-Atsushi ¿Sabes de donde vienen los bebés?
-Si –respondió el alto con una gran seguridad que impacto al pelirojo.- cuando cortas una naranja a la mitad sale un bebé.
-¿De dónde has sacado eso, Atsushi?
-… No lo sé, ¿No es así? Si sale una semilla te puedes comer la naranja y si sale un bebé entonces te quedas con el bebé. –dijo muy seguro de su teoría.
-Mmhh..-Akashi dejó su libro en la mesita de al lado. Estaban en la habitación que compartían ambos a punto de dormir pero decidió sacar el tema. Atsushi estaba ya recostado esperando como si le fuese a contar un cuento- Te explicaré. ¿Recuerdas la fiesta de año nuevo?
-Sí, Midochin había tomado mucho y estaba cantando en el karaoke mientras que Kurochin y Kagamichin se estaban…-Akashi le cubre la boca para que no interrumpa por mucho su relato con detalles que le podían cobrar una factura psicológica enorme.
-Me refiero a lo que pasó después de la fiesta, Atsushi.
-¿Cuándo Akashin y yo vinimos a casa? Que empezó a besarme mucho –dice en tono infantil – y después me pidió que pusiera mi…-Akashi le vuelve a cubrir los labios. A veces su inocencia rallaba en una sinceridad extrema.
-Sí, me refiero a eso. Cuando eso pasa hubo algo que salió de ti.
-Si, parecía yogurt pero no era dulce, era muy amargo –dice con una mueca recordando el sabor.
-¿Cuándo …tú lo prob…? –suspira resignado a que nunca se dejaría de sorprender por las locuras de su amante – bueno, no quiero saberlo. Lo que quiero decir es que ese líquido que sabe feo entró en mí.
-¿Y a Akashin también le supo mal?
-No, no lo probé…bueno si pero no de esa manera. Atsushi, escúchame –dijo un poco alterado, era raro en el pelirrojo – ese líquido tiene muchas semillitas que viajan por aquí –dice señalando por debajo de su ombligo- hasta que una llega y hace ‘su nido’ –intentó explicar de una forma sencilla para que el otro entendiera. – en ese nido crece por 9 meses y después nace un bebé.
-Oh –dice fascinado por la explicación. – entonces….¿Entonces de Akashin saldrá un bebé? –dice picando el ombligo del más bajito.
-Sí, ya tiene 2 meses aquí.
-¿Duele?
-Aún no –dice un poco conmovido al ver como el pelimorado miraba la zona con admiración, como si pudiese observar al bebé justo ahí pero en realidad era un punto diminuto actualmente.
-Yo no quiero que a Akashin le duela –dijo preocupado acariciando la zona- ¿Y cuando nazca va a brincar?
-¿Brincar? –no entendió la pregunta.
-Sí, para salir. Va a brincar tan alto como Akashin –el pelirrojo solo se cubrió los labios para no emitir una risa ante la nueva teoría loca de su novio. Realmente lo amaba porque siempre le decía cosas que hacían ver todo más fácil.
-No, los doctores ayudarán a sacarlo.
-Oh ya. –dice entendiendo- ¿Y Akashin será la mamá? ¿Quién es el papá?
-Tú eres el papá, Atsushi. –dijo recostándose un poco en la cama.
-¡Wooh! –exclamó sorprendido- voy a ser el papá del hijo de Akashin –lo rodea con los brazos y lo apega a su pecho- me gusta ser yo y que no sea alguien más.
-A mí también me gusta que seas tú, Atsushi. –pronto ambos se quedaron dormidos abrazados tras haberle dado la noticia de su paternidad.
A la mañana siguiente Akashi dormía boca arriba mientras Atsushi le miraba curioso y acercaba su oído al estómago de su pareja esperando escuchar algo. Seijuuro era de sueño ligero así que despertó al sentirlo pero lo observó en silencio.
-¿Estás ahí bebé? Soy yo, tu papá. Ya quiero que salgas para que juegues conmigo y comer muchos dulces juntos. Seguro serás tan bonito como Akashin y nos harás más felices –decía Atsushi en voz baja mientras un conmovido Akashi le escuchaba. Puede que no planearan un hijo pero sin duda Atsushi es el padre que siempre quiso para su familia porque desde ese día todas las mañanas se despertaba para hablar con su bebé.