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Intento de conquista por BlackHime13

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Notas del capitulo:

Bueeeeeeeeeeno...... aquí está la conti jejeje.

Este está enfocado en Ita y Dei ya que són los que me faltaba jejeje.

¿Cuantas cosas pasan en un día no? XD

Espero que os guste y nos vemos en las notas finales (=^w^=)

Por cierto..... ¡¡¡FELIZ AÑO A TODOS!!!

Capítulo 8

 

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-¡¡¡Itachi que dejes ignorarme!!!-gritó un rubio frustrado de que el otro no le hiciera caso en toda la mañana. Lo único que había hecho durante toda la santa mañana había sido mirar por la ventana y suspirar, esa acción estaba enamorando a todas las fans del mayor pero al rubio le estaba molestando bastante.

Enfadado cogió al moreno del cuello de la camisa tiró de él y le besó delante de todo el aula. Fue un beso casto y algo rudo por lo brusco que había sido el rubio pero bastó para que hiciera el efecto que esperaba.

El mayor abrió los ojos sorprendido ante la acción del rubio y qué decir de los demás estudiantes. El aula se sumió en un gran silencio que ni las locas fans del moreno se atrevió a romper.

 

Sin más el rubio se separó del mayor se levantó de su asiento y se marchó todavía molesto dando un gran portazo. El silencio seguía presente aún cuando el rubio se había marchado pero que se rompió poco después por el grito de varias de las chicas que, se acercaron al moreno para pedirle una explicación pero este todavía estaba atónito por lo recientemente acontecido.

 

Ignorando a todas las pesadas que se habían reunido a su alrededor salió por la puerta en dirección a la azotea para buscar al rubio y pedirle una explicación coherente que su pobre cerebro pudiera entender, ya que este no lograba procesar bien lo sucedido.

 

Por otra parte el rubio una vez se había alejado de todo el escándalo que había echo caminó sin rumbo por la universidad, ya algo más tranquilo, para pensar en lo que había echo. Maldiciéndose internamente por su carácter explosivo que tenía que salir en ese preciso instante.

 

Con un suspiro repasó mentalmente lo que había pasado desde aquella mañana.

 

 

 

*Flashback*

 

Al despertarse oyó el grito frustrado del azabache menor pero no le dio importancia. Se levantó, se dirigió al baño que había en su cuarto y se dio una larga ducha relajante.

Al salir se estaba secando con una toalla el cabello mientras se ponía la ropa para la universidad cuando, al poco rato entró la señora Uchiha.

 

-¿Deidara-kun... podemos hablar?-preguntó la mujer.

Extrañado asintió y se sentó en el borde de la cama mientras la mujer hacía lo mismo y se sentaba a su lado tranquilamente. Esperó un buen rato a que ella hablara pero como parecía que no lo iba a hacer procedió a hacerlo él.

 

-¿Pasa algo Mikoto-san?-preguntó con gran curiosidad. Ella solo le miró y suspiró.

-Mis hijos son idiotas.-dijo ella finalmente.

Esa respuesta descolocó completamente al rubio el cual la miró confundido pero con una gran curiosidad que no podía con ella así que al final tuvo dejarla salir.

-¿Por qué?-preguntó finalmente el ojiazul.

-Mira les conozco mejor que nadie, no por nada soy su madre. Ellos pueden ser muy perfectos en los estudios y tener esa actitud de “me importa poco quien seas yo soy mejor que tú” haciendo que tengan muchas chicas locas por ellos pero, no saben nada en cuanto a cómo relacionarse con los demás.-dijo ella suspirando.

-¿Y eso que tiene que ver conmigo? ¿O con mis hermanos?-preguntó aún más desorientado por la respuesta de la mujer.

-Mira... yo se que a ellos les gustáis.-respondió sorprendiendo al menor.- Y también sé que a vosotros mis hijos no os son indiferentes.-volvió a decir poniendo un poco nervioso al rubio que no sabía que decir ante eso, solo atinó a sonrojarse levemente y ladear la cabeza. Ese acto pareció agradarle a la mujer ya que eso confirmaba lo que ella pensaba.- No te estoy recriminando nada, no te preocupes.-dijo al ver que el rubio intentaba dar una excusa para lo que ella decía.

 

-¿Por qué me dice esto entonces?-preguntó girando a verla otra vez.

-Por que sé que ellos harán alguna tontería y vosotros me gustáis mucho, sois unos chicos muy buenos, lindos, inteligentes... en definitiva sois todo lo que ese trío de bobos que tengo por hijos necesitan.-respondió mirándole con una sonrisa.

-¿Y que quiere que hagamos?-volvió a preguntarle el menor.

-Solo quiero que les hagáis aprender una lección. Que no todo lo que quieran lo conseguirán con solo sonreír con superioridad y demandarlo. La vida no es tan fácil y ellos tienen que aprenderlo.-respondió después de suspirar.

-Hmp. Por eso no se preocupe.-dijo el rubio para luego soltar una leve risita.

-¿Por qué lo dices cariño?-preguntó con curiosidad.

-Porque...-no terminó de responder cuando del otro lado de la puerta se oyeron unos leves golpes.-Pase.-dijo el rubio extrañado.

-El desayuno ya está listo.-dijo con tranquilidad el moreno mayor al entrar, pero luego su semblante cambió a uno extrañado al ver a su madre con SU rubio,si suyo, aunque no lo sea oficialmente.

La mujer solo suspiró al ver a su hijo mayor allí. Ya sabía que no conseguiría saber lo que el rubio le iba a decir, al menos, no en ese momento. Sin más se levantó, le dio una sonrisa al rubio y le dio un leve beso en la mejilla que hizo que su hijo mayor se pusiera celoso.

 

-Ha sido un placer hablar un rato contigo cariño.-dijo ella algo divertida por la reacción de su hijo.

-Igualmente, Mikoto-san.-respondió este de igual forma.

 

Sin más se marchó de allí dejando a los dos menores dentro. Itachi se quedó en la puerta intentando que sus celos no salieran a la luz mientras que el rubio ya se había levantado de la cómoda cama y le observaba algo divertido.

 

-¿Pasa algo?-preguntó normalmente, disimulando muy bien lo divertida que le parecía esa situación.

-No.-respondió el mayor intentando parecer sereno.-¿De que hablaban?-preguntó con aparente indiferencia mientras le miraba.

El rubio solo sonrió divertido, se acercó hasta el moreno, se elevó un poco ya que este era algo más alto y le susurró al oído.

 

-Mmm... si tanto lo quieres saber... pregúntaselo a ella.-le dijo en leves susurros que al parecer del mayor le habían sonado muy sensuales.

 

Seguidamente el menor se retiró de la habitación dejando allí al más alto en una nube. Hasta que cayó en que no le había respondido a su pregunta.

El rubio se dirigió hacia el salón para desayunar, encontrándose con Gaara en el proceso y los dos entraron y se sentaron en sus respectivos sitios.

Poco después fueron entrando las personas restantes. Cuando entró el moreno y se le quedó viendo fijamente no pudo evitar soltar una leve risita de la cual se dio cuenta la única mujer presente y que igualmente que el rubio no pudo evitar sonreír y reír levemente, ante la extrañada mirada de su marido y la molesta de su hijo mayor.

Lentamente llegaron los demás, Sai seguido de Sasuke y por último, pero no menos importante, el rubio menor. Al ver la actitud de su hermanito no pudo evitar preguntarse que había pasado entre él y el azabache, aunque sabía que se lo contaría después no pudo evitar sentir algo de curiosidad.

 

-Me pregunto que le pasó a Naru-chan.-le dijo en un susurro a Gaara que se sentaba a su lado y les miraba de la misma manera curiosa que él.

-Mmm~...no sé pero lo voy a averiguar.-le respondió él.

 

Al mirar enfrente pudo observar como Sai le preguntaba a Itachi y este le respondía algo que no pudo escuchar pero que le hizo pensar que él lo sabía... Tendría que sonsacarle esa información ya que su curiosidad le estaba matando.

 

El desayuno transcurrió sin nada más que destacar a parte de que el pobre señor Uchiha, Fugaku-san, parecía bastante confundido por todo a su alrededor. La sonrisa de su mujer, el nerviosismo del rubio menor, los cuchicheos del rubio mayor y de Gaara, la risas burlonas de Sai a Sasuke, la cara pensativa de Itachi y la mirada enojada que le profesaba el azabache al moreno mayor.

 

A continuación los seis salieron de la gran mansión pero se tuvieron que separar puesto que tanto el rubio mayor como Itachi no se iban a la secundaria sino a la universidad. Se fueron dejando a esos cuatro juntos. Aún cuando estaban algo alejados pudo observar como Sai se burlaba de su primo, como Gaara intentaba sonsacarle al rubio lo que había pasado y este solo le sonreía y, como Sasuke solo ignoraba a su molesto primo y observaba a Naruto que caminaba delante de él.

 

Soltó un suspiro y siguió caminando en dirección a su institución. Itachi iba a su lado y no dejaba de observarle pero sin llegar a decir nada lo que hizo que al final se molestara un poco.

 

-¿Qué pasa?-preguntó lo más tranquilo que pudo.

-Nada...-respondió sin dejar de observarle. Poco después volvió a hablar.- ¿De que hablaban mi madre y tu?-preguntó aparentando indiferencia y sin dejar de caminar.

-Te lo diré si me dices que pasó entre tu hermano y el mio.-respondió. Era una buena oportunidad para hacer que se lo contara.

Su acompañante pareció pensárselo unos segundos para luego asentir.

 

-Lo único que pasó fue que Naru-chan vio algo que le avergonzó.-comentó divertido.

-¿Algo que le avergonzó?-preguntó el rubio sin entender.

El azabache sonrió de lado, se acercó al rubio y le susurró al oído lo que vio el rubio menor en la habitación de su hermano.

Ante las palabras del mayor el rubio no pudo evitar sonrojarse, ahora entendía porqué a su hermano le costaba mirar a la cara al azabache. Aunque una duda le inundó...¿Tan grande la tenía el azabache? No es que su hermano hubiese visto otra, al menos que él supiera, pero... bueno que él también tenía uno y si se había comportado de aquella manera es que el azabache debía de tener una buena herramienta... Tanto como para impresionar a su hermanito. Ese pensamiento hizo que su sonrojo se acentuara aún más de lo que ya lo estaba.

Una vez el moreno se separó de su oído vio con orgullo el gran sonrojo que se había apoderado del ojiazul y no pudo evitar sonreír con sorna.

 

-¿Qué estás pensando?-preguntó sin dejar de sonreír de aquella manera.

-Nada...-respondió el rubio ladeando la cabeza e intentando que ese calor en sus mejillas se fuera.

-Hmp, si ya.-dijo con sorna el pelinegro.-Bueno, ¿y de que hablaban mi madre y tu?-volvió a preguntar.

El menor solo sonrió con malicia e hizo lo mismo que el pelinegro. Se acercó y le susurró al oído, tal y como había echo antes en su habitación.

 

-Solo... me dijo que...-le fue susurrando sensualmente.

El pelinegro tragó en seco, esa estúpida voz sensual le estaba causando estragos en su ser.

-Que....-le instó a seguir. La sonrisa del rubio se amplió al ver la reacción del mayor.

-Que... sus hijos eran idiotas.-finalizó para luego separarse y sonreír aún más al ver la cara que tenía Itachi.

-¿Solo eso?-preguntó algo contrariado pero al ver la cara de burla del rubio se dio cuenta que se estaba divirtiendo de lo lindo a su costa y eso hizo que frunciera el ceño levemente enojado.

-Aja.-respondió este sin dejar de sonreír.-Vamos no te enojes.-dijo al ver como el mayor fruncía el ceño.-Es verdad que me dijo eso.-dijo al ver que el semblante del mayor se relajaba.

-Y voy y te creo.-respondió este aún un poco enfadado.

El rubio solo sonrió y soltó una leve risita mientras seguía al mayor que había comenzado a caminar otra vez.

 

Lo que resta de camino la pasaron en silencio, cada uno metido en sus propios pensamientos. Al llegar se encaminaron hacia su aula y se sentaron en sus lugares, el mayor al lado de la ventana y el rubio al lado de este.

 

Las clases transcurrieron bastante tranquilas. Cuando ya era la hora de la comida Deidara le preguntó si le acompañaba a comer pero el pelinegro le ignoró mientras seguía mirando por la ventana perdido en sus pensamientos y suspirando de vez en cuando.

Estuvieron unos diez minutos así hasta que el rubio se hartó de la actitud del mayor, le gritó, besó y luego se marchó.

 

 

*Fin flashback*

 

 

Y eso nos lleva otra vez al principio. El rubio solo suspiró para luego darse cuenta de donde estaba. Ni se había dado cuenta de que, inconscientemente, había acabado en la azotea de la universidad por lo que se acercó hasta la verja de seguridad y observó todo el patio. La gente sentada comiendo, algunos platicando con su grupo de amigos u otros estaban solos.

 

Después simplemente se sentó recostado en la verja metálica y cerró los ojos pensando en qué le diría al pelinegro por el beso cuando este le pidiera una explicación.

 

En ese momento la puerta se abrió dejando ver a la persona que no quería enfrentar en ese momento. Uchiha Itachi estaba delante suyo con el ceño fruncido y mirándole fijamente.

 

 



......Continuará......

Notas finales:

Bueno.... espero que os haya gustado y dejéis un review ¿nee?

Si queréis darme alguna sugerencia para la escusa de Dei me encantará tenerla en cuenta.

Mmm... sé que tardé un poco en actualizar así que lo siento y espero que nos veamos en el próximo capítulo.

Besoooosss. (=^w^=)


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