“Maldita sea que dulces son sus labios” pensó Paula mientras se separaba de ellos, la oscuridad no dejaba apreciar nada, solo podía observar una silueta frente a ella, no sabía si Vianey estaba enojada, triste, sorprendida o alguna expresión que diera a entender que después de ese momento dejaban de ser amigas. “Lo lamento” se dijo con algo de tristeza mientras que volvía a juntar sus labios con los de su mejor amiga.
Quería comerla, devorarla… nunca había besado a una mujer, pero aquello le supo a gloria; los pequeños besos se tornaron mas rápidos y mas profundos, ninguna sabía lo que hacía solo lo hacían, Paula rápidamente se posicionó arriba de Vianey, claro nunca dejando de besarse… Paula tomó las manos de su amiga y las puso arriba de su cabeza pero no las sostuvo ahí ya que estaba ocupada sosteniéndose ella para no dejar caer todo su peso en su amiga.
La besó mas salvajemente mientras pasaba de sus labios a su blanco cuello, mordiendo y besando cada parte que podía mientras sentía como la cadera de su amiga se había rosado con la de ella, eso había provocado que las dos jóvenes gimieran, pero rápidamente tuvieron que contenerse ya que a tan solo un metro se encontraba durmiendo la hermana de Paula y a un cuarto los padres de la misma.
Ninguna decía nada, solo se limitaban a besarse, pero aquello era poco; Paula decidió llegar un poco mas lejos, con una mano comenzó a alzar la blusa de la pijama de su amiga, Vianey solo soltaba pequeños gemidos ahogados mientras la ayudaba. Cuando al fin logró deshacerse de la parte de arriba de la ropa de la castaña se dispuso a besar desde el cuello hasta los pecho de la chica, los cuales Paula se dispuso a lamer… Ninguna de las dos se había detenido a pensar como seria su relación después de ello, Paula solo sabía que tenía una voz en su cabeza que le decía que eso estaba mal, que si continuaba perdería a su mejor amiga aunque realmente a este punto de los hechos ya era demasiado tarde, lo único que le quedaba ahora era simplemente disfrutar lo poco que le quedaba a lado de su amiga; Paula jamás se había imaginado tener algún contacto físico con alguna mujer, no sabía como demonios se encontraba en ese momento teniendo sexo con su amiga, aunque no se le podía considerar sexo realmente, ya que al parecer aun estaban un poco indispuestas a pasar ahora a más.
Vianey gemía mientras que seguía sintiendo a su amiga, tomó sus manos y también se dispuso a tocar los pechos de Paula, ambas gemían quedamente, pero no duro mucho, ya que al parecer la voz que le había gritado en la cabeza a Paula que se detuviera al fin funciono… Paula se detuvo con la respiración acelerada, de igual manera Vianey… ninguna dijo nada, Paula se posicionó a un lado de su amiga y simplemente dejaron que su respiración se tranquilizara, ambas seguía en silencio, estaban en silencio realmente extraño.
_ Buenas noches_ dijo Paula mientras que se giraba de lado.
_ Buenas noches_ respondió Vianey.
Paula quería decirle que la amaba, pero no pudo…las palabras ya no lograron salir de su boca y lentamente se dejo caer en el mundo de los sueños…
La mañana llegó, el sol comenzó a entrar en las dos grandes ventanas de la habitación… Paula comenzó a abrir los ojos lentamente, se estiró y de un momento a otro las escenas de lo que había ocurrido la noche anterior hicieron que diera un pequeño brinco. A su lado se encontraba dormida Vianey, que linda era hasta durmiendo, pero esa idea hizo que su corazón sufriera, se levanto de la gran cama intentando no despertar a su amiga, fue en busca de su toalla y sus cosas para cambiarse y simplemente se metió en el cuarto de baño.
“Que estúpida” se maldecía mentalmente Paula “¿Por qué no me pude contener mas?” pensaba mientras se bañaba lentamente, sabía que era una cobarde y que tal vez Vianey ya no le volvería a hablar pero todo ya estaba echo… no había marcha atrás tenía que enfrentarse a la persona que dormía plácidamente en su cama.
Se vistió todavía dentro del baño y salió secándose el cabello, cuando miró se pudo dar cuenta de que Vianey estaba despertando.
_ Buenos días_ saludo intentando sonar alegre Paula.
_ Buenos días_ dijo adormilada Vianey.
_ Creo que es mejor que te bañes, para que después bajemos a desayunar _ dijo Paula mientras que se evadía buscando alguna cosa para ponerse en el pelo…
la vio levantarse de la cama, tomar sus cosas y meterse a bañar.
Suspiró pesadamente, comenzó a tender su cama y se terminó de arreglar mientras que esperaba a su amiga.
Al fin la puerta se abrió y Vianey salió.
_¿Estas bien?_ le preguntó Paula nerviosa.
_ Si, aunque será mejor que me ayudes con esto_ dijo mientras que señalaba un chupetón en su cuello de color morado.
Paula nada mas soltó una sonrisa, fue en dirección a su joyero y sacó una gargantilla gruesa que cubría la mayoría de su cuello.
_ Ten, con esto por el momento no te dirán nada_ decía mientras se la ponía en la mano._ bajemos a desayunar_ intentaba hacer como si no hubiese pasado nada, aunque le dolía sabía que era necesario.