta detrás de él. –Le traje el desayuno—agrego, acercándose con rapidez a su amo. El niño extendió la mano, con intenciones de que le diera la comida. No tardo mucho en recibirla, y para su sorpresa, tenía más hambre de la que pensaba puesto que los simples huevos revueltos le parecían muy apetitosos a la vista.

--lamento que sea solo esto, pero ya sabe que la cocina de aquí no es muy buena.

--si, entiendo—respondió el Phantomhive, con la boca llena.  El demonio observaba con cierta curiosidad al chico, quien intentaba por todos los medios ignorar los ojos rojizos del mayor.

--veo que despertó con hambre—empezó, con un deje de burla en la voz. El menor solo se encogió de hombros, a punto de terminar su plato. Sebastian se apresuro a darle un vaso con agua—el cual había traído junto con los huevos—para que este pasara el último bocado.

Luego de que podían dar por finalizada la comida más importante del día, Ciel lo miro por primera vez desde que entro, directamente a la cara.

--dime, ¿Qué provoco el incendio?—el demonio no supo como esconder su confusión, mas no se guardo la información.

--unas velas que se suponían serian apagadas por el que estaba encargado de la limpieza ese día… al parecer olvido apagarlas.

El peliazul frunció levemente el ceño, no muy conforme con esa respuesta.

--¿nada más?—insistió. Si bien, gracias a que el ojirojo le había hecho compañía en la noche no tuvo pesadillas, el recordar lo que vio dentro de las llamas aun lo perturbaba un poco.

--si, amo… ¿sucede algo?—vio como el chico desviaba la vista, observando fijamente las sabanas frente a él.

--¿eh?, no nada… ¿Qué otra cosa descubriste?

--pues… gracias al alboroto que provoco el incendio, pude tomarme la libertad de investigar con más tranquilidad…--de uno de los bolsillos de su pantalón, extrajo un papel cuidadosamente doblado—esta página de uno de sus registro me llamo mucho la atención.—se la acerco a Ciel, quien rápidamente la tomo, y la desdoblo.

--¿la lista de la gente de limpieza?

--léala, creo que ahí encontrara un patrón interesante. —aseguro el azabache, sonriendo con confianza.

La recorrió con los ojos un par de veces, buscando la tan dichosa señal que su mayordomo mencionaba. Luego de un par de minutos, por fin se dio cuenta.

--esta persona… --con sus dedos acaricio el nombre--¿es el asesino?

--es el principal sospechoso, así que también investigue su pasado—delicadamente, le arrebato el trozo de papel, volviéndolo a doblar antes de guardárselo—encontré unas cosas bastante interesantes…

En ese preciso instante, la puerta de la enfermería se abrió, dejando ver a Asaliah y Víctor.

--holaaaa—saludo alegremente el pelirrojo. Quien se percato del serio ambiente--¿interrumpimos algo?

--no, nada Asaliah—aseguro sonriendo Sebastian. El castaño dio un paso al frente.

--¿Qué pa…?

--¡¡¡CIEL!!!—Corrió a abrazar al niño, y este, antes de poder pararse de la cama, se vio debajo del joven, quien le abrazaba fuertemente.--¡¡pensé que te morirías!!

--¡¡¡ya basta Víctor!!!—exclamo, queriendo sacárselo de encima.

“Dios mío, y yo que pensé que Elizabeth era fastidiosa” pensó.

--eh Víctor, tranquilo que lo asfixias—interrumpió el ojiverde, acercándose para sacarlo de encima del menor. Una vez que logro lo que quería, empujo con algo de brusquedad al castaño.

--¿Cómo te encuentras, Ciel?—pregunto Asaliah.

--mucho mejor.

--bueno, antes de que te movamos a tu cuarto, quiero asegurarme de que todo está en orden ¿entendido?—vio que el chico asintió. —muy bien. Víctor, necesito que salgas.

--¡¿eh?! ¡¿Por qué?!

--porque ya vimos que tu plan es matar a Ciel—dijo este a modo de broma. Víctor abrió mucho los ojos, sorprendido por tal comentario.

--p-pero yo no quiero hacerle nada—respondió a la defensiva, reacción que confundió a todos los presentes.

--era una broma—se apresuro a decir—lo decía porque tal vez a Ciel le de vergüenza desvestirse frente a un desconocido. —ahora, tanto como el ojicafe como el Conde se sonrojaron.

--¿me tengo que desvestir?—cuestiono en voz baja.

--si, es solo por rutina… como sea, ya salte Víctor.

--bueno. —dijo no muy convencido, mientras se dirigía a la salida.

Una vez que estuvieron solo Sebastian, Ciel y el joven médico, este último se apresuro a empezar el chequeo.

--bueno Ciel, necesito que te levantes y te saques la camisa.

--okey…--lentamente, se paró de la cama. Cuando puso los pies en el piso, se dio cuenta de que este estaba helado, por lo que se estremeció levemente.

--mejor párate en la cama—intervino el ojirojo—no te vayas a enfermar Ciel—la preocupación era genuina, y el niño lo pudo ver en sus ojos.

--Sebastian…--susurro confundido.

--te ayudo—el pelirrojo lo tomo de la cintura, cargándolo sin muchas dificultades.

--¡eh!—musito, pero antes de poder quejarse más, lo dejo sobre el colchón.

--eres muy ligero, creo que debería recomendarte una dieta rica en proteínas—dijo sonriendo. El Phantomhive solo le fulmino con la mirada, mientras empezaba a desabotonar su camiseta.

Apenas iba a terminar, cuando vio esa maldita marca que tenía en un costado de su cuerpo.

--¿ya?—pregunto ansioso el ojiverde al ver que se había detenido.

--yo… es que…--rápidamente intercambio una mirada con el demonio, quien entendió de mas el mensaje.

--Asaliah, lo que sucede es que Ciel… mi hermano tiene una marca de nacimiento que le da un poco de vergüenza mostrar… --se acerco, quedando frente al pelirrojo— ¿es necesario que se la quite?

El doctor los observo por unos segundos, y después suspiro.

--no, no es necesario, aunque sería lo ideal pero ya que no quiere no deseo obligarle. —el rostro del Conde se relajo, al tiempo en que empezaba a abotonarse nuevamente la prenda.

 

Después de un rápido chequeo, y de algunas recomendaciones e instrucciones, el joven dejo que Sebastian se llevara al pequeño a su recamara.

Cuando estuvieron dentro, cerró con llave la puerta, para hablar con más seguridad del caso. Recostó al menor en la cama, antes de empezar a hablar.

--tengo sospechas de que el culpable atacara pronto, así que lo mejor será que finjamos un tiempo más.

--estoy de acuerdo—le respondió mientras se tapaba con las sabanas. A pesar de haber comido y dormido muy bien, se sentía cansado.

--entonces, si no necesita nada más, me retiro—anuncio, haciendo una leve reverencia. Se disponía a retirarse, y ya se encontraba frente a la entrada, cuando el chico lo llamo.

--¿Qué sucede?

--¿A dónde vas?—cuestiono.

--tengo que ir a la misa que harán, Víctor insistió para que rezáramos por su salud—dijo sin mucho entusiasmo. El chico no pudo evitar reír suavemente.

--¿acaso no te prenderas en llamas o algo?—el demonio sonrió ante tal ocurrencia de su joven señor.

--pues aunque no lo crea, puedo tocar las cosas “sagradas” sin prenderme en llamas. —aseguro. —bueno, ahora que ya lo sabe, será mejor que descanse. Vendré mas tarde—abrió la puerta, para retirase inmediatamente del cuarto.

****************************************************************************************

Para cuando regreso, hacia unos minutos que el Sol por fin se había ocultado. Estaba muy fastidiado de todo, ya que además de tener que escuchar el sermón de un Padre hipócrita, tuvo que fingir llevarse bien con todos. Normalmente lo último no era un problema, pero cuando tales personas hablan sin parar de lo grande que era el Dios al cual él despreciaba… buen, las cosas cambiaban mucho.

Abrió suavemente la puerta, para no despertar a su amo si es que este se encontraba dormido. Y en efecto, el chico se encontraba cubierto casi por completo con la sabana, dejando ver solo su cara. Cuando el demonio lo vio tan tranquilo, frágil e indefenso, se le ocurrió una idea.

Se apresuro a entrar, cerrando con llave detrás de él. Rodeo la cama, quedando justo en frente del lado vacio del colchón. Se saco el calzado solamente, y después levanto un poco la cobija. Se recostó suavemente en la cama, atrayendo luego con un brazo suyo el pequeño cuerpo de su niño. Este le daba la espalda, por lo que Sebastian enterró su rostro en el cabello del menor, aspirando su aroma. Realmente era agradable para él sentir el calor de Ciel.

Sintió un leve movimiento, y pensó que tal vez el muchacho había despertado. Este se giro, y espero una bofetada o por lo menos un insulto pero… no ocurrió nada. El peliazul simplemente se acomodo más en los brazos del mayor, susurrando algo entre dientes.

El azabache sonrió con tristeza, antes de cerrar los ojos y abrazar fuertemente a su amo.

Solo faltaban dos días para que el último ataque se llevara a cabo.

******************************************************************************

Luego de dos días muy agitados en los cuales ambos tuvieron que ayudar—ya que Ciel se sentía mejor—en el monasterio, y en los cuales el menor tuvo que soportar las constantes insinuaciones de su mayordomo. Sin mencionar el susto que le había sacado una mañana cuando despertó en los brazos del pelinegro.  Luego de ese incidente el adulto se la paso diciendo que quería volver a dormir con su “hermanito”

Aun así, por fin llego la fecha que tanto esperaron, y ahora, solo quedaba esperar el que sería el golpe final del asesino.

 

Esa noche, tuvieron que salir del monasterio, para dar con una bodega abandonada que tenían afuera. Se escondieron unas dos horas detrás de unos barriles, esperando ver algún movimiento o por lo menos un ruido sospechoso pero nada ocurrió. Ciel estaba a punto de perder la paciencia— ya que no estaba acostumbrado a esperar tanto tiempo en una misma posición—cuando un llanto agudo rompió el silencio en el que se encontraban sumidos.

--¡¡quiero ir con mi padre!!—parecía la voz de un niño de 6 años, por lo que, al menos el Conde, se puso nervioso.

Una sombra traía cargada a la inocente criatura en su hombro, luego, lo dejo caer en el piso con brusquedad.

--¡¡no quiero estar aquí!!—grito, soltando mas lagrimas. Sebastian discretamente volteo a ver a su amo, algo preocupado por la reacción que pudiera tener este. Cuando se trataba de niños, Ciel podía terminar muy inestable emocionalmente.

La silueta saco algo brillante, para después tomar fuertemente el brazo del pequeño.

--¡¡me lastimas!!

Sin hacer caso a las suplicas, por fin, los dos espías, pudieron ver qué era lo que pretendía usar el atacante.

“¡un cuchillo!”

Él levanto la daga, listo para atacar. Si no intervenían ahora, el chico moriría.

--¡¡¡por favor alguien sálveme!!!

--¡Sebastian!

El demonio no perdió ni un segundo, ya que le lanzo un pedazo de fierro que tenía cerca. Le dio a la mano que sujetaba el arma, haciendo que no solo la dejara caer al piso y soltara al niño, sino que también retrocediera. Quien iba a ser su próxima víctima, se apresuro a esconderse en un rincón del cuarto.

--nada le detendrá ¿cierto?—pregunto a esa persona, mientras salía junto con el Phantomhive de su escondite. Ciel se apresuro a adelantarse un paso de su mayordomo, ya que quería comprobar si realmente era él…

--realmente eras tú el asesino… Víctor—el castaño salió por fin de las sombras, dejando ver en su rostro una mirada desquiciada.

--¿asesino?—pregunto indignado—yo no soy un asesino.

--mataste gente inocente, eso para mí es más que suficiente—respondió con algo de odio en la voz. Si había algo que le repugnaba más que la gente hipócrita, eran las que no reconocían sus errores.

--¡pero yo los estaba salvando!—exclamo, tratando de defenderse--¡los iban llevar al camino del pecado! Yo solo llevaba a cabo la misión que me encomendó mi Señor.

El pelinegro sonrió levemente, más que divertido por tal invento.

--¿ha esto te referías con esquizofrenia?—le cuestiono, desviando la mirada del joven solo para no sentir lástima por él.

--si, esta enfermedad puede hacer creer a la gente que escuchan voces, a veces estas crean sus propias personalidades y les ordena cosas… la decisión de acatarlas o no es de enfermo.

--¡¡no estoy enfermo!! Un ángel me dijo que Dios quería que le ayuda…

--también causa alucinaciones en ciertos casos—interrumpió el demonio.

--¡les digo que estoy sano! Si no me creen… ¡¡pregúntele!!

--¿lo dices enserio?—pregunto Ciel, encarnado una ceja.

--si, el dijo que vendría… ya no debe tardar…

Apenas termino de decir eso, cuando una helada brisa invadió el lugar. El peliazul cruzo sus brazos sobre su pecho, ya que no se esperaba eso.

--es él—susurro Víctor. Detrás del castaño, unos ojos brillantes aparecieron. Eran de un tono morado… uno muy parecido al que Ciel había visto en varias ocasiones a su sirviente.

--¡ángel Gabriel!—exclamo alegre Víctor, jalándolo fuera de la oscuridad, dejando ver a un joven rubio…

--Azazel—murmuro Sebastian, entre sorprendido y enojado.

--diles, diles que el Señor te envió—le rogo el muchacho. Azazel rodeo con uno de sus brazos la cintura del humano, antes de sonreírle de manera cálida.

--así es mi querido niño, él esta mas que complacido por tu trabajo.

“Maldito Lucifer” pensó el ojirojo, volviendo puño una de sus manos.

--ves Ciel, te dije que no mentía.

El mencionado era el que más confundido estaba, ya que no entendía quien era el tipo que se hacía pasar por el ángel que anuncio el nacimiento de Jesús.

--créanle, es más, esta tan feliz por lo que has hecho, que él mismo en persona me pido que te enviara a su lado…

--¡¿en serio?!—sus ojos se iluminaron.

--si…--lentamente, le tomo el rostro entre sus manos—muchas gracias Víctor…

--¡¡espera!!—alcanzo a decir el niño, más que consciente del significado de esas palabras. Antes de que pudiera extender siquiera su brazo, el hombre le pulverizo el cráneo al joven. El cuerpo del castaño callo ruidosamente al piso, antes de comenzar a sangrar.

El rubio soltó una carcajada, más que divertido por la situación.

--jajajajajaja que tontos son los humanos, solo diles que eres un ángel y harán cualquier cosa jajajajajajaja

--tu… ¿realmente Víctor estaba enfermo?

--¿él? Si, digamos que solo aproveche su situación. Ya asesinaba gente antes de que me encargaran este “trabajo”

--¿trabajo?

--bocchan, los asuntos infernales no son de su incumbencia—respondió secamente el demonio, importándole poco si hería o no los sentimientos de su amo en ese momento, ya tendría tiempo de disculparse.

--jejeje recuerdas lo que te dije ¿verdad Sebastian?—le pregunto sonriendo, al tiempo en que un aura oscura lo rodeaba.

--claramente—el mayordomo se apresuro a ponerse frente al chico, para protegerlo—esto se acaba hoy.

--por supuesto. —desenfundo la espada que tenia amarrada a la cintura, y Michaelis también saco sus armas.

--¡cuando quieras!—grito, lanzándose sobre el pelinegro.

Ciel veía la pelea, ambos demonios desaparecían y reaparecían en diferentes lugares, tan rápido que apenas y podía distinguirlos.  El ruido del metal contra metal llegaba estruendoso a sus oídos, poniéndolo en alerta. Instintivamente llevo su mano al arma que tenia oculta, lista si era necesario.

No llevaban ni un minuto luchando, cuando era más que obvio quien tenía la ventaja. Sebastian logro acorralar a su contrincante contra una pared, enterrándole un cuchillo en su brazo.

--¡desgraciado!

--vaya, y yo que pensé que me darías mas pelea—dijo algo decepcionado.

--jeje créeme, aun tengo varios trucos—chasqueo los dedos, y a los pocos segundos, un ligero polvo blanco comenzó a caer. El azabache reconoció al instante que era eso.

--¡bocchan no respire!—ordeno. Azazel aprovecho esa pequeña distracción para zafarse.

--¡la vista al frente Sebastian!—se burlo, antes de intentar atacarlo.

El Phantomhive no sabía que era ese polvo, pero se apresuro a acatar lo que le había dicho su demonio. Tomo todo el aire que pudo, y con la mano libre que tenía se cubrió la nariz y la boca.

Sebastian sabía que su amo no resistirá mucho tiempo sin llevar oxigeno a sus pulmones, así que, haciendo movimientos rápidos, quiso acabar con su contrincante.

--¿me crees tan débil?—pregunto al ver los predecibles movimientos que empezaba a hacer.

--cierra la maldita boca.

40 segundos, eso era todo lo que podía aguantar… ya no podía más.

“perdón Sebastian”

Alejo su mano de su rostro, antes de tomar una enorme bocanada de aire. Casi inmediatamente, un mareo se apodero de él.

“¿Qué pasa?”

--Seba…stian—logro balbucear, antes de perder el conocimiento.

--¡bocchan!—le llamo preocupado, dejando de pelear y corriendo hacia su contratista.

--¡a dónde vas!—lamentablemente para Sebastian, Azazel fue más rápido, logrando atrapar el cuerpo del Conde. El ojirojo iba a arrancárselo pero…

--ah, ah, ah—dijo sonriente, mientras ponía el filo de la espada en el cuello de Ciel.

--no te atrevas Azazel—le advirtió. Su voz estaba cargada de odio, así como su mirada.

--oh vamos, no seas egoísta—miro de arriba a abajo el delicado cuerpo del Phantomhive, encontrándolo realmente delicioso.

--realmente tienes buen gusto, Sebastian—comento, relamiéndose los labios. El pelinegro tenía ganas de desmembrar al rubio, y este pudo notarlo pues Sebastian temblaba levemente por la ira.

--juaguemos un poco… --dijo retrocediendo unos pasos—te doy 20 minutos para que me encuentres, si no lo logras… bueno—paso coquetamente una de sus manos por el pecho de Ciel—tu bocchan ya no será tuyo.

Dicha la sentencia, desapareció. Sebastian inmediatamente se puso en marcha, mas antes de siquiera salir del asqueroso sótano, la voz de Azazel le interrumpió.

--no hagas trampa querido. —comento divertido.

--¡bastardo!—la marca del contrato se oscureció, dándole a entender que este había sido temporalmente cancelado.

--jajajaja tic, toc, tic, toc, 20 minutos pasan muy rápido.

El demonio espero solo un segundo más, para saber si el rubio seguía ahí, pero se dio cuenta de que era una pérdida de tiempo. No sabía a dónde ir, mas recordó algo…

--mas le vale estar aquí—dijo, echando a correr.

Él podía ayudarle, pues tenía la habilidad de ambos seres…

No había paso más de 30 segundos, cuando estuvo frente a la puerta que buscaba. Toco desesperado, casi rompiendo la delgada puerta de madera….

 

 

 

Flash Back

--tu eres… el hijo de Zeros*, Asaliah—no lo había reconocido, porque la última vez que lo vio este apenas era un bebé… de verdad que había crecido. El pelirrojo sonrió, más que feliz porque le recordaba.

--me pone contento que me recuerdes.

--como olvidarte, tu padre es alguien a quien realmente puedo llamar “amigo”—el más joven le agradeció con la mirada el comentario.

--me sorprendió verte aquí, Sebastian.

--a mi me sorprende que no haya podido sentir tu presencia.

--técnica cortesía de mi madre… la he mejorado mucho.

--me dio cuenta—dijo el azabache con una ligera sonrisa en los labios, mas en unos segundos desapareció, dando paso a un rostro serio.

--no es que te quiera menos preciar pero… ¿para qué me llamaste? No creo que sea para recordad viejos tiempos ¿o sí?

Asaliah rio suavemente.

--tan impaciente como me contaron… pero no, no te llame para eso.

--¿entonces?—el ojiverde tomo aire, como si lo que iba a decir fuera algo de vida o muerte.

--quiero ofrecerte mi ayuda. —dijo hiendo directamente al grano.

--¿para que la necesitaría?

--oh Sebastian, no te hagas el tonto. Todos los demonios…--se detuvo—no… más bien, TODOS sabemos de tu problema con Lucifer.

--¿y todos incluye a…?

--ángeles y shinigamis querido. —el mayor frunció levemente el ceño. Realmente se esparcían rápido los rumores.

--son unos chismosos—soltó.

--jajajaja si supieras lo que dicen de ti…

--créeme, me importa un comido lo que digan de mi. —era verdad, en esos momentos la única opinión que le interesaba era la de Ciel, eso y nada más.

--vaya, mi padre se sorprendería al verte.

--seguramente—le dio la razón.

--bueno, como sea, ¿Qué dices?

--digo que es mi problema.

--vamos, no seas tan cruel, al menos piénsalo—rogo el muchacho, ya que estaba cansado de esa ociosa vida que llevaba.

--no lo creo.

--¿ni aun para pagar la deuda de mi padre?—Sebastian se asombro al oír el comentario, pero rápidamente puso una cara de molestia.

--solo tu padre puede pagármela, no me debes nada.

--si tu lo dices… solo recuerda, si necesitas algo, estoy a tu disposición.

--gracias, aunque no creo que lo necesite. —se dio la vuelta, para empezar a caminar lejos del joven.

--el destino puede jugar muchas cartas—susurro sonriente.

--lo tendré en mente.

Eso fue lo último que dijo, antes de desaparecer.

 

Fin del Flash Back

 

 

 

--¡ya voy, ya voy!—escucho--¿¡que demonios quieren a estas horas!?—grito enojado, abriendo la puerta de manera brusca. Cuando vio quien era el que llamaba, su rostro cambio bruscamente.

--Sebastian, ¿Qué pa…?

--necesito de tu ayuda.--¿le lastimaba el orgullo decirlo? Sí, pero la vida de Ciel era más importante que nada. Asaliah sonrió divertido.

--te lo dije.

--no estoy para juegos Asaliah—contesto, mientras un aura demoniaca empezaba a rodearlo. La sonrisa del rostro del pelirrojo se borro, dándose cuenta de la gravedad de la situación.

--¿Qué paso?

--Azazel se llevo a Ciel.

--¿Qué hace Azazel aqu…?—sus palabras murieron en su boca, antes de mirar incrédulo al azabache—no me digas que tu…

--¿me ayudaras o no?—cada maldito segundo que estaban ahí, su amo podría estar sufriendo.

--si claro.

No se molesto en cerrar la puerta, ambos se pusieron rápidamente en marcha.

Cuando estuvieron fuera del monasterio, el ojiverde se detuvo.

--¿Qué?—pregunto ansioso el demonio.

--Azazel es bueno en las escondidas, necesito unos minutos para localizarlo—dijo lentamente, para que Michaelis digiriera las palabras.

--¿cuanto?

--5 minutos.

--muévete—sentencio. Asaliah asintió, antes de que sus ojos brillaran en un tono verdoso, lo que hacía parecer que estaba en trance.

Sebastian suspiro ruidosamente. Si él se equivocaba, estaba perdiendo tiempo valioso….

*************************************************************************************

Mientras tanto, Azazel estaba más que relajado. Había encontrado un buen escondite, y estaba casi seguro de que, a menos que sucediera un milagro, Sebastian jamás lo encontraría.

Dirigió su vista hacia la cama donde reposaba el pequeño niño. Este dormía tranquilamente, ignorando por completo el peligro en el que se encontraba. El lascivo demonio se acerco a él, tanto, que termino encima del Conde.

El solo ver ese delicioso humano debajo de él le daban ganas de violarlo, pero ya que este estaba inconsciente, no sería divertido…

Sonrió, depuse de todo, ¿Por qué no podía divertirse un rato?

Puso una de sus manos sobre la frente del chico, y este rápidamente empezó a volver en sí. Apretó un poco los parpados, antes de abrirlos por completo. Vio a alguien encima de él, por lo que pensó que se trataba de Sebastian.

--quítate de encima Sebastian—dijo algo molesto, tratando de enfocar bien la imagen.

--oh, pero que tierno, cree que soy su perro—comento burlón el rubio, ganándose en respuesta una mueca de pánico por parte del Phantomhive.

--¡¿Quién eres?!—pregunto, intentando no sonar asustado.

--alguien que disfrutara enormemente tu cuerpo niño—susurro, pasando una de sus manos por la pierna del menor. Este se alarmo.

--¡aléjate!—grito, golpeando con fuerza al demonio en la cara. Azazel apenas y lo sintió.

--ya veo porque Sebastian te quiere tanto, aun cuando peleas eres muy provocador. —sin delicadeza, le tomo del pelo, jalando su cabeza hacia arriba.

--¡ahh!—jadeo de dolor. El ojipurpura acerco su boca al cuello del muchacho, mordiendo hasta romper la piel y hacerlo sangrar. El sabor que inundo su boca fue realmente exquisito. Disfrutaría muchísimo el hacerlo suyo.

--¡¡suéltame maldito!!—Ciel intentaba zafarse del agarre, pero cada movimiento que así le lastimaba el cuero cabelludo.

--¡¡Sebastian!!—grito, llamando su sirviente. Ante esto Azazel se detuvo, para soltar una carcajada.

--eres un idiota, tu querido demonio no vendrá.

--¡el vendrá!—le contradijo.

--¿a si? Bueno, veamos si llega antes de que termine contigo…--llevo su mano libre hasta la entrepierna del niño, tocándolo con brusquedad en esa zona.

Ciel dejo escapar un gemido. No le gustaba, le daba asco que tocara su cuerpo, no se sentía para nada a cuando Sebastian lo hacía…

--¡d-déjame!—exclamo.

--jejeje no quiero—quiso besarlo, pero Ciel logro evitar eso. Esa acción solo provoco enojo en el demonio. Soltó su cabello, para en su lugar tomarlo de la barbilla.

--mas te vale cooperar, porque si no me encargare de lastimarte mucho. —el Phantomhive tomo valor, y le escupió en la cara.

--no te tengo miedo—dijo con una confianza bastante convincente, aunque en sus ojos se podía notar cierto miedo. El ojipurpura se seco la saliva con la manga de su saco, antes de golpear con fuerza al muchacho.

Este, por la fuerza, callo fuera de la cama.

--me rogaras que sea dulce—le advirtió, antes de ponerse de pie.

****************************************************************************

Asaliah salió de su trance bruscamente. No solo lo había encontrado, sino que había visto parte de lo que estaba sucediendo.

--¡debemos apresurarnos!—dijo, echado a correr. Sebastian inmediatamente le siguió.

--¿Qué paso?

--algo grave, debemos movernos.

No iba a decirle, si lo hacía, podía simplemente alterarlo más y empeorar la situación.

Ambos iban lo más veloz que podían, y en un minuto exacto, estuvieron frente a un monasterio abandonado.

--está ahí dentro—dijo el pelirrojo, señalando con un dedo la entrada del edificio. El azabache dio un paso al frente, para seguir avanzando, pero el joven le detuvo.

--¡¿Qué pasa?!

--escucha—le ordeno. Casi en ese instante, unos gruñidos no humanos llegaron hasta sus oídos.

Del interior del bosque, criaturas parecidas a gárgolas salían, expidiendo un aroma a cadáver putrefacto.

--demonios inferiores—susurro el ojiverde. Los dos tomaron posición de ataque. Sebastian saco sus cubiertos, y el más joven una especie de cuchilla atada a una cadena.

--que empiece la diversión.

************************************************************************************

Ciel vio como su agresor se detuvo de golpe, y aprovecho eso para liberarse  y correr al otro lado de la habitación. Como pudo, se acomodo la camiseta desgarrada, mientras buscaba con la mirada una salida.

Azazel sabia quienes estaban a fuera, pues oía los ruidos de sus subordinados siendo asesinados.

“Maldita sea”

Escucho como la puerta se abría, y como el muchacho se iba del cuarto.

--¡vuelve aquí mocoso!—grito, hiendo detrás de él. El peliazul intentaba ir lo más rápido que podía, pero el demonio logro atraparlo, acorralándolo contra una pared.

--¡déjame!

Lo tomo de la barbilla, y con su otra mano le sujeto de las muñecas. Por más que lucho, Ciel no pudo evitar que por fin lo besara.  El rubio introdujo su lengua dentro de la boca del chico, y este para que lo dejara, la mordió con todas sus fuerzas, haciendo que sangrara.

“Realmente es estúpido” pensó Azazel, sonriendo.

El menor probó la sangre del demonio, y casi inmediatamente su cuerpo se sintió mas pesado, más débil….

Cuando el ojipurpura se separo de él, tenía una sonrisa de satisfacción en el rostro.

--veamos que le parece esta jugada a tu mayordomo jiji

************************************************************************************

Llevaban un buen rato matando a esas criaturas, mas seguían viniendo más y mas. Por fin, Sebastian perdió la paciencia.

“a este paso jamás lo rescatare”

--¡Asaliah!—le llamo. El pelirrojo se detuvo, para saber que quería su compañero—te dejo el resto—dijo, para irse corriendo a la entrada.

--¡¿Qué?!—vio como el azabache pateaba la puerta, tirándola sin esfuerzo.

--¡espera bastardo!—el ojirojo le ignoro, y se metió dentro del lugar. Varios demonios iban a seguirlo, mas inmediatamente Asaliah se puso enfrente de la puerta.

--ah no, ¡no los dejare pasar!

Notas finales:

**Zeros: demonio condenado por la Orden de las Dominaciones por el imperdonable acto de tracción hacia los demonios por haber sellado La Porte de l'Enfer o puerta del infierno, para detener la guerra que se llevaba a cabo por los demonios y los Ángeles. Se dice que este demonio se hanía enamorado de una ángel cuyo nombre no es mencionado, según los relatos este secreto amor fue el que lo llevo a cometer la traición hacia los demonios.Fue sellado en la segunda lágrima de la diosa caída cuya gema se perdió por los constantes saqueos llevada a cabo por los templarios.

Inclui haste demonio por dos razones:

1. para demostrar que un demonio SI PUEDE ENAMORARSE

2. porque en la historia se supone que Sebastian lo libera de la gema....digo, yo no me creo que todavia este encerrado, asi que, ¿quien mejor que Sebastian para ayudarlo?

espero les aya gustado el cap, aprovecho para decir que la proxima sera una super actu!!!!!

el dia de san valentin subire un oneshot, el siguiente cap de paitining dreams, y si puedo, tal vez los ultimos dos de esta historia ;)

es para compensar mi ausencia xDDDDD

bueno, me voy. Cuidense!!!!!!!!!!!!

P.S aprovecho para decirle a cierta personita (que no si si le este fic pero bueno xDDD) que lo que le prometi (lo que me pediste querida) te lo dare, solo que aun no lo termino...pero no se quedaran solo en palabras (literalmente claro xDD) te lo cumplire ;)


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