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La leyenda del fantasma por Shiochang

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La Leyenda del Fantasma
A Wing Zero (pobrecito, está enfermito), a Deathscythe (que no lo he visto) y a los demás gundams porque no los puse en el fic.

No suelo dar explicaciones al comienzo, pero para no confundirme ni confundir a nadie, aquí está.
"Bla, bla" - Dúo fantasma y pensamientos del resto de los personajes
[[ Bla, bla. ]] Recuerdos.
|| Bla, bla. || Sueños
¿Sueños húmedos?
(Aquí va el famoso lemmon que me pidieron u ordenaron, no sé si sea así, miren que pensaba darlo por sobrentendido, pero no se enojen si no es lo que esperaban)

Trowa acarició con ternura los cabellos de su querido Quatre tratando de tranquilizarlo mientras este repetía una y otra vez que una sombra negra estaba en el comedor paseándose por entre las paredes.
- ¿Otro fantasma? - dijo Wufei alarmado.
- Era diferente a Dúo - dijo aferrándose a la chaqueta de Trowa asustado - era una sombra negra que se deslizaba desde una pared y junto con ella se coló un viento heladísimo, su energía es maligna.
- Esto no me gusta nada - dijo Traize preocupado - insisto en que deberías irte conmigo a mi casa - le dijo al chino.
- Dale con lo mismo - gruñó - no, ya te dije.
- Si quiere, yo me voy con usted, señor Traize - le dijo Quatre coqueto soltando a Trowa casi sin mirar a Wufei.
- ¡Quatre! - le reclamaron sus amigos y se sonrió, le encantaba hacerlos enojar.
- Tranquilos, sólo era una bromita.
- Vuelve a hacerlo y te voy a castrar - le dijo al oído Trowa muy molesto abrazándolo hacia sí.
- ¿Y Yuy? - dijo Wufei cambiando de tema mientras abrazaba a Traize que le sonrió más relajado.
- Dúo lo está cuidando - sonrió pensativo - se veían tan bien juntos los dos, creo que hacen muy bonita pareja, proteste lo que proteste Heero. Además, por lo que nos contó Dúo, lo ha esperado desde hace mucho tiempo, y quiere estar con él, deberían ver los dibujos que hizo de Heero, creo que no hay formas en que no se lo haya imaginado - comentó divertido - ya me gustaría que Trowa se obsesionara así conmigo.
- Ese fantasma está malo de la cabeza - le dijo Trowa sin inmutarse por sus palabras - el estar encerrado por más de cuarenta años lo dejó así.
- Pero si los dibujos los hizo antes de ser fantasma.
- ¿En serio? - le dijo sarcástico.
- Mira, mejor vamos a comer, ya todo está listo.
Se dirigieron los cuatro al comedor y se escuchó un fuerte estruendo desde fuera de la casa. Wufei y Trowa se asomaron a ver por la ventana para saber que era lo que acontecía y notaron que uno de los trabajadores del primero se había caído del andamio y por suerte o desgracia, según se vea, había caído sobre otro y tenían una pelea por quién era culpable del accidente, ya que aparte habían derramado un bote de pintura.
- Muchachos - les frenó Wufei al ver que se iban a las manos - ¿Por qué no mejor se van a sus casas a descansar y regresan mañana cuando estén más tranquilos?
- Muy bien, así no veré a este estúpido hasta mañana - dijo uno mientras se alejaba y el otro apretó los puños pero no le respondió y se marchó por el otro lado echando pestes sobre su compañero.

Pero la sombra negra siguió circulando por toda la casa causando que todo aquel que se topara con ella se pusiera de muy mal humor, no sólo habían tenido que mandar a casa a los pintores de Wufei que trabajaban en el frontis de la casa, sino también a los limpia vidrios, a los plomeros, aunque estos ya casi terminaban su labor, al instalador de las líneas telefónicas, a los electricistas, incluso tuvieron que suspender las entrevistas al personal doméstico, nadie era capaz de contener su mal genio.
Luego que casi todo el mundo se hubiese ido, incluido Traize que se había ido triste porque su pequeño dragón no había accedido a irse con él, Heero salió de su habitación y entró a la de Dúo y tomó el cuaderno de bocetos que él había hecho y regresó a la suya para verlos con mayor detenimiento, eran realmente hermosos, no podía negarlo, Dúo Maxwell tal vez pudo llegar a ser tan bueno haciendo pinturas como el gran Leonardo o Miguel Ángel. Sonrió para sí, estaba siendo poco objetivo porque le gustaba el fantasma.
"Hee-chan" - le dijo este acostándose sobre la espalda de él - "me gustaría más que los vieras en mi habitación, allí puedo tocarte mejor y acariciarte a mi antojo"
- Quiero ver los dibujos, no que abuses de mí - le contestó mirándolo por encima de su hombro.
"Yo no abuso de ti" - le replicó molesto - "no es abuso si tú te dejas hacer"
- Muy bien, pero estoy cansado, quítate de encima.
"¿No te gustaría ser tú quien...?" - un ruido lo interrumpió, sonaba como un cristal roto - "¿Qué fue eso?"
- Tal vez se le cayó un cuadro a Trowa - dijo Heero y se asomó a mirar, caminó hacia el cuadro y vio como un vapor blanco se iba por entre las rendijas levantó la pintura y la volvió a colocar sobre la pared.
- ¿Qué pasó? - dijo Wufei al llegar a su lado sin ver a Dúo que permanecía junto al japonés.
- Al menos así se calmarán los ánimos - dijo Quatre mirando los restos del vidrio - las malas energías se han esfumado al quebrarse el vidrio, pero en definitiva no se han ido.
- Mejor recogemos esto - señaló Trowa mirando los cristales rotos - no queremos que ahora se derrame sangre ¿verdad?

Heero cerró los ojos, habían cenado temprano con la idea de madrugar para ir a la ciudad vecina a comprar los nuevos artefactos para los baños, las pinturas para el interior y el exterior y las cerámicas de los baños para poder terminar la casa. Pensaba en los bocetos de Dúo, eran muy buenos, en lo bien que se veían haciendo el amor en sus dibujos y se preguntó que se sntiría hacer el amor con él antes de quedarse profundamente dormido...

[ Dos ángeles se paseaban de la mano por una colina llena de coloridas flores silvestres, uno vestía por completo de color blanco y tenía unas blancas y esponjosas alas, el cabello castaño oscuro y unos bellos e inteligentes ojos azules; el otro vestía completamente de negro, con dos alas del mismo color pero igual de esponjosas que las de su amado, el largo cabello castaño un poco más claro que el de su compañero tomado en una trenza y unos lindos y expresivos ojos violeta.
- Heero, me gustaría estar siempre así contigo - se apoyó en su hombro - ¿No te gustaría ser como los humanos y permanecer para siempre juntos?
- Mh - le respondió.
- Siempre tan comunicativo - le sonrió y le echó los brazos al cuello - te amo.
- Yo a ti - le correspondió el beso - pero debemos regresar, no podemos dejar a San Honorio solo, nuestro deber es cuidarlo.
- Es un hombre santo, no tenemos que cuidarlo tanto ¿o sí?
- Dúo - lo regañó - si el malo lo tentase a él y nosotros no estuviésemos a su lado para ayudarlo, nuestra misión sería un fracaso.
- Si, lo sé, pero yo quiero estar a solas contigo - se abrazó a él - hace mucho que no nos damos un besito picarón siquiera, tú estás de guardia de día y yo de noche ¿a qué hora podemos hacer el amor si no estamos juntos?
- Dúo - le reclamó - nuestro amor está por encima de eso.
- Lo sé, pero quiero sentirte dentro de mí, que seamos uno - replicó - por favor.
- Tenemos que pedir autorización y alguien que nos reemplace por un par de horas.
- Que sea un fin de semana ¿sí? - saltó ante la idea - yo podría hacerte algunas cositas que he escuchado por allí que puedes hacer con tu pareja.
- Pervertido.
- Te aseguro que te gustará - le dijo sonriendo algo colorado - ven, vamos a pedir permiso ¿ok?
- Hentai - respondió pero se dejó llevar. ]

Trowa se sentó en su cama sin desvestirse, no podía dormir rumiando la ira que tenía contra Quatre ¿por qué siempre que se le cruzaba un hombre guapo le tenía que coquetear tan descaradamente? Ni porque Wufei estaba allí se había abstenido de hacerlo y eso que este le había lanzado miradas que congelarían a cualquiera. Golpeó el colchón con un puño, realmente él no era del tipo que dejaba ver las emociones, pero esto estaba llegando demasiado lejos para su gusto y debía cortar por lo sano o mataría a alguien.
- Maldición - gruñó entre dientes y se levantó - acabaremos con esto de una buena vez - salió de su habitación decidido a ponerle un alto a su amado y hacerle ver que si lo quería no lo hiciera encelarse o lo perdería y entró en la del árabe - Quatre, necesito... - pero él no estaba allí, sólo estaba su ropa de dormir - parece que se está bañando - sonrió malicioso y una luz se hizo en su cerebro - bien, esperaré - se quitó los zapatos y se acostó en la cama, pero se sintió incómodo y se quitó la camisa, al poco rato los pantalones la acompañaron y finalmente la ropa interior y se metió bajo las sábanas sin apagar la luz, no quería dormirse.
Pero una bruma blanca comenzó a brotar del suelo y comenzó a quedarse dormido. Cambió de posición y se destapó dejando todo su cuerpo descubierto para que quien entrara lo viera en todo su esplendor.
Al poco rato entró Quatre en su habitación envuelto sólo por la toalla, sus poderes síquicos le habían dicho que el único que rondaba por la casa era Dúo y de seguro él ni lo miraría, estaba cuidando a Heero seguramente, los demás estaban todos totalmente dormidos. Pero una visión lo detuvo en la puerta, allí, en su propia cama, estaba Trowa completamente desnudo, de espaldas a él, pero igual de espléndido. Saliendo de su asombro, cerró la puerta con mucho cuidado pasando el seguro, avanzó hacia la cama quitándose la toalla, se subió al lado de su amado y comenzó a acariciarlo lentamente haciendo extraños arabescos en su piel suave. Se inclinó un poco y pasó la lengua por su columna lentamente, saboreando su carne a su paso.
- Mm, que rico - dijo al llegar a la base.
- ¿Qué haces? - le dijo el latino mirándolo adormilado.
- Saboreando el caramelo que encontré en mi cama.
- Quería hablar contigo - le dijo tratando de darse vuelta pero Quatre no lo dejó - ¿qué pretendes? - le dijo alarmado al ver que se sentaba sobre su trasero.
- Montarte - le dijo acariciando su espalda hasta las nalgas - es algo que siempre he querido hacerte, es uno de mis sueños.
- Pues... - titubeó.
- Anda, sé bueno con tu Quatre ¿ya? - le dijo acariciando con deseo su trasero - yo seré cuidadoso, lo prometo.
- Yo no... - sintió que se recostaba sobre su espalda y le mordía una oreja - ¡ah! - gimió - pero luego me toca a mí.
- Claro - sonrió complacido y comenzó a acariciarlo lentamente.
- ¿Lo has hecho... antes? - preguntó entre preocupado y celoso.
- No - admitió - pero sé como hacerlo - le sonrió y lo comenzó a besar por el cuello bajando lentamente primero hasta una tetilla y luego hasta a otra frotándolas, succionándolas y mordiéndolas hasta ponerlas duras, luego siguió su camino húmedo hasta el ombligo donde se entretuvo enterrando la lengua antes de seguir hasta su meta.
- ¡Ah! - volvió a gemir cuando sintió que la lengua de su amado le acariciaba la parte más sensible de su cuerpo - ¡Quatre!
- Mmm - le dijo mirándolo sin dejar de acariciarle el pene con la lengua, subiendo y bajando por toda su extensión. Luego de torturarlo un poco y hacer que se humedeciera más, se lo introdujo todo en la boca y comenzó a chupar con deleite utilizando las manos para darle más placer. Una de ellas siguió camino hacia atrás hacia otro objetivo y ambos cerraron los ojos.
Sin que ninguno se percatara, una extraña niebla dorada se arrastró sobre ambos y la temperatura entre ambos comenzó a subir, Quatre ya no se sentía conforme con ello y cambió de posición, quería que Trowa le hiciera lo mismo que él le estaba haciendo. Este, ni lento ni perezoso, hizo lo que le pedía en silencio disfrutando de acariciarlo tan íntimamente sintiendo ambos que estaban por reventar.

[[ Ambos ángeles se presentaron ante su superior jerárquico y este los miró preocupado, sabía que ellos dos se amaban con locura, pero no podían ni debían dejar a su custodiado sólo, por mucho que este estuviera de acuerdo con dejarlos libres a ratos para que se amaran, cosa que no cualquier humano haría con tanta gentileza.
- Pero, San Miguel - le rogaba Dúo casi llorando - yo quiero estar un ratito con Heero, y san Honorio no se molestaría si no estamos.
- No, ni aunque consigan quien los reemplace, no está permitido que dos ángeles dejen a su custodiado solo, así que regresen a sus puestos.
- ¿Es malo amar? - le dijo llorando.
- No - le respondió, no le gustaba verlo en ese estado, ello eran sus favoritos.
- Entonces ¿por qué no puedo estar con Heero?
- Pero tienen una misión que cumplir.
- San Miguel, un ratito que sea - insistió - no nos hemos portado mal.
- Vamos, Dúo, san Miguel no puede romper las reglas del paraíso - le dijo Heero - tendremos que volver.
- Pero...
- No llores, corazón, un ángel no debe llorar - lo besó en la frente - volvamos a casa, ya tendremos ocasión de estar juntos.
- Yo quería...
- Yo también - lo interrumpió y desaparecieron. ]]

Wufei apagó la luz y decidió dormirse, ya era muy tarde y debería madrugar al otro día si quería ver la fachada de la casa terminada para tener tiempo de salir con Traize y pasear con él.
- Traize es tan lindo - murmuró antes de dormirse.

|| Corría por toda la casa completamente desnudo, todas las puertas estaban cerradas y no podía escapar de su acosador, lo miró por encima de su hombro. Es que en realidad no quería escaparse de Traize, al contrario. Sólo estaba buscando el mejor lugar donde hacer el amor.
- Ten cuidado, mi pequeño - le decía este tratando de tomarlo por la cintura pero este se le escabulló una vez más - vamos, no corras tanto.
Al fin abrió una puerta y entró en la habitación. Había una cama enorme con delicadas sábanas de seda roja fuego, se adelantó hacia ella y se sentó esperando a Traize que al instante lo alcanzó.
- Al fin te atrapé - le dijo besándolo apasionadamente.
- ¿Quién dice qué yo quería escapar? - le echó los brazos al cuello y comenzó a soltarle los botones de la camisa - hazme tuyo ¿sí?
- Cómo quieras, mi dragón - le dijo quitándose la ropa aceleradamente - te gustará sentirme - comenzó a acariciarle el pecho con los labios y le atrapó un pezón haciéndolo gemir de placer - ¿te gusta?
- Mucho - gimió - sigue.
Traize le frotó las caderas contra las suyas haciendo que los miembros de ambos entraran en contacto y sus cuerpos se calentaran todavía más. Bajó por su cintura hasta su miembro alborotado y comenzó a frotarlo suavemente hasta hacerlo botar un poco de semen con el que untó sus dedos y comenzó a prepara el camino por el que habría de penetrarlo.
- Duele - gimió y sintió que era más delicado, pero las caricias sobre el resto de su cuerpo se intensificaron y ni supo cuando estaba listo hasta que el policía se colocó entre sus piernas y de un envión entró en él provocándole un aullido de dolor y placer - ¡ah! - lo tomó por las caderas y lo sentó sobre él para entrar más y más cada vez... ||

Dúo entró en la habitación de Heero en silencio, sólo en la noche podía pasearse por la casa a su antojo sin problemas aunque Heero estuviera dormido. Era tan lindo así, era en ese momento cuando más ángel parecía, si hasta sus facciones se relajaban por completo y le daban un aspecto de niño bueno. Sonrió, no era para nada imparcial a la hora de juzgar sus habilidades o su belleza, lo amaba demasiado. Se subió en su cama y vio su cuaderno a un lado de Heero, al parecer los había estado revisando nuevamente.
- Dúo - murmuró este entre sueños.
"Eres tan lindo - le acarició la frente - me gusta que me llames en tus sueños, significa que yo también te gusto"

[[ San Honorio había muerto sólo para liberarlos, y Heero se sentía culpable, no quería que su amor fuera la causa de la muerte de una persona tan buena como él, pero nada pudieron hacer, el Señor lo había llamado a su presencia y su alma había ido al lugar que pertenecía, al paraíso.
- Heero, no te deprimas - le dijo Dúo apoyado en su hombro - recuerda que los hombres buenos son los que primero llama el Señor a su presencia, a los otros les da todo el tiempo posible para que se arrepientan.
.- Lo sé, pero él quiso morir para que tú y yo pudiéramos estar juntos - dijo suspirando - no es agradable.
- No deberíamos desaprovechar la oportunidad que nos dio, de seguro pronto nos mandan a cuidar a alguien más y no podemos estar juntos en mucho tiempo.
- Si, lo sé, pero casi siento como si le faltara el respeto a su recuerdo.
- Heero - le dijo poniendo cara de cachorrito - ¿es que ya no me quieres?
- Sabes que con toda mi alma.
- Ven conmigo, entonces - lo tomó de la mano y lo guió por un sendero lleno de violetas hacia una pequeña laguna.
- ¿Qué pasa?
- Me dijeron que este lugar te ayudaría a relajarte.
- Mm - lo miró como sospechando algo.
- Son aguas termales, a los humanos los relajan mucho - le dijo quitándose la ropa y guardando sus alas - ven, está deliciosa.
- A mi se me hace que hay gato encerrado - le dijo cruzándose de brazos y sin moverse.
- Anda, no te hará mal relajarte - le dijo sonriendo - nadie vendrá, está prohibido venir aquí - le señaló - el agua está muy rica, calientita, tiene un suave aroma a violetas, te sientes de maravilla al flotar en sus aguas y...
- Dúo...
- Me callo.
- No es eso - le dijo - dijiste que está prohibido entrar aquí ¿verdad? - este asintió - salte del agua, debemos irnos o nos castigarán.
- No quiero.
- Recuerda porqué los humanos fueron expulsados del paraíso.
- No estoy haciendo nada malo.
- Estás rompiendo las reglas, Dúo - lo regañó.
- Oh, vamos - le dijo y lo agarró por un tobillo obligándolo a caer al agua.
- ¡Mira cómo me has dejado! - le reclamó al ver sus alas completamente empapadas - ayúdame a salir, pesan mucho - se quejó al ver que no podía agitarlas para salir del agua.
- Tus alas deberían ser como las mías, de las que puedes ocultar - se acercó a él y lo ayudó a salir del agua mientras trataba de escurrirle un poco de agua de las alas - pareces pajarillo mojado - lo besó en los labios y le comenzó a quitar la ropa mojada - eres tan hermoso, pareces una escultura de esas que nos dijo San Honorio que hacen los hombres - le dijo apoyando las manos en el pecho de Heero.
Ya no había marcha atrás, se dijo Heero ofreciéndole sus labios a su amado y hermoso ángel de sombras, lo que tenía que pasar pasaría, se amarían intensamente en cuerpo y alma.
- ¿Quieres tomarme? - le ofreció su Dúo y asintió recostándolo sobre la hierba mientras lo acariciaba por cada rincón lenta y sensualmente - más - le pidió sintiendo que flotaba en el placer de sus besos - ¡Más!
Lentamente Heero comenzó a recorrerlo de arriba abajo primero con las manos y luego con los labios sin llegar a tocar siquiera aquella zona que tanto ansiaba Dúo le diera atención, pero prefería ver como este se retorcía gimiendo y casi llorando para que le diera el placer de sentirlo dentro.
- ¡Heero! - lloriqueó al verlo bajar una vez más por su vientre sin darle lo que tanto quería.
Heero sonrió apenas y tomó sus caderas hundiendo en su boca el delicioso miembro erecto de su amado, que emitió un chillido de placer que hizo que su cuerpo se despertara por completo también. Bajó una de sus manos y con un poco de su saliva comenzó a dilatarlo con mucho cuidado introduciendo primero un dedo, luego dos y al final tres hasta que sintió que su bello ángel de alas negras ya no daba más, lo sentó sobre sus caderas y lo penetró hasta el fondo.
- ¡Heero! - gimió de placer al sentirlo entro y se aferró a su cuello perdiendo la poca cordura que aún le quedaba... ]]

Dúo observó a Heero que se removía inquieto en la cama, así que se inclinó a averiguar que le pasaba, no quería que su amado estuviera enfermo con fiebre, lo médicos tenían la muy mala manía de manosear a los pacientes y no iba a permitir que aquello le pasara a su Heero, él debía ser el único que tocara su piel. Se inclinó hacia él y escuchó sus débiles susurros.
- Termina para mí, Dúo - gemía - me gusta como me aprietas en tu interior.
Dúo, asombrado, lo destapó y vio que Heero se estaba masturbando, que por eso se agitaba tanto, con cuidado retiró su mano y la reemplazó con la suya frotando con ambas manos aquel delicioso miembro, subía y bajaba en toda su extensión pasando y repasando y frotando con la punta de uno de sus dedos la sensible punta haciendo que Heero se estremeciera de placer cada vez más.
Mientras, afuera de la casa, un ambiente extraño empezaba a encerrar la colina de la casa como si de un domo se tratara y la temperatura dentro de cada habitación subía y subía mientras los cuerpos de los jóvenes comenzaban a llegar al clímax del placer.
Trowa y Quatre hacían el amor apasionada y desesperadamente, como si el mundo se fuese a acabar, ahora el latino penetraba al rubio sentado sobre sus piernas mientras se movían compasadamente cada vez más rápido y con más violencia, pero ambos se contenían, no querían llegar tan pronto al orgasmo, pero sus cuerpos sudados comenzaban a perder por completo el control y al final no pudieron más y estallaron de placer.
Casi al mismo tiempo Wufei se dejó ir en medio de su sueño sintiendo que el mundo se llenaba de bellas luces de colores, soñando que era Traize quien lo llevaba a aquel paraíso de placer.

Heero alcanzó el orgasmo con notoria violencia, el placer de su cuerpo era tan infinito que abrió los ojos y vio a Dúo arrodillado a la altura de su ingle con las manos manchadas de su semen y se puso totalmente rojo, había tenido un sueño extraño con él, se habían estado amando, de seguro lo había pillado masturbándose y se había abocado a la labor de complacerlo él.
- Dúo... - le dijo avergonzado pero este trató de huir atravesando una pared al verlo despierto, sin embargo, rebotó con ella y cayó de regreso a los brazos de Heero que lo miró preocupado.
- ¡Qué diablos!

Continuará...

Bien, lo prometido es deuda, así que aquí está el lemmon (mi imaginación está un tantito agotada al respecto, creo que no me quedó como esperaba).
Respondo: (perdonen que no dé los nombres, no los recuerdo puesto que, como ya les dije, no trabajo conectada a Internet, cuando tenga unos seis o siete capítulos, que la historia, según el esbozo es de 10, aunque no va todavía para el final, los bajaré y responderé uno por uno)
No, no es Dorothy (otra tipa que no me gusta, pero la paso más que a la otra bruja), no habrá mujeres en mi fic de ser posible (al menos eso intento)
Sí, es el artista que hizo los vitrales, estaba muy obsesionado con Dúo, aunque no les guste o les dé miedo (Dúo no podía ser el único fantasma, alguien debía ser quien asustara) ya entenderán que pasa y qué hace cuando vea a Heero con Dúo, que ya se juntan.
Bueno, es cierto, cualquiera se obsesiona con él, me refiero a Dúo (me incluyo) estoy totalmente de acuerdo, es tan lindo (me dan ganas de comérmelo como si fuera un chocolatito relleno ¡ñam!).
Seguramente, soy mala por dejarlo en lo mejor, pero de eso se trata, que queden intrigados y me pidan el siguiente con entusiasmo, así me dan ánimos de seguir y pequeñas ideas para el capítulo (mis esbozos son sólo ideas vagas a desarrollar y por el camino las modifico bastante).
Gracias (moito obrigado, Chanty, que antes me equivoqué y te contesté en italiano, es de las pocas cosas que sé decir en varios idiomas, pero se me va la onda) a todos por los reviews que me dejaron.
Shio Chang (Wing Zero sigue en reparaciones, o sea, sigue enfermo, porque el malvado Heero no ha comprado los repuestos)

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