Capitulo 17: Planes
-Tu comida siempre es la mejor Andreas-le sonrió Mourtan a su rubio y angelical cuñado. Aquel que una vez fue un Maiko destinado a ser la geisha del príncipe Alan, cuando habían asaltado la caravana que le trasportaba y el dios del destino y la diosa del amor habían atado su vida a la de Antonio para siempre. Aquello había sido amor a primera vista, apenas llevaban unos meses siendo una banda de forajidos que se hacían llamar rebeldes a sí mismos, que ya se estaban asiendo sentir, cuando habían asaltado la caravana que trasportaba a Andreas y sus compañeros, su hermano pequeño Antonio había caído ante los hermosos ojos dorados del maiko rubio. Había sido amor a primera vista, Mourtan nunca había visto dos personas tan destinadas la una a la otra como Antonio y Andreas.
-Eres un salamero- sonrió Andreas con sus mejillas coloreándose ligeramente alegre por el alago.-solo lo dices por que no tienes un consorte o una linda esposa que cocinen para ti-aseguro.
-Deberías probar la comida que hacen en el comedor para los solteros… eso es veneno-se quejo Mourtan con un puchero infantil, él era el mismísimo líder de los rebeldes, pero ahí, en esa pequeña cabaña, solo era Mourtan, y tanto Andreas como Antonio eran su familia.
-Y con esa excusa vienes todos los días a comerte la comida que me cocina mi esposo-aseguro Antonio entrando a la pequeña cabaña. Mourtan vio la sonrisa de pura felicidad que se dibujo en el rostro de Andreas cuando escucho la voz de Antonio, lo vio sonreír mientras se volvía hacia este y le abría los brazos recibiéndolo con un beso. Una parte dentro de él se removió, una parte dentro de él quería lo mismo que su hermano tenia con el pequeño ángel rubio.
-Tu hermano es bienvenido a nuestra mesa-sonrió Andreas dulcemente, y era cierto Andreas cocinaba para ambos hombres cada día cuando estaban ahí y no en incursiones. Andreas sirvió un nuevo plato para Antonio que se sentó a comer agradeciéndole a su esposo con un beso. Andreas se sentó al otro lado de la mesa a la izquierda de Antonio y frente a Mourtan.
-Gracias cuñado-le guiño un ojo al rubio el líder de los rebeldes.
-Hay información-le dijo Antonio serio comiendo el arroz hecho por Andreas.
-¿De qué?-pregunto Mourtan relajadamente bebiendo un poco de hidromiel después de tan buena comida. -¿Algún buen pillaje para la causa?-pregunto.
-Legolas-dijo Antonio simplemente viendo como los ojos negros de su hermano se oscurecían mas a ser posible mientras se ponía derecho y dejaba la jara de hidromiel en la mesa.
-Andreas querido podrías….-trato de ser paciente Mourtan al pedirle al rubio que se retirara no era una conversación para sus dulces oídos la que iba a tener con su hermano.
-Me retiro-dijo dulcemente interrumpiendo al pelinegro mayor sin necesidad de que este acabara la frase. El rubio se inclino y beso la mejilla de su esposo una vez de pie antes de retirarse.-aprovechare para cocer algunas capas arruinadas de ambos-se disculpo retirándose. ¡Oh! buen Andreas que no solo se encargaba de la ropa de su esposo si no también de la de Mourtan sabiendo que este no tenia un esposo o una esposa que cuidara esos menesteres por el.
Mourtan espero a que Andreas se hubiese retirado antes de hablar.
-¿Qué saben de ese pequeño tramposo?-pregunto con la voz destilando veneno y odio a la sola mención del príncipe pelirrojo, mirando a los ojos gris pálido de su hermano menor, el único familiar que tenia con vida, el único que no había muerto en la carnicería que hicieron con su familia por culpa del Príncipe Legolas.
-El príncipe Alan de Riverdou se casara.-le informo.
-¿y que con eso?-pregunto Mourtan eso no le importaba.
-Que es obvio que el príncipe Legolas irá a la boda de su tío. Si aun sigues con esa loca idea de vengarte… es tu mejor oportunidad… tu única oportunidad de ponerle las manos encima… en el camino, porque dentro de Riverdou o de Mítica… es intocable-le recordó lo obvio. A Antonio no le gustaban los deseos de venganza de su hermano contra el príncipe. Si, el también despreciaba al chiquillo que había causado la destrucción de su familia por solo un capricho, pero su familia estaba muerta y no había nada que hacer, nada los regresaría y además ahora tenia a Andreas y a su pequeño bebe de dos años. Entendía perfectamente la necesidad de venganza de su hermano, pero sabia que ponerle una mano encima a Legolas hijo de Karinte de Mítica, era echarse a todo el ejército encima, era ponerle precio as su cabeza. Él también quería venganza pero entendía que en esta vida no todo se podía tener a su entender era mejor dejar ir al pelirrojo, pero su hermano era terco y no quería dejarlo pasar, había formado a los rebeldes con el firme deseo de poner sus manos sobre el pequeño pelirrojo que robo sus ojos solo para clavarle un puñal en el corazón sin contemplación ni pena alguna.
-No es un deseo estúpido es mi deseo hermano… y se hará realidad-juro el de ojos tan oscuros como la misma noche.
-Mourtan… hermano mayor, ponerle las manos encima a ese príncipe significa echarnos encima a Riverdou y a la misma Mítica. Karinte de Mitica no descansara hasta ver nuestras cabezas en una pica si ponemos una mano sobre su preciado hijo-le aseguro Antonio. Si bien eran forajidos y una molestia para los reinos, eran una molestia tolerada y hasta cierto punto ignorada, sus pillajes en los caminos no eran algo realmente importante para los reyes, pero poner las manos sobre un príncipe del reino mas fuerte de ese mundo… bueno llamarlo locura era ser suave.
-Hermano menor-suspiro Mourtan suavizando su mirada y poniendo una mano sobre el hombro de Antonio-confía en mí, nadie mas de nuestra familia o nuestra gente morirá por ese príncipe caprichoso. Yo sé lo que hago-le aseguro.
-¿Realmente sabes lo que haces Mour?-le pregunto Antonio serio.
-Lo sé-aseguro Mourtan sin asomo de duda alguna asintiendo con firmeza. El de ojos grises asintió.
-Entonces que así sea, estoy de tu lado como lo he estado siempre hermano mayor. ¿Qué haremos?-pregunto.
-Por ahora… planear un secuestro hermano-le sonrió.
-¿Cómo lo haremos?-pregunto asintiendo.-Obviamente en el camino es cuando mas fácil será, es cuando menos rodeado de guardias estará. Pero… ¿Cómo procederemos?
-Tengo el punto perfecto-sonrió Mourtan montando en su cabeza el itinerario que de seguro seguiría la caravana del príncipe de Mítica a Riverdou. El camino principal sin duda y el tenia el lugar perfecto para llevar a cabo la emboscada en el camino principal, pronto muy pronto tendría sus manos sobre el caprichoso príncipe Legolas. Entonces enseñaría a ese pelirrojo una o dos cosas sobre responsabilidades y pagaría… pagaría por lo que le había hecho a él y a su familia.
Continuara…