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Hola soy papá por YisusCraist-Of-Yaoi

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Notas del capitulo:

!Hola a todos! Este es un regalo atrasado por el día de las madres y es un vale de disculpa por mi error de borrar el fic. Lamento que tantos comentarios se perdieran pero agradezco a quienes volvieron a apoyar la historia.

 

Por ahi alguien me dió la idea y decidí seguirla. Es como un "Hola soy mamá" pero preferí que fuera una historia extra de "Hola soy papá" por que Akashi merece su espacio.

 

Espero que la disfruten y gracias por su apoyo. 

 

Ser mamá es genial ¿No, Akashi?

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Nota Aclaratoria : Kagami Touma es hijo de Kagami y Kuroko. Se parece más a Kuroko en la actitud pero tiene la determinación y el color vino de Kagami. Bajo de estatura pero es todo un seme.

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Una pedorreta con la boca seguida de otra. El rostro del emperador embarrado con papilla de manzana daría para muchos de sus antiguos rivales un espectáculo único y divertido pero para él no lo era. Se limpió con simpleza y arqueo una ceja ante Akari y Akita. Los bebés le miraron de igual forma y empezaron a reír a carcajadas por la expresión de su madre, esos niños desconocían el peligro que estaban enfrentando.

 

Si algo que Akashi no toleraba era la desobediencia, era absoluto, el emperador de Teiko y Rakuzan. Se levantó altivo recordando con gloria sus días de triunfos y victorias. Como tras su mandato equipo tras equipo caía a sus pies. En medio de aquellas memorias un sonido peculiar apareció, Akari había eructado y Akita empezó a reír del ruido que su hermano emitía lanzando manotazos contra la periquera. Akashi suspiró mirando a sus retoños, ellos dos valían más que cualquier victoria sin duda alguna.

 

-Ma....-Akashi se quedó estático al escuchar a Akita.

 

 -!Ma!-grito Akari imitando a su hermanito.

 

-Atsushi.... !Atsushi! -grito Akashi inmoralmente sorprendido, después se reprendería de su efusividad pero sus niños estaban hablando por primera vez. El pelimorado entro con desgane al lugar y miro a los bebés.

 

-¿Que pasa Aka-chin?-dice entrando con un dulce en la boca. Los niños veían a sus padres y señalaron a Atsushi.

 

-Ma...-dijo uno.

 

-¿Ah? -Atsushi no entendía.

 

 -Mai...bo! -MAIBO -grito Akari emocionado junto con Akita manoteando felices. Akashi los miró, decepcionado tal vez pues creía que dirían "mamá". Atsushi se hincó frente a ellos con una gran sonrisa en los labios.

 

-¿No es genial, Aka-chin? Aprendieron a decir maibo -dijo dándoles un pedacito muy pequeño a sus hijos mientras Akashi cruzado de brazos les observaba. Definitivamente eran hijos de Atsushi y rectifico: ellos tres valían más que cualquier victoria... aunque la siguiente serie de palabras que debían aprender es "conoce tu lugar" tal vez era complicado para sus bebés lo lograría porque era Akashi, el gran emperador.

 

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Se encontraba partiendo la verdura en la sala, pronto llegarían sus hijos y debía tener todo listo para la comida. Machacando de esa forma las zanahorias solo podía pensar con locura aquella manía suya de intentar atravesar con las tijeras a quien fuese su rival pero ahora, ahora miraba los cuadros y esas épocas se habían quedado tan atrás. Las tijeras que le servían de armas letales ahora las usaba para cortar las hebras de los uniformes de sus hijos y las flores secas del jardín.

 

No le desagradaba en absoluto, el trabajo de madre era bien remunerado con comida, abrazos, sexo y un horario cómodo sin tener que lidiar con aburridos e inferiores clientes como lo hacía Murasakibara en su pastelería. Lo único que debía hacer era mantener felices a sus tres razones de vivir, no podía pedir más.

 

La puerta se abrió, sus hijos debían volver pero uno de ellos entró corriendo y subió las escaleras sin saludar. Akashi alzó una ceja y miró a su otro hijo que entraba caminando con las manos en los bolsillos y desgane. Murasakibara Akita tenía más el porte de su padre que el de su madre pero había obtenido la inteligencia y frialdad de Akashi.

 

-¿Qué sucedió? –preguntó el pelirrojo a su hijo.

 

-Eh, pues que Soma lo dejó por otro frente a todo el instituto. Todos sabían que le era infiel pero Akari no quería verlo, es todo –dijo sin mucho interés y tomó una naranja de la mesa. Akashi dejó de lado el cuchillo y suspiró.

 

-Ve a cambiarte y a lavarte las manos, ya casi comeremos –Akita asintió y subió las escaleras. Akashi se desprendió del mandil y subió hasta detenerse frente a la puerta de Akari pero escuchó un par de sollozos. Era lo que se imaginaba, una vez más. Tocó la puerta y al no escuchar respuesta abrió.

 

-A…Aka-chin…-decía Atsushi abrazando a su hijo con fuerza mientras este tenía su cabeza hundida en su pecho llorando con mucho sentimiento – Akari-chin está llorando mucho y no quiero verlo llorar.

 

-Me doy cuenta –dijo frívolo o eso quería aparentar. Akari le miró con los ojos llenos de lágrimas. A Akashi también le dolía verlo así pero era el soporte de esa peculiar familia y debía mostrarse más fuerte.

 

-Quiero que sea muy feliz Aka-chin –decía infantilmente Atsushi. El pelirrojo suspiró y por su lado apareció Akita.

 

-Los tres cambien sus ropas, los llevaré al parque de diversiones –dijo con un tono más calmado, sabia como calmar a sus pequeños gigantes. Los tres le miraron con la mirada iluminada.

 

-Aka-chin nos llevará al parque –decía Atsushi mirando a Akari – así que no llores ¿si? Podremos comprar muchos dulces y subirnos a los juegos –el chico asintió secándose las lágrimas y  miró a su madre con agradecimiento por el intento de subirle los ánimos ya que las palabras no se le daban del todo y lo entendía.

 

Fueron al parque, jugaron tantos juegos y comieron tantas golosinas como cuando eran pequeños aunque en esta ocasión no podían cargarlos en sus hombros pues ya eran algo pesados. De regreso en el tren Akita se recargó en el hombro de su padre y se quedó dormido ahí mientras Akari se recostó en las piernas de Akashi recibiendo las caricias de su madre con dulzura que le cepillaba los cabellos.

 

-Escucha Akari, eres un joven muy inteligente y guapo –el chico se sorprendió de las palabras de su madre pues sonaban sinceras- quien no vea eso merece que le saque los ojos.

 

-B..basta mamá, me avergüenzas –dijo más animado tapándose el rostro.

 

Fue la ocasión perfecta para Akashi. Limpiar las tijeras, recordar que tenía tan buena puntería y que ese Soma pagara de una vez por todas. A los días del pequeño “accidente” del ex de su hijo este se disculpó por lo hecho bajo una leve amenaza de Akashi. Pasaron un par de semanas y cumplió el deseo de Atsushi, pronto ante sus ojos se presentó Midorima Ryohei quien le haría feliz hasta el último día de su vida.

 

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Kuroko prácticamente le había pasado un detector de metales por encima a Akashi. Había sido muy complicado tener un hijo con Kagami y no quería perderlo en manos del pelirrojo de Rakuzan. Atsushi no lo entendía, el ambiente estaba tenso en aquella pequeña salita y Akashi no se veía del todo contento. Con las piernas cruzadas y altivo miraba despectivo a uno de los jóvenes de aquel lugar. Un par de ojos como el cielo y cabellos en vino, una estatura baja y con el aspecto relajado tomaba la mano de Akita entre las suyas. El más alto lucía levemente más nervioso, con los cabellos cayéndole por los costados.

 

-Akashi-kun por favor no asuste así a los chicos con esa mirada –sentenció Kuroko.

 

-Asustados deberían estar después de esto –respondió el pelirrojo mientras que Kagami suspiraba con profundidad.

 

-¿Cuál es el problema? –dijo Kagami- Se casarán y …

 

-No tengo inconveniente con eso… -le interrumpió el Emperador.

 

-Podría ser…-Touma miró a su ahora suegro con una cara igual a la de Kuroko - ¿No le agrado, Akashi-san?

 

-…-el pelirrojo alzó una ceja. Admiraba el valor del chico para preguntar tal cosa tan directamente. Definitivente era hijo de Tetsuya. – me agradas Touma. Tampoco tengo problema con ello.

 

-Entonces no te agrada Kagami-kun –dijo Kuroko quien se ganó un “!oe!” por parte de Kagami.

 

-No daré respuesta a eso –dijo directo el de ojos bicolor.

 

-Creo que sé que tiene Aka-chin –habló al fin Murasakibara ganándose la atención de todos. Le daría permiso de hablar, no imaginaba con que ocurrencia saldría ahora su pareja.- Aka-chin….es muy joven para ser abuela –justo en el clavo.

 

Todos miraron al emperador que seguía serio. Estaban expectantes a alguna señal de que aquella afirmación del pelimorado era real pero nada. Akashi no dijo nada y el que calla otorga. Kuroko contuvo una risa pero para Kagami fue más difícil no hacerlo. Era muy gracioso, en serio gracioso. Akashi se negaba a ser abuela y nunca pensaron que esa sería una preocupación para el pelirrojo.

 

-Si me permite decirlo Akashi-san….será una abuela muy bien conservado –dijo Touma con descaro y ahora si habia caído en su gracia. Lamentaba no tener sus tijeras cerca y sentía lastima por el joven que ahora tendría un suegro muy tirano.

 

-Touma…-Akita no sabía dónde meter la cabeza y se puso de pie caminando a su madre. Le tomó de las manos y las puso sobre su tripa. Aun no se notaba, tenía escasos dos meses pero ahí estaba. El chico sonrió con dulzura a su madre y Akashi solo le observaba. – Mamá… ¿así te sentías cuando supiste que naceríamos?

 

Aquella pregunta fue confusa ¿Cómo se sintió cuando recibió la noticia. Su mayor preocupación fue explicarle a Atsushi y cuando lo logró ¿Qué sucedió? Volvió sus recuerdos a esos días en que despertaba y acariciaba el bulto que crecía día con día soñando todas las cosas que harían juntos y ahora su hijo las compartiría con alguien más. Esperanzas, sueños y metas. Ser mamá era un trabajo que uno se llevaría aún después de la muerte y su hijo estaba por experimentarla.

 

-Fue…el mejor momento de mi vida –respondió Akashi entendiendo la felicidad de su hijo. Era joven, inconsciente e inmaduro para formar una familia pero eso no significaba que no sería feliz. Akita se arrodillo y abrazó a Akashi con una sonrisa en los labios.

 

-Si pudiera decidir ….decidiría ser para mi hijo la madre que tú has sido para mí –aquellas palabras le tocaron en lo más profundo a Akashi que se limitó a abrazar a su hijo - …gracias mamá.  

 

 

Notas finales:

Si les gustó no olviden dejar un review, mi granja de hombrezuelos se los agradecerá

 

-Yisus


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