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Enamorando al Rey de Slytherin por Yadira xD

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Notas del capitulo:

Ahora sí que me muero de sueño así que seré concisa Jajaja aquí está el nuevo capítulo y de verdad espero que les guste. 

Su corazón no latía, sino que martillaba como diciéndole que en cualquier momento se iba a salir de su pecho y salir huyendo; y no podía culparlo, estaba muy nervioso con todo lo que estaba a punto de hacer.

Siempre se había caracterizado por ser una persona que va a su ritmo, sin importarle mucho lo que los demás pensaran de él. Ahora, algo en él había cambiado, ya no solo se preocupaba por pasar el rato con alguien, sino que ahora lo que anhelaba era estar con Tom para siempre.

Nunca pensó que se iba a enamorar, para él eso era un sentimiento banal… que tonto era, teniendo en cuenta que ahora decía a los cuatro vientos que estaba enamorado. Por ello no era bueno decir de esa agua no beberé, porque uno por su propia boca acaba cayendo.

Aun no oscurecía por completo, se vislumbraba uno que otro alumno por los pasillos, pero sabía con ciencia cierta que Tom estaría en su habitación a estas horas… después de todas sus horas empleadas en la búsqueda de información (acoso) sobre lo que hacía, había adquirido el conocimiento de su rutina, ahora se la sabia de memoria.

-¿A dónde va con tanta prisa, señor Potter?.- James detuvo su andar de golpe, ¿Por qué entre todas las personas que se pudo haber encontrado, era justo esa la que aparecía?

Se giró lentamente y con una sonrisa de “yo no he hecho nada”, se enfrentó a su interrogante.- Director.

-Veo que está muy animado para estas horas de la tarde, no estará planeando hacer una de sus travesuras, ¿o sí?.- te miraba de una manera que hacía sentir que sabía todo lo que pensabas, pero al ser el líder de los merodeadores ya era un experto en evadir a los maestros y al propio Dumbledore.

-Es un buen día para salir a caminar, solo me daba una vuelta por los alrededores.- le regreso la sonrisa.

-¿Sera realmente eso?.- a veces James creía que el director sabia más de lo que decía, y en ese momento, sentía que sabía el verdadero motivo por el que estaba ahí… ¿o eran imaginaciones suyas?

-Sí.

Dumbledore lo miro unos segundos antes de que sonriera y sacara de su túnica unos dulces de limón.- tome uno, le ayudaran.

-¿Para qué?

-Tiene muchísimos usos.- no muy convencido, James tomo uno.- a veces sirve para despejar el hambre, para pesar, para darte valor y en otras ocasiones para calmar los nervios.

… el director sabe algo, pensaba.- Gracias.- dijo amablemente, tratando de mantener su fachada.

El director se dio la vuelta y empezó su andar, pero de repente, miro sobre su hombro y dijo.- El primer amor es una pequeña locura y una gran curiosidad, señor Potter.

James se quedó mudo de repente, era más que obvio que el director sabía algo, pero la pregunta era ¿Por qué no le dijo nada?

Negando con la cabeza, decidió no darle mayor importancia al asunto, lo que tenía que hacer en esos momentos era apurarse e ir a la habitación de Riddle antes de que oscureciera y los prefectos empezaran a dar sus rondines; y sobre todo, antes de que el ojiverde se durmiera…

 

Riddle estaba organizando sus libros en la mesa de noche que tenía aun lado de su cama, mientras Nagini se paseaba por la habitación, en ese momento sintió la mirada de su dueño y preguntó:

-¿Sucede algo, amo?

El pelinegro le contesto en pársel.- No.

-No parece que sea un simple “no”.

-Guarda silencio o te regreso de donde saliste.

-¿De la tienda de mascotas?

Tom suspiro, desde un principio no había creído la historia de la ventana abierta y la serpiente que entro por ahí, la misma Nagini le había contado la verdad; que el joven con lentes la había salvado de la tienda de mascotas, que después la había soltado en su habitación para que tuviera mayor libertad y ahí fue cuando el caos se instaló. Ella solo había querido darle las gracias pero James había pensado que lo que quería era morderlo, y después habían llegado sus amigos.

Se le habían hecho unos chichos muy divertidos y Nagini decidió jugar un rato con ellos, los persiguió por toda la habitación, hasta que Tom llego y la detuvo.

Solo una cosa tomo por sorpresa al pelinegro, y eso era que su nueva mascota le dijo que James la había adquirido como regalo para un tal Tom Marvolo Riddle, o sea, él.

-¿Cuándo iremos a ver al amo de lentes?

La pregunta de Nagini lo saco de sus pensamientos.- No iremos.

-¿Por qué?

-Porqu…

Su conversación fue interrumpida cuando el sonido de alguien tocando la puerta se escuchó. Tom no esperaba a nadie, así que no sabía quién sería el impertinente que tocaba.

Se dirigió a la puerta y con molestia la abrió.- supongo que tiene una buena razón para molestarme a estas horas.

-Hola.- su mirada se instaló rápidamente en el joven que tenía adelante, tuvo que bajar un poco la cabeza ya que era unos quince centímetros más alto que el menor.- ¿puedo pasar?- Algo no estaba bien, James estaba actuando nervioso y hasta cierto punto tímido, algo no común en él. Mirándolo detenidamente unos instantes, Tom abrió la puerta lo suficiente para dejarlo pasar.

James suspiro con alivio, ya había pasado la primera ronda, ahora venía lo peor. Recorrió con la mirada la habitación sumamente organizada, hasta posarla en la serpiente que estaba en una esquina sobre unas colchas amontonadas, las cuales sospecha que eran su cama.- ¡Oh! Supongo que si te gusto.- dijo en un susurro para que no fuera escuchado, pero no contaba con la buena audición del jefe de la casa enemiga.

-Malayopython reticulatus, o mejor conocida como pitón reticulada.- Tom camino hasta el sofá que estaba a un lado del nido de Nagini, de esa forma quedo de frente hacia el león.- son de los ejemplares con mayor longitud, carnívoras y aunque no son muy comunes como mascotas, por lo general son adquiridas para serlo.- Las mejillas de James se tiñeron de rosa, había sido descubierto.- se encuentran en lugares como indonesia o en tiendas para mascotas.- cruzo sus largas piernas y ante la vista, James se derritió.- hubiera sido una mentira ejemplar si yo no pudiera hablar pársel.

-Si…bueno, esto.- se rasco la nuca.- era un regalo, para ti.- Riddle se le quedo viendo sin emitir sonido alguno.

El silencio era incomodo, y el ambiente era sofocante, James no sabía cómo iniciar la conversación.

-¿Acaso ninguno de los dos hablara?.- siseo Nagini, ganándose una mirada gélida por parte de Tom.

-Guarda silencio, Nagini.

-Creo que mejor me iré a dormir, los humanos tienden a darle muchas vueltas a las cosas.

El león miraba con asombro el intercambio de palabras, a pesar de que no entendía absolutamente nada, se le hacía un idioma muy sexy, y más si era Tom el que lo hablaba. Miro como Nagini se escondía entre las colchas hasta lo último de su cuerpo.

-¿Qué haces aquí?.- la pregunta del ojiverde lo saco de su análisis acerca de ¿Cómo respira la serpiente entre toda esa tela?, y presto atención.

-¿Puedo acercarme?

-No.- rodo los ojos ante la negativa, aun así, se acercó.

Tom no sabía porque se molestaba en contestarle cuando al fin de cuentas el león terminaba haciendo lo que quisiera. Ahora frente a él, se encontraba el mocoso que estaba empezando a alterar su calmado mundo, no lo quería tener cercar, eso era peligroso, pero cuando abrió la puerta y se dio cuenta que era él, no pudo evitar dejarlo pasar.

-Yo…- James sabía que una oportunidad como esta no la volvería a tener en toda su vida, así que tenía que sacar esa valentía que caracterizaba a los Gryffindor y mezclarla con el valor de los Potter… era más fácil decirlo que hacerlo.

El ojiverde notaba la pelea interna del menor, estaba indeciso ante lo que quería decirle.- Solo dígalo, no tengo toda la noche, Potter.

Puso la mano sobre el lado de su pecho donde estaba el corazón, respiro profundamente y lo soltó.- Te amo.

Pasaron unos segundos sin que Tom respondiera ante lo dicho, por lo que abrió sus ojos lentamente, encontrándose con la mirada inalterable de su amor.- ¿Por qué no me dices nada?

Se agarró las manos y las puso encima de sus piernas cruzadas, esa posición le daba un toque más elegante y a la vez siniestro.- ¿Qué quiere que le conteste, Potter? Ya me había dicho esa palabra y le había contestado que para mí eso no tiene valor alguno.

“Deberías decirle simplemente lo que sientes... solo ve y dile lo que tu corazón siente, quizás él no te toma en serio porque piensa que es un juego.” Las palabras que Arthur le había dicho rondaban por su cabeza.

-Puede que no me creas, que sientas que solo es un juego de mi parte y que no me tomo en serio mis palabras.- lo miro fijamente.- sé que no tengo la mejor reputación en cuanto a relaciones románticas; la verdad es que nunca he creído en palabras tan banas como el amor, nunca creí en ese sentimiento ni que lo fuera a sentir en algún momento, pero todo eso cambio cuando pasaste por esa puerta. En cuanto te vi supe que no serias un gusto más, la manera en la que mirabas a todos a través de una muralla me dio curiosidad y conforme te fui conociendo me di cuenta que no eras ese hombre frio que todos piensan.- tomo aire y siguió hablando ante la atenta mirada del mayor.- quizás tú no lo recuerdes pero yo sí, nosotros nos habíamos visto antes.

Tom frunció el ceño pero no interrumpió.- Fue hace dos años, estaba caminando por el bosque prohibido, pensé que era lo suficiente Gryffindor para entrar y que no me pasara nada. Para cuando me di cuenta, me encontraba muy adentrado en el bosque y una acromantula apareció.- James jugaba con sus dedos ante el nerviosismo, pero su mirada se mantenía firme.- Fue la primera vez que sentí miedo, pensé que nadie me iba a ayudar, que esa cosa iba a atacarme y a morir ahí mismo, pero en ese momento apareciste tú; me ayudaste, espantaste a esa criatura sin ni siquiera alterarte o asustarte, lo hiciste por mí. Cuando me sentí a salvo, toda la adrenalina se fue y caí al piso totalmente paralizado, te acercaste y sin preguntarme nada, me cargaste, de inmediato me sentí a salvo y la oscuridad llego. Al despertar me encontraba en la enfermería, pregunte por ti pero nadie sabía nada, pensé que todo había sido un sueño y lo guarde en lo profundo de mi ser, pero solo dos días después entraste al salón de clases como el nuevo profesor de defensa, ese momento fue de los más felices de mi vida. Enterarme que mi salvador no era una ilusión creada por mí, que era de carne y hueso me hizo un hombre muy feliz.

Los ojos de James se llenaron de cariño al pronunciar cada una de las palabras.- te amo, Tom, quiero que me des la oportunidad de ser parte de tu vida, de demostrarte que amar está bien, que me dejes ser ese alguien por el que despertaras cada mañana y sonreirás.

Tom cerro los ojos con fuerza y dijo las palabras que destruyeron las esperanzas del menor.- soy tu profesor, tú eres mi alumno, entre nosotros no puede haber nada, yo no necesito amor, no lo quiero y no lo busco. No soy un hombre que se pueda amar.

-Pero…

-¡Basta!.- alzo la mirada para toparse con la del león.- No sigas, no recuerdo nada de lo que dices.- mintió.- para mí solo eres un mocoso, mi alumno y de ahí no vas a pasar.- Tom volvió a cerrar los ojos con fuerza y puso su mano sobre ellos.

James estaba llorando, las lágrimas encontraron camino por sus mejillas hasta el suelo, le dolía el corazón, fue la primera vez que comprendió lo que significaba tener el corazón roto.

-Ya es muy tarde para que estés fuera de los dormitorios.- le dijo el peliverde sin quitar la mano de sus ojos.

Los sollozos del menor le sentaban muy mal pero no podía retractarse, eso era lo mejor… pero ¿Para quién?.

Se escucharon pasos, la puerta siendo abierta, cerrada y después nada…se había ido.

 

Se quedó unos minutos en silencio, o quizás fueron horas, la verdad es que el tiempo ya no importaba. Tom se recargo en el asiento con la cabeza descansando sobre la cabecera, sentía que el piso se movía o quizás era solo su imaginación. Desde que el menor hubo salido de su habitación, se había dedicado a verla, sin emitir sonido alguno, como alguien ausente.

-Cuando se dé cuenta del grave error que ha cometido será muy tarde. El amo con lentes lo ama, fue sincero con usted y lo único que usted hizo fue darle evasivas. ¿Por qué miente? Usted también siente algo por el amo.- Nagini había escuchado todo, ahora estaba enojada y siseaba hacia el pelinegro.

Tom estaba a punto de decirle que se callara o no era capaz de asegurar que siguiera viva un segundo más, cuando lo que dijo a continuación lo dejo helado.

-¿Acaso quiere vivir solo para siempre y sin ser amado? Los humanos son tontos, no aprovechan lo que tienen adelante hasta que ya lo ven perdido, pero en unas ocasiones es muy tarde para cuando se dan cuenta. ¿Estará bien cuando el amo de lentes encuentre a alguien más a quien amar? ¿Cuándo sus sentimientos cambien y pronuncie las palabras que le ha dicho a otro humano? ¿Cuándo en su corazón ya no este usted? ¿Cuándo viva por otro mientras usted este solo? ¿A que le teme?

…maldita Nagini.- quería gritarle pero no podía ya que todo era cierto ¿A qué le temía? ¿Al amor? Al ser un hijo concebido bajo una pócima tan vil como la amortentia, vivir en un hogar donde su madre amaba de manera enfermiza a su muggle padre y que este al salir del hechizo los abandonara, al ser dejado solo a temprana edad por una madre muerta de dolor, el ser ingresado en un asqueroso orfanato y tener que vivir allí hasta que fue aceptado en Hogwarts, lo había dañado profundamente. No creía en el amor, su madre no lo tuvo, su padre menos, así que ¿Quién podría amarlo si sus propios padres no lo habían hecho?

Así había vivido gran parte de su vida, sin importarle lo que otros piensen o sientan por él, pero todo había cambiado cuando entro como profesor a Hogwarts. Recuerda ese incidente en el bosque prohibido, no pudo evitar ayudar a ese mocoso estúpidamente valiente, tenía unos ojos hermosos color avellana que lo habían hipnotizado en el instante, eran tan puros y llenos de vida, hasta cierto punto le dio envidia.

En su primer día de clases se sorprendió mucho al darse cuenta que el chico del bosque iba a ser uno de sus alumnos, el reconocimiento brillo en sus ojos, pero Tom prefirió ignorarlo a él y a los sentimientos que pensó que no poseía.

Día a día observaba como el menor hacia lo imposible por llamar su atención, creyó que solo lo hacía por mero capricho así que nunca lo tomo en serio; pero transcurriendo los días se dio cuenta que sus ojos seguían al menor a donde fuera, notaba hasta el mínimo cambio en su conducta. Estaba actuando extraño y eso no le gustaba, así que enterró todo, no iba a permitir que nada ni nadie interfiriera en su vida… entonces ¿Por qué estaba dudando?

La cara manchada de lágrimas del león la tenía muy presente cada vez que cerraba los ojos, no podía evitar sentirse mísero al hacerlo llorar, no podía negarlo más tiempo…ese mocoso se estaba metiendo bajo su piel.

Tom fue sacado de su monologo interno cuando escucho el sonido de alguien tocando la puerta; en ese mismo instante se levantó y corrió a abrirla.- ¡Potter!

-¿Eh?.- el que estaba ahí no era James, sino el profesor Silvanus Kettleburn el cual impartía la materia de Cuidado de Criaturas Mágicas.

-No, nada, discúlpeme.- se sobo el entrecejo.- ¿sucede algo, profesor?

-¿No lo ha sentido?

Tom quito la mano y miro con un poco de recelo al profesor.- ¿Sentir que?

En ese momento, el piso dio una sacudida, y no solo era el piso, sino todo el lugar. Lo fuerte del movimiento mando al profesor Silvanus al suelo, y Tom no fue a dar con él porque alcanzo a agarrarse a la puerta.

El pelinegro se percató que la sacudida que había sentido hace rato no fue imaginaciones suyas, realmente había pasado.- ¿Qué fue eso? ¿Un terremoto?.- lo segundo era casi imposible, el lugar estaba rodeado por una barrera anti cualquier cosa, y los fenómenos meteorológicos no se escapaban de ella.

-No sabemos, por ello Dumbledore invocó a todos los profesores al gran comedor, todos los alumnos de las cuatro casas ya fueron evacuados y ahora se encuentran allí.

-¿Todos?.- pregunto con un hilo de preocupación.

-Solo faltan algunos.

-¿Quiénes?.- sabía que estaba siendo insistente pero necesitaba saber la respuesta.

-Los prefectos de Ravenclaw, Drina Elgor y Tobias Gelwart.- el profesor Silvanus estaba haciendo memoria pero Tom no tenía la suficiente paciencia para aguantar.-  un alumno de sexto de Slytherin, Frey Last, y uno de séptimo de Gryffindor.- no hubo necesidad de que dijera el nombre, ya sabía quién era.- James Potter.

Riddle se giró de inmediato hacia su habitación.- ¡Nagini!.- grito y en seguida una larga serpiente salió con velocidad.- encuéntralo.- Nagini siseo en afirmación y empezó arrastrarse con velocidad seguida por Tom y dejando atrás a un muy sorprendido Silvanus.

… ¿Dónde te metiste, James?

 

El Gran Comedor.

El gran comedor era un lugar muy espacioso, capaz de albergar a todos los alumnos al mismo tiempo. Las mesas y todo lo que ocupara espacio había sido quitado, ahora solo era un gran salón donde estaban refugiados.

La estancia estaba repleta de alumnos en pijamas, maestros y mucho ruido. Habían sido llevados ahí en el momento en que empezó a sentirse que la escuela temblaba; muchos estaban asustados, nunca habían sentido algo por igual gracias a los conjuros de protección que los evitaban, por otro lado, los hijos nacidos de muggles estaban un poco más calmados, ellos ya habían experimentado ese fenómeno antes.

En una de las esquinas del gran comedor se vislumbraba a los merodeadores y sus amigos, y junto a ellos, por más raro que fuera estaban los Slytherin más cotizados de toda la escuela. Desde que Severus y Sirius se habían hecho novios esos dos grupos que decían odiarse, empezaban a pasar ratos juntos, y al hacerlo causaba una gran impresión en los demás alumnos.

Todos estaban lo más cerca que el espacio personal les permitiera, no querían admitirlo pero realmente estaban asustados; Sirius tenia sentado entre sus piernas, con su espalda tocando su pecho a Severus, a su derecha estaba Regulus quien abrazaba a su prima, Narcissa. Arabella y Thomas se encontraban junto a Regulus, mientras que la morena tomaba de la mano a su mejor amiga y prima de los Black.

Del otro lado, se encontraba Remus, y muy pegado a él se encontraba Lucius. Junto al heredero de los Malfoy estaban los hermanos Lestrange, quienes hacían una barrera a ambos lados de Lily y Frank.

Al lado del menor de los Lestrange, se encontraba Arthur y Ethan agarrados de la mano, gesto que no fue notado por ningún león. Por mala suerte, y por falta de espacio entre sus amigos, a Peter y Bartemius les había tocado sentarse uno al lado del otro.

-¿Dónde está el líder de la panda de inadaptados?.-  las miradas de los leones se pusieron sobre Malfoy.

-Es lo mismo que yo me pregunto sobre tu cerebro ¿acaso lo tienes perdido?.- contraataco Sirius. Él también se preguntaba lo mismo, lo único que lo tranquilizaba era el hecho de que su amigo estaba con el jefe de la casa enemiga, en su compañía nada podía pasarle.

Ambos se regresaron a ver con su mejor mirada asesina.

-Ni porque estamos en esta situación pueden estar tranquilos.- rodo los ojos Lily. Ella tenía frio y esos tontos no paraban de pelear.

-¿Tienes frio?.- le pregunto Rabastan a lo que la pelirroja respondió con una sonrisa.

-Estoy bien, solo que…- se sonrojo.- solo estoy en pijamas.

-Ven.- el pelirrojo abrió sus brazos.- yo te calentare.- Lily de inmediato se instaló entre esos calurosos y protectores brazos. Rabastan pasó sus manos sobre su cintura, atrayéndola más a él, hasta que su espalda toco su pecho y sonrió, se sentía muy bien tenerla de ese modo.

Ambos sonrieron, y él deposito un beso en la cabeza de ella; cuando alzo la vista se percató de las caras que estaban poniendo todos sus amigos y no solo ellos, sino todo Hogwarts.

Silencio total, nadie hablaba ni respiraba.

Las mejillas de ambos pelirrojos se tiñeron del mismo color que su cabello.

El carraspeo de Remus llamo su atención.- No quiero afirmar algo solo por conjeturas así que mejor les pregunto de frente.- ahora hasta él estaba apenado.- ustedes… bueno ¿están saliendo?

Lily sabía que para Rabastan era un tema tabú, no era el tiempo de revelar su relación y a pesar de que no le gustara y la lastimara, también entendía que los ideales inculcados en el heredero de los Lestrange eran muy fuerte… él nunca iba a aceptar que estaban salien…

-Si.- contesto sin inmutarse el pelirrojo.

-¿Qué?.- dijo sin creérselo Lily.

-¿Qué?.- dijeron sus amigos Slytherin aun con la consternación marcada en sus caras.

-¿QUE?.- dijo un exagerado Sirius.

-¿QUUUUUUUUUUUUUUUUUE?.- dijo el ochenta por ciento del alumnado de Hogwarts.

Por otro lado, Rodolphus veía con aburrimiento todo el drama, él ya lo sabía, solo un tonto no se hubiera dado cuenta de las escapadas de ambos. Miro a cada uno de sus amigos y a los Gryffindor, y negó con la cabeza, no entendía como no se daban cuenta de su entorno y sus propios sentimientos.

Lucius no paraba de ver a Remus cada vez que este no miraba, y este a su vez no paraba de hacer lo mismo, Narcissa y Thomas solo se hacían los tontos, no aceptaban lo que sentían por el otro y solo se hacían daño. La mirada de decepción de Arabella por perder al chico que le gustaba, las sonrisas tontas que su hermano le brindaba a la pelirroja cada vez que esta lo veía, el amor que se profesaban Arthur y Ethan solo un ciego no podía verlo, y que decir de Peter y Bartemius, ¿acaso no conocían el dicho muggle: del odio al amor solo hay un paso?... los únicos a salvo eran el soltero Regulus y los nuevos novios, Sirius y Severus, de ahí, todos eran unos tontos para Rodolphus.

Hasta la ausencia de Potter y el profesor Riddle era clara para él… ¿Por qué no se dan cuenta?.- Rodo los ojos y prefirió prestarle atención a su Frank, quien lo miraba con afecto, y otra cuestión nació… ¿Cuándo se iba a dar cuenta que llevaba más de un año de novio de este león?

 

 

Notas finales:

Solo nos queda un capítulo más Jajaja y habrá ¡Lemon! Pero bueno, mientras me voy a dormir Jajaja


Nos leeremos pronto pero no sin antes darles las gracias a todos los que leer y me dejan su comentario de cómo les ha parecido el capi.


 


PD: mañana contesto los review ^-^


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