Capítulo 9: Amargo grito y Triste lamento.
Las almas encarnadas en sufrimiento y soledad, tienden a pudrirse lentamente, la agonía puede ser insoportable, la miserable vida de un ser que siempre fue despreciado. Una vida agónica, llena de tristeza y tormento, no puede terminar bien, no importa cuán bueno sea una persona, siempre acaba por podrirse como una fruta. Así es querido/a lector/a, el niño dulce y tierno con el cual comenzamos este relato, ha desaparecido en un mar de locura y desesperación.
Es triste, pero es el fruto de una sociedad que es implacable contra aquellos seres diferentes, es el fruto de una inmunda sociedad sin escrúpulos, pero da una sensación de ira, de impotencia que sea un alma inocente quien paga eso, es Tan molesto, pero nadie hace nada para evitarlo, es amargo, es un trago muy amargo.
La mañana se asomaba por la única ventana de su hogar, vistiendo su uniforme de escuela, su mirada era sombría y severa. Ya no era ese niño inocente, ya no estaba, solo quedaba el odio de un alma a la deriva, solo quedaba el iracundo sentimiento de desprecio que había guardado durante muchos años. Un alma adolorida que gritaba piedad, ahora se ha callado para jamás volver hablar, y ahora solo quedaba los gruñidos del odio que dominaban su corazón hecho polvo.
-Buenos días amo...-dice la voz del demonio, el cual lo esperaba en la mesa del comedor, mirando a su amo fijamente, con una mirada de obediencia total
-….-El pequeño no le responde, se sienta en la mesa y come su desayuno sin dirigirle la palabra al demonio, ni siquiera lo miro en todo el desayuno, y ese hecho hizo al demonio enojarse un poco, con el ceño ligeramente fruncido llama la atención de su amo, hablando un poco más fuerte.
-Buenos Días…-dice en un tono de voz más fuerte.
-…-El niño lo mira fríamente- no te he dado el permiso para hablar…-dice en un tono de voz cortante y sigue comiendo tranquilamente.
-…..- Al demonio casi se le cae la mandíbula, no pudo decir nada de la misma sorpresa, solo quedó allí parado, mirando como su amo se levantaba de la mesa, tomaba su mochila y partía a su escuela, la casa quedo en soledad , solo estaba el demonio parado allí, en un estado catatónico, asombrado y enojado a la vez. Nunca le habían faltado tanto el respecto como ahora, y eso le molestaba pero a la misma vez le encantaba. Curva una sonrisa entre burlesca, iracunda y seductora en sus labios, mientras soltaba una risa irónica.
-Amo…-susurra- está jugando con fuego…
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El reloj marco las 7:30 AM, el timbre sonó con fuerza en toda la escuela y el niño estaba sentado en el último pupitre de su salón. Su aula comenzó a llenarse lentamente de sus (fastidiosos) compañeros, miraba hacia afuera de la ventana que estaba a su lado, un bello cielo azul se asomaba en lo más alto, las nubes blancas y suaves pasaba lentamente por lo alto, pasando enfrente de un bello sol dorado. El niño quedo maravillado ante tal paisaje tan hermoso y por lo tanto quedo desconectado de su alrededor.
Sus compañeros comenzaron la algarabía de todas las mañanas, los susurros, las risas y los gritos se combinan y causan un sonido fuerte, insoportable, pero el chico estaba tan perdido en su cabeza que no notó este enorme vomito de sonidos. El maestro entró por la puerta del aula, con un gran grito demando silencio y los alumnos callaron, el niño seguía viendo la ventana y el bello paisaje ante él.
-Alumnos…-dice el profesor en tono firme- se ha unido un nuevo estudiante a nuestra clase, él se crío en estados unidos, por lo cual es un año mayor que ustedes…-el maestro abre la puerta de su aula, de ella sale lentamente un chico alvino, vestido de uniforme y con una suave sonrisa tímida se inclina- les presento a su nuevo compañero Ryuo Bakura.
-Es un placer conocerles…-se inclina suavemente, el chico sale de golpe de su mente, mira al frente sin poder creerlo, era el mismo chico alvino que había conocido la otra noche. Frunce ligeramente el ceño y maldijo su suerte, suspiro volviendo a ver la venta, tratando de ignorar al alvino, rezo con todas sus fuerzas para que ese alvino se sentara muy delante de él, pero su suerte no le sonrío ese día. El alvino se fue hasta atrás y se sentó justamente a su lado.
-Maldita sea…-maldice el niño en voz baja mirando hacia la ventana, con el ceño fruncido.
El maestro comenzó a explicar las clases, el niño no prestaba ni la más mínima atención, se dedicó a seguir mirando la ventana, mirando el bello paisaje que el ofrecía esa mañana tan bonita, pero su mente dio un sobresalto, cuando sintió en la punta de sus dedos un papel, aparto la vista de la ventana y miró hacia abajo. En la yema de sus dedos estaba un pequeño papel doblado, miro a su lado y ahí estaba el alvino, mirando con atención al profesor, el niño suspiro pesadamente y toma el papel entre sus manos abriéndolo.
“¿Comemos juntos en receso?...”
Era lo único que ponía el papel, el niño se quedó pensativo un momento, tal vez podía hablar con ese alvino y pedirle que lo dejara en paz o sino… una sonrisa macabra se forma en su boca, un pensamiento cruel paso por su mente, sangre y un grito ahogado, río suavemente y escribe algo en el papelito y se lo lanza al alvino nuevamente.
“Será todo un placer”
Responde en papel el niño, el alvino miró a su compañero de salón, sonriendo dulcemente, mientras que el niño se quedó mirando la ventana con una sonrisa macabra en sus labios, pensando cosas sacadas de pesadillas, relame sus labios al imaginarse el sabor de la sangre, y ahí estaba ese asqueroso y mordido placer, ese placer que lo quemaba y hacía temblar. Un placer que era tan intenso y poderoso, que hacia parecer el orgasmo solo como una simple estimulación, con solo imaginar unos ojos muertos reflejando su cara distorsionada por la sangre, hacía que todo su cuerpo tuviera un placentero escalofrío.
Ya nada quedaba su anterior ser, bueno y bondadoso, ese ser había sido enterrado junto a toda su esperanza y temor, ese ser había desaparecido esa noche, cuando quito la vida a tres vulgares insectos. Tan metido estaba en su pensamiento tan macabro que no notó que el maestro lo estaba llamando la atención, hasta que esté le grito fuertemente.
-¡¡SEÑOR MOTUO!!-el aludido mira al profesor- ¿podía decirme que es lo que estaba explicando?...
-Si no sabe usted, menos lo sabré yo…-dice el niño en un tono indiferente.
-¿Cómo ha dicho?-dice el profesor mirando al niño con severidad.
-¿Acaso olvido colocarse el aparato de sordera que le compraron?..-su maestro era un señor mayor, mucho mayor para ser francos- dije: Si usted es tan inútil para no saber lo que está explicando, por consecuencia yo tampoco lo sabré…
-¡¡¡señor Motuo!!!-dice el profesor rojo de rabia- como usted es un alumno obediente, si se disculpa ahora y admite su error, pasare de alto esta falta de respecto y me ahorrare la penosa necesidad de llevarlo con el director…-los demás alumnos estaban en sus asientes, guardando un silencio atónito, incrédulos ante la actitud del chico que ellos llamaban “bicho raro”
-De acuerdo profesor…-dice el menor suspirando cansado- me disculpo por recalcar su enorme ignorancia e inutilidad como docente.
-¡¡AHORA SI, VAYA A LA OFICINA DEL DIRECTOR YA MISMO!!-grita el profesor sacado de sus casillas, el niño ante la mirada atónita de sus compañeros (incluyendo el alvino), sonriendo de lado llega la puerta del salón, se da la vuelta y levanta una mano haciendo un gesto ofensivo con su dedo medio.
-¡¡¡Váyanse todos a la mierda…!!!-dice el chico, causando un gran “ah!” de parte de todo el salón, el maestro palidece de ira ante eso, pero antes de que pudiera gritar algo el niño se había ido de allí riendo de una manera burlesca y macabra.
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Era hora del receso, cuando por fin salió de la oficina del directo no solo había conseguido ser castigo, sino que también se había ganado un mes de trabajos escolares extras y quedarse una hora después de clases durando 3 meses. El niño estaba orgulloso de eso, ese director nunca lo defendió de las basuras que lo molestaban, ahora estaba totalmente enfrascado en hacerle la vida miserable a ese hombre, río con cinismo, era el momento de muchos cambios.
El niño estaba sentado en un banco muy alejado del patio del colegio, aun así algunos alumnos desde lo lejos lo miraban y susurraban, el chisme se había corrido muy rápido, esto divertía al niño con una pícara sonrisa se mostraba mientras observaba el cielo que se alzaba encima de él. Más su sonrisa no duro, pues a su lado llego aquel alvino quien tenía un semblante serio, este hecho divirtió al niño de sobremanera, hasta una sonrisa maliciosa se curva en su boca.
-Pareces una persona totalmente distinta…-dice el alvino con un tono serio- ¿tuviste una metamorfosis anoche o qué?...
-Puede ser copo de nieve…-se burla el niño- en fin, ¿deseas hablar algo conmigo?...
-¿Copo de nieve?-pregunta con el ceño ligeramente fruncido- sí, deseaba decirte que en nombre de mis amigos una sincera disculpa si llegamos a incomodarte anoche con nuestros comentarios… lo lamentamos de verdad…-el alvino se inclina ante él.
-…….- El niño se quedó mirando al alvino un rato, luego suspiro cerrando sus ojos- Tranquilo…-dice en un tono relajado y algo indiferente- no es necesario disculparse, ya todo paso…-abre sus ojos- me sobre excedí anoche, digamos que algo en mí explotó- sonríe con un aire burlesco- yo me disculpo también…-dice en un tono suave- dije cosas horribles sin conocerlos bien…-se levanta quedando frente a frente del alvino.
-No te preocupes…-le sonríe dulcemente.
-Vaya…-susurra- no eres como los otros….me equivoque-susurra- no mereces castigo…-dijo esto en un hilo de voz muy bajo, tan bajo que el alvino no lo escucho.
-Bueno…-dice el alvino sonriendo algo nervioso- ¿comemos?...
-Yo ya comí en casa, pero si quieres comer a mi lado y charlar por mí no hay problema copo de nieve…-dijo esto con algo de burla.
-Gracias, ¿y por qué me llamas copo de nieve?...-le pregunta mientras va al banco y se sienta.
-Porque eres blanco desde la punta del pelo a los pies…-dice con tono burlesco.
-Ah ok…-dice con un goterón en la cabeza, mientras comienza a comer su desayuno lentamente.
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El cielo estaba teñido de un hermoso color naranja, los estudiantes salían lentamente de la escuela, el niño caminaba a la par del alvino, conversando sobre cualquier cosa tonta, era la primera vez que el niño hacía eso con alguien, siempre había estado solo al salir de la escuela y aquello para él era muy nuevo. Cuando estaban a unos metros del colegio el niño reconoce a lo lejos a su demonio y al demonio del alvino, frunce levemente el ceño, su mirada se torna severa y fría.
-Amo…-dice ambos demonios mientras se acercan ambos chicos.
-Hola kura…-dice dulcemente el chico alvino mientras toma la mano de su demonio, apretándola un poco.
-Hola amo ryou…-dice sonriendo el chico de la cicatriz con un leve sonroje.
-Hola…-dice el chico en un tono frío e indiferente, mirando a ambos demonios con una mirada dominante.
-Buenas tardes amo Yugi…-dice el demonio respetuosamente.
-Antes de hablar pide permiso…-demando el niño mirando al demonio con severidad, este asiente simplemente ante la mirada atónita del demonio de la cicatriz.
-Yami…-murmura el chico de la cicatriz sorprendido.
-Yugi-kun…-dice el alvino un tanto nervioso por el aura que rodeaba la situación- ¿no crees que estas siendo algo severo con él?...
-No…-responde firmemente, comenzando a caminar hacia el frente pero mientras caminaba un chico mayor choca con él, haciendo que el chico cayera sentado al suelo- ¡agh!...
-¡AMO!...-llama el demonio mientras da un paso al frente, pero ante de poder hacer algo el chico mayor había tomado del cuello al niño.
-Maldito mocoso…- dice ese muchacho- ¿¡¡acaso no ves por donde vas!!?...
-……..-El niño lo mira fijamente, entonces sonríe con un aire macabro- ¿Quién te dijo que puedes tocarme?...-el niño saca de su bolcillo una pequeña hojilla y corta la muñeca de ese muchacho a lo largo de la muñeca.
-¡¡AAAGH…!!...-grita el muchacho dando un paso para atrás- ¡¡MALDITO!!
-Hermoso…-toma la muñeca del muchacho y comienza a lamer la sangre de muñeca muy suavemente, sonriendo de una manera macabra y mordida- sabe tan rico….
-Eres…-dice el muchacho apartándose de ese niño con cara asustado- eres un enfermo…-el niño se abalanza sobre él y clava la hojilla en su mejilla- AAAAAGH!.....
-Jajajaja….-sonríe mordidamente- si vuelves a tocarme…-se acerca a su mejilla ensangrentada, el muchacho por alguna razón no podía moverse, estaba paralizado de pies a cabeza- voy a tomar toda su sangre… cortare tu pie rodaja por rodaja, lamiendo tus músculos y huesos lentamente, luego voy a venirme en tu cadáver….-susurra lamiendo la sangre de la mejilla de ese muchacho aterrorizado- tu sangre tiene un sabor particular….-susurra mientras un sonroje se marcaba en las mejillas de ese niño, como si estuviera excitado.
-¡agh, aléjate enfermo!...-grita el muchacho, mientras se quita de encima la niño y sale corriendo lejos de allí.
-Que lastima…-susurra el niño, sonriendo macabramente- su sangre sabía tan rico….-dijo mientras relamía sus labios, borrando una gota de sangre que estaba en su boca- otro momento será…-se voltea y mira a sus compañeros, el alvino estaba en un estado de shock, el muchacho de la cicatriz tenía los ojos bien abiertos y su demonio tenía la mandíbula desencajada, con los ojos dilatados y con un sonroje muy, muy sutil en sus mejillas- ¿nos vamos?...