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La leyenda del fantasma por Shiochang

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La leyenda del fantasma

Atrapados entre dos Mundos.

Dúo y Quatre temblaban como hojas al viento abrazados a sus respectivos novios mientas aquella terrible risa se alejaba de ellos retumbando en la casa mientras la tormenta tomaba mayor intensidad haciendo que la luz pestañeara, bajara el voltaje y luego se normalizara.
- Dijo que tenía a los dos ángeles y cuatro almas para el sacrificio de liberación - dijo Wufei - Espero que no sea la de Traize.
- No - dijo Heero tranquilo extendiendo de nuevo sus alas en torno a Dúo - Traize se encuentra afuera, bajo la colina, no llegará jamás hasta aquí.
- ¿Cómo lo sabes? - le dijo Dúo mirándolo.
- Tal como nosotros no podemos salir, él no puede entrar.
- ¿Y de quién es la cuarta alma? - le dijo Quatre apoyado en el pecho de Trowa preocupado.
- Es de alguien que ha estado prisionero aquí muchos años - dijo Trowa mirando a Wufei - recuerda lo que nos dijo Traize, lo encontraron muerto a los pies de aquel vitral.
- ¿Quién? - dijeron Dúo y Quatre con curiosidad.
- ¡El artista que hizo los vitrales! - dijo Wufei - debe ser aquella sombra negra que vimos hace un rato y que miraba a Yuy con tanto odio.
- ¿Se refieren a Aoshi Niyasaki? - dijo Dúo pensativo - solía pasar mucho tiempo en esta casa, en especial cuando comenzó constantemente mi tía a venir a ver al abuelo, creo que quería convencerlo de dejarle la casa, él me rondaba mucho diciendo que yo era un niño hermoso y más de alguna vez noté que no me miraba con ojos de artista - se estremeció - una vez trató de besarme, pero me escapé porque apareció mi padre, así que comencé a esquivarlo y cuando estaba aquí me iba a mi habitación a dibujar a Heero, eso me daba paz.
- Traize nos contó que después que desapareciste se volvió loco y que mató a tu tío tratando de descubrir dónde te habían metido, que fue encerrado en un manicomio, pero que escapó y lo encontraron muerto a los pies del vitral que casi le roba el alma a Yuy - dijo Wufei.
- Tal vez ese vitral tiene la clave para entender este lío - dijo Quatre mirando a Dúo - de seguro si por allí se entre, nos indique la salida.
- Wufei, ve si aún tenemos línea y llama a Traize.
- Bien - y se fue a la cocina a hablar con él.
Heero soltó a Dúo cansado, pero había algo extraño, no sabía qué, así que cerró los ojos para relajarse un poco...

[[ El humano al que cuidaban era un excelente artista, le encantaba pintar ángeles y querubines, algunos seres mágicos y otros fantásticos, pero eran sus favoritos, así que les pidió que se juntaran en el prado porque quería que ambos estuvieran juntos para hacer un cuadro especial, quería dejar un cuadro con ambos guardianes de su alma puesto que en muy contadas ocasiones ellos estaban juntos.
- ¿Estará bien? - dijo Dúo preocupado, no podía andarse paseando a plena luz del día, ya que sus poderes eran muy débiles a la luz.
- No te preocupes, yo estoy aquí para cuidarte - le dijo Heero cubriéndolo con sus alas - quiero protegerte - le acarició la mejilla.
- Se ven tan bonitos así - les dijo el monje - los pintaré así, no se muevan - les pidió sonriendo y comenzó a dibujar.
Dúo seguía mirando al frente agachado con sus alas levemente recogidas cubierto por las alas blancas de Heero que lo protegían mientras este permanecía de pie con aire protector vigilando no sólo al moje, sino también a él, se notaba que era alguien que cumplía con su deber más allá de sus propios deseos.
- Ya está listo el dibujo - les dijo el monje y Heero ayudó a Dúo a ponerse de pie cubriéndolo siempre con sus alas - vean como se ven.
- ¡Guau! - exclamó Dúo - ese ¿soy yo? Parezco un niñito indefenso.
- Claro que lo pareces - le dijo Heero divertido - es porque no estás acostumbrado a estar a la luz del sol - lo abrazó - ¿tiene que volver a posar?
- Eres sobre protector - le dijo el monje - no, no es necesario - le sonrió.
- Vuelve a descansar - le ordenó.
- Como usted mande, amo - le dijo burlón y desapareció.
- Lo amas mucho ¿verdad?
- Sí.
- Se nota bastante - sonrió el monje - espero que algún día sean libres de la obligación de cuidar a la gente para que estén siempre juntos.
- Lo veo un poco difícil, somos ángeles de la guarda.
- No siempre será así.
Heero se encogió de hombros y se quedó en silencio vigilando al monje que tranquilamente seguía pintando a los ángeles. ]]

Wufei escuchó el sonido de la campañilla tan sólo una vez antes que Traize le contestara.
- ¿Estás bien, mi pequeño? - le dijo luego de saludarlo
- Que no soy pequeño - le reclamó sonrojado - pero estoy bien ¿y tú?
- Hay una especie de barrera invisible alrededor de la colina que no me permite llegar a tu lado - le dijo - la seguí por todos lados, pero nada.
- Que bueno - suspiró más tranquilo.
- ¡C”MO VA A SER BUENO QUE NO PUEDA LLEGAR A TU LADO!
- Tranquilo - le dijo Wufei divertido - lo bueno es que tú eres nuestro contacto con el exterior y que estás a salvo.
- No entiendo de lo que me hablas.
- Es que esta tormenta nos tiene atrapados dentro de la casa... - dudo acerca de contarle acerca de lo que había pasado, pero lo pensó mejor y decidió no decirle nada, sólo lo preocuparía más - y tendremos que esperar a ver que pasa hasta que amanezca.
- Mi pequeño, me estás mintiendo - le dijo Traize seguro - dime la verdad, algo malo pasa allí dentro.
- No, Traize, no pasa nada.
- Mira, ya me di cuenta que no quieres preocuparme, pero me angustia más no saber qué es lo que te está pasando.
- Es que... - se cayó un segundo - no es muy bueno.
- Dímelo, amor, yo trataré de ayudarles.
- Estamos prisioneros de la casa - dijo al fin - Heero anda buscando una forma de salir de aquí, pero no tenemos pistas para comenzar. Además...
- ¿Qué?
- Bueno, una voz nos dijo que ya tenía lo que necesitaba para hacer el ritual de sacrificio para su liberación.
- De seguro el demonio atrapado en la mina - dijo pensativo - sólo puede salir de la misma manera en que fue apresado.
- Le diré a Heero, tal vez encontremos algo que nos sirva para salir de aquí.
- ¿Le preguntaron por las palabras que tu amigo descubrió en los vitrales?
- No.
- Puede que allí esté la respuesta que tanto necesitan.
- Gracias, Traize - le dijo - espero verte pronto.
- Yo también - le mandó beso - hasta pronto, amor mío.
- Hasta pronto - respondió y colgó suspirando. Miró por la ventana y vio la sombra de ojos negros que se paseaba una vez más por los jardines, así que volvió aceleradamente a la sala.
- ¿Cómo te fue? - le dijo Dúo sentado a un lado de Heero que dormía con sus alas replegadas recostado en su regazo.
- Traize dice que hay una especie de barrera que no lo deja llegar hasta nosotros, que la recorrió entera, pero no encontró la manera de pasar y que la voz que escuchamos es, seguramente, del demonio encerrado en la mina y que trata e salir de la misma manera en que fue aprisionado.
- Entonces ¿para qué necesitaría cuatro almas humanas? - dijo Quatre preocupado - se supone que los ángeles lo encerraron.
- No lo sé.
- Si supiéramos cómo fue encerrado, podríamos saber como detenerlo - se volvió hacia Dúo - ¿recuerdas algo?
- Ni siquiera recuerdo cómo quedé atrapado yo - negó con la cabeza - apenas y tengo recuerdos de mi vida como ángel de la guarda de tres hombres santos y de un científico loco antes que nos liberaran de nuestro trabajo.
- ¿Cuatro hombres? - le dijo Trowa.
- Allí está porqué necesita cuatro almas - dijo Quatre - tres de ellas relacionadas entre sí y la cuarta dedicada a algo muy diferente.
- Tres artistas y un hombre de ciencias - dijo Heero enderezándose - el de los vitrales, el restaurador de fachadas y el restaurador de pinturas son las almas relacionadas y Quatre, dedicado a las ciencias paranormales, el científico.
- Pero los tres eran hombres de Dios - dijo Dúo.
- Y pintores - le señaló el cuadro en donde estuvieran los ángeles - ¿recuerdas al primero que custodiamos? - Dúo asintió - él es el artista.
- ¿Qué haremos? El alma del artista se anda paseando por los jardines - le informó Wufei - no me gusta para nada su presencia.
- Si lo que nos dijo Traize es cierto, el tipo debe ser capaz de cualquier cosa con tal de tener a Dúo, tratará de deshacerse primero de Heero antes que cualquier cosa, más si ya los ha visto juntos.
- Traize me recordó de las palabras que descubriste en los vitrales - le dijo Wufei - yo no pude traducirlas porque es un japonés muy antiguo, tal vez algún modismo especial.
- Debemos verlos - dijo Heero poniéndose de pie - debemos estar alerta, sabemos que quiere liberarse - Caminaron a la biblioteca y vieron que los cuadros con los ángeles estaban de vuelta - que extraño.
- Es porque ambos están libres del presente, por ello las imágenes volvieron a su lugar - dijo Quatre - veamos que nos dicen las imágenes.
Trowa extendió uno a uno los dibujos sobreponiéndolos uno al otro viendo como se formaban las palabras que Heero repitió en voz alta:
- Emagna xion Inoshi toki tamashi omae ituya nagaki feista reigo naka - frunció el ceño pensativo - es incomprensible el mensaje, ninguna palabra tiene relación con la otra - miró las imágenes.
- Tal vez están mal organizadas - dijo Quatre - recuerdo que el japonés se lee de izquierda a derecha y de atrás para adelante.
- De todas maneras no nos diría nada, las leí en ese orden - miró los dibujos y notó algo más - Trowa, dime ¿cuál es la perspectiva de las imágenes?
- El artista hizo todos los dibujos desde distinto ángulo - dijo Trowa pero igual miró los dibujos - aunque pareciera que todos miran hacia el mismo punto.
- Y las imágenes son, en si, una secuencia de algo que ocurrió - señaló Heero - debemos averiguar a donde miran los vitrales.
- No - dijo Dúo atravesándose en su camino - es lo que el demonio quiere, atraernos a los vitrales, por medio de ellos atrapó mi alma y la del artista, así que va a intentar lo mismo con ustedes y no lo voy a permitir.
- Pues ellos son la única pista que tenemos de donde podemos encontrar la salida de este mundo horrible - le dijo Wufei molesto - Traize me está esperando afuera y no quiero convertirme en fantasma y no poder hacerlo con él - agregó y se sonrojó al ver lo que había dicho.
- Recuerdo algo - dijo Dúo mirando a Heero fijamente - el monje que hizo ese cuadro - señaló el cuadro que decía "quiero protegerte" - me dijo algo la noche en que murió: "¿sabes, pequeño ángel? Los ojos son las ventanas del alma"
Heero lo miró y volvió a ver las palabras escritas en los dibujos.
- Tienes razón, Dúo, aquí dice "Solo los ojos de un ángel rebelarán la verdad y el camino de su alma"
- Pero dijiste... - empezó Wufei.
- Sé lo que dije, que las palabras no tenían sentido - lo cortó - pero es que en este japonés - señaló los dibujos - no se encuentran algunas palabras.
- Pues deberían tratar de recordar algo más, por ejemplo cómo aprisionaron a ese demonio - dijo Wufei muy molesto ya.
- Mm - dijo Heero cerrando los ojos - sí, re cuerdo algo.

[[ Era una noche sin luna y ellos se habían quedado recientemente sin custodiado dado que éste había muerto repentinamente de una extraña enfermedad, así que ambos salieron a pasear tomados de la mano. A Heero no le molestaba perder un poco de sus poderes de noche porque era sabido que el ángel nocturno era muy poderoso en las sombras, más de lo que él era de día, incluso podía causar la muerte, aunque no se le estaba permitido a no ser que tuviera esa orden.
Dúo estaba contento, era extraño que Heero accediera a salir con él por la noche, pero estaba decidido a cuidarlo si era necesario. Sonrió al llegar a la colina, allí habían nacido ambos al mismo tiempo, dos ángeles de la guarda para un hombre muy especial, un científico bastante loco que soñaba con volar por los aires como las aves, pero cuyos experimentos jamás resultaban.
- ¿En qué piensas, Dúo? - le dijo pasando le brazo por su espalda atrayéndolo hacia su costado - estás demasiado callado.
- Me retas cuando hablo mucho - le replicó divertido.
- Pero no es normal que te quedes en silencio tanto tiempo.
- Pensaba en nosotros, en nuestro amor ¿crees que el Padre nos dé unas vacaciones para estar juntos? - le preguntó.
- ¡Qué asco! - dijo una voz a sus espaldas - amor, una porquería de los humanos - agregó poniéndose de pie.
- Un demonio - murmuró Heero extendiendo sus alas - ¿Qué haces aquí?
- Vaya, vaya, que manera de recibir a un hermano.
- ¿Hermano? - escupió Dúo como si fuera un insulto - no juegues.
- ¿Qué haces aquí? - repitió Heero molesto.
- Simple, pequeño ángel de la guarda, supongo - le dijo con cara de aburrido - vengo a llevarme unas cuantas almas para mi jefe, los humanos son muy fáciles de engañar.
- Eres un...
- Dúo - lo frenó Heero - sabes que nosotros somos los guardianes de este poblado, no te rebajes a su nivel - lo abrazó - debes irte o te irá muy mal.
- ¿En serio? - se burló - cualquiera sabe que un ángel blanco como tú no tiene poderes en la noche y menos cuando no hay luna.
- Tal vez Heero no los tenga, pero yo sí - replicó Dúo amenazador - vete si no quieres que te mande de regreso.
- Pues lo veo un poquito difícil, angelito - le lanzó un poder que Heero detuvo desplegando sus alas a manera de escudo - veamos de lo que son capaces.
La pelea fue larga, la mayoría de los humanos estaban aterrorizados, más cuando la tierra temblaba por el choque de los poderes, uno de ellos agrietó profundamente la tierra y Heero aprovechó para empujar al demonio, no tenía muchos poderes y los de Dúo comenzaban a mermar dado que amanecía así que usó sus últimas energías en poner un sello con sus muñequeras de oro de Dios, mientras estos permanecieran en su lugar y él estuviera en ese mundo, él no saldría hasta que Dios así lo quisiera. ]]

- Y es todo lo que recuerdo - dijo Heero - mi poder lo selló, pero lo demás, por qué custodiamos a tres hombres santos, no tengo la más remota idea.
- Miren, chicos - dijo Quatre acercándose a un cuadro que no habían visto antes en un rincón de la sala - es como si viéramos el futuro.
Efectivamente, se veía por medio del cuadro como la gente iba y venía buscando a los cuatro chicos, incluso se veía a Traize pálido y desvelado diciendo que Wufei estaba allí, que lo había llamado dos veces pero que no había podido llegar a su lado.
- No puede ser - dijo el chino más pálido aún.
- ¡YO LES DIJE QUE SE FUERAN! -lloriqueó Dúo - ¡AHORA SON COMO YO Y NO PODRÁN SALIR JAMAS!
- ¿Quieres calmarte? - le dijo Heero dándole un fuerte golpe en la cabeza - te pones histérico por nada, el futuro no es estático, aún podemos modificarlo y salir de aquí.
- Lo sé, pero ¿cómo?
- Debemos ver los vitrales una vez más - le dijo - de otra manera no conseguiremos nada.
- Traize.
- Vamos - le dijo Trowa agarrando a Wufei y a Quatre por un brazo saliendo al pasillo - lo único que debemos hacer es evitar mirar fijamente al vitral de allí arriba - señaló el de la escalera - ese es el peligroso.
- Es extraño - dijo Heero - los ojos de Dúo siempre miran hacia donde uno está, sin embargo, los míos, desde el vitral que lo mires, miran hacia el mismo punto - señaló - pero ¿qué es lo que ven?
- Pues necesitamos una luz que desde afuera nos muestre lo que ve - dijo Trowa.
- No te dejaré salir - le dijo Quatre preocupado - anda esa sombra maligna en el jardín y no quiero perderte.
De repente, un trueno iluminó uno de los vitrales y se voltearon a mirar el reflejo de la luz en los ojos del vitral que representaba a Heero y se fijaron al fin donde era...

Continuará...

Me cansé, pero aquí les dejo el capítulo 7, algo cortito, lo sé, pero avanzo y los dejo intrigados ¿Qué mira Heero?
Espero les guste.
Wing Zero (Que Shio Zhang sigue en campaña y es poco lo que avanza).
PD. No tiene dedicatoria porque no sé a quien dedicárselo (hay demasiada gente).

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