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¡Princesa por accidente! por Lacrima Eterna

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Notas del capitulo:

¡Y nos acercamos al final! Muchas gracias a todos y todas por sus comentarios que en verdad me han ayudado, sus ánimos para continuar con esta historia han hecho posible todo esto ¡Muchas gracias a todos! En especial a Neko_Chan_XD_2, Luzbeel Kaiba, Lorcan, Honoramma, Loretta Mink, Bojik_Ivanov, y a todas las demás quienes han comentado, ¡son geniales chicas!

En fin, sin nada más que agregar las dejo con el capítulo, ¡a leer!

–No es posible, ¿cómo…? –preguntó Loki, sorprendido y dando un paso hacia atrás, alejándose de la chica.

–Es fácil. Tú me creaste –contestó Lorreine, presionando el libro contra el pecho del hechicero y apartándose, recorriendo la habitación– Todo sucede como estaba destinado… –comentó más para sí misma que para el chico, quien miraba el libro con rostro confuso.

Fue entonces que reparó en sus manos, dándose cuenta de que eran las suyas otra vez. Se tocó el pecho y los cabellos, dejó caer el libro y corrió frente al espejo.

– ¿Acaso…? –preguntó en voz alta, rogando porque de verdad hubiera recuperado su cuerpo. Pero al verse al espejo, su aspecto seguía siendo el de una mujer– No comprendo…

–Es fácil de comprender si lo piensas bien –comentó Lorreine, acercándose a Loki y abrazándolo por la cintura. El espejo sólo reflejaba a Loki en aquel cuerpo de chica.

– ¿Me volví loco?

–Eres poco creativo, es porque estás perdiéndote. Tú no eres así Loki, cálmate un poco –la voz de la chica parecía una burla a sus sentidos, y de un manotazo el príncipe se apartó de ella.

– ¿Qué eres? ¿De dónde saliste en verdad? –cuestionó, frunciendo el ceño, empezando a perder la paciencia.

–Ya te lo dije, soy Lorreine. Y tú me creaste, pero –la muchacha levantó un dedo, se acercó hacia donde Loki había estado segundos atrás y recogió el libro con cuidado– no me creaste solo. Esto –su voz se suavizó mientras su mirada sobre el libro reflejaba admiración total y respeto– El libro de los Chitouri… Esto es nuestro pasaje directo hacia el trono de Asgard. Con su ayuda, gobernaremos este mundo y todos los que estén a nuestro alcance.

– ¿Y por qué querría hacer eso? –la mirada del chico se volvió fría, analizaba cada movimiento de la chica que tenía al frente buscando algo, cualquier cosa.

– ¿Y por qué no? –La mujer abrió el libro y acarició con delicadeza la primera hoja– ¿Acaso quieres pasar toda tu vida bajo la sombra de tu hermano? Porque sabes que él será elegido por Odín para ser el rey. Siempre lo supiste, mientras que tú… –la voz de Lorreine cambió y su sonrisa se borró de su rostro. Caminó hacia Loki y acarició su cuello, para luego acercarse a su oído y hablar en suaves susurros– Tú no serás nadie, recuperarás tu cuerpo y a nadie le vas a importar. ¿Crees que a Fandral le gustas? Espera a que sepa quién eres. Thor se casará con Sif, y tú te quedarás solo, no serás nada ni nadie, ni siquiera serás parte de esta familia… Serás olvidado y a nadie le importará.

–Eso no es verdad –Loki apartó a la mujer con fuerza, mientras ésta empezaba a reír a carcajadas y se sentaba a los pies de su cama– ¡Basta! ¡No es gracioso!

– ¿Ah no? A mí me hace gracia. Luchas contigo mismo, te niegas la verdad, crees en una mentira… me das lástima. Lástima y risa. Si me escucharas, si confiaras en mí… Si leyeras el libro y dejaras que su poder te llenara, la historia sería diferente. Escúchame Loki, sólo yo puedo llevarte a la cima, te ofrezco todo el universo y un ejército invencible…

El hechicero la escuchaba en silencio, no quería creer las palabras de la mujer pero no podía evitar que éstas le afectaran. Era verdad después de todo, él sería olvidado, a nadie le importaría… Se quedaría solo y no sería nadie.

–Toma el libro, Loki, conviértete en el rey de todo. Confía en mí, confía en el libro… Ahora yo soy tu única esperanza –Lorreine sonrió con aire seductor, acariciando nuevamente la portada del libro mientras le miraba.

–Dime la verdad, dime por qué estás ofreciéndome todo esto –exigió luego de unos minutos de silencio, acercándose a la mujer con pasos lentos, medidos. Lorreine sólo se encogió de hombros y dejó escapar un bostezo.

–Es mi trabajo. Para eso fui creada –se recostó sobre la cama quedando en una posición bastante sugerente. Sólo entonces Loki se dio cuenta de que su vestido era diferente, mucho más corto que los que él usaba, escotado y sin dejar nada a la imaginación. Esa era una Lorreine provocadora, manipuladora y ansiosa de poder.

– ¿Quién te dio este trabajo? ¿Quién es tu líder?

–El mismo que pronto colocará el cetro en tu mano. El mismo que pronto te dará el poder absoluto –los ojos de la chica brillaron de forma extraña– El futuro es tan prometedor, mi querido Loki… yo lo he contemplado. Lo único que tienes que hacer es no perder tu rumbo. Olvida a tu hermano, olvida a Fandral, ¿qué más dan unos sentimientos estúpidos?

– ¿Vienes del futuro? –cuestionó Loki, entrecerrando los ojos y acercándose a la cama, sentándose junto a la muchacha.

–Soy un mensajero. ¿No te has preguntado por qué te trasformaste en una chica y no en una serpiente? Sí, lo has hecho… –una risa fría y burlona a la vez salió de sus labios, pintados de rojo intenso– ¿Qué pasa contigo Loki? ¿Qué pasa con nosotros? Te vuelves débil, te llenas de dudas… No eres así. Pero para eso estoy aquí, para ayudarte a recuperar el rumbo, para darte un propósito y guiarte hacia el glorioso futuro que nos aguarda… Ya puedo saborear ese poder, ¿no lo haces tú?

Tras decir esto y sin precio aviso, Lorreine se incorporó y besó en los labios al príncipe asgardiano, colando su lengua en su boca y sujetando con firmeza sus hombros y su cabeza, sin permitirle apartarse. Cuando el aire empezó a faltar, la  mujer se separó sonriendo maliciosamente.

–Tu primer beso, qué lindo…

–Qué asco… tienes lengua de serpiente –murmuró el chico, limpiándose la boca con la muñeca– No te vuelvas a acercar a mí, ¡desaparece! ¡Vete!

–Ya no tengo necesidad de acercarme. Mi trabajo casi está terminado, y pronto lo que no entiendes ahora lo verás con claridad, sin sombras de por medio… Ya no te podrás librar de mí, Loki, príncipe de Asgard e hijo de Odín… Cuando descubras las mentiras que te rodean volverás a confiar en mí, te darás cuenta de que tenía razón…

– ¡Ya cierra la boca, víbora! –gritó Loki, cubriéndose los oídos con las manos. Ya no quería seguir escuchando sus palabras, tenía miedo de que todo lo que dijera fuera verdad.

– ¡Sólo una cosa más que debes oír! –la mujer se esfumó en un humo negro, pero su voz aún se escuchaba en el aire. Parecía provenir del libro– Si quieres saber la verdad única, deberás usar aquellos a quienes temes y enseñarles el camino. Cuando veas que todo a tu alrededor se desmorona, acude a la luz azul que revelará tu identidad y te dirá qué hacer. Y cuando estés a punto de caer y te aferres con todas tus fuerzas, debes estar tranquilo. Al fondo del abismo, te estaremos esperando. Nos vemos pronto, futuro rey de todo…

Una vez dichas estas palabras, el silencio fue total. Loki quedó sólo, de pie en la habitación, con la vista fija en el libro que estaba sobre su cama. Dudaba si acercarse o no, estaba muy confundido y aquellas últimas palabras retumbaban como eco en su mente. Terminó por acercarse y extender su blanca y fina mano hacia el libro, y al momento de tocarlo, una idea pasó por su cabeza: Tal vez Lorreine tenía razón.

Tomó entonces el libro y se sentó a leerlo cuidadosamente, mientras que sin darse cuenta un aura negra se formaba a su alrededor, y la cual parecía salir desde su pecho. Mientras tanto, el espejo reflejaba al joven príncipe asgardiano sentado con una sombra femenina abrazándolo por la espalda, quien acariciaba su pecho y creaba nuevas agujas que se clavaban en su piel silenciosamente.

*”*”*

Odín aún no había regresado de su viaje. Esa mañana, durante el desayuno, los tres comieron en silencio, sin mencionar ninguno de los dos hermanos el incidente de la taberna. Frigga notaba que sus hijos estaban actuando un poco extraño, y supuso que de nuevo se habían peleado, pero estaba angustiada. Thor se veía más desanimado que de costumbre, mientras que Loki tenía un aspecto ausente y deprimido. La reina esperaba que pronto regresara su marido y que las cosas regresaran a la normalidad.

Cuando acabó el desayuno, los dos príncipes se pusieron de pie y se marcharon en direcciones diferentes. Loki no quería hablar con nadie, necesitaba estar solo y pensar, reflexionar sobre todo lo que había ocurrido desde que el hechizo saliera mal. Había estado toda la noche leyendo el libro, las promesas que hacía y los hechizos que tenía, intentando descifrar lo último que Lorreine le había dicho.

Un mensajero ¿del futuro? No entendía, la mujer había dejado demasiada información a medias que el libro no ayudaba a descifrar. Ella había hablado de mentiras, de una verdad oculta y de una luz azul. Recordaba que en la sala de armas de su padre había un objeto que dejaba escapar una luz azulada, era uno de los tesoros que su padre había traído de su batalla en Jötunheim. ¿Tendría ese objeto algo que ver?

De un momento a otro, el joven hechicero se encontró de pie frente a las puertas de la sala de armas. Odín no se encontraba en el palacio y no había guardias vigilando en aquella parte, estaba solo y nadie le vería entrar. Estiró su mano y acarició de forma delicada las puertas, debatiéndose internamente entre entrar o no.

“Vámonos, aún no es el momento adecuado”, pensó aunque no estaba muy seguro si aquel había sido un pensamiento propio o de su alter ego. Retiró la mano y emprendió el camino de vuelta a su cuarto. Se sentía extraño, ahogado, como si viviera en un sueño y no pudiera despertar.

Durante todo aquel día no salió de su cuarto y evitó cualquier contacto con quien fuera, en especial con Thor. No quería saber nada de él ni del resto de sus amigos, mucho menos de la niñata esa. Suponía que a estas alturas les había revelado a todos su verdadera identidad, lo cual eran motivos de sobra para no salir del palacio hasta que hubiera vuelto a la normalidad.

Ya por la tarde, un golpe en su puerta lo sacó de sus reflexiones. No se había presentado ni en el almuerzo ni en la cena, y tenía a su madre y a su hermano muy preocupados.

–Loki… ¿Podemos hablar? –la voz de Thor era lo último que esperaba oír, creía haberle dejado bien en claro en la taberna que no quería volver a verlo ni hablar con él nunca, y que ni se le ocurriera pasarse por su cuarto. Ignoró por tanto sus palabras y sus ruegos, ya se cansaría y se marcharía.

Pasaron varios minutos y Thor seguía pegado a la puerta como sanguijuela, estaba decidido a hablar con su hermano y había tenido la esperanza de que su rabia se hubiera aplacado con el paso de las horas, pero eso no había ocurrido.

–Loki… necesito hablar contigo –insistió, mientras que el pelinegro enterraba la cabeza bajo la almohada buscando no escucharle más.

– ¡Ya lárgate!

–Loki… no me iré hasta que hablemos –continuó el rubio, aun golpeando la puerta con determinación. Conocía a su hermano y sabía que cuando se enfadaba no había forma de hablar con él hasta que se le pasaba, pero también sabía que si insistía el menor se aburriría y terminaría por abrirle la puerta.

Y como esperaba, en cuestión casi de una hora el menor de los príncipes se cansó y se puso de pie, abriendo la puerta enfadado.

–Qué quieres –más que una pregunta lo que hizo fue exigir una respuesta. Aunque había abierto la puerta, no le permitió a Thor la entrada a su cuarto, y esperaba con gesto cansado y enfadado que respondiera a su interrogante.

–Tengo que hablar contigo, hermano –el rubio puso sus enormes manos sobre los hombros del pelinegro, quien se limitó a fruncir el ceño y colocar una pose desinteresada.

–Pues habla. Te escucho –dijo con voz fría, desviando la vista hacia el pasillo oscuro.

– ¿Puedo pasar?

A regañadientes Loki le permitió el paso, mirándole fijamente con ojos fríos mientras el mayor se quedaba de pie en medio de la habitación. Pocas veces Thor había entrado en ese cuarto, y casi todas las veces que lo había hecho había sido cuando eran unos críos.

– ¿Y…? ¿Vas a hablar o no? –la voz de Loki rompió el momentáneo silencio, mientras caminaba con paso lento y se acercaba a la ventana, sentándose en el borde de ésta con las largas piernas cruzadas.

–Sí… Quería que aclaráramos lo que pasó ayer por la noche –habló por fin el rubio. Le entristecía la frialdad con la que Loki actuaba, la indiferencia que demostraba. Sabía que estaba herido, lo comprendía ahora aunque en un principio sus acciones le habían dejado totalmente asombrado y sorprendido.

*”*”*
Flashback

Dos figuras caminaban a paso lento por los jardines del palacio, bien entrada la noche. Thor acababa de llegar al palacio luego de dejar a Sif en su casa, y se había encontrado con su mejor amigo en el camino de vuelta. Ahora ambos caminaban en silencio, y Thor miraba de vez en cuando hacia la ventana iluminada que pertenecía al cuarto de su hermano.

–La quieres mucho, ¿cierto? –La voz de su mejor amigo lo trajo de vuelta a la realidad. Hablaba con tristeza, aunque también con resignación– Te brillan los ojos cuando la ves.

–Supongo que ahora me odia –comentó el dios del trueno, bajando la mirada con tristeza y soltando un suspiro– Lo arruiné todo, ella tiene razón. Sólo soy una molestia.

– ¿Eso te dijo? –Fandral miró a Thor y le palmeó el hombro– Sólo está muy herida y confundida. Pero sé que te ama, sus acciones lo confirmaron.

– ¿Te dijo algo?

–Me dijo que no sabía por qué había actuado así, y no quiso tocar el tema. Significa que para ella es difícil aceptar que le duele lo que pasó. No debiste besar a Sif –aquello último fue más un regaño.

– ¡Ya te lo expliqué! ¡Ella me besó! –Se defendió Thor– Pero eso no justifica la paliza que le dio a Sif. Esta vez se pasó de la raya…

–Thor… ¿tan ciego eres, amigo mío? –Fandral se detuvo y miró hacia el cielo, mientras que el príncipe mayor le miraba confuso– Ella te ama intensamente, actuó por celos. No justifico sus acciones, pero te diré que cuando una mujer se pone celosa, es de temer.

– ¿De verdad crees que me ama? ¿Cómo puedes estar tan seguro?

–Lo estoy, vamos que he conocido y estado con muchas mujeres antes. Ella te ama, se le nota cuando te mira. Pero no sé por qué, lo esconde y se lo niega, y eso la hiere. Fue impulsiva, porque el dolor que sentía era demasiado. Probablemente se sintió poco valorada, o una sombra tuya.

–Tengo que ir y hablar con ella… Gracias amigo, por tu consejo –una leve sonrisa se dibujó en los labios de Thor, la cual su amigo correspondió con aire triste.

–Hazme un favor, Thor, te lo pido –las palabras de su amigo sonaron con algo más de ánimos.

–Lo que sea, Fandral –aceptó el dios del trueno sin dudarlo.

–Hazla muy feliz. No dejes que desaparezca su sonrisa…

Fin Flashback
*”*”*

–No pienso pedirle disculpas a tu amiguita si eso es lo que quieres –dijo de inmediato Loki, mirándose las uñas.

–No es por eso. Quiero que me expliques qué sucedió, por qué la atacaste –la voz de Thor se endureció un poco, ante lo cual el pelinegro sólo se limitó a encogerse de hombros.

–Porque es una zorra –contestó simplemente, mirando a su hermano– Y no iba a permitir que me humillara de esa manera. Se supone que mientras tenga este cuerpo, soy tu prometida, por tanto ella no tiene derecho alguno de tocarte siquiera.

–Loki, esto ha llegado demasiado lejos –el rubio frunció el ceño, acercándose a la muchacha, quien sonreía con arrogancia– Ya no voy a apoyarte en tu juego, se acabó. Quiero a mi hermano de vuelta.

–Claro, ¿y para qué? ¿Para que vuelva a ser tu sombra? ¿Para que deje de ser la molestia que ahora te represento? –Sin querer había alzado la voz y se había puesto de pie, mirando con odio a su hermano mayor.

–Nunca has sido una molestia para mí, Loki, ni mi sombra tampoco –dijo el rubio, acercándose a la chica mientras su voz se suavizaba. Posó sus manos sobre los delicados hombros de la doncella– Quítate eso de la cabeza. Somos hermanos, somos iguales –esbozó una tímida sonrisa.

Por unos momentos la mirada del menor se entristeció, pero al menos su rabia parecía calmarse. Terminó bajando la mirada, pero entonces nuevamente se vio alentado por un odio ciego que hizo a un lado sus sentimientos.

–Mentiras –tras decir esto apartó de un manotazo las manos de su hermano– nunca seremos iguales. Nunca le he importado a nadie, ni a ti ni a nuestro padre, ni siquiera a nuestra madre. Tuve que cambiar para que de repente todos se preocuparan por mí. ¡Nunca seremos iguales Thor, jamás!

– ¡A mi me importabas tal cual eras! –exclamó Thor, tomando con fuerza a Loki por los brazos– ¡Siempre fuiste lo más importante para mí, pero eras tú quien no te dabas cuenta! Loki, quiero a mi hermano de regreso, no esto en lo que te has convertido. ¡Quiero que vuelva la persona a la que amo! –tras decir esto, ambos se miraron en silencio. Uno estaba pálido y sorprendido por lo que acababa de escuchar, el otro, sonrojado como un tomate por haber confesado finalmente.

Afuera las estrellas brillaban con fuerza, siendo únicas testigos de todo lo que en esa habitación había pasado.

Notas finales:

Bueno, espero que les haya gustado, ya sé que soy una muy mala persona y dejé taaanta información a medias, pero ya verán cómo las cosas llegan a su clímax pronto, ¡que nos acercamos al final! 
Como siempre, sus comentarios son bien recibidos así como sus críticas, tomatazos, escudazos, zapatazos, un Loki amordazado, un Capitán América o un Iron Man también son bien recibidos *w*
¡Nos leemos en el próximo capítulo!

Lacrima Eterna~ 


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