Anonadada la princesa se ruborizo hasta las orejas al ver que su artimaña no había funcionado con la reina, la princesa Diana y la sacerdotisa suprema se acercaron para escoltar a la muchacha al manteado de la corte.
_no temas princesa, estas a salvo en este lugar
_madre como es que supiste
_solo una princesa conoce los protocolos de la corte, y en Eternia no educan a las plebeyas en batalla
Respondio la mujer guiñando un ojo a la aun sonrojada rubia. Ella encogida sobre sus hombros sujetaba la mano de Diana buscando un poco de apoyo a su situación.
Dentro de los aposentos privado solo se encontraban las cuatro mujeres, la reina algo mas relajada se dejo caer completamente patosa sobre un monton de cojines, poco a poco la sacerdotisa le comenzó a quitar una a una las partes mas pesadas de su armadura.
_hace cuatro días, Aidam el príncipe de las arenas me invito a su boda, una boda que significaba la unión de dos reinos poderosos, dos reinos que me rodean a mí y a mi pueblo; ayer, una paloma me informo que el general de Eternia había vuelto mal herido a castillo y su destacamento anunciaba a voz en cuello que la princesa había sido secuestrada.
El bochorno de la princesa rubia había cambiado de súbito a un palido mortuorio, la reina ya sin los pesados apliques de metal en su cuerpo, adopto la posición de lotto y miro de frente a la chica.
_eres bienvenida en nuestra tierra, pero creo que tu pueblo te necesita
_lo se, y se lo agradezco, partiré de inmediato
Antes que Laira terminara su expresión, Diana la detuvo en su posición y le dedico una mirada de pregunta a su madre.
_quien ataco? Quien ataco al destacamento?
_Skeletor
No pudo evitarlo, Laira había crecido escuchando la leyenda de es hombre y lo temia como una niña pequeña; ante la mención de que su anciano maestro había sobrevivido, de inmediato llego a su mente la reacción del mercenario al saber que la princesa que secuestro o mató, no era ella; se desmayó.
Diana y la reina no esperaban la reacción de Laira, ellas habían escuchado del mercenario y de su ejercito de asesinos, en mas de una ocasión el hombre las había asaltado en busca de alguno de sus tesoros o en mandato de alguno de sus clientes, aprovechando la ventaja del relieve nunca había tenido una campaña exitosa, y al final el mismo hombre de la mascara de calavera se había reverenciado ante ellas.
“_reconozco a un guerrero poderoso, Amazonas; no volveré a invadir su tierra, lo juro por la sangre de los hombres que baña mi espada”
Eso había pasado hace mas de 20 años, y en atención al mercenario en ocasiones ellas le servían de vinculo para hacerse de armamento para su ejército, sabían que no era lo correcto, pero Skeletor era un demonio poderoso, a pesar de su edad parecía siempre vibrante de juventud.
Unos minutos después el aroma agrio del almizcle puro, despertó a Laira, completamente destrozada se acurruco en el regazo de Diana y lloró desconsolada.
_oh! Dioses, que hice? Mi padre, mi pueblo todos sufrirán por mi egoísmo
Con la calma de una madre Diana trató de consolarla, la reina suspiró completamente anonadada de tener frente a si a la guerrera que por poco la vence, llorando como una doncella ultrajada de los templos de los dioses.
_podemos investigar que esta pasando en Eternia, creo que la tierra de las arenas fingió demencia ante el atentado y culpa al Rey de la desaparición de la princesa en el camino al enlace.
_ese maldito, con gusto le rebanare el pescuezo si lo tuviera enfrente
_y eso serviría de pretexto para que invada tu tierra causando caos y hambre
_entonces que me recomienda hacer?
_paciencia, princesa, esto es una polvareda y necesitamos esperar a que el polvo se asiente.
Aun con la tripa llena de bilis acepto las palabras de la reina, Diana le ofreció de nuevo su casa y ella accedió comprometiéndose a no hacer alguna estupidez, Kringer y Athonikus las acompañaron a casa uno al lado de la otra, sintiendo la aprehensión en la princesa rubia. Ninguna se dio cuenta el momento en que sus manos se entrelazaron y tampoco del momento en que la princesa rubia recargo su cabeza en el hombro de la pelirroja.
_podremos encontrar una respuesta a esto, no te preocupes Laira.
Habia pasado una semana completa desde que los príncipes de Eternia desaparecieron entre el accidentado secuestro y la fuga de Laira, Aidam, feliz por la afrenta ya se encontraba en camino a las tierras verdes del reino guardian del castillo de Greyskull.
El había supuesto que la princesa cedería a su belleza, a su poder y que se resignaría a tener que ser una esposa de adorno por el simple hecho de que podía evitar asi el sufrimiento de su pueblo.
Tres días después de que su boda se viera frustrada uno de los mozos de la casa de Sahib, uno de sus consejeros se acercó rogando por misericordia. Hecho un ovillo había dormido a las puertas del palacio de justicia y uno de los letrados lo llevo ante su presencia casi al medio dia, cuando el pobre sirviente estaba ya famélico por el hambre y la insolación.
_que deseas?
_señor, mi amado príncipe, el seños Sahib fue asesinado
La sorpresa le hizo petrificarse por un segundo, Sahib y el habían sido criados casi al mismo tiempo, y el como su mejor amigo, estaba destinado a ser su mano derecha en cuanto asumiera el trono. Su padre que se encontraba a su lado frunció el entrecejo, ya era bastante que el reino de Eternia no cumpliera con un acuerdo que tenia años de haberse pactado, y ahora su futuro visir ahora estaba muerto.
_hace cuanto de eso?
_yo acudi ayer por la tarde a los aposentos de mi señor, por que no se había levantado y lo encontré degollado en las baldosas de su habitación
Conto el mozo con los ojos llenos de lagrimas, su cuerpo tullido por estar hincado frente a los lideres de su tierra temblaba por el recuerdo del cuerpo de su amo rodeado por un charco de sangre en medio del piso de mármol azul.
_lo has movido?
_no sus altezas, mi pobre amo se pudre ante la inclemencia del sol de nuestra tierra en la misma postura que sus asesinos lo dejaron
Asintiendo y con el desden característico de su grado Aidam, ordeno a su guardia personal acudir a la casa de su mejor amigo, Sahib se encontraba en tumbado sobre su espalda con la garganta rebanada de lado a lado, la sangre que brotara de su cuello y causara su muerte lo rodeaba ya seca y hedionda, caliente por la acción del sol que le pegaba de lleno por la ventana que se encontraba al frente, no había huellas de lucha, y tampoco muestras de que el asesino forzara la puerta, su amigo había encontrado la muerte por sorpresa y al parecer estaba celebrando algo, una caliz de vino que estaba tirada a pocos centímetros de su mano derecha extendida laxa como si se hubiera aferrado a ella hasta el ultimo minuto.
_dejenme solo, por favor
Pidió a los guardias y al mozo, ellos conociendo la relación que tenían el difunto y el príncipe, se retiraron tras una reverencia. El príncipe, hizo oración por el descanso de su amigo en los altos paraísos de los dioses, le cerro los ojos y coloco dos monedas de plata en su boca para después cerrarla.
_Sahib, que los ángeles del dios de la guerra te guíen al paraíso de las vírgenes.
Oró y pidió por el descanso de su amigo, recorrió las repisas con los ojos buscando alguna pista que le llevara a los asesinos de su amigo, encontró en uno de los cajones de su cama un retrato a miniatura de la princesa Laira, un regalo que le hiciera el rey de Eternia hace un par de años apelando a que la presencia de su hija en ese retrato le valiera al príncipe se enamorara de su belleza.
No había funcionado, él prefería los ojos aceituna de las mujeres de su tierra, sus cabellos negros como la noche, labios carnosos y gruesos. Sahib al ver la miniatura le había bromeado con que tendría una novedad en su harem y que se sentía un poco celoso por la suerte del príncipe.
_te pedi que lo tiraras
Dijo frunciendo el ceño ante la visión del retrato, giro en redondo al cadáver y busco entre sus ropas, pero no encontró nada, supuso que los celos de su amigo le habían llevado a conservar la miniatura deseando alguna vez el tener derecho sobre su futura esposa.
_si me lo hubieras pedido, te habría cedido la primera noche con esta mujer, Sahib, vengaría tu muerte si supiera quienes fueron los responsables.
Se inclino nuevamente en señal de respeto, tocando el suelo con la frente, su voz gruesa entono un canto tan armónico que los pájaros que se encontraban en el jardín guardaron silencio, las doncellas que esperaban la autorización de preparar el cuerpo ahogaron sus lamentos ante la máxima muestra de respeto de un soberano ante un amigo.
_el príncipe esta cantando
Dijo el general de la guardia personal, y sus acompañantes todos se postraron sobre sus rodillas y rezaron en silencio para que el alma de Sahib siguiera el buen camino de los dioses al descanso eterno.
Cuando Aidam salió de la habitación tenia el rostro sereno y la única muestra de sentimentalismo se notaba en los ojos levemente hinchados.
_general, prepare las tropas, nos vamos a Eternia
Con un saludo militar, los hombres salieron al trote, tocando una fanfarria de duelo con los cuernos de batalla, las mujeres sirvientas de Sahib entraron a la habitación y tomaron entre ellas el cuerpo del que fuera el mejor amigo del príncipe. Él sin embargo no giro el rostro, no quería recordar a su amigo como un cadáver, lo recordaría como el complice de su juventud y mantendría su recuerdo en el corazón.
_Eternia será mia, y cuando Laira sea mi esposa la obligare a engendrar un hijo que llevara tu nombre.
Al anochecer las tropas ya estaban listas para partir, aprovecharían el fresco de la noche para avanzar por su tierra y alejarse del asfixiante calor lo mas posible, las armaduras de cuero y metal se volvían insoportables al medio dia, aunque de noche fueran incomodas, sus guerreros estaban habituados a la incomodidad, todos sin excepción mostraban magulladuras y cicatrices, muestras de batallas que tuvieron en el pasado o contra los rebeldes que siempre había en su tierra.
Eternia estaba amenazada ahora y nadie podía defenderla, sus príncipes estaban extraviados y el rey tozudo no sabia como hacer frente a la situación. Uno de los mercaderes de la tierra de las arenas, vio partir el destacamento y de inmediato cogio una de las palomas mensajeras que tenia en muestra en su pequeño puesto, colocando en clave el mensaje dirigido a la tribu de las amazonas, la reina siempre pedia les informaran sobre cualquier anormalidad en los reinos donde se comercializaran sus productos, de esta forma sabia de que manera reaccionar sin quedar atrapada entre dobles o triples lealtades.
Por otro lado en la campiña casi al amanecer, un halcón del desierto cruzaba el paraje de dos oasis repletos de frutos y agua fresca para adentrarse en una caverna entre la montaña, un chico de cabellos dorados, le recibia sentado como estaba sobre la piedra, no usaba mas prenda sobre su cuerpo que un taparrabo de piel marrón y lucia orgulloso marcas de chupetones en el cuello y pecho, tenia los hombros vendados con harapos de una tela que al parecer era seda.
_quien eres amigo?
Pregunto al ave en cuanto llego graznando a la caverna, él que se atreviera a salir a la puerta de la caverna había visto al ave acercarse por un desolado desierto y a pesar de estar amaneciendo recién se le veía extenuada.
_Kehl, tienes visitas
Dijo como una esposa diligente a un hombre moreno que estaba encaramado en la parte superior del techo de la caverna, tal como le dijera el muchacho en la parte superior del risco había una plantación natural de Cacto, confiando en los conocimientos del rubio el guerrero se ofrecio a cortar una planta por dia, para que el rubio se curara las heridas de los pies.
_Falkon, que haces aquí?
_tiene algo en la pata y no me ha dejado tomarlo
_no te conoce, dame acá.
Dijo el moreno agresivo en su tono pero tranquilo en el toque, el ave al verse libre de su carga, se postro sobre una pértiga donde colgaba un ratón muerto que Kehl había cazado por la madrugada, el animalito estaba asaltando sus provisiones, y a pesar de lo poco indispensables que eran para el, prefería no arriesgar la salud de su invitado.
_comételo a mi no me sirve.
Dijo al ave, al momento que se abria la nota, su cara tranquila no dejo ver nada y después de doblarla la guardo entre los pliegues de su pantalón. Y procedio a partir por mitad el cacto que recogiera de la cima de su caverna.
_que ocurre?
_tu tierra va a ser atacada en unos cuantos días.
Comento mientras colocaba un poco de la sabia de la plana en los pies del rubio, este ante el comentario se puso tenso, pero al sentir el contacto de las manos del moreno se tranquilizó un poco.
_quien…
_el príncipe Aidam, al parecer no le gusto que me robara a su prometida
Comento burlón, mientras dedicaba una mirada al menor, que enrojeció al recordar las enaguas que aun portaba un par de días atrás, no se había atrevido a pensar que Aidam la agarrara contra su pueblo, después de todo el incidente no había sido culpa de su padre.
_quien te contrato?
_que?
_quien te pidió secuestraras a mi hermana?
Kehld se tomo la barbilla y miró al príncipe con un poco de ternura en la voz, respondio entre divertido y misterioso.
_ no te lo puedo decir
_vámos, que tendría de malo?
_nada, es solo que no lo se
Adam frunció el entrecejo, era imposible, su amante le estaba mintiendo, asi que enfurruñado lo miro como cuando descubría a Kringer comiendo algo indebido de los corrales del castillo.
_dime la verdad Kehld
_en realidad no lo se, es un seguro de vida para los contratantes que nunca se entrevisten con Skeletor
_por que?
_por que yo soy el ejecutor, aquel que alguna vez tiene contacto conmigo termina muerto de una u otra forma. Casi siempre mis informantes son los que me avisan de los trabajos que hay que hacer y en función de cual es el mas atractivo para mi los acepto.
_como los escoges?
_de acuerdo a la paga, la mayoría de las veces; aparte de mi, también debo ayudar a mantener a las familias de todos mis hombres. A las viudas de mis compañeros fallecidos y también a mis hermanos
_tienes hermanos?
_por decirlo de alguna forma? Mis antecesores algunos tuvieron hijos y otros adoptaron algunos niños en las aldeas saqueadas, tengo hermanos que están siendo preparados para ser mi sucesor, cuando llegue el momento yo elegiré al mas adecuado.
Adam estaba perplejo ante la responsabilidad que recaía en los hombros del Kehld, sabia de labios del propio mercenario que no había tenido una vida fácil, que su entrenamiento a las ordenes del antiguo Skeletor era un preludio al infierno terrenal, y aun asi, siempre que preguntaba respecto a ese hombre, el moreno lo recordaba con reverencia y cariño.
_cuanto tiempo tardara esto en curarte los pies
Pregunto cambiando el tema el moreno al momento que cargaba con Adam para entrar a la caverna nuevamente. Este un poco avergonzado por las atenciones del mayor se sentía desvalido y disminuido por las mismas.
_si no me equivoco en dos días ya podre caminar.
_y que piensas hacer respecto a la invasión de Aidam?
_no lo se, mi padre no merece que lo ataquen, no fue su culpa.
_claro que lo fue, para que no le pone las trabas a su hija a tiempo
El ceño fruncido y la mirada helada que le dedico el rubio le indico que no eran las palabras adecuadas de usar, y mucho menos el modo.
_nunca has vivido en alguna aldea?
_eh? A que viene la pregunta
_mi herma y yo éramos los príncipes de Eternia, pero conocíamos a los aldeanos y también a la corte, no son personas que merezcan una guerra, porque siempre han vivido en paz y tampoco están alimentados como para defenderse.
_crei que tu padre era un rey justo
_yo también
Respondio el rubio avergonzado de haberse ido de la lengua mas de lo debido, justo ahora estaba “prisionero” del malvado Skeletor, el problema era que ya no deseaba ser liberado, supo que si regresaba al castillo su hermana también lo haría, y se desataría una batalla interna por decidir quien fue el culpable de la guerra: si ella por escapar, o él por dejarse intercambiar y secuestrar. Kehl al ver la pena en los ojos de su amante no supo hacer otra cosa si no besarlo.
_todo estará bien, yo te ayudare
_que?
_mi ejercito esta dispuesto y nunca cuestionan mis ordenes; si te hace sentir mejor, les pediré que defiendan Eternia
_pero…
_pero, sabes que soy un mercenario y mis servicios siempre tienen un precio
_lo se, cual es tu precio Kehl?
Dijo el rubio con la cara escondida entre los hombros y el pecho, el moreno le levanto la barbilla y lo beso intensamente, Adam estupefacto esperaba una respuesta.
_quiero el trono de Eternia.