Nos encontramos con los otros tres desayunando en el sofá. Sandeul se acercó a ellos con una sonrisa casi tan falsa como la que nos dedicó CNU al vernos, y se sentó a ver la tele y a terminarse su café, que ya había dejado de humear.
Ver así a los cuatro juntos tan “tranquilos” hizo que durante un segundo sintiera un reflejo de la normalidad. De mi normalidad. Sin embargo, no hacía falta ser demasiado perspicaz para ver las ojeras de Gongchan y las uñas mordisqueadas de Dong Woo. Sandeul sujetaba la taza con tanta fuerza que sus nudillos estaban blancos y, a pesar de la sonrisa implantada en su rostro, tras la mirada de Jin Young se ocultaba una especie de nerviosismo.
Me daba miedo acercarme. Ya ni el hecho de que Sandeul estuviese allí conmigo me relajaba. Yo no me consideraba un actor tan bueno como ellos, así que me obligué a bajar la cabeza y a sentarme en el sillón libre, quedando así frente al líder y con los otros tres a mi lado en el gran sofá, frente a la tele.
Estaba tenso y oía las conversaciones superficiales de mis compañeros. Mientras charlaban, yo me negaba a subir la mirada. La carcajada de Gongchan ante un comentario de Sandeul me molestó. ¿De verdad todos iban a comportarse como si no hubiese ocurrido nada?
- Bueno, Baro – me dijo Sandeul -, bienvenido al club de los secretos sexuales...jeje.
Al fin levanté la cabeza. Todos me miraban sonrientes, aparentando una paz y una tranquilidad que contrastaba con la tensión que flotaba a mi alrededor. Joder, pensé, deberían haberse dedicado a la interpretación, no a la música. En Hollybood habrían triunfado sin duda.
Supuse que Sandeul les habría contado la tontería esa de “ser uno de ellos”. Quise sonreírles y lanzarles algún comentario sarcástico o algo, pero la sonrisa me salió torcida y todos los chistes que se me ocurrían eran horribles y homófogos, así que, una vez más, dirigí la mirada a mis manos.
Les contagié la tensión a través de mi silencio y sentí cómo se revolvían inquietos en sus asientos.
- Vamos, Baro – la voz de Jin Young retumbó en la habitación -, di algo.
Sonaba suplicante, pero yo no podía hablar.
- ¡Venga ya! ¡No iras a decir que no te lo habías olido ya! – soltó el maknae.
- ¡Déjalo, Gongchan! No todos tenemos tanto olfato como tú – replicó Sandeul.
- No sé tu, hyung, pero yo creo que Sun Woo no es idiota...
- ¡No me llames Sun Woo! – grité sin pensar, logrando que todos me mirasen como si realmente fuese idiota. Sentía que me derrumbaba. Sentía que si no salía corriendo o rompía algo me pondría a llorar como el imbécil que parecía – No me llaméis Sun Woo. Es molesto...
- Vale, Baro, no pasa nada – la voz de CNU me llegó como una puñalada. Me di cuenta de que no había hablado desde que llegué, y oírlo de repente hizo que me sonrojara. Bajé la cabeza para disimular -. Supongo que cada uno necesita su tiempo para asumir cierta información...
- Dong Woo tiene razón – asintió Jin Young -. Pienso que gracias a las vacaciones llevamos demasiado tiempo todos lejos unos de otros y, enterarse de algo así es complicado. Ahora mismo Baro debe estar hecho un lío – Sandeul asentía con la cabeza mientras el líder hablaba -, pero debemos ir a trabajar. Ayer el jefe me llamó. Tenemos que grabar las canciones nuev...
- ¿Ya? – interrumpió CNU – Acabamos de llegar de una gira y, ¿vamos a grabar otro albúm?
- No me interrumpas – contestó Jin Young -. En realidad creo que es un mini-albúm, pero sí. Toca grabar. Así que todos en pie y vestidos – lanzó una mirada a Sandeul; era el único que seguía en pijama, aunque yo tendría que quitarme la camiseta roja de CNU – en cinco minutos. Diez como mu...
- ¿Y luego? – Jin Young lanzó una mirada capaz de asustar a cualquiera, excepto al maknae; al líder no le gusta ser interrumpido, pero no dijo nada esta vez – Después del trabajo todo seguirá igual, ¿lo has pensado?
- Luego saldremos – soltó Sandeul sin pesar. Miró a Jin Young en busca de su aprobación.
- Sí, nos vendrá bien – asintió el mayor -. Al fin y al cabo hoy es viernes. Salir nos quitará estrés y tensión. Además, un poco de alcohol siempre viene bien en estos casos.
- Tu de eso entiendes, ¿eh?
La crudeza de las palabras de Gongchan hizo que Jin Young palideciese, y Sandeul tras él. CNU trató de asesinar con la mirada al joven, quien se limitó a darse la vuelta tras encogerse de hombros y dirigirse a su habitación.
- Ah...¿a dónde crees que vas? He dicho que vamos a trabaj...
- Olvídame.
Pensé que Jin Young le respondería o algo – yo lo habría hecho - pero, o no se le ocurrió nada lo bastante ingenioso o aún seguía pillado por el anterior comentario del maknae. Se limitó a encogerse de hombros como Gongchan y ordenarnos que nos diésemos prisa. Iba a ser un día interesante, sentencié con un suspiro.
END POV BARO
* * *
POV JIN YOUNG
<<Mierda>>, pensé. Me había dirigido hacia el baño con la intención de arreglarme para salir, pero resultaba que estaba ocupado por Sandeul. Conociéndole, bien podría quedarle media hora.
Resignado, me dirigí al saló a esperar. No había sido un día sencillo para nadie. Gongchan se había negado a aparecer en el estudio de grabación. CNU había abierto la boca solo para decir lo justo y necesario, y Baro se había mantenido en un estado de perpetua tensión. Y mejor no hablemos de mi mismo. Me había quedado embobado mirando a Sandeul varias veces; cada vez que oía su risa me mareaba, embriagado ante su agradable sonido.
Pensaba en él cuando Gongchan apareció ante mí.
- ¿Estás solo? – preguntó. Yo asentí con la cabeza – Quería pedirte disculpas – la verdad es que me sorprendí -. Me he comportado como un crío y solo he conseguido daros problemas. Sobre todo a ti. No tenía por qué haber hecho ese comentario tan horrible acerca de...bueno, ya sabes. Al fin y al cabo, ya no bebes – no le mencioné que me había propuesto mantenerme sobrio toda la noche, simplemente asentí con la cabeza -. Mañana mismo estaré en el estudio a primera hora para grabar mi parte – se mordió el labio inferior, nervioso -. Lo siento mucho – hizo una reverencia y todo.
Me quedé un momento mirándolo fijamente. Así, tan serio, no parecía el joven maknae que era. Había madurado. Todos lo habíamos hecho. Me pregunté en qué momento habríamos despedido a Peter Pan de nuestros sueños y habíamos decidido crecer. Él siguió hablando sin darse cuenta de los trágicos pensamientos que paseaban por mi mente.
- Tengo que empezar a asumir que entre CNU y yo ya no queda nada. Ahora quiere a Baro, no a mí – su ceño se frunció un segundo; luchaba contra las lágrimas -, y aunque personalmente no lo comprendo, tengo que aceptarlo. Así que voy a ir con vosotros. Aún pensáis salir, ¿no?
- Sí – asentí.
- Pues estaré listo enseguida.
Se fue, dejándome aún más confundido que antes. ¿¡Cómo que CNU quiere a Baro!? ¿¡Y Baro lo sabe!?
Mis pensamientos fueron interrumpidos por la entrada en escena del mismísimo tipo de las gafas, quien se sentó frente a mí con un quejido de dolor. Hace apenas un momento pensaba que su dolor provenía de alguna reconciliación un poco brusca, pero ahora me pregunté si se habrían peleado. No una pelea a gritos, como tantas habían tenido, sino una a golpes. Traté de imaginarme a CNU perdiendo la paciencia y golpeando a Gongchan, quien le devolvía el golpe sin dudar. Era una ilusión complicada de ver.
- ¿Somos los únicos que estamos listos? – me preguntó. Como única respuesta señalé mi pelo despeinado – Ams...Sandeul ha vuelto a ocupar el baño, ¿eh?
- Si, bueno, ya le conoces – me moría de ganas de preguntarle acerca de eso de <<CNU quiere a Baro>>, pero no lo hice ya que el mismo apareció en el salón con el pelo muy bien peinado hacia arriba y una camiseta a rayas que sin duda le quedaba muy bien.
- ¿Nos vamos ya? – preguntó.
- Cuando quieras – le contestó Sandeul, apareciendo también. Gongchan le seguía por detrás.
- Espera, voy a peinarme – intenté levantarme pero, de repente, Sandeul estaba frente a mí peinándome con los dedos. Me quedé muy quieto, conteniendo incluso la respiración, observando como se movían sus brazos a mi alrededor y sintiendo la suavidad de sus manos recorriendo mi cabello.
- Ya está – sentenció -, guapísimo. ¿Nos vamos?
A pesar de que el corazón me galopaba a mil por hora y me temblaban las piernas, me las apañé para sonreír y darle la razón.
END POV JIN YOUNG
* * *
POV BARO
Miré el local atestado de jóvenes que exhibían sus músculos y bellezas con mucha pierna al aire. La vida, las risas y el alcohol rodaban a mi alrededor acompañado por el humo de algo que sin duda no era tan legal como el tabaco. La música electrónica retumbaba a la vez que parpadeaban las decenas de lucecitas de colores que había esparcidas por la ajetreada discoteca para ricos y famosos. Me topé con algún que otro cantante, bailarín o actor mientras recorría la pista de baile con la mirada.
Pensé que no sería demasiado difícil dar unos pasos y perderme entre la multitud, pero me recordé que había venido con mi compañeros, quienes se dirigieron a la barra a pedir “algo”.
Pronto perdí la noción del tiempo y de la realidad. El vodka entraba por mi boca a raudales. Más de una chica me reconoció y se empeñó en bailar conmigo. Descubrí que mis ojos no se iban solo tras los esbeltos cuerpos femeninos, también seguían a algún adorable chaval que pasaba por mi lado.
Me explico. No es que de repente, tras acostarme con Gongchan yo me hubiese vuelto bisexual ni nada parecido. Lo que pasaba es que siempre había querido mirar, pero hasta ahora nunca me había atrevido a hacerlo. Así que un momento estaba deleitándome con el amplio escote de la dama que daba vueltas a mi alrededor y en el siguiente seguía con la mirada el lindo trasero de un chico que, por seguir a la moda, llevaba los pantalones tan bajos que podía contar las rayas de colores de sus calzoncillos.
Me sentía...bien, creo. No era el alcohol lo que me hacía sentirme libre de hacer lo que quisiera. <<Si te gusta, el hecho de que sea un hombre no debe frenarte>>, recordé. Quizá mi amigo tuviese razón.
Vi a Sandeul bailando con dos chicas cerca de mí. Fui a acercarme hacia él y cuando estaba casi al lado, una de las chicas, la rubia, se lanzó a sus brazos y a su boca. Todo lo demás pasó muy deprisa. La otra chica, morena, debió sentirse ofendida ante el fresco comportamiento de la rubia, ya que se lanzó sobre ella con la intención de separarla inmediatamente de mi amigo. Ante el riesgo de que Sandeul saliera herido en la pelea, terminé de acercarme a él y le alejé unos metros de las chicas, que ahora rodaban por el suelo entre gritos y manos que trataban de separarlas.
Sandeul se reía a carcajadas, probablemente tan borracho ya que no se daba cuenta ni de lo que ocurría a su alrededor. Me encontré, o más bien me choqué con Jin Young. Sonrió al verme. No estaba borracho, noté, pero si un poco bebido. Le encasqueté a Sandeul.
- Cuida de él – le dije por señas -. Voy al baño.
El líder levantó el pulgar en una especie de OK y sujetó a Sandeul, quien aún seguía riéndose.
Entré en el baño que, sorprendentemente, estaba vacío. Me dispuse a vaciar de alcohol mi vejiga y a arreglarme un poco. Estaba en lo segundo cuando se abrió la puerta. Vi en el espejo como el reflejo de CNU cerraba la puerta tras de si. Me sonrió y se dispuso a hacer lo mismo que acababa de hacer yo. Cuando acabó se acercó a lavarse las manos. Yo me peleaba con un mechón de pelo que había caído y que se negaba a abandonar mi frente.
- No creo que consigas hacer eso solo con agua – me dijo.
Había una especie de rubor en sus mejillas producido por el alcohol que le hacía estar aún más guapo de lo normal. Comenzó a hablar de cosas sin importancia mientras se peinaba, o al menos eso espero, porque no le estaba escuchando. La verdad es que estaba demasiado ocupado observando su reflejo en el espejo que había frente a los dos. Decidí escucharle.
- ...y ya no sé que hacer para rechazarle – decía -. Creo que tendré que mencionarle que me interesa más su amigo que ella.
Empezó a reírse. Así que le estaba rondando una chica y él no sabía como librarse de su atención. Le interesaba más su amigo...¿Me sentía celoso?
- ¿Y tú? – me preguntó - ¿Le has echado el ojo a alguna chica o...chico?
- Sí, la verdad - vi la decepción en sus ojos.
- Oh...Pues, suerte, supongo.
Se alejó del lavabo en el que estaba apoyado. Yo vi en el espejo como mi reflejo le imitaba y se deslizaba tras él. Me puse de puntillas para apoyar la barbilla en su hombro y le rodeé con los brazos.
- Hay alguien a quien no puedo dejar de mirar – dije.
Su sonrojo aumentó. Me gusta, pensé, Dong Woo me gusta. No está mal, ¿verdad?
- Quizás – decía CNU, leyéndome el pensamiento – deberías decirle que te gusta.
- No hace falta – vi como ponía cara de sorpresa -. Eso es algo que él ya sabe.
Se volvió hacia mí. Estaba apoyado en el lavabo mientras yo le mantenía abrazado. Nuestros pechos se acercaron. Sentí su torso fuerte junto al mío. Le mantuve la mirada; estaba guapo con gafas, pero sin ellas era casi imposible mirarle sin estremecerse. Poco a poco, nuestras bocas se encontraron con avidez. El sabor a whisky de su boca se mezcló con el vodka de la mía. Nos devorábamos con ansia mientras la música retumbaba al otro lado de la pared.
Oí como la puerta trataba de abrirse. Él también lo oyó y se alejó de mí, pensando dónde esconderse. Yo fui más rápido que él. Lo arrastré a uno de los compartimentos del baño dónde, por suerte, la puerta llegaba hasta el suelo, pero no cerraba. La sujeté con la mano para que no se abriese sola. Sentí la agitada respiración de CNU en mi cuello. Estábamos en un espacio muy reducido y no podía evitar que nuestros cuerpos se rozaran, lanzándonos gritos y descargas eléctricas cada vez que lo hacían. Conseguí resistir hasta que los dos o tres borrachos se fueron y en cuanto cerraron la puerta tras ellos me lancé a los labios de Dong Woo, que me devolvió el beso con tantas ganas como yo.
Nunca me ha gustado demasiado el alcohol. Es peligroso. Digo lo que pienso sin pensar en a quien haré daño y actúo de forma estúpida. En ese momento estaba totalmente ebrio y disfrutando del placer de recorrer a CNU con mis manos y mi lengua. Era agradable, sin duda. Pero por culpa de estar borracho no sentí como mi mano soltaba el pomo de la puerta y esta se entreabría en silencio. Tampoco oí como alguien entraba en el baño. Y por supuesto no vi la luz roja de la cámara del móvil.
Segundos después esa foto estaría de camino a las manos más fatales que existían en mi pequeño mundo.