Avanzaban por un pasillo angosto, tenían que caminar uno detrás del otro en fila india. El hombre de adelante abría la marcha, los guiaba por ese pasillo, tomaba curvas y abría puertas... a donde los llevaba? Sea donde fuere seguro no era bueno…delante de el caminaba su hijo con la cabeza gacha, resignado a su suerte. El caminaba justo detrás de Gaara. Iba pensando en lo que le había dicho anteriormente. Se sentía aliviado, había podido decirle la verdad a su hijo. Ahora podía estar en paz, sabia que Gaara no iba a perdonarlo por haberlos abandonado pero no le importaba, había logrado quitarse un gran peso de encima y eso le permitía estar en paz... Gaara caminaba con la cabeza gacha, mirando el piso. Se sentía mal, no por lo que pudiera pasarle sino por todo lo que había escuchado decir… como se arrepentía!! Toda su vida alejo a su padre de él, aborreciéndolo y repudiándolo. Nunca se había molestado en buscarlo y las pocas veces que lo había visto siempre lo había humillado, mirado con odio… aun podría revertir todo el daño que se habían causado? Si ambos lograban salir de ese lugar con vida, se llevaría a sus hermanos y a su padre bien lejos. No tenia idea como hacer eso, pero estaba dispuesto a todo con tal de poder empezar con su familia una nueva vida y poder recuperar el tiempo que habían perdido… aquel hombre que abría la marcha, el que se hacia llamar “pain” se detuvo frente a una puerta de madera que a comparación de las demás se veía lujosa. Golpeo suavemente dos veces y espero a que le contestaran…
-entra- fue la palabra que se escucho decir desde adentro
Abrió la puerta y entro al recinto. Ni Gaara ni su padre tenían la intención de entrar a lo que supusieron seria el despacho de la mente maestra detrás de toda aquella organización. Fueron empujados con brusquedad por los hombres que atrás venían, los obligaron a entrar y los empujaron hasta ponerlos de rodillas frente al escritorio que allí había.
-Kisame, Zetsu. Pueden retirarse- hablo pain
Ambos hombres se dieron la vuelta y abandonaron el lugar, cerrando la puerta detrás de ellos, dejando a los Sabaku en manos del destino…
-como crees que mueran?- pregunto Zetsu a su compañero
-bah!! y a mi que me importa?, solo se que van a sufrir y mucho- contesto sin darle importancia al asunto
-tu nunca cambias, sigues siendo igual de cruel….
-gracias por el cumplido, haces que me sonroje- le contesto con ironia
-jajajajaja….
Se escuchaban las risas alejándose por el pasillo… adentro del despacho ambos pelirrojos se miraban con miedo, a pesar de estar encerrados habían escuchado el dialogo entre esos dos, la indiferencia con que había contestado el segundo les daba una idea de con quien estaban tratando. Gaara miro a su padre que le sonrío calidamente diciéndole “no te preocupes, todo va a estar bien”. Lagrimas empezaban a correr por su mejilla, ver la serenidad de su padre le hizo pensar que este se había entregado a su suerte, que ya nada le importaba… se mordió el labio inferior para impedir que su voz saliera y aparto la mirada de su padre. Pain se acerco sigilosamente hacia el sillón se inclino y le dijo algo a su ocupante a quien no lograban ver ya que se encontraba de espaldas a ellos, mirando por el gran ventanal que ocupaba la pared frente a ellos. Pain se incorporo y se retiro a un lado quedando a espaldas del ocupante del sillón. Como si fuera una película de suspenso, vieron como lentamente el sillón se daba la vuelta revelando así a su ocupante, un hombre de piel blanca con pelo negro largo hasta la cintura y algo encrespado. Los miraba fijo sin pestañear, su mirada era muy intimidante tanto que ninguno de los dos soporto esa frialdad y bajaron la mirada como si el suelo fuera lo mas interesante para ver…
-Sabaku no Gaara- hablo por primera vez destilando un profundo odio con cada palabra que pronunciaba- sabes por que estas aquí?
-no señor- contesto apresuradamente
-ohh- le dijo en tono burlesco- acaso ya no lo recuerdas? Dejame entonces que te refresque la memoria. Hace tres meses y medio conducias desesperadamente por las calles de la ciudad para llegar a horario a tu trabajo…
Gaara abrió grande los ojos. La impresión que esas palabras le daban… no podía ser!! Jamás pensó que todo eso terminaria de esa forma, porque lo tenían allí?, por que la policía no lo había ido a buscar? ahora tenia una ligera idea de porque había podido vivir esos tres meses sin mayores preocupaciones….
-mmm..... puedo ver por tu actitud que ya lo recuerdas, entonces ahora contesta. Porque estas aquí?
-porque yo…. Yo atropelle a una persona. Pero no fue mi intención, lo juro!!!- grito desesperadamente, como si de esa forma pudiera expiar el crimen
-sabes a quien fue que atropellaste?
-no señor- volvió a contestar
-mi sobrino- contesto con voz de ultratumba
No, no podía ser… aquello que le decía tenia que ser mentira. No podía creer en su mala suerte. No solo había perdido su trabajo y atropellado a una persona, sino que encima había sido a el familiar del líder de la organización mas peligrosa de la que se hubiera escuchado hablar nunca. Estaba seguro, ese crimen lo iba a pagar muy caro. Ya no importaba nada, pensó en Temari. Volvería a verla? El lo único que quería era enmendar sus errores. Ahora que tenia a su padre lo que mas quería era vivir con su familia, volver a ser lo que era antes junto a sus hermanos. Pensó en Kankuro, en las veces que lo había ayudado con su trabajo, en las veces que lo había alentado cuando el pensaba que lo había perdido todo. Que podía hacer? Que salida tenia? No veía de que forma podría librarse de esa. Dirigió su vista a donde estaba su padre, lo miraba con tristeza. No lo soporto mas y volvió a mirar al piso incapaz de mirar hacia su costado o a la persona que tenia en frente…
-lo siento mucho señor. Yo no quería nada de todo esto. Perdóneme por favor
-por tu culpa, mi sobrino ha perdido la memoria. Casi lo matas. Como crees que pagaras eso?
-yo… yo… no lo se señor. Hare lo que me diga para enmendar el daño que hice
-no!!!
Gaara miro hacia su costado, lo mismo Madara. Ambos dirigieron la vista hacia la persona que había intervenido, interrumpiendo su conversación…
-no Gaara. No aceptes nada de lo que digan
-papa?
-no lo ves hijo? Ellos quieren chantajearte, manipularte. No fue tu culpa lo que ocurrió, tu eres inocente
-ja! Sabaku si que tienes agallas. Tu hijo no es inocente, no quieras defender lo que no se puede
-escúchame bien Madara. A mi pudieron haberme engañado, metido en toda esta mierda pero mi hijo es una persona de bien, el no tiene nada que ver con todos ustedes
-una persona de bien dices? Una persona de bien no se acuesta con su hermana
Ambos Sabakus palidecieron. Como Madara tenia esa información?
-tu… como sabes eso?
-acaso te sorprende? Es obvio que tengo a tu hijo bien vigilado. Se absolutamente todos sus movimientos. A donde va cuando sale de su casa, con quien habla, que comida compra, cuando come, cuando caga. Lo se todo, incluso cuanto dinero tiene en el banco…
Sentía como lentamente se ahogaba, desde cuando había vivido así? Vigilado constantemente. Estaba totalmente atrapado y no veía el modo de salir de todo eso… Pain encendio un cigarro, un puro y se lo alcanzo a Madara quien le dio la primera bocanada y expelio el humo, impreganando la habitación con el caracteristico olor del tabaco…
-vamos a hacer una cosa- empezó nuevamente a hablar después de un largo silencio en donde ninguno dijo una palabra- tu Gaara, trabajaras para mi a partir de mañana. Será tu forma de enmendar el daño que hiciste, y de pagar todo lo que tu padre nos ha robado, incluyendo el prestamo que le hicimos y nunca devolvió. En cuanto a ti-señalo al pelirrojo mayor- basura asquerosa, dado que no has dicho en donde esta el dinero que te llevaste, ni has devuelto lo que tan amablemente- pain soltó una risita al escuchar aquella burla- te hemos prestado, moriras en lugar de tu hijo.
Los dos mencionados miraron a Madara. Gaara no podía creer lo que esa persona había dicho, su padre iba a pagar por lo que el había hecho?... no!!! Prefería mil veces que lo mataran a el. Si lo que ese hombre decía ocurría, no seria capaz de vivir con la culpa. Había renegado de su padre toda su vida, sin darle la oportunidad a que pudiera contarle su historia, y ahora pretendian matarlo por algo que el había cometido? No podía permitir que eso ocurriera, pero…
-de acuerdo- fue lo que su padre dijo haciendo que de golpe volviera a la normalidad- solo tengo una condicion, tomalo como mi ultimo deseo antes de morir
-tu ultimo deseo antes de morir? Eso es patetico… pero ya que… te escuchare, lo que no quiere decir que cumpla lo que pidas
-cuando mi deuda este saldada, deja ir a Gaara. El merece la felicidad que yo no pude darle…
-ummm..... que noble de tu parte, te comportaras como un hombre al final?
-se lo ruego!!
-esta bien
-no!!!- exclamo como si de esa forma pudiera hacerlo cambiar de opinión
-si Gaara, escucha. Tu y tus hermanos son lo mas importante para mi, prefiero mil veces dar mi vida si con eso puedo asegurar tu bienestar y el de tus hermanos. No soportaría saber que tu moriste cuando yo pude haber hecho algo para evitarlo
-pero papa… yo…- un nudo en su garganta le impidió seguir protestando. Su padre aprovecho ese momento para dirigirse a Madara
-porque haces esto?- pregunto con curiosidad
-tu ya no me eres util, pensaba matarte antes por tu desvergüenza al querer burlarte de nosotros, así que ahora me cobrare eso y además serviras para aplacar la furia de mi hermano. Con tu muerte mataremos dos pagaros de un tiro… vaya ironía…
-pero como harás para que tu hermano crea que fui yo quien atropello a tu sobrino?
-eso esta arreglado, el solo vio las cámaras de seguridad que filmaron la escena. Ahí solo se ve que el ocupante del auto tiene el pelo rojo, hizo falta un buen análisis para poder identificar al ocupante. Fugaku solo sabe que el culpable tiene la cabellera roja y como la de ustedes es igual…- se encogió de hombros dando a entender que no hacia falta mas explicación
El silencio volvió a adueñarse de la habitación, solo interrumpido por las bocanadas de humo que Madara expulsaba de su cigarro, ya no había nada mas que decir. Todo estaba arreglado, solo faltaba que **la parca** se hiciera presente y arrebatara la vida de aquel que había aceptado morir… alguien llamo a la puerta, con su inexpresiva voz, Madara lo invito a entrar. La puerta se abrió dejando ver a un hombre musculoso de ojos curiosamente verdes y rojos, pero lo mas siniestro de aquel hombre eran las variadas cicatrices que surcaban su cuerpo y se perdían por debajo de la remera que llevaba puesta…
-Kakuzu- hablo Madara
-señor, Fugaku- sama acaba de llegar. Pregunta por Ud.
-bien, ahí voy. Llévate a este- señalo al Sabaku mayor- y preparalo
-si señor- se dirigió al padre de Gaara y lo levanto bruscamente del suelo
-no!! No, no!!! Papa!!!- gritaba Gaara desesperadamente
No obtuvo respuesta, su padre se dejo llevar. Antes de salir y perder de vista a Gaara, lo miro a los ojos. Sin hablar, solo moviendo los labios le dijo
-gracias… te amo…
“gracias” “te amo”. Esas fueron las ultimas palabras de su padre. No logro contenerse y en un grito desgarrador dijo aquello que antes no había podido decir
-TE PERDONO PAPA!!!! ME ESCUCHASTE? TE PERDONOOO!!!!
Alcanzo a escuchar el grito de su hijo. Como no hacerlo? Estaba seguro que todos allí dentro lo habían escuchado. Tenia miedo, miedo de morir pero ahora gracias a esas palabras gritadas desde lo mas profundo de su hijo, sentía que podía ir hasta el mismisimo infierno y no quemarse. Gaara le infundio el valor que en ese momento necesitaba. Su guía lo llevaba hacia su fin empujandolo cada tanto, pero el no sentía esos empujones, una sonrisa calida adornaba su rostro…
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-asegúrate que no le falte trabajo- dijo mientras apagaba su cigarro y hacia caer las cenizas en un recipiente destinado a tal fin
-si señor!- contesto en tono firme ese que se hacia llamar pain
-y Gaara- el susodicho levanto la cabeza y lo miro con odio- si no cumples con lo que te mandan… sabes quien pagara no?- Lo miro con extrañeza- hablo de tu hermosa hermana. No lo olvides, ahora me perteneces- dicho eso abandono el lugar y se dirigió a donde lo esperaba Fugaku
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Kakuzu lo había vuelto a encerrar en aquel habitáculo que por algunas semanas se había convertido en su hogar, pero antes de haberlo dejado allí lo había golpeado y luego lo había atado a una silla. Ahora que estaba solo podía reflexionar, escupio algo de sangre al suelo, producto de los golpes que había recibido como “regalo de despedida” por parte de Kakuzu. Pensó en sus hijos, en su difunta esposa… en sus 40 años de vida no recordaba haber hecho una obra de bien, pero ahora sentía que al fin había podido hacer algo util por el menor de sus hijos. No confiaba en Madara y temía que nunca le diera la libertad a Gaara, pero no creía que le hubiera mentido. Si su intuición no le fallaba, algo le decía que el único interés que Madara tenia en su hijo era el de poder recuperar el dinero que les faltaba, lo que hiciera Madara luego, el no lo sabia pero confiaba en la buena inteligencia de su hijo para poder librarse de esos malditos que lo habían embaucado… la puerta se abrió y tres hombres entraron. A dos de ellos los reconoció, Madara y Kakuzu, el otro suponía era Fugaku, su asesino. Ya estaba todo, las cartas habían sido jugadas y ahora solo faltaba el ultimo movimiento. Fugaku lo miraba con desprecio, vio como hacia sonar sus nudillo y le hablaba destilando veneno
-maldita escoria inmunda. Nunca te atrevas a meterte con un Uchiha
Su final había llegado…
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-…tu primera tarea será acompañar a mis muchachos a cada uno de sus trabajos. Te iras familiarizando con ellos. Luego veré que hacer contigo, por supuesto estarás bajo vigilancia. No acepto errores chico, cualquier falta es severamente castigada. Los muchachos te explicaran las reglas, tambien preguntales por Kabuto, el te ayudara con esa herida que tienes…- hablaba rápidamente mientras lo conducía por un pasillo
Gaara no escuchaba nada de lo que el tipo le decía, a pesar de ahora no estar atado y no tener a nadie que lo vigilara desde atrás no pensaba en rebelarse. Caminaba detrás de pain, como le había dicho que lo llamara a partir de ese momento. Pensaba en todo lo que le había sucedido, en como fue que su vida había dado un giro de 180 grados. Una y otra vez pensaba en su padre, esperaba que no lo hicieran sufrir. Ya que no iba a vivir mas allá de ese día rogaba para que al menos le dieran una muerte rápida y sin dolor. Lo que le esperara a el no le importaba, haría lo que le fuera que le ordenaran lo mas rápido posible para así escapar cuanto antes y se llevaría a sus hermanos bien lejos a algún lugar remoto en donde nadie puediera encontrarlos y vivir el resto de su vida en paz junto a lo que quedaba de su familia… un ruido ensordecedor retumbo por el pasillo, no hacia falta que le dijeran que era eso, el lo sabia. En ese momento su progenitor dejaba de vivir. Incapaz de gritar o de llorar lo despidio en sus pensamientos…
-adios papa, te amo…