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Viva la vida por YisusCraist-Of-Yaoi

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Notas del capitulo:

Aquí es donde culmina esta historia, donde todo el esfuerzo y apoyo de ustedes se materializa en este final, en este instante y agradezco mucho que siguieran de principio a fin este proyecto, que se desgarraran, sufrieran, vivieran y aceptaran los sentimientos que aqui se plasmaron.

 

En serio, se los agradezco demasiado. Y alguna vez me preguntaron que si sufría al escribir estas cosas pero no lo hago, no hasta hoy donde sentí como las palabras salían y mis manos temblaban, me emocioné mucho con esto, con estos momentos.

 

Con este final.

 

Gracias a todos por vivir la vida. Es todo lo que puedo hacer por ustedes, agradecer.

En la vida de toda persona había días buenos, días malos y días peores. Para Kagami Taiga este era uno de esos peores días. Con el regreso de Himuro le parecía más fácil enfrentar ese tipo de situaciones pero estando solo se sentía débil, sin energías.

 

-¿Quién eres? ¿Qué haces en mi habitación? –dijo tembloroso Kuroko recostado en la cama cubriéndose con las cobijas dispuesto a lanzarle algo al pelirojo.

 

-Estoy cuidando de ti, has…tenido un accidente – pero la mirada de Kuroko era de desconfianza. A veces pasaba, a veces lograba recordarle, algunas veces podía rememorar ciertos momentos y algunas veces más solo no recordaba haberle conocido nunca y el tiempo en que ocurría eso era incierto.

 

-¿Cómo sé que no mientes? – se aferró, sentía los parpados pesados, como si estuviese a punto de llorar.

 

-Kuroko… fuimos a Norteamerica para atenderte de emergencia…¿lo recuerdas? Tienes inclusive una cicatriz ….-Kuroko alzó la vista y frunció levemente el entrecejo.

 

-Vete….-susurró frio, directo – no sé quién eres por favor….-de las veces que tuvo discusiones como esas con Kuroko nunca le había corrido de esa forma, le dolió pero no pensaba dejarle solo, no en su estado.-…vete….

 

-Está bien…-retrocedió. Se giró sobre sus pies y se fue derrotado de la habitación que se supone era de ambos. Cerró la puerta tras de él y apretó su corazón para no llorar, para no lamentarse.

 

Llegó a la sala, rebuscó en un armario un par de cobijas y se lanzó sobre el sillón desganado. Podía sentirse fatal, tonto y destrozado pero jamás dejaría a Kuroko ¡Santo Cielo! Igual con sus desplantes lo amaba, aunque lo olvidara Kagami simplemente no podía olvidar que estar a su lado era…

 

Eso era…

 

Kuroko por su parte miró desesperado que hacer, tomó el móvil. Debía llamar a alguien pero ¿A quién? Tal vez la policía, o tal vez eso era muy extremista puesto que no parecía que el intruso fuese agresivo, inclusive por un segundo le creyó y consideró darle el beneficio de la duda.

 

-Midorima-kun…-recordó a su ahora exjefe, seguro él sabría algo al respecto. Prendió la pantalla y por error picó el recuadro de multimedia debido a sus nervios. Ahí notó algunas fotos, algunas fotos donde estaba ese chico.

 

¿Acaso no mentía? ¿Acaso eran algo más? Notó entre todos el último archivo de hacia unas semanas, lo abrió y era un video, un video donde estaban ambos.

 

“Hey…. Mira, estoy a lado de la persona que amo…me cambió la vida, tomó de mi mano y me ayudó cuando estaba hundido aunque él es así con todos por lo que no me sentía especial…”

 

Kuroko sintió que su corazón se estrujaba con cada palabra. Ahí estaban ambos, él dormido sobre el cuerpo del más grande, este se veía nervioso pero con una sonrisa radiante, inclusive más fresco a diferencia del hombre agotado que estaba en su puerta hace unos momentos.

 

“…cuando menos lo pensé estaba ahí susurrando que me quería de una manera diferente a los demás y que no quería perderte….olvidé decirte algo…yo tampoco quiero perderte…”

 

El peliceleste apretó los labios y las lágrimas empezaron a salir lentamente rodando por sus mejillas, sentía aquellas sinceras palabras en el fondo de su pecho y por algún motivo sintió una culpa incontenible.

 

“No  solo quiero que estés conmigo el resto de tu vida…quiero que estés conmigo el resto de la mía…porque quiero amarte aún más…”

 

Y vió como en el video besó su frente con tanto amor, como la grabación se detuvo pero no todos esos sentimientos desbordantes que hacían su corazón palpitar con fuerza. Dejó su móvil de lado y se sentó en la cama intentando relajarse, intentando recordar, digerir la situación…realmente era cierto. Se talló el rostro y se bajó de la cama ignorando el usar sus zapatos, la pijama le vestía únicamente. Caminó por el pasillo y no pensó verlo ahí, aquello le hacía feliz pues se preocupaba por él a pesar de rechazarlo pero también le causaba melancolía saberlo, saber que era especial para él y que en cambio su cerebro no podía retenerlo por mucho tiempo, que al segundo siguiente podía olvidarlo totalmente…

 

Y eso duele, y lo peor es que de olvidarlo no le dolerá más pero Kagami nunca borrará esos tragos amargos….

 

Entonces supo que esa persona recostada en el sillón de todas las que había conocido en su vida era la que podía amarle con más fuerza, con tanto amor que era capaz de soportar el hecho de tener que sentarse con él constantemente a explicarle por que vivía en su casa, por que preparaba el desayuno, porque los muebles estaban movidos, porque el calendario tenía un día diferente, quienes eran todos sus amigos. Y ese era un proceso repentino, no podían hacer muchos planes por que el peliceleste lo olvidaría.

 

El amor que tenía Kagami por Kuroko era por segundo, por instante y para siempre…

 

Respiró con fuerza, el pelirojo le escuchó y reaccionó, algo temeroso de que le corriese de una vez por todas pero este no lo hizo, solo le miró con lágrimas en los ojos, con un temblor en el cuerpo y con la mano aferrada en el pecho.

 

-Kuroko ¿Te sientes bien? –el peliceleste asintió y lanzó otro sollozo.

 

-Tu nombre….-dijo cabizbajo.

 

-¿Eh?...

 

-¿Cuál es tu nombre? –preguntó subiendo un poco el tono.

 

-Kagami….Kagami Taiga –el chico sonrió y caminó lentamente hasta donde estaba el más alto.

 

-Perdóname Kagami-kun… lo he olvidado y me he portado como un tonto…-con los dedos le peinó hacia atrás pero aun no podía verle a la cara.- aun no puedo recordarte pero sé que estás ahí, en algún lugar…el cuerpo no olvida… creo.

 

-No te forces a hacerlo –Kuroko negó y alzó la vista.

 

-No haré eso… -se inclinó hasta quedar frente al rostro del pelirojo y depositó un beso. Uno corto y simple pero que fue suficiente para emocionar a ambos. No se habían besado desde hace tiempo, tal vez el peliceleste no lo recordaba pero Kagami lo sabía por lo cual fue repentino que tomase la iniciativa.

 

-Kuroko…-susurró al separarse del beso y el otro se quedó así inclinado pasando sus hebras azules detrás de su oreja.

 

-Kagami-kun….-capturo cada palabra, no quería olvidarlo, no ahora. Se subió lentamente al sillón y volvió a besarle, suave, con tiempo, con paciencia, con tantos deseos culminando ahí entre sus labios. Ladeo la cabeza, acarició su labio con los propios, emitió algunos sonidos mientras las dudosas manos del más alto se posaron en su espalda, le acariciaron, le pedían más.

 

Le invitó con un movimiento a sentarse sobre sus piernas, el otro no se negó y rodeó con sus brazos el cuello del pelirrojo. Le acarició la nuca mientras que la danza de sus labios y ahora lenguas continuaba, mientras sus mejillas enrojecidas, el calor de su rostro y la tenue iluminación nocturna decoraban la sala.

 

Las caricias de las grandes manos de Kagami descendieron por su cintura hasta sus muslos con delicia haciendo gemir muy suave al otro, no recuerda haberlo escuchado jamás hacer ruidos tan eróticos.

 

-Ka…Kagami-kun…-repetía cuando podía separarse como un recordatorio de que era él quien estaba ahí y mientras lo besaba seguía ordenando a su mente “no te olvides de él”….

 

Apretó aquella zona, Kuroko se estremeció y miró sus orbes, y como en un lenguaje secreto ellos se entendían, sabían que era hora y hasta donde llegarían. Los besos salvajes de Kagami abordaron el cuello blanquecido del otro que halaba de sus hebras rojas y se retorcía ligeramente encima de él.

 

-Kagami-kun…-volvió a susurrar con dulzura mientras sus manos desesperadas exploraban hasta donde podían, mientras las de Kagami buscaban desprendarle la camisa, mientras ambos temblaban por todas esas emociones acumuladas.

 

-Tetsu….-dijo en un llamado, en una aclaración para hacerle ver que eran más íntimos, para que supiera que lo suyo era en serio. Kuroko tembló, ser llamado así por él mientras sus ojos serios le observaban y sus manos le arrancaban la camisa. Debía ser un sueño, uno en que su mente se negaba a mostrarle recuerdos de ese hombre pero su cuerpo le recordaba, su corazón no dejaba de latir por él.

 

-Taiga……-y una lagrima rodó y deseó nunca olvidar ese instante, la calidez de sus labios recorrerle, sus propias manos sintiendo el calor que el otro emanaba de su piel, ese color moreno claro de su pecho que descubrió tras unos torpes intentos por arrebatarle la camisa en el inicio de una ferviente lucha por desvestiste, por mantener el momento – Taiga…

 

-¿Te sientes bien?- Kuroko asintió. El pelirrojo sonrió limpiando sus lágrimas y besó sus mejillas girando su cuerpo para quedar por encima de él, para acariciarle con los pulgares los botones rozados, para poder verle desde ahí en todo su esplendor.- ¿Seguro de querer esto?....

 

-…Tu eres especial para mi….no puedo recordarlo pero son esas cosas que se sienten….-entrecerró los ojos y el otro empezó a desprenderse de su pantalón al saber que aquello era una respuesta afirmativa. Solo su bóxer le vestía y una prominente erección que estiraba la prenda. Kuroko se mostró apacible, levemente sonrojado y ansioso en su mirar. Kagami solo se inclinó y con la tibiez de su lengua se paseó por el pezón arrancándole un gemido –ah……

 

-Si necesitas que me detenga lo haré –susurró  siguió en lo suyo lamiendo la zona, haciendo que el peliceleste se arqueara para tener más alcance, para que las manos de Kagami le recorriesen la espalda.

 

-T..Taiga…-siguió grabando su nombre cuando este absorbió uno de sus pezones con los labios haciendo que Kuroko diese un leve salto y un gemido más sonoro escapara. El otro aprovechó su posición para buscar el elástico de su pijama y bajarla a lentitud desnudándole las piernas. Tan suaves, tan claras y únicas. Las caricias de Kagami eran tan expertas por su experiencia, por sus vivencias de las cuales se vio forzado a aprender y que ahora podía ejecutar con tanto amor, con tanto deseo.

 

Sus besos descendieron por el tórax, por el ombligo haciéndole estremecer, enredando sus dedos en las hebras rojas del otro, sintiendo como los dientes de Kagami se apoderaban del elástico de su bóxer y lo bajaba deseoso, como un tigre devorando a su presa. Se detuvo y se vio obligado a proseguir con sus manos. Ahí frente a sus ojos estaba la imagen más perfecta de su vida, Kuroko recostado sobre el sillón con la respiración desvariada, con su cuerpo exigiendo ser atendido, con una excitación en su máximo esplendor.

 

-Eres perfecto….-susurró, se ganó una tímida sonrisa. Inclinó su rostro de vuelta al cuerpo de su pareja y lamió peligrosamente cerca de su falo un par de veces como quien saborea un delicioso dulce. Se separó, un momento y lamió dos de sus dedos de una manera erótica que hizo que el peliceleste se mordiese el labio inferior. Al terminar alzó un poco el cuerpo del otro y sus dedos traviesos se pasearon un poco por el trasero blanco del chico quien no le detuvo, no tenía que hacerlo, sabe que lo deseaba.

 

-Taiga….-volvió a emitir y se tensó al sentir uno de los dedos entrar en él emitiendo un quejido. El pelirojo le miró y en aquel rostro pudo ver el dolor pero jamás la duda, le pedía continuar con gemidos leves. Kagami se volvió a inclinar y lamió la misma zona de antes rodeando el falo con su lengua mientras su dedo entraba y salía acostumbrándole a la sensación.

 

Las manos temblaban, sus corazones latían con fuerza que casi podían escucharlos y un dedo más se colaba en la cavidad del más bajo quien gimió sin vergüenza, mostrándole al otro lo placentero que era el acto. Pronto los dedos de Kagami empezaron a golpear más contra el cuerpo de Kuroko, girando por momentos, abriéndose de igual forma, aprovechando lo que sabía para tocar esos puntos en donde el otro sin dudar se sentiría más complacido.

 

-Ahhh… Taiga….-apretó los ojos y el otro sacó los dedos, no quería hacerlo llegar tan pronto, aún faltaba ser uno con él.

 

-¿Puedo?....-preguntó, no quería hacer algo de lo que el otro se arrepintiese. Obtuvo respuesta con la afirmación de su cabeza y se arrodilló, se desprendió de su bóxer mostrando su falo erecto ante los ojos del peliceleste. Kagami era tan masculino, tan perfecto que deseaba recordar cómo fue que pudo enamorar a un hombre tan perfecto ¿Qué fue lo que él hizo?

 

Sus piernas fueron abiertas, su alma fue vista por los ojos y tocada por sus manos. Sus caderas se alzaron y un roce húmedo apareció entre  sus glúteos. Una dosis de dolor a cambio de una de amor. Ser uno, lentamente, pasionalmente, conectarse… un quejido unísono se hizo presente. Las manos del peliceleste aferradas a los hombros del otro quien paciente se abría paso, le demostraba su devoto amor de esa forma, de muchas más.

 

-Taiga…sigue…-imploró, ordenó. Kagami no podía negarse, no a la voz de quien amaba. Le tomó de las caderas y empezó a moverse contra su cuerpo, lento y directo. Las manos temblorosas de Kuroko le tomaron por las mejillas y observó sus ojos mientras sus cuerpos se movían armoniosos y con ritmo ascendente. Buscaba, en su mirada, un recuerdo de lo que eran, de lo que son, de lo que siempre serán y ahí estaba. Ahí estaba lo que buscaba, -ah….

 

-¿Te lastimé? –el otro negó, podía continuar y empezó a hacerlo más fuerte, más torpe, más placentero a su vez hasta tocar continuamente ese punto en donde Kuroko gemía casi a gritos, donde cubría su rostro pero no podía cubrir su placer, donde Kagami gruñía por lo bajo.

 

-….Taiga…ah…- y sus piernas se enrollaron en las caderas del otro para sentirle más, para que entrase profundo – no puedo….-estas temblaban, se estiraban por que el orgasmo estaba cerca. Sus labios buscaron con desesperación los otros y los encontraron. Un beso, uno interrumpido a causa de un grito- aah….

 

Y llegó, ambos lo hicieron. Y mancharon sus cuerpos como parte de las consecuencias de hacer aquello tan fuertemente, tan intensamente, con tanto amor. Y se miraron a los ojos, como si en ellos encontrasen la eternidad. Kuroko podía recordar una sola cosa de Kagami mientras que Kagami podía recordar todo de Kuroko y sabían que así podía ser siempre, que uno lo olvidaría pero el otro estaría siempre para recodarle.

 

-¿Recuerdas cuando te conocí?....-pegó su frente a la de él. Ambos con la respiración agitada. Kuroko asintió.

 

-Lo recuerdo… lo recuerdo perfectamente….-emitió y entonces Kagami pudo completar aquella frase. “no podía olvidar que estar a su lado era… estar vivo”.

 

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Fue como despertar de un sueño. Me dolía la cabeza como duelen las resacas aunque yo no acostumbraba tomar para nada. Parpadee, era borroso y aquellos disformes que veía empezaban a tomar forma de personas, de cosas, de un lugar.  Ladee la cabeza un par de veces y tomé aire con pesadez, un vaso frente a mi captó mi atención, era simplemente agua pero quien lo sostenía era…era…

 

-Kurokocchi, reaccionaste – aquella persona me habló con familiaridad. – oh, no me digas. Pasó de nuevo….eh –se talló la cabeza pero no entendía, no entendía nada ¿Quién era? – mmh, tendremos que improvisar.

 

-Disculpa…-fui ignorado, estaba acostumbrado, así fue toda mi vida.

 

-Soy Kise Ryouta, tu mejor amigo –aquel chico rubio se autoproclamó mi amigo pero en mi vida le había visto – mmh, tal vez recuerdes al bombón de mi novio. Con él resulta ser más fácil. ¡Aominecchi! –aquel nombre, no me era nada familiar y empecé a creer que me confundía con alguien más a pesar de que dijo mi nombre.

 

-He…¿Qué pasa? –otra persona, una más.

 

-Kurokocchi tiene el disco rayado de nuevo –se cruzó de brazos y el moreno me miró y no, no sé qué pasaba aquí. Empecé a asustarme de su mirada.

 

-Tetsu… ¿Por qué hoy? –respiró profundo y se hincó – soy tu mejor amigo.

 

-Él dijo que era mi mejor amigo –señalé al rubio ¿Acaso era una broma de cámara escondida?

 

-No le mientas a Tetsu –lo regañó y la reacción del otro fue graciosa – soy Aomine Daiki ¿Lo recuerdas? – y busqué algún recuerdo, y nada…no había nada…de hecho no había nada de nadie ni del lugar donde estaba. Apenas y recordaba quien era yo.

 

-¿Qué me pasó?...-pregunté ¿Qué más podía preguntar?

 

-Pierdes la memoria a cada rato pero no te asustes, estamos para ayudar - ¿perder la memoria? ¿Por qué? ¿Qué me sucedió? ¿Por qué no puedo recordarles? –no te asustes, no estás solo….!Ven, te presentaré a todos! –y estiró su mano pero no tuve miedo de tomarla, no tuve miedo de no recordar pues no me sentía solo, no sentía que me dejasen hundirme en esto. – ven, ven. Midorimacchi!

 

-¿Qué pasa, nanodayo? –era un peliverde, había algún vago recuerdo pero nada concreto. –Kuroko, ¿Paso de nuevo? –y asintió, y el tipo de lentes suspiró- Soy Midorima Shintarou, excompañero de trabajo.

 

-También es tu amigo- y el otro chico se sonrojó a punto de reprenderle cuando fue interrumpido por otro.

 

-¡Eh! ¿Lo olvidaste todo? Pues soy Takao Kazunari –aquel se veía más enérgico- este es mi guapísimo esposo y nuestro hijo –toda esa información procesándose se detuvo cuando vi a un pequeño niño detrás de sus piernas, tímido.- le da algo de vergüenza, además hacemos esto seguido, se acostumbrará. ¿A que si, Kazuto? –el niño, que era bastante mono, se escondió más.

 

-Takaocchi es como un hermano para mí y tu trabajabas con Midorimacchi hace unos años ¿Lo recuerdas?...

 

-No claramente…-respondí, tal vez algo frio pero el otro solo rio y sentí que estuvo bien decir la verdad.

 

-¡Kurokocchi siempre eres tan formal!

 

-¿En qué lugar estamos? –dije mirando a todos lados, el miró hacia enfrente y no pareció querer responder eso pues ignoró mi pregunta que se fue en el aire tras llegar con otras personas.

 

-Nee…me veo raro ¿No crees, Himuro-chin? –un sujeto muy alto, muy muy alto.

 

-Pienso que te vez bien – acompañado de otro de estatura normal.

 

-¿En serio? ….hey –se quejó frunciendo el entrecejo – no te burles de mí. Mira Aka-chin…. Himuro-chin se burla de mí.

 

-No debes preguntar esas cosas a quien no ve, Atsushi –y otro más que se veía más formal, más imponente que los que eran más altos.

 

-Lo siento, discúlpalo.-y aquel último chico haciendo reverencias – a veces es muy bromista.

 

-Nee, chicos. Kurokocchi –me señaló, todos pausaron su plática y me miraron. Me sentí intimidado por ellos, pero el pelirojo se acercó, ese daba más miedo que los otros.

 

-Pasó de nuevo ¿eh?....Soy Akashi Seijuuro… -y me saludó de mano, mis miedos se fueron –él es mi novio Murasakibara Atsushi … él es Ryou Sakurai y Himuro Tatsuya –todos me dieron la mano mientras los presentaban, el último tenía sus ojos esclarecidos y miraba a la nada pero buscó mis manos para saludarme.

 

-Me gustaría llevarlo ahora…solo falta él ¿no? ….

 

-Te lo encargo Himurocchi…-despeinó mis cabellos y se fue dejándome con él, ¿Quién era él?

 

-Soy parte de tu familia….

 

-Lamento no recordar ¿Esto es común? –pregunté. Solo asintió y sentí algo de culpa, algo de dolor - ¿siempre hacen esto?

 

-Cada vez que lo olvidas, si –no podía creerlo, pasábamos en medio de aquel amplio lugar caminando. –aunque a veces se ponen a cantar, otras veces hacen fila y siempre buscan una forma original….están algo disparatados pero es…para que rías. Ahora solo improvisan.

 

-¿Desde cuándo?...-temí preguntar, era necesario.

 

-Poco más de dos años…fue por una operación –y el mundo se detuvo ¿operación? ¿tanto tiempo? ¿Por qué no podía recordar? – son secuelas de las mismas y aunque lo dudes has mejorado en esto.

 

-Pero no recuerdo a nadie…y así ha sido cada día durante dos años –tallé mi cabeza, me sentí frustrado. Todos ellos eran mis amigos, mi familia, todos ahí. Sentía pesado mi pecho.

 

-Te equivocas….-se detuvo. No sé por qué pero le imité- acabo de escucharle…¿lo ves?

 

-¿Qué? –no entendí pero giré mi rostro entre la gente buscando a alguien pero…aun cuando viera a ese alguien no sabría quién era….y mis ojos se detuvieron justo ahí. Estaba charlando con el moreno del principio entre el bullicio y mi corazón palpitó, mis sentidos se callaron, todo el tiempo se detuvo.  Y mis pasos buscaron encontrarse con los suyos, nuestras miradas, nuestros sentidos – lo encontré –dije y me abrí paso, y todos abrieron paso a mí. Me miró, sonrió. Justo ahí, vestido en un traje elegante y blanco era tan perfecto como todos giraban alrededor de nosotros.

 

-Hey…-dijo…simple.

 

-Kagami-kun …-y todos guardaron silencio, nos miraron y el parpadeó. Y pude recordarlo, ese instante que entre todos no podía olvidar, que estaba ahí tan presente y palpitante como mis latidos – Kagami-kun….

 

-Kuroko –su mano tomó la mía y en ese momento cuando las miré noté algo que  no había visto,  y alzó lentamente de ella y yo no despegué la vista de mi palma, ahí estaba…

 

Un anillo.

 

Uno en su palma y otro similar en la mía, todo cobró sentido. La gente ahí, los trajes, la música, la comida, el lugar, todo tomó forma ante mis ojos… ante unos ojos que querían llorar

 

Era el día de mi boda. De mi boda con Kagami-kun.

 

-¿Recuerdas el día que nos conocimos? –casi pude escuchar el llanto de fondo de algunos de los chicos que se presentaron ante mí pero no dejé de ver sus ojos.

 

-Es lo único que puedo recordar….- dije, mi voz se quebró por un momento.

 

-Ese día me dijiste…que la felicidad era una opción…-te aproximaste, todos a la expectativa pero no tanto como yo que podía derretirme en esa mirada – esta es mi elección….-un beso, uno sencillo que le dio sentido a todo – gracias por ser el amor de mi vida….

 

Y tal vez yo olvidaría este día, tal vez lo recordaría pero sin duda no importa lo que me pasara no estaré solo, ellos están ahí, él está ahí y es entonces que vez que los has salvado como querías hacerlo, que todos sonríen y ellos te salvan a ti. Todos son felices a su manera. Todos aprendieron a sufrir, perdonar, crecer, mejorar, tener familia ….Esa gente….

Gente capaz de sufrir

Gente capaz de esperar

Gente capaz de perder

Gente capaz de luchar

Gente capaz de reír

Gente capaz de soñar

Gente capaz de triunfar

Gente capaz de vivir

Vivir el momento

Vivir la pasión

Vivir en armonía

Vivir con fuerza

Viva la alegría

Viva la esperanza

Viva nosotros

Pero sobre todo….

Viva la vida.

 

Vivan por siempre conmigo, por favor.

 

FIN.

 

Notas finales:

Pocos saben, este fic es especial. En este fic se plasmaron ideas de diversas partes de mi vida. Amar a alguien y perder ese amor repentinamente. Sentir la muerte cerca, alejar a todos, decidir no amar. Ser protegido. Ser amado. Desear ayudar. 

 

Todas las ideas sobre el dolor que es perder una batalla cada día están ahi presentes, son tan humanas que no deberían avergonzarnos si no deberíamos luchar contra ellas...y vivir.

 

!Vivir con ganas!!Vivir hasta el último respiro!

 

Y como prometí hay un personaje nuevo, este es el final de la historia pero falta algo que aclarar aun, alguien que siempre estuvo ahi y nadie notó. Presentaré un capitulo especial como vine anunciando pero será la historia de alguien más ajeno aunque a su vez relacionado. Aquí dejaré un pequeño spoiler del minicap.

 

 

"Nunca entendí por que debiamos llorar cuando tenemos los labios para sonreír, para besarnos...y la gente piensa que soy raro por que soy incapaz de sufrir. No es que no pueda sufrir, aprendí a vivir con los males mortales pero no significa que duelan menos. Mantengo una balanza, un equilibrio y doy todo en el escenario para robarles una sonrisa. ¿Sigues pensando que soy raro? Bueno, si fuera normal no sería un vago viviendo bajo un puente, un vago que visita su propia tumba o ayuda a los demás vagos....si fuera normal no me llamaría Izuki Shun...."

 

¿sorprendidos? ¿ansiosos? ¿quieren matarme? bueno, querrán hacerlo con este capitulo especial solo que este no contendrá a las parejas oficiales del fic solo nos enfocaremos en saber que hizo este personaje y por que es importante.

 

GRACIAS POR SEGUIR ESTO Y UGH.....VIVA LA VIDA

 

-Yisus


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