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¿Como paso esto? por Yadira xD

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Notas del capitulo:

Hola!!

 

Perdon por no haber pasado antes a actualizar, lo que pasa es que la musa de la inspiracion se habia ido de vacaciones. Pero lo bueno es que ya regreso xD

 

Y aqui les traigo este nuevo capitulo, espero que les guste :)

Tres meses atrás…

 

 

Kiyoshi Teppei se encontraba sentado en la comodidad del sofá reclinable que tenía en el patio de su casa; eran las 08:00 pm de una noche completamente estrellada, y descansando sobre sus piernas, se encontraba Murasakibara Atsushi. 

 

Teppei se encontraba deleitando las estrellas mientras que el pelimorado gemía de dolor. El siempre sonriente Teppei emitió un sonoro resoplido al recordar lo que había pasado. 

 

 

Flash Back 

 

 

Kiyoshi Teppei se encontraba dentro de una pastelería mirando el aparador donde se vislumbraban un sinfín de pastelillos de distintos tamaños y sabores. El joven pívot de  Seirin había pasado a comprar uno de los pasteles especiales (y favoritos) de la tienda, los cuales solo eran vendidos este día, y por la gran demanda que tenían, era que había ido lo más rápido que podía. Habiendo terminado las clases, se dirigió inmediatamente hasta aquí y para su sorpresa aún quedaba uno de los pasteles.

 

-Aquí tiene, señor.- decía el joven vendedor.- son €1500 yenes.

 

Teppei saco su cartera y se dispuso a pagar; pero justo en ese momento, se escuchó una voz muy conocida.

 

-¿Ehhh? ¿Cómo que ya se acabó? Vine lo más rápido que pude solo por él.

 

 -Lo siento señor, pero ya no tenemos cake special, el ultimo acaba de ser vendido.- decía una joven vendedora.- justo a ese chico de ahí.- y fue cuando el gigante de Yosen se dio cuenta de la presencia de Teppei. Murasakibara llevaba unas bolsas repletas de dulces, y en la boca traía un chocolate, ¿Cómo puede comer tanto dulce? Se preguntaba el castaño.

 

-Ahhh.- dijo con pesadez y mirándolo con aburrimiento.- así que tú fuiste quien se robó mi pastel.

 

¿Robo? Pensó Teppei.- Yo lo compre con mi dinero, no me lo he robado.- lo decía con una sonrisa en los labios.

 

-Me sacas de quicio con esa sonrisa.- Murasakibara se acercó a Teppei con su imponente estatura.- dame mi pastel.

 

-No.- decía aun sonriendo Teppei.

 

-Que me lo des.- decía el pelimorado con el mismo tono de voz, aunque se le notaba que se estaba empezando a impacientar.

 

-No te lo daré porque es mío, ya lo pague.- en cuanto dijo eso, agarro la caja que contenía su pastel y se dirigió a la puerta. Seguido por el gigante de Yosen.

 

- Dame el pastel.

 

-No.

 

-Dame el pastel.

 

-No.

 

-¡Dámelo!

 

-Que no.

 

-QUE ME LO DES.

 

-NO.

 

Murasakibara agarro el brazo de Teppei, lo hizo girar y enfrentarse a él.- Dámelo en este momento Kiyoshi, o si no, te aplastare.-decía el pelimorado poniendo su mano libre sobre la cabeza del castaño.

 

Teppei se le quedo viendo sin inmutarse ni un momento por las palabras del pelimorado.- No te lo daré porque es mío y te agradecería que me soltaras.

 

Como Murasakibara no lo hizo, a Teppei no le dio más remedio que caminar llevándose arrastras al pelimorado (literalmente). Murasakibara no cedía y por supuesto Teppei tampoco.

 

Iban en un tira y afloja todo el camino hasta llegar a la casa del castaño. Después de unos largos minutos, y muchos “dámelo” “no”, habían llegado.- Murasakibara, ¿me podrías soltar y así poder abrir la puerta de mi casa?.-preguntaban el castaño.

 

-¿Me vas a dar el pastel?.- decía Murasakibara.

 

Teppei suspiro, ya se estaba cansando de estar diciendo “no” a cada rato, tampoco tenía la paciencia del mundo.- Mira Murasakibara, no te voy a dar el pastel, pero si gustas puedes pasar y entre los dos podemos compartirlo.

 

El pelimorado se le quedo viendo analizando las opciones. Podía salir corriendo con el pastel, pero no dudaba que el pívot lo alcanzaría.- Esta bien.

 

El castaño sonrió y abrió la puerta como pudo, ya que el pelimorado no lo soltó, sino, hasta estar dentro de la casa. Teppei se dirigió a la cocina dejando al pelimorado en la sala, puso el pastel en la mesa, y se dirigió en donde había dejado a Murasakibara.

 

-Ahorita vengo, voy a cambiarme y bajo.- el susodicho solo asintió en confirmación mientras recorría con la mirada la sala.

 

Teppei subió a su habitación y empezó a cambiarse. Estaba contento de que Murasakibara estuviera en su casa, ya que después de todo, el pelimorado no le era indiferente. Desde que lo volvió a ver en el partido de Seirin contra Yosen, había estado pensando muy seguido en el pelimorado. Aunque él sabía que el gigante estaba saliendo con el hermano de Kagami, Himuro Tatsuya. Bueno no le constaba eso, después de todo lo había escuchado de un chismorreo que traía Furihata e Izuki. 

 

Después de unos cinco minutos en su habitación, el castaño bajo a la sala y para su sorpresa no vio en ningún lado al pelimorado. Suspiro rendido porque ya se imaginaba en donde estaba. Teppei se dirigió a la cocina y en efecto; ahí se encontraba Murasakibara y del pastel no se veía ni sus luces.

 

-Te lo comiste todo.- el castaño vio la bolsa de los dulces que traía Murasakibara vacía.- ¿también los dulces de la bolsa?.

 

-Me duele el estómago.- es lo último que dijo el pelimorado porque a continuación, vomito.

 

 

Fin del Flash Back

 

 

Teppei suspiro al recordar todo lo que tuvo que limpiar mientras que el pelimorado gemía de dolor, hasta tuvo que limpiar al propio Murasakibara y cambiarle la playera, por lo que ahora llevaba una playera suya que le quedaba un poco corta, al fin de cuentas el pelimorado le sacaba como mínimo dos cabezas. Comer todos esos dulces y un pastel entero, le había ocasionado una severa indigestión. Lo peor de todo, es que sus padres no se encontraban en casa para decirle que se hacía en este tipo de situaciones, pensó en llamarle a Riko pero ya se imaginaba los antídotos que haría y no creía que Murasakibara aguantara “eso”. 

 

El castaño bajo la mirada y vio al pelimorado, cuando se estaba tranquilo, se veía muy tierno. Teppei le acaricio sus morados cabellos, mientras contemplaba el cielo sin darse cuenta que Murasakibara había abierto los ojos y lo miraba fijamente. Teppei sintió que alguien lo veía y bajo la mirada. Y ahí, se encontró con esos ojos morados. Ni uno de los dos dijo nada y Teppei no se atrevía a romper ese momento. 

 

Murasakibara lo veía fijamente, alargo su mano y tomo la nuca del castaño. Poco a poco bajo su cara hasta que llego a estar a unos pocos centímetros de la suya. Ambos se miraban con brillo en los ojos; Teppei no pudo aguantar más la proximidad, así que acorto los centímetros que los separaban y unió sus labios con los del pelimorado.  

 

Teppei termino el beso, entre jadeos y falta de aire, ambos trataban de recuperarse. Pero el libido del pelimorado estaba encendido. Por lo que no le dio tiempo al castaño de recuperarse, ya que Murasakibara se había enderezado, y estaba otra vez, devorando sus labios. 

 

Murasakibara lo jalo hasta que el castaño termino encima de él en el sofá. La brisa que corría en la noche hacia que ambos se acercaran más buscando el calor del otro.

 

La risa de Teppei se escuchaba en todo el patio, mientras que Murasakibara besaba su cuello. El pelimorado metió su mano dentro de la playera del castaño y Teppei dejo de reír.

 

-No creo que esto sea buena idea…ahhh.- decía Teppei.

 

Pero Murasakibara no lo escucho, siguió subiendo su mano hasta llegar a sus pezones y se dispuso jugar con ellos. Con la otra mano trataba de bajar los pantalones de chándal que llevaba el castaño. Murasakibara sonrió al escuchar el gemido que salió de los labios de Teppei. El pelimorado estaba jugando con la entrada del castaño, cuando de repente empujó un dedo en su apretada entrada.

 

Entre jadeos Teppei trataba de apartarse del pelimorado.- N..n..no..te…s..e…sentí..as…mal…AHHH.- Teppei aumentaba los gemido en cuanto Murasakibara empezó a mover su dedo, estirando lo suficiente al castaño como para agregar un segundo dedo.

 

-Mura…AHHH…aquí…n…no.- decía entre jadeos Teppei.

 

-Aquí o allá, es lo mismo.- decía Murasakibara mientras seguía moviendo los dedos.

 

Teppei sentía un fuerte dolor en cada movimiento que hacia Murasakibara con los dedos, pero pronto todo ese dolor se volvió en placer. Murasakibara empujó un nuevo dedo en la apretada entrada del castaño.

 

Murasakibara sacó sus dedos de Teppei. Se desabrocho su pantalón y bajo el cierre dejando a la vista su miembro erecto. Teppei abrió los ojos totalmente, esa cosa enorme estaba a punto de entrar en él. Estaba a unos segundos de decirle al pelimorado que siempre no, cuando este lo agarró por las caderas, jalándolo y alzándolo hasta que sus cuerpos se encontraron. Murasakibara sonrió y agarró su enorme miembro, empujando la cabeza de este contra la entrada de Teppei. El castaño soltó un grito al sentir como el miembro del pelimorado se hundía en él. Cada vez más y más profundo.

 

Murasakibara poso sus manos en las caderas del castaño, mientras este ponía sus manos en el pecho del pelimorado. Este lo empujó hacia arriba y hacia abajo con mucha lentitud.

 

En el patio solo se escuchaban los gemidos de Teppei y la respiración rápida de Murasakibara. El castaño solo rezaba que ningún vecino escuchara los gemidos y viniera a ver qué pasaba, a él no le iba eso del voyerismo. Y sobre todo, que no se les ocurriera llegar a sus padres, no quería causarles un infarto.

 

Murasakibara se movía con más velocidad, sintiendo como estaba a punto de llegar a la liberación. Teppei hundió las uñas en el pecho del pelimorado y cerró los ojos cuando el orgasmo lo llenó, sintió el miembro de Murasakibara liberándose dentro de él. 

 

Teppei sonreía mientras se acostaba encima del pecho del pelimorado tratando de que su respiración se regulara, al igual que la de Murasakibara. 

 

Ambos se quedaron unos diez minutos en silencio, calmando sus agitados corazones. Cuando Teppei alzo la vista y miro a los ojos del pelimorado, este le sonreía como si hubiera encontrado el país de los dulces. Su corazón se agito de alegría.

 

Recogieron sus ropas arrugadas y ambos subieron a la habitación del castaño. Se bañaron juntos y tuvieron su segunda, tercera y cuarta ronda.

 

Al pelimorado le sonó el teléfono y era su madre, la cual se encontraba preocupada porque lo había mandado a comprar verduras y el susodicho no había llegado desde que salió de la escuela. Teppei sonrió porque por lo visto, el pelimorado se había gastado el dinero de las verduras en dulces.

 

Murasakibara se despidió con una sonrisa infantil y un beso muy largo, para alegría del castaño, y prometió llamarlo al llegar a su casa.

 

Teppei se encontraba en las nubes, aun no sabía que eran realmente, ya que no habían tenido tiempo de hablarlo, pero de seguro iban a tener mucho tiempo para eso de ahora en adelante. Pero por lastima esa llamada nunca llego.

 

El castaño estuvo esperando toda la noche la llamada, al día siguiente y así sucesivamente pero la llamada nunca llego. Lo que si llego fue una terrible desilusión y tristeza, acompañadas de un bote de helado. ¿Quizás era cierto que el pívot de Yosen salía con su compañero de equipo? O será ¿que solo fue un juego para él?   

 

Los días transcurrieron, las semanas, meses y no tenía noticia del pelimorado. Supuso en ese momento que nunca iba a llegar esa llamada. Teppei pasó sus días lo más normal que podía actuar, aún tenía el corazón roto y no servía de mucho que Furihata estuviera actuando raro y a cada rato lo llevara a ver películas románticas.

 

Habían pasado dos meses con veinte días cuando supo la verdad. Era sábado en la mañana y como todo sábado, se dispuso a salir a correr, pero simplemente no pudo ya que le empezó un dolor de cabeza demasiado intenso junto con unas ganas de vomitar. Nadie estaba en su casa, por lo que no tuvo más opción que ir a la clínica más cercana.  Grande fue su sorpresa al enterarse del porqué de sus malestares. Estaba embarazado y ni más ni menos que del gigante con gusto por los dulces que le había roto el corazón.

 

Aunque estaba totalmente destrozado, esa noticia lo alegro mucho. Sus sentimientos no pudieron mantenerse escondidos por más tiempo y fue ese el preciso momento en el que lo soltó todo. Lloro como nunca lo había hecho en su vida, pero no por tristeza o miedo, sino de alegría por el pequeño que estaba creciendo en su interior.

 

 

 

Lo que Teppei ignoraba, era el hecho de que Murasakibara al llegar a su casa se había encontrado con un enorme cake special, y como todo goloso, se lo comió entero.  Como era obvio, se volvió a enfermar del estómago, tanto fue que tuvo que ser internado en el hospital por un dolor estomacal intenso…

 

 

+++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++

 

 

Todos miraban a Teppei con pena. Después de todo el estúpido de Murasakibara le había dado alas directamente al castaño, había estado cuerdo, nada borracho y no había sido ni una apuesta o trato entre los dos.

 

Kagami había despertado después del sonoro golpe recibido por la bandeja, y este de momento se encontraba sentado con una bolsa con hielo en la cabeza, detenida por su amorosa (bipolar) pareja, escuchando lo que decían los demás.

 

-Eso sí que fue un golpe bajo.- decía Takao.

 

-Sí, pero no se lo debes decir tan directo.- le susurraba Sakurai a Takao.

 

-Yo sigo insistiendo que en vez de todo este estúpido plan, planeáramos una forma de asesinarlos.- decía Kasamatsu totalmente enojado.

 

-No, no no no.- decía Takao.- aunque Shin-chan sea un tsundere, obsesionado por los horóscopos, nada cool, yo aun así lo amo.

 

-Y…yo ta..mp…yo tampoco quiero que nada malo le pase a Aomine-san.- decía tartamudeando Sakurai.- lo siento, lo siento, no debí decir eso.

 

-A mí tampoco me gustaría que le pasara nada a Murasakibara a pesar de todo lo ocurrido.- decía con una sincera sonrisa Teppei.

 

-Yo tampoco deseo nada malo para Kise.- todos regresaron a ver a Kasamatsu ¿Kasamatsu había dicho eso? Pensaban.- Solo que lo atropelle un carro o lo secuestren los ovnis.- todos suspiraron, era demasiado lindo para ser verdad el escuchar eso de labios del pelinegro.

 

- A mí tampoco me gustaría que le pasara nada a Akashi-san.- Furihata dijo lo siguiente con una voz baja, si los chicos no estuvieran acostumbrados a escucharlo hablar tan bajo sin duda se les hubiera pasado lo dicho.

 

-…

 

-…

 

-…

 

-¿Escuche bien?.- decía Kasamatsu metiéndose los dedos a los oídos.

 

-No..no…no.- por primera vez Takao no sabía que decir.  

 

Sakurai y Teppei se encontraban con la boca abierta, ¿de verdad habían escuchado ese nombre?

 

-¿Akashi-san? ¿Akashi Seijuurou?.- decía Kuroko sin creer en lo dicho por Furihata. Los chicos se estaban imaginando a Furihata con Akashi, un chihuahua al lado de un león. Simplemente ¡IMPOSIBLE!

 

Furihata se puso totalmente rojo de la vergüenza, lo estaban viendo fijamente con cara de consternación. Miro a Kuroko y asintió en confirmación.

 

Todos voltearon a ver justo el momento en que Kagami ponía los ojos en blanco y azotaba en el piso.

 

 

 

Veinte minutos después, una ambulancia estacionada afuera del local, subía a un inconsciente Kagami en la camilla. El camillero se volteo y vio a los seis chicos junto al pelirrojo.- El joven debe de ir acompañado de un familiar, alguno de ustedes seria amable de llamar a un familiar y contarle lo sucedido, por favor.

 

-Todos vamos.- dijeron los chicos a unísono.

 

-No, solo un  familiar puede ir.- pregunto el camillero.

 

-Nosotros somos su familia.- contestaba Teppei.

 

El camillero alzo una ceja, no creía nada de lo que decían estos jóvenes.- ¿ah sí? Y ¿Quiénes son ustedes?

 

-Sus esposos.- dijo Takao.- así que TODOS iremos.

 

-¿q..q…que?.- pregunto consternado el camillero.

 

-Bueno, no tanto como esposos, más bien, seria padre de nuestros bebes.- decía Sakurai. Aunque solo sea un plan, pensaba Kasamatsu con el ceño fruncido.

 

-Eso..no puede ser cierto.- decía el camillero, eso no era posible ¿o sí?

 

-¡Mire!.- se plantó Takao delante del camillero apuntándolo con el dedo.- Ese pelirrojo con cara de menso es el padre de nuestros hijos. Así que en este preciso momento nos dejara pasar y subir a esa ESTÚPIDA ambulancia, sino quiere que un embarazado totalmente hormonal se le lance encima y él que necesite una camilla sea usted.

 

El camillero quedo totalmente en shock, se hizo a un lado y dejo pasar a los muy hormonales chicos, sobre todo a esos pelinegros. El chico que le acababa de gritar y el joven de ojos azules con aura de “síguele y te mato”.

 

 

Treinta minutos después los chicos se encontraban en una habitación del hospital, sentados a un lado de la cama donde se encontraba un inconsciente pelirrojo. El doctor les dijo que Kagami había sufrido una fuerte impresión, por lo que sus nervios alcanzaron el límite y se desmayó, aparte de que tenía una herida en la cabeza que se necesitaba tratar. Por lo que habían tenido que internar al pelirrojo y sus “esposos” se habían quedado a cuidarlo.

 

-No se preocupen jovencitos, su esposo estará bien en unos cuantos días en recuperación.- decía un amable doctor.

 

-Gracias doctor.- contestaba el peliceleste.

 

El doctor salió de la habitación dejando a los chicos viendo a Kagami.

 

-Lo sentimos mucho Kuroko-san, nosotros no queríamos que le pasara esto a Kagami-san.- decía Sakurai.

 

-No se preocupen, todo estará bien, ya oyeron al doctor. Kagami-kun solo necesita descansar.- decía Kuroko.

 

-Es cierto, todo estará bien.- decía sonriendo Teppei.- lo mejor ahora es que Furihata nos cuente su historia.

 

-¿YO?.- decía Furihata.

 

-¿Quien más si no?.- decía Takao.- ándale cuenta.

 

-E..e…esta bien.- suspiro el susodicho.

 

Pero en ese momento una enfermera entro con una sonrisa en los labios. En el hospital corría el rumor de que en la habitación 69 había un harem, con hermosos doseles embarazados, por lo que los enfermeros y enfermeras se turnaban en sus rondines y asi poder verlos.

 

-¿Qué desea?.- pregunto Kasamatsu.

 

-¿eh? Ah sí, nos enteramos que en esta habitación había jóvenes embarazados, por lo que el doctor jefe en turno nos dijo que les hiciéramos unas pruebas de rutina, para ver cómo están los fetos.- sonreía la enfermera. Y en ese momento entro un ejército de enfermeras y enfermeros que se los llevaron (sacaron arrastras) con sumo cuidado. 

 

 

Dos horas después, todos veían los resultados que las enfermeras y enfermeros les habían dado, sobre todo los de Kuroko.

 

-Esto no puede ser.- decia Kuroko

 

-Bueno, eso aclara el porqué de tus cambios de humor.- decía Teppei.

 

- Ahora ya eres miembro del club.- sonreía Takao.- ¡ESTAS EMBARAZADO!

 

 

Y a continuación, no fue Kagami para variar quien se desmayó, sino la sombra de Seirin.

 

 

Continuara...

Notas finales:

Gracias por leer este nuevo capitulo, espero que haya sido de su agrado. 

 

Solo faltan dos capitulos para que culmine este loco fic xD

 

 

 

Nos leeremos en la proxima, ciao (^_^)/


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