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¿Esto es amor? por girlutena

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Notas del capitulo:

¿Un poco tarde?

¿Un poco lento?

¿Un poco....... ya no sé!!!! T_T

 

lo siento he tenido muchos problemas.... así que....intenté escribir y plasmar lo que quise en este capitulo...pero espero que les guste T_T

prometo tomarme mucho mas tiempo escribiendo el siguiente capitulo 

ahora si a leer T_T

La casa se había vuelto demasiado silenciosa, desde que el pequeño Yurishi tan solo se despertaba para la hora de comer, sin la necesidad de llorar, tan solo solía gemir bajito y llamaba rápidamente la atención de su progenitor, luego también, hace unas semanas la pequeña Hiyori había empezado las clases de verano y el castaño había cambiado su trabajo de Murukawa Shoten para ser transferido a la editorial de Maito, donde estos dos varones no se habían tardado en formar una estrecha relación, para confabularse, para que el doncel moreno no regresara a trabajar en un buen tiempo.


 


Yokosawa colocó suavemente al pequeño varoncito en su cuna, acariciando sus cabellos azabaches, levantándolos para dejar a la vista su frente lechosa, mientras le colocaba una suave canción de cuna; el sol había salido demasiado temprano pronosticando un verano demasiado caluroso, la cortina de una suave tela de seda se movía ligeramente, dejando que el suave aire del verano ingresara a la habitación; colocó el pequeño peluche de felpa que el castaño había comprado y con el único que el pequeño podía dormir, al costado del bebé; deposito un suave beso sobre la pequeña cabecita del menor y salió de la habitación, bajando lentamente los escalones, esperando que el sonido del timbre no despertaran al pequeño Yurishi.


 


-Shon. Buenos días. –El moreno sonrió suavemente al doncel, quien se veía demasiado agitado por el fuerte sol del verano, con sus mejillas fuertemente sonrojadas y con su respiración agitada.


 


-Lamento si soy inoportuno, Takafumi-kun. –El doncel menor se dejó caer con suavidad sobre el mullido y confortable sofá de dos plazas, dejando que el suave viento del interior calmara su calor. El moreno colocó dos tazas de té helado sobre la pequeña mesita de la sala, observando con inquietud la gran carpeta que el doncel había colocado a su costado. Después de darle un buen sorbo al helado té de jazmín que había preparado el mayor, recogió la carpeta donde había demasiadas hojas con dibujos.


 


 –Chihiro-san ha cambiado su manuscrito a pocos días del lanzamiento del tercer tomo y no hay tiempo para volverlo a corregir. –La voz del menor sonaba frustrada y apagada, dejó ocultar su cansado rostro entre sus manos.


El moreno tomó la carpeta observando los dibujos y la nueva trama del manga, arrugando levemente su ceño, al ver todo cambiado, él había corregido aquel tomo y le había dado el visto bueno para ser lanzado.


 


-No te preocupes Shon, llamare a los de la imprenta para pedir un poco más de tiempo, pero déjame la carpeta para corregirla, yo llamare a Chihiro-san.


 


-¿No es mucho problema para usted? –El menor colocó sus dos manos sobre sus rodillas, sintiendo como un peso se le iba de los hombros.


 


-Claro que no, además me estoy aburriendo al estar encerrado todo el día. –Shon sonrió al escuchar como el moreno se quejaba, pero tan solo era necesario ver aquellos hermosos ojos brunos más iluminados, dejando ver un pequeño brillo azulados, del moreno, se le veía mucho más relajado que desde el día en que lo conoció.


Un suave llanto empezó a llenar toda la pequeña casa, dejando que el moreno soltara un suspiro cansino, colocándose de pie.


 


-¿Puedo ir a verlo? –El doncel ya se había puesto de pie para acercase hasta la escalera, dejando al moreno con una sonrisa en su rostro.


 


-Claro, voy a la cocina a calentar su leche.


 


El menor sonrió maternalmente, tomando al pequeño pelinegro en brazos, sintiendo como el pequeño empezaba a quejarse suavemente, arrugando levemente su ceño y frunciendo su pequeños labios, el más pequeño tomó un pequeño mechón del cabello del doncel, para jalarlo suavemente, escuchando como el pequeño reía emocionado al tener un nuevo juguete.


 


-¿Puedo darle de comer? –Takafumi asintió levemente y lo llevó a la silla mecedora que se encontraba cerca de la ventana, Shon se sentó acomodando al pequeño sobre uno de sus brazos, para con su otra mano tomar el pequeño biberón. Dejando que el pequeño varoncito colocara sus pequeñas manitos sobre la mamila, absorbiendo lentamente su leche.


 


-Vaya Shon, nunca imagine que se te diera bien el cuidar de bebés.


 


El mayor río bajito al ver como las mejillas del doncel empezaban a tomar un color carmín, demasiado bajo para poder percibirlo rápidamente, pero al mayor no se le escapaba nada. Sus ojos cayeron sobre el pequeño cuerpecito de su pequeño varoncito, que yacía tan tranquilo en los brazos de su tío.


 


Sin que el menor se diera cuenta salió de la habitación, soltó un ligero suspiro de alivio, le gustaba cuidar de su pequeño y de su nueva familia, pero extrañaba su trabajo, extrañaba sentirse útil y le agradecía enormemente que el menor le trajera un poco de sus propios problemas.


 


-Buenas tardes, Chihiro-san. Habla Yokosawa-san. –El doncel dejo que la mujer terminara de decir su largo y aburrido monologo, mientras él se encargaba de revisar el manuscrito. –Entiendo que este nerviosa, pero necesito que entienda que no puede cambiar todo el tomo.


 


Llevó dos de sus dedos hasta el puente de su nariz, intentando quitar un poco de su propia frustración, al volver a oír el monologo de la mujer.


 


-Dentro de una hora iré con mi compañero a verla, para ayudarle a corregir algunas partes, luego de eso me lo entregaran para darle el último vistazo y lo mandaremos a la imprenta. –El moreno intentó bajar el timbre de su voz, al ver como el doncel se iba acercando con el niño en brazos. –Ya no puede cambiar nada más, Chihiro-san. La veremos dentro de una hora.


 


Shon se sentó en el sofá de una plaza, con el pequeño más calmado, mientras intentaba mover sus cortar piernecitas; sus grandes ojos castaños cayeron sobre su papi y empezó a hacer sonidos con su propia saliva, el doncel intentó moverlo suavemente, mientras veía como el moreno revisaba rápidamente el manuscrito.


 


-¿Iremos a verla?


 


-Sí, Shon, puedes cambiar a Yurishi, mientras termino de revisar todo esto. –El menor asintió suavemente para retirarse de la sala, Takafumi arreglo los papeles en el folder para ver a su hijo vestido con un pequeño marinerito de color blanco, su papi acaricio sus cabellos a la vez que el pequeño alzaba sus brazos para ser cargado por su papi.


 


-Le aliste su bolso.


 


-Muchas gracias Shon. –El menor tomo el folder y su maletín para salir de casa, seguido por el moreno que terminó por cerrar la puerta principal.


 


 


-¡Onii-chan, ya llegue! –Cuando la pequeña Hiyo llego de sus clases, pensó encontrar al moreno en la sala, cuidando de Yuri-chan o sentir el olor de la cena, como todos los días, pero se sorprendió al no encontrarlo ni a él ni al pequeño Yuri, pero no le tomó mucha importancia, se acercó a la mesa del comedor para terminar sus tareas.


 


-¡Llegue! –La pequeña alzó su mirada de su cuaderno para fijarla en el reloj que se encontraba apoyado en la pared, marcando las ocho de la noche; llevo su mano hasta su estómago escuchándolo gruñir.


 


-¡Oto-san, bienvenido! –El varón acaricio los cabellos castaños de la niña, para besarlos suavemente, dejó su maletín en la silla de la entrada, mientras se acercaba a la cocina a preparar algo rápido para comer.


 


-¿Donde esta Yoko-chan?


 


-No sé, cuando llegue de la escuela no estaba. Pensé que estaba contigo. –El castaño sacó algunas verduras, mientras su hija se encargaba de preparar el arroz para el curry.


 


Dejo que pasaran los minutos, esperando a que el moreno llegara o llamara. –Tranquilo, oto-san. Seguro ha ido a dar una vuelta.


 


El varón se sentó con pesar en el sofá de tres plazas, al costado de  su hija, viéndola directamente a los ojos similares a los de él, mostró una leve sonrisa para acariciarle suavemente sus cabellos, frunció suavemente su ceño al escuchar el sonido del teléfono de la casa.


 


-Kirishima, soy Maito. El castaño se colocó derecho al escuchar la voz agitada del peli plateado.


 


-Dime


 


-¿Shon, está en su casa? No lo he visto desde la hora del almuerzo y no contesta mis llamadas. El castaño llevó dos de sus dedos para acariciar fuertemente su frente, intentando que el dolor disminuyera.


 


-Pues... tampoco sé de Yokosawa, pensé que estaba dando alguna vuelta con Yuri-chan. –Hiyori le bajo el volumen al televisor, prestando más atención a la conversación que mantenía su padre con el otro varón.


 


-¿Tú crees que haya ido a pedirle ayuda por el problema de Chihiro-san? –Kirishima se puso de pie, reprimiendo las ganas de gritarle al moreno, pero inmediatamente deshizo aquella absurda idea.


 


-Voy a ir a su casa. Te llamo cualquier cosa.


 


-Voy contigo.


 


-Está bien, paso por ti en treinta minutos. Cuando Kirishima se volteo a ver a su hija, la vio de pie al costado suyo, con una mirada llena de decisión, haciendo suspirar a su padre.


 


-Yo creo que onii-chan está cansado de permanecer en casa. –La niña se había sentado en el asiento trasero del auto del peli plateado, observando por el espejo el rostro de los dos varones, frunció fuertemente su ceño al igual que sus labios, mientras cruzaba sus brazos alrededor de su pecho.


 


-Pero pequeña, tu hermano aún está muy pequeño para que lo dejen solo.


 


-Yo sé, pero si Shon fue a pedirle ayuda y onii-chan ha aceptado es porque le gusta su trabajo y necesita sentirse útil.


 


-Aunque me cuesta admitirlo, tu hija tiene razón. –Maito  había estado manejando ya por treinta minutos, recorriendo calle abajo, para llegar a la otra punta de la ciudad. Suspiro agotado e entristecido al saber que había apartado a su mejor amigo de algo que en realidad amaba hacer.


 


-Sí, creo que sí. –El castaño suspiro abatido, cerró sus ojos, dejando que el aire de la noche golpeara contra su rostro. –Tal vez Shon podría ir a trabajar a casa y hacerle compañía a Yoko-chan y de paso que este le ayude y no se encuentre solo.


 


El castaño vio el rostro sonriente de su hija, afirmando fervientemente, aceptando aquella idea de su padre.


 


Delante de ellos se podía observar una pequeña casa de dos pisos que se levantaba ante la penumbra de la noche, viéndose tan solo iluminada por los faroles de la calle y las pocas luces del interior de la casa.


 


Yokosawa  se encontraba terminando de limpiar a su pequeño, después de haberle dado de comer, le dio un pequeño y suave beso en sus cabellos azabaches y lo coloco sobre la silla mecedora del pequeño, dejando y esperando que durmiera profundamente y que no extrañara la comodidad de su cuna.


 


Cuando se acercó al estudio, sonrió al ver como Shon se estaba esforzando al máximo para terminar aquel manuscrito, soltó un suave bostezo y llevo su mano para acariciar su cuello, habían perdido la noción del tiempo y ahora ya eran más de las diez de la noche y no había llamado a casa para avisar que muy posiblemente no llegarían a dormir.


 


El sonido del timbre se dejó escuchar por toda la silenciosa casa, y el mayor caminó rápidamente esperando que su pequeño no despertara, se quedó de pie en el umbral viendo con sus ojos bien abiertos a los dos varones que le miraban con el ceño fruncido, pero sin hacerles caso, acaricio los cabellos castaños de la pequeña, dejando que esta le diera un fuerte beso en su mejilla.


 


-¿Dónde está mi hermanito, onii-chan?


 


-Está en la sala durmiendo, no hagas mucho ruido pequeña. –La niña asintió feliz y corrió silenciosamente llegando donde el bebé.


 


-¿Por qué no llamaron o avisaron?


 


-Pudieron dejar un mensaje o algo.


 


El doncel rodó sus ojos al momento en que los ponía en blanco, al escuchar las quejas de los varones, haciendo un además con su mano para que ingresaran a la casa.


 


-Sí, sí, lo siento. Me hago responsable por todas las molestias. Pero no podía dejar solo a Shon; aparte de que estaba empezando a frustrarme estando encerrado en casa.


 


Los dos varones se vieron unos segundos, para relajar sus miradas.


 


-Lo sentimos mucho, amor.


 


-Pero ya hemos solucionado ese problema. -El moreno arrugo levemente su ceño, sintiendo como el castaño unía sus labios contra los del contrario, sintió como el peso que había mantenido hace un momento en sus hombros empezaba a disminuir levemente.


 


-Bueno, ya que están aquí, nos van a ayudar a terminar el manuscrito de Chihiro-san. –Maito quiso reír al igual que Zen al ver las mejillas sonrojadas del doncel y oír su voz entre cortada y nerviosa.


 


Ya a las cinco de la mañana, la única mujer empezó a apenarse y a pedir constantes disculpas por haber cambiado su manuscrito a última hora y por agradecimiento le entrego a Yokosawa y a Shon una canasta con deliciosas y diferentes tipos de frutas tropicales.


 


Chihiro le entregó el manuscrito a Maito y este salió inmediatamente hasta la imprenta, dejando que Zen se encargara de llevarlos a su casa.


 


-Me agrada mucho la idea de recibir la ayuda de Yoko-chan. –Shon iba en los asientos de atrás con la pequeña Hiyo apoyando su cabeza sobre sus piernas, acariciando sus cabellos mientras dormía.


 


-A mí me agrada más que estos dos se hayan dado cuenta que no pueden trabajar sin mí. –El castaño viró levemente su mirada hasta el moreno, para sonreírle suavemente al ver como miraba embelesado a su pequeño.


 


El pequeño Yurishi se encontraba acunado por los delicados brazos de su papi, hace unas horas había abierto sus ojos y ahora veía directamente a los ojos azulados de su papi, mostrándole una hermosa y gran sonrisa, mirando fijamente los ojos azulados de su oto-chan.


 


Yokosawa camino lentamente hasta la habitación de su hijo, pero en vez de colocarlo en la cuna, se acostó con el pequeño en brazos, sobre la mullida cama, dejando que su pequeño se acomodara sobre su pecho, para cerrar sus ojitos al sentir el suave latido del corazón del mayor. Esperando que la pequeña Hiyo se acostara a su costado.


 


Kirishima se detuvo en el umbral de la puerta para observar a sus tres amores dormir profundamente, se acercó lentamente hasta la ventana que yacía levemente abierta, dejando que el cálido aire ingresara a la habitación, fijo sus orbes color miel al alto y nubloso cielo para sonreír suavemente, llevando su mano al bolsillo derecho de pantalón; observo como el pequeño diamante brillaba a la luz de la luna.


 


-¿Kirishima? -El varón guardó la cajita azulada nuevamente en el bolsillo, para voltear a ver al doncel, manteniendo su sonrisa en su rostro, se acercó lentamente para acariciar la mejilla del moreno, dejando que el menor acercara su rostro a su mano.


 


-Gracias por darme esta familia. –El menor sonrió suavemente observando los ojos brillantes del mayor, dejando que este se acostara a su costado para ser apresado suavemente por sus brazos, sintiendo un suave cosquilleo en la piel de su cuello al sentir los labios del mayor repartiendo suaves besos.


 


 


No habían escuchado el sonido de su alarma, llevó suavemente su mano sobre su pecho, intentando buscar el reconfortarle calor que le había dado toda la noche. Abrió lentamente sus ojos observando que aún se encontraba en el cuarto de su hijo, siendo abrigado por una fina sábana, lentamente se sentó en la mullida cama, observando que traía puesta su pijama.


 


Se puso lentamente de pie, observando como la luz del sol ingresaba a la habitación, tocó suavemente la suave sábana de la vacía cuna; unas suaves vocecillas proveniente desde la cocina. Bajó lentamente las escaleras, percibiendo el dulce aroma a miel y a tostadas quemadas, mientras que la dulce voz de Hiyori, mientras que al parecer Kirishima se encontraba preparando el desayuno.


 


-Onii-chan, Buenos días. –El moreno se acercó a los menores, acariciando los cabellos de la menor, besándole la frente a ella y a su pequeño que yacía sumamente quieto en los brazos de la menor.


 


-¿A mí no me darás un beso? –La niña rio bajito al ver el gracioso puchero que hizo su padre al ver como el moreno pasaba de largo, sin siquiera dirigirle la mirada.


 


-¿Te lo mereces?


 


-Claro que sí, Maito te regresara tu trabajo. Pero eso sí, trabajaras desde casa. –El moreno frunció levemente su ceño y dejo la cuchara de madera en el mesón, mirando fijamente al castaño, haciendo que el mayor se pusiera cada vez más nervioso al sentir su mirada penetrante.


 


-Hiyo, vamos a comprar el desayuno.


 


-¡Sí! –La pequeña bajo de la silla para ir detrás del moreno, depositando al pequeño en los brazos de su padre, sin importarle que un aura sumamente triste le envolviera.


Cuando la puerta se cerró suavemente, el castaño sonrió enternecido al ver a su pequeña familia salir de casa, soltó un suave suspiro, observando los castaños ojos del pequeño y como este, aún en su corto tiempo de haber nacido, intentaba atrapar sus castaños cabellos y jugar con ellos.


 


-Creo que nos hemos quedados solo, Yuri-chan. –El castaño sonrió suavemente al escuchar como el pequeño empezaba a balbucear. Subió lentamente las escaleras para dejar al pequeño sobre la cuna, mientras volvía a ver el pequeño anillo que había comprado hace un buen tiempo


 


-Creo que se lo pediré esta noche. –El pequeño movió suavemente su cabecita, viendo fijamente los ojos de su padre varón. – ¿Tú qué opinas?


 


-¿Opinar, de qué? –El castaño saltó asustado en su sitio, guardando rápidamente el pequeño anillo en el bolsillo de su camisa, observando como el moreno tomaba al pequeño en brazos, para mecerlo suavemente. Pero aun así Kirishima no se salvó de que el moreno siguiera insistiéndole.


 


-¡Oto-san! Trajimos tostadas. –El varón sonrió y bajó las escaleras con demasiada prisa, dejando al doncel con la duda carcomiéndole las ideas.


 


-¿De que estabas hablando con tu tonto padre? –El pequeño rio al verse en lo más alto de los brazos de su padre, dejando que su papi formara un gracioso puchero con sus labios. –Bien, no me lo digas. –Yokosawa aun con el puchero en su rostro, besó la barriguita del pequeño, escuchando su risa.

Notas finales:

Bueno....

lo siento T_T tengo la cabeza con un monton de cosas y con la nariz cogestionada T_T odio estar con gripe 

....bueno lo importante...agradezco mucho su apoyo, no saben lo mucho que estoy agradecida con todos ustedes.

....creo que ya faltan muy pocos capitulos para terminar este fic... T_T

asi que espero su apoyo y sus comentarios

PD: estare respondiendo sus comentarios, que conste que si los he leido!!!!!


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