Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Sentimientos confusos por Temari-swan

[Reviews - 42]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

En este capítulo he querido aclarar un poco el comportamiento de Zoro. Me estaba saliendo muy largo y lo he dividido en dos partes. Aquí tenéis la primera.

Gracias especiales a ATANIH,  Julie_chawn, Anónimo, miri414 y  CattivaRagazza por pasaros y dejarme vuestra opinión.

Espero que lo disfrutéis.^^

 

Y repitiéndome...

 

No tengo beta así que cualquier falta del tipo que sea me decís para corregirla. Toda crítica constructiva es bien recibida para poder mejorar.

 

Disclaimer: One Piece y todos sus personajes pertenecen a su autor Eichiro Oda. Yo sólo los he tomado prestado para hacerlos sufrir en mi relato, especialmente a cierto ero-cook y marimo atontados.

 

Pareja: ZoSan / SanZo.

Otras: LuZoSan / Cosan.

Advertencia: Tortura.

 

 

8. Pacto con el Diablo (parte uno)

 

Salieron de la celda a la mañana siguiente, dejando a un exhausto pirata tirado en el frío suelo con su ropa y orgullo igual de destrozados, le habían quebrado el alma. Según abandonaban la zona, el peliverde volvió su cabeza para echar un último vistazo, lágrimas intentaron escaparse por uno de sus ojos pero las controló. El chico que marchaba delante, no paró, siguió su camino directo a la salida. Se estaba arrepintiendo y esperaba que el precio pagado hubiese merecido la pena.

 

FLASHBACK

PoV Roronoa Zoro: Horas antes.

Zoro despertó junto a un inconsciente Usopp, estaba un poco mareado y no recordaba que era exactamente lo que había pasado, como habían llegado allí. Intentó quitarse el atontamiento agitando su cabeza de un lado para otro pero esa especie de resaca no le desaparecía completamente, poco a poco fue viendo algún fragmento de lo que ocurrió en el Mercado. Él y Sanji estaban luchando contra unos marines que atacaron a su Nakama, no les iba mal a pesar de que los otros eran bastantes buenos, pero en un momento dado, se sintió raro. Notó como si le estuviesen controlando. Fue perdiendo el control de sí mismo, su mente fue relegada a un segundo plano, un cuarto con barrotes dentro de su cabeza donde no podía hacer nada ni ver nada. Estaba atrapado y por más que intentaba no podía escapar.

No sabía cuánto tiempo pasó intentando escapar de ese control, tenía miedo de lo que le pudiera pasar a sus compañeros mientras él estaba atado de esa forma. Entonces algo se activo en sus adentros, una alarma, avisándole de un peligro que hizo que su corazón le doliera mucho –“ ¡¡SANJI!!” -, pensó automáticamente. - ¡¡NOOOOOOOOO… SAL DE MI MENTE MALDITOOOOOOOO…!! – gritó, usando todas sus fuerzas, se libró de sus barrotes, y por fin su cuerpo le perteneció de nuevo, quedando KO instantáneamente por el exceso.

Eso fue lo último que le vino a la cabeza. Seguramente les cogieron prisioneros después de aquello y por eso estaban allí, cuando volvieran su capitán se reiría de ellos, sólo de pensarlo se molestó – ¡Tskk…!

- Al fin despertaste Roronoa.

- ¿Quién demonios eres? – mirando al personaje molesto por haberle pillado desprevenido.

- Capitán Mujōna encantado de conocerte sin embargo estoy seguro de que tú no lo estarás jajajaja… – carcajeó.

Ese hombre no le gustó ni un pelo al espadachín, un mal presentimiento le recorrió la espina dorsal.

- Como veo que no eres muy hablador, me explico…

- Somos piratas. Estamos detenidos. Fin. ¿Qué más hay que explicar? – le cortó.

- Eres más tonto de lo que pensaba, Roronoa.

- ¡Grrrrrruuuu…! – Casi por puro instinto le iba a atacar.

- No estáis exactamente detenidos – Zoro le miró con cara de no entender -, bueno sí, pero no. Podéis quedar en libertad fácilmente.

- ¿Pero? No creo que nos ofrezcas irnos por las buenas, ¿qué quieres a cambio?

- Jajajaja… ya hablamos el mismo idioma jajajaja… - Paró de carcajearse -. Un “trato”.

- ¿Un trato?

- Sí, un “trato”. Muy sencillo además. Tengo un rencor personal contra alguien, tú me ayudas para que otro día se plantee el volver hacer lo que me hizo y os dejo en libertad.

- No mataré a nadie por ti, estúpido marine.

- No quiero que le mates Roronoa, ¿cómo se arrepentiría entonces?, muriendo escaparía y no aprendería la lección. Lo quiero vivo, que viva el tiempo suficiente para desear morirse – apretó fuertemente el puño contra su pecho, temblando de la misma fuerza usada.

- ¿Y me necesitas? ¿Teniendo toda una tropa a tu cargo? Usa a tus hombres.

- Para quien tengo pensado no me sirven.

- … - el espadachín no entendía nada - ¿Y yo sí? ¿Por qué?

- Es “Piernas Negras”,  tu Nakama – sonrió –. Necesito a alguien cercano suyo.

Zoro se quedó perplejo.

- ¡¿¿ESTÁS LOCO??! ¡JAMÁS TE AYUDARÉ!

- Lo harás muchacho, créeme, por las buenas o por las malas pero lo harás – dijo con una voz tétrica.

Mujōna desvió su vista hacía un inconsciente y herido Usopp. El peliverde dándose cuenta de esto, se interpuso poniéndose de pie entre ese maldito hombre y su amigo.

- Podría obligarte chasqueando los dedos. Creo que ya has tenido contacto de primera mano con mi Sargento, Arakawa-kun, comió la fruta “Kontorōru, Kontorōru” (“Control, control”) que le da la habilidad de apropiarse del cuerpo del quien quiera, introduciéndose en su mente y controlándolo.

Inconscientemente Zoro tragó saliva.

- Pero eso no es lo que quiero. “Voluntariamente” vas a aceptar, si no quieres ver morir a tus compañeros uno detrás de otro, claro - Se puso a pasear por el lugar mientras hablaba- . No me gustaría que te sintieras coaccionado – se estaba divirtiendo con la situación del espadachín – pero hay una cosa que deberías saber.

Ese mal presentimiento se estaba haciendo realidad.

- No te ayudaré me da igual lo que digas. ¡Nunca! – continúo –. Mis compañeros son fuertes aguantarán cualquier cosa. No necesitan ni quieren que sacrifiquen a nadie por ellos y menos a un compañero.

- No me has dejado terminar – se quedó quieto y le miró con un brillo que no gustó al peliverde -. ¿Recuerdas aquella sustancia que inyectamos al rubio?

El marimo esperó a que siguiera hablando.

- Tenemos el antídoto. Si no se lo toma antes de unos días desde que recibió el virus, su organismo se debilitará hasta que llegue un punto que ya no lo necesite, porque morirá. Mientras tanto sufrirá muchos dolores, mareos, alucinaciones y su cuerpo irá fallando a pasos agigantados – siguió -. Si en vez de ese maldito cocinero hubiese sido otro el que recibe el virus ya estaría muerto, la gente normal no aguanta más de tres o cuatro días, le reconozco la fuerza. Aunque no creo que le quede mucho.

Se encontró dubitativo Roronoa.

- Y…

-¿Y?

- Otra cosita más. A ese narizudo también se lo hemos inyectado.

Giró rápidamente la cabeza hacía su amigo - ¿Usopp?

- Sí, Usopp, ¿crees que será tan fuerte como tu otro amigo? Mírale ya empieza a convulsionar y está muy pálido. Si me ayudas te prometo liberaros a ambos y proporcionaros el antídoto. Si no di adiós a tus Nakamas.

Estaba en una encrucijada en la que veía pocas salidas a la situación en la que estaban.- “De todas formas Sanji no estaba allí, con suerte lo mismo no fue capturado, y mientras fuera así, esperaba que durante mucho tiempo, ese individuo no pudría hacerle nada. Siendo el cocinero como era sería casi imposible que le cogieran, con suerte incluso estaría con Luffy. El rubio era más fuerte que el tirador, aguantaría más a unas malas, y a pesar de lo que le hicieran sufrir, estaría vivo, pues tendrían el antídoto para curarle. A su lado, peleando”-, su corazón latió deprisa. Pero algo no le cuadraba y ese mal presentimiento no se le iba.

- Como muestra de buena voluntad si me das tu palabra de espadachín de cumplir lo que te pida, haré que curen al narizón ahora mismo, y le den el antídoto. Una vez cumplido el trato haré lo mismo por “Piernas Negras” y prometo no “matarle”. ¿Hecho?

Extendió su mano el marine a modo de firma del contrato verbal.

- …

Zoro aun dudoso miro a Usopp, estaba desvariando, cerró sus ojos y apretó esa mano – Hecho. Te doy mi palabra. – Dijo entre dientes. Ojalá no se sintiera como si estuviera pactando con el mismo Diablo y traicionando a su mejor amigo.

- ¡CHIMAMIRE ENTRA! Este será tu compañero de juegos Zoro-kun – le dijo llamando al otro sujeto-. Estaba esperando mi señal.

Muy contento de que todo estuviera saliendo a la perfección aunque hubiesen tenido que adelantar unas horas el plan previsto.

- ¿Me llamabas mi capitán? Shishishi…

Zoro abrió los ojos desmesuradamente.

- ¡¿LU… LUUU… LUFFY?!

“¿Qué pasaba hay?” - se preguntó el espadachín.

FIN FLASHBACK

 

 

 

 

-FIN CAPÍTULO OCHO-

 

 

 

Notas finales:

¿Qué os parece? ¿Zoro tiene justificación?


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).