Capitulo 7: Lo extraño
A la mañana siguiente cuando Pierre despertó, no fue capas de ver a Kalima de la vergüenza que tenia. Y agradeció profundamente la llegada de Legolas y Leriel a su habitación, lo que no permitió que ambos estuvieran a solas.
Y así pasaron dos días, asta que al fin completamente reestablecido de sus quemaduras el doctor le volvió a permitir vestirse.
Pierre estaba sentado en su cama, bastante aburrido pues estaba solo y estaba leyendo un libro, cuando Kalima entro a su recamara seguido de un hermoso jovencito, que debía detener su edad.
El joven junto a Kalima, tenia el cabello castaño, era esbelto, ligeramente alto y de ojos dorados.
-Pierre.
Lo saludo Kalima. Como siempre que lo veía desde el episodio donde Kalima lo había acariciado cuando lo curo Pierre se sonrojo como una amapola, mientras lo saludaba con una inclinación de cabeza.
-Kalima.
Le devolvió el saludo.
-Pierre te presento a Elemmire, Elemmire será tu doncel de compañía.
Pierre lo miro extrañado, pero antes de que pudiera hablar Kalima se acerco a el asta la cama y tomándole el rostro entre las manos lo beso suavemente. Pierre bajo la mirada apenado mientras sus mejillas se ponían rojas.
-Te veo esta noche cenaremos juntos.
Le dijo y dándose la vuelta se fue dejando a Pierre con tres palmos de narices y sin darle oportunidad de responder.
-Alteza.
Le saludo el castaño que había quedado solo con el. Pierre lo miro y le sonrió.
-Hola tu eres Elemmire ¿verdad?
El castaño asintió.
-Acércate Elemmire no muerdo, llámame Pierre nada de referirte a mi como alteza.
Le sonrió el italiano. El joven asintió y se acerco a el. Pierre lo miro fijamente.
-¿Y tu eres?
-Un mago.
Le sonrió Elemmire.
-Elemmire espero que no te ofendas pero no entiendo por que me asignan ahora un vigilante.
Elemmire le sonrió.
-Su tío, el príncipe consorte Legiel lo exigió, pues las leyes y tradiciones indican que un joven fértil como es su caso, no debe de estar solo en ningún momento con su prometido. Además de que como joven fértil, solo puedes ser atendido por otra persona fértil o por alguien mayor.
-Pero, el príncipe Kalima, me ayudo a bañarme.
Pierre enrojeció al darse cuenta de lo que había dicho y Elemmire también.
-No debe de decir eso mi Lord comprometería su honor si alguien lo supiera. Un joven fértil y mas un príncipe como usted debe llegar puro a su matrimonio y si alguien supiera que el príncipe, su prometido lo ha visto desnudo, dudarían de su moral. Es por eso que su tío Legiel a exigido que se le asigne su doncel de compañía.
-Ah...bien...creo.
Elemmire le sonrió apenado.
-No se preocupe mi Lord...
-Llámame Pierre...
-No se preocupe Pierre, yo lo ayudare con todo para que se acople rápido a las leyes y costumbres de Mítica, es usted ahora uno de los nuestros.
-Gracias, supongo.
***
-¿Qué le sucede Pierre?
Le pregunto Elemmire preocupado al hermoso joven de cabellos bicolor, quien tenia una mirada de profunda tristeza.
Elemmire lo estaba ayudando a arreglarse para la cena de esa noche con el príncipe Kalima. Lo había ayudado a bañarse y a vestirse con una túnica azul marino con estrellas plateadas bordadas en sus bordes.
En ese momento lo estaba ayudando a peinarse su hermoso cabello rubio con mechones rojizos y aunque se veía hermoso, sus ojos se veían sumamente tristes.
Pierre miro a Elemmire a los cálidos ojos dorados, mientras sus propios ojos azules se llenaban de lagrimas.
-¿Niño Pierre le sucede algo?
-Es solo que pensaba en mi padre Elemmire. Tiene que estar tan preocupado, tan angustiado, tan solo. Si al menos le pudiera decir que estoy bien.
Se lamento el joven Italiano, dejando salir sus lagrimas con un suave sollozo.
-Sabe aunque no puedo aliviar su pena, si la puedo compartir con usted niño Pierre. Me permite darle un abraso.
Pierre asintió con sus ojitos llenos de lagrimas.
Elemmire lo abraso con ternura apretando contra su corazón y un triste Pierre se aferró a ese abraso en busca de consuelo y confort para su triste espíritu.
-Nadie paréese darse cuenta, para todos es tan normal que este aquí, a nadie le importa mas, solo que soy el prometido de Kalima y el nieto de la reina Maharet. A nadie le importa el echo de que soy el hijo de Andrea Santorrino, un buen hombre que me debe de estar llorando. Un buen hombre que se tiene que estar muriendo de angustia y sobre todo una persona a la que amo con toda mi alma.
Estallo Pierre en llanto sacando todo lo que sentía de dentro de su pecho.
-Nadie aquí sabe la impotencia que se siente y lo duro que es criar a un adolescente que esta en silla de rueda. Aquí son ricos, siempre abra algún empleado o alguien que se encargue de mi. En cambio mi padre aunque no somos pobres, tampoco somos ricos y es el quien me ayuda en todo. Extraño mi casa, mi cuarto, mis amigos, mi escuela, mi silla de rueda que me permitía ser alguien que se podía valer por si mismo.
Pierre se limpio las lagrimas enderezándose.
-No malinterpretes amo a mi tío Legiel, Elemmire, es fantástico, el llena el vació en mi que dejo mi madre. Pero a cambio e quedado con el vació de no tener a mi padre. No soy un mal agradecido quiero Leriel a Legolas, incluso al rey Karinte y Kalima...Kalima me gusta -confeso Pierre sonrojado-Pero siento como si me hubiesen arrebatado mi vida de golpe. Sabes aun nisiquiera e tenido tiempo para hacerme a la idea, de que...este lugar están distinto a la tierra y... mi vida esta patas arriba.
Se lamento Pierre cubriéndose el rostro con sus manos.
-¿Quieres volver a tu hogar?
Le pregunto Elemmire quitándole las manos del rostro y mirándolo a los ojos con una sonrisa tierna.
-Se que no puedo. Se que me toca pagar por lo que hizo mi madre y que Kalima nunca me dejaría ir, pero al menos quisiera tener la oportunidad de abrasar una ultima vez a mi padre y decirle adiós.
Sollozo Pierre. Elemmire le limpio las lagrimas con el corazón enternecido. Pierre era aun mas hermoso que los mismos ángeles y ver esos hermosos ojos llenos de lagrimas le rompía el alma.
-Sabes Pierre no te puedo ayudar a salir de aquí. Me iría muy mal si hago eso. Pero tal vez te pueda ayudar a despedirte de tu padre.
-¿De veras Elemmire?
Pregunto Pierre con sus hermosos ojos azules llenos de esperanza. Y aunque Elemmire supo que seguramente se estaba metiendo en un problema la carita de esperanza de Pierre lo hizo sentirse aun mas seguro de lo que iba a ser.
-Si, soy mago, buscare en los libros, puedo acerté llegar asta a tu padre. Tu cuerpo quedaría aquí, pero tu alma y espíritu, podrán ir asta tu padre materializarte ante el y así despedirte.
-Hagámoslo.
Pidió Pierre emocionado.
-No tan rápido Pierre-Le dijo Elemmire-No es tan fácil, necesito preparar una poción y ay que dibujar los símbolos, conseguir las hierbas que rodeen el circulo donde estará tu cuerpo, hacer el talismán y...
-¿Y para que?
-Eso es lo que asegurara que tu alma y espíritu regresen a tu cuerpo. Y lo que te mantendrá seguro.
-¿Cuánto tiempo?
-Tres semanas un mes.
Pierre suspiro triste pero aun así mas animado.
-De acuerdo, gracias Elemmire.
Le dijo al joven jalándolo asía el para abrasarlo. Elemmire asintió con una sonrisa.
-Es un placer, un rostro tan hermoso como el tuyo, no debe de ser teñido jamás por la tristeza. Y no es lo único que puedo hacer por ti. Si quieres le puedo decir al príncipe que te sientes algo indispuesto y que quieres descansar, esta noche.
-¿Arias eso por mi?
-Por supuesto.
-Gracias Elemmire, se que apenas hoy nos acabamos de conocer, pero ya te considero como mi amigo.
-Apenas soy algo mayor que tu, tengo 19 años, pero es extraño siento, como si tu fueras el hermano gemelo que la vida me quito.
-¿Tienes un hermano?
-Si tuve un hermano gemelo, no éramos parecidos físicamente, el era pelinegro y tenia los ojos azules, pero erramos uña y carne. Pero el murió, un ataque de los orcos acabo con la vida de el y de mis padres-Recordó Elemmire con tristeza-Apenas tenia 8 años entonces. Desde entonces vivo aquí en el palacio con mi abuela.
-Lo siento mucho Elemmire. No pretendo sustituir a tu hermano eso es imposible, pero si me dieras la oportunidad me gustaría ser tu hermano. Yo nunca e tenido uno y seria fantástico que tu fueras el hermano que la vida me negó.
-No es correcto, por que tu eres un príncipe y yo un sirviente. Pero no te puedo decir que no, desde que te vi, te tome un gran cariño.
-Y yo a ti. Así que nada de referirse a mi como usted.
-Echo y tu me puedes llamar Emire así me llama mi abuela.
-Bien Emire, mi hermano.
-Pierre, mi hermano.
Repitió Elemmire y ambos jóvenes se abrasaron con una sonrisa bailando en sus labios y rostros.
Continuara...