-.vaya vaya. No pensaba que tu novia fuera tan hermosa hasta que la veo al fin.
-.gracias por el alago, señor. *hace reverencia*
-.sensei, ella es Hi…
-.Himeko Kamijou —le da la mano y le regala una sonrisa de oreja a oreja; antes de que este cayera su “teatrito” hizo pisarle el pie por salvar su dignidad. En esos momentos fueron los que hicieron las luces caer, haciendo que la sinfonía del vals diera inicio.
-. ¿Me concedería esta pieza? —vino serio pero a la vez con tono sarcástico nuestro seme.
-.*le mira* —…de acuerdo.
Le toma su delicada mano y lo conduce al salón; se molesto un poco al ver que su pareja poso su mano en la cadera y la de sobra en su mano, bueno… el sabia por libros como era la postura por lo que le siguió la corriente.
-. ¿Sabes bailar?
-. ¡Claro que no!
-.bien, tu solo sigue mis movimientos y ya sabrás como hacerlo.
Le instruyo lenta y pesadamente; ya que había ocasiones en que le pisaba y un “lo siento” remediaba el dolor y el error. Pero tal vez su distracción fue porque sus ojos no se despegaban el uno del otro; aquellos ojos que atrajeron al profesor de literatura hace nueve años atrás y todavía le cautivaban, además de que se decía “la edad no parece haber pasado por ellos”.
Tuvieron que detenerse al hacerse de su saber que habían avanzado más allá del salón y las personas. Caminaron un poco y se encontraron por la casualidad un hermoso balcón que daba la fantástica vista a los jardines de la casa.
-. ¿Qué fue lo que te hizo cambiar de opinión y hacer esto?
-.yo… —no le pudo contestar.
-.debo decir que mi encargada hizo un trabajo del calibre que esperaba de ella.
-. ¡Calla! ¡Toda mi vergüenza ha salido a la luz! Aunque… no la mencione… *habla de nuevo con su voz normal*
-.lo se… *se recarga en el barandal de piedra*
-. …¿ahora que te está pasando?
-.perdona, no me hagas caso. *mira a la nada*
Este le agarra su cabeza y la voltea para que le viera.
-.dime.
-. … yo… siempre he tenido la vaga idea de que si tú fueras una mujer… nosotros viviríamos más como una pareja; yo ya daba por olvidado el tema, pero… cuando te vi de esta manera, tuve la pequeña esperanza de que pudiera ser así.
Ya no pudo sostenerle la mirada más… sabía que algo así le pasaba cuando ponía esa mirada contra la suya: toda la pieza le miraba porque que en el fondo tenia tristeza de algo, no tuvo de otra más que rogarle por la malas que le dijera, aunque fuera una manera de lastimarle más.
-.*se sienta en el barandal* —no es absurdo.
-. ¿Eh?
-.yo… también, lo pensé…
Sonrió forzadamente, conteniendo las lágrimas… las ganas de gritarle al cielo “¿Por qué la vida es tan injusta? ¿Por qué no fui mujer? ¡A este paso pudimos tener un hijo, casarnos… formar una familia!” ya que él se cuestionó que así fue, y no había nada —pero nada— que cambiaría su ser. Se abrazó tan fuerte como le pudo en el momento, el correspondió con su tristeza en su típica aura angelical.
-. ¿Y si nos quedamos así? ¿Pretender que tenemos ese tipo de vida?
-.si…
“el destino nos hizo así” recalco en su mente Nowaki “así fue como lo conocí, así fue y es como lo amo. Es algo egoísta de mi parte que quiera cambiar a Hiro-san, cuando así podemos estar juntos…” Hiroki en cambio se lo tomo muy a pecho, apretando sus manos en la espalda de su amante… mientras que sus lágrimas no paraban de brotarle por sus ojos castaños, limpiándose contra el pecho ajeno.