Era una mañana normal como muchas otras, con la única diferencia en el aura de tristeza, celos y melancolía que llenaban los pasillos… ¿El motivo? Sirius Black.
Desde hace tres días que se había soltado la gran noticia de que el gigoló más cotizado de todo Hogwarts tenía novio y ese novio era más ni menos que Severus Snape.
La noticia conmociono a todo el alumnado y a la mayoría de los profesores, pero sobre todo a sus amigos…
Flash Back
Tres días atrás... “Gran Comedor”.
Todos los alumnos desayunaban plácidamente, bueno, no todos. En la mesa de los leones se veían unas caras nerviosas, al igual que en la mesa de las serpientes y el motivo era porque Severus y Sirius llevaban tres días en paradero desconocido.
-Creo que es hora que le digamos a el profesor Riddle de la desaparición de Severus.- dijo un nervioso Thomas.
-Y de Sirius.- añadió Regulus.
-A quién le importa tu hermano.- Lucius dijo en tono indiferente.- aquí el importante es Severus.
Regulus iba a replicar, cuando su atención y casi la de todos los que se encontraban desayunando se dirigió a la entrada del gran comedor.
Por las ostentosas puertas venían entrando nada más ni menos que los dos desaparecidos, pero eso no era lo que había llamado la atención de todos, sino el hecho de que ambos venían agarrados de la mano.
Los amigos de cada uno se pusieron en pie, dispuestos a correr para llegar hasta donde se encontraban los recién llegados, pero fueron interrumpidos por Sirius.
-Qué bueno que están todos aquí reunidos.- Sirius tenía una sonrisa de oreja a oreja, mientras que Severus tenía una cara de haber chupado limón.- Tengo algo que decirles.
Severus abrió muchos los ojos.- No, espera Black. No lo hag…
Pero fue muy tarde, porque Sirius no espero ni dos segundos a que Severus completara la frase…- Yo Sirius Orion Black, estoy completa y totalmente enamorado de Severus Snape. De ahora en adelante quien ose molestarlo se las verá conmigo.- Severus se puso de un rojo carmesí cuando todas las miradas se dirigieron hacia él.- Ah! También quiero decirles que de ahora en adelante soy un hombre atrapado.
Sirius sonreía como si se hubiera encontrado con la verdad del mundo, mientras Severus no sabía en donde esconder la cabeza.
Lo único que se escuchó después del gran silencio que propicio la declaración de Sirius fue la caída estruendosa que James Potter hizo a causa de la impresión…
Para todos los amigos de Severus y Sirius había sido un gran shock el enterarse de que ellos dos estaban saliendo, sobre todo para Lucius y James quienes aseguraban que en su amigo respectivo había sido empleada la poción de amortentia.
Después de dos días de peleas, gritos e insultos por ambas casas, ambos grupos habían acordado aceptar su noviazgo. Después de todo, lo que ellos menos querían era herir los sentimientos de Sirius y Severus.
Final Flash Back.
Las clases aun no empezaban y la mayoría de los alumnos aún se encontraban dormidos o cambiándose; James Potter iba caminando por esos solitarios pasillos de Hogwarts con una sonrisa en sus labios. Aun se encontraba un poco molesto por el hecho de que Sirius estuviera saliendo con su enemigo, y lo peor de todo es que canuto haya estado enamorado de Snape y no le haya dicho nada… aunque yo tampoco le he dicho acerca de lo que siento por cierta serpiente.
James iba tan concentrado en sus pensamientos que no se dio cuenta que alguien venía detrás de él a pasos firmes.
-¡ARG! MALDITAS SERPIENTES.- exploto James hacia el cielo.
-Diez puntos menos a Gryffindor.- la voz detrás de James hizo que se girara rápido con una mano en el pecho. Su corazón latía a mil por minuto.
-¿Profesor Riddle?.- Cornamenta aún mantenía una mano en su pecho. Riddle le había dado el susto de su vida. James se preguntaba cómo podía tener tan mala suerte y siempre encontrarse al profesor cuando lo que estaba intentando hacer es huir de él.
Tom alzo una ceja y miro al alborotador número uno de Hogwarts.- ¿Quién más podría ser? Quizás esos lentes necesiten que los gradúen si es que me está confundiendo con otra persona.
James se puso rojo de la vergüenza… Estúpido y sensual Riddle, si no fuera porque estoy enamorado de ti, ya te habría vuelto loco con mis bromas.- Lo siento, profesor. Solo es que me dio un susto cuando me hablo de la nada.
Tom se cruzó de brazos como desestimando lo dicho por su alumno.- se puede saber a dónde se dirige, Señor Potter.
Mierda, mierda mierda… James no era lo suficientemente tonto para decir que el motivo por el que se encontraba caminando (huyendo) era debido a que no quería cumplir con el castigo que Riddle le había impuesto por haberle mentido justo hace cuatro días cuando él junto con sus amigos y las serpientes habían hecho la tregua momentánea para ir a buscar a Sirius y Severus.
Todo había salido como él lo había ideado, pero justo cuando habían llegado a la enfermería todo había acabado para él.
Tom descubrió el engaño y castigo a James por tres semanas, en las cuales tendría que ayudarlo a organizar su oficina, ir por ingredientes que el profesor necesitara y limpiar. Y lo peor de todo es que tendría que hacer un reporte de doscientas páginas sobre los Horrocrux. Aun no tenía ni idea del porque lo había puesto a investigar sobre ese tema, después de todo, los Horrocruxes eran el más siniestro de los inventos mágicos. Aunque tenía cierto sentido ya que el profesor Riddle era profesor de defensa contra las artes oscuras.
A James no le molestaba pasar el rato con la serpiente, lo que si no quería era tener que limpiar y mucho menos hacer un ensayo de más de doscientas páginas. Se iba a volver loco si lo encerraban y lo ponían a estudiar.-¿Y bien?.- Rápidamente, James dejó sus pensamientos a un lado y volvió a la realidad.- ¿Se ha vuelto sordo o no me he explicado bien?
Tom estaba exasperado, el león que tenía adelante lo ponía así. Era el único que lograba que saliera de sus casillas.
-¿Eh?
Tom suspiro y conto hasta diez mentalmente, si no lo hacía no sabía lo que sería capaz de hacer.- le he preguntado a donde se dirige, Señor Potter. Si bien sabe, usted se encuentra castigado, por lo que en este momento se supone que usted debe estar en mi oficina ordenando todos los libros y limpiando.
-Ya iba para allá.- trato de sonar lo más angelical posible, cosa que en Riddle no servía.
-Oh! ¿En serio?.- James trago duro porque en este preciso momento Riddle estaba poniendo esa mirada que solo significaba “PROBLEMAS”.- ¿Y desde cuando mi oficina está por este lado? Yo que sepa mi oficina queda del otro lado.
-Bueno… la verdad es que…
-¿La verdad es que?.- Tom se cruzó de brazos esperando la excusa que estaba por darle el león. James sabía que tratar de engañar a Riddle era muy difícil.-Estoy esperando su respuesta a mi pregunta, Potter.- Riddle se escuchaba cada vez más fastidiado.
-Bueno….solo no se vaya a enojar mucho conmigo.- James sonrió de lado, cosa que hizo que Tom sospechara, pero no fue lo bastante rápido para adivinar lo que el menor iba a hacer hasta que fue demasiado tarde.
James salió corriendo, dejando a un Tom totalmente asombrado… ¿el mocoso estaba huyendo? ¿Se estaba burlando de mí?
Los ojos de Tom seguían a la delgada figura que corría alejándose cada vez más de él. De repente, James se detuvo y volteo con una enorme sonrisa.- LO SIENTO PROFESOR, PERO YO NO ESTARÉ ENCERRADO LIMPIANDO COMO UN ELFO. SI QUIERE UN SIRVIENTE BÚSQUESE A OTRO, QUIZÁS UNA SERPIENTE SIRVA PARA ELLO.
Tom cerró los ojos y respiro hondo para tranquilizarse, cosa que obvio no sirvió. Cuando los abrió eran de un tono color rojo. Y como si la peor pesadilla de James se volviera realidad, el profesor Riddle se echó a correr o mejor dicho, a una persecución de un estudiante que lo acababa de enojar a niveles insuperables.
James no espero a que el profesor lo alcanzara cuando ya estaba huyendo lo más rápido que sus piernas le permitían.- NO DEBERÍA ESTAR CORRIENDO, PROFESOR. PUEDE SER PELIGROSO PARA SU EDAD.
Una vena se formó en la frente de Tom y aumento la velocidad.- ¡MALDITO MOCOSO!. CUANDO PONGA MIS MANOS EN TI, ESTARÁS PERDIDO.
-NOOOOOOOOO… ¡Por Merlín!, ¿porque no se quedaba callado? Ahora por culpa de su bocota, estaba a punto de morir en manos de la persona de la que estaba enamorado.
James solo esperaba que cuando Riddle lo atrapara no lo asesinara de forma dolorosa.
Lili Evans se encontraba recargada en uno de los ventanales del primer piso, cuando de pronto un sonido de pasos se escuchó por todo el pasillo. Asustada por quien venía, empujo a la persona con la que se encontraba platicando hacia los arbusto detrás del ventanal.
Los pasos se hicieron cada vez más fuertes conforme se acercaba el dueño de ellos; doblando a la esquina, se aparecía James, que por la cara que traía pareciera que lo estuviera persiguiendo un dementor y detrás de él venía el profesor Riddle con cara de querer asesinar a alguien.
Ambos pasaron lo más rápido que sus pies les permitían e ignorando olímpicamente a la pelirroja.
-¿Acaso estoy soñando? Ese era James y ¿El profesor Riddle? ¿Corriendo?
Rabastan Lestrange salía detrás de los arbustos en donde Lily lo había empujado hace unos segundos. Miro a Lily totalmente enojado por lo que había hecho pero no pudo decir nada, ya que la pelirroja se encontraba como en otro mundo.
-¿Lily?.- Rabasta se puso en frente de la pelirroja y le paso la mano por los ojos para que reaccionara pero ella solo estaba mirando hacia un pasillo.- ¡Lily!.- Volvió a llamarla, la pelirroja lo regreso a ver pero lo único que hacía era parpadear como si no creyera lo que había visto.- ¿Qué diablos viste que te dejo tan ida?
-Correr… James…Profesor.- balbuceaba Lily.
-¿Qué?.- Rabastan no entendía nada de lo que la pelirroja decía… ¿Qué diablos había visto Lily?
James estaba cansado de tanto correr, sabía que no había sido buena idea hacer enojar a Riddle pero simplemente no podía evitar tratar de tomarle el pelo.
Cornamenta estaba a punto de dar la vuelta por otro pasillo cuando una mano tomo con fuerza su brazo. La fuerza con la que lo jalaron hizo que perdiera el equilibrio y fuera a dar al piso.
-¡Mierda!.- James escucho la maldición del profesor Riddle, mientras él solo esperaba el duro golpe que se iba a meter, pero este nunca llego, lo único que sentía era un cuerpo duro y agitado debajo de él. Al alzar la vista lo vio, era Tom, quien se encontraba respirando con fuerza a causa de la carrera y el impacto de su cuerpo en el de él.
Los ojos de ambos se encontraron, sus mirabas ardían, sus bocas se encontraban a centímetros de la del otro y sus respiraciones agitadas se compasaban la una a la otra.
James miraba los ojos de Tom, los cuales iban adquiriendo su color normal, ya casi no había señal del color rojo, para alegría del menor.
El momento fue roto cuando por fin, Riddle hablo.- Señor Potter, levántese en este momento.
-¿No le parece que estamos muy cómodos de este modo?.- James se atrevió a recostar su cabeza sobre el pecho de Tom, cosa que hizo que el mayor se asombrara por segunda vez en el día.- huele muy bien, profesor.
-…
-…
¿Qué diablos le pasaba a este mocoso? Como osaba tomarse la libertad de acostarse encima de mí… Tom no entendía la actitud de Potter, pero lo que más lo molestaba era el hecho de que el menor encajara tan bien en su cuerpo.-No lo volveré a repetir, levántese Potter. Muy a su pesar James se fue levantando poco a poco, aun con el aroma impregnado de Tom en su ropa.
Antes de que se acordara del motivo por el que huía, Riddle le había puesto la mano en el cuello de la túnica.- El juego se acabó, ahora ¿estás preparado para lo que te espera?
-Solo no me trate muy mal, soy demasiado guapo e inteligente para morir.
-Me alegra que aun tenga energía para bromear, eso quiere decir que tiene suficientemente energía para limpiar y empezar con su ensayo.- James trago duro, mientras el profesor Riddle lo llevaba a rastras hasta su oficina.
A pesar de que no tenía idea de cómo lo iba hacer, tenía que conquistar a esa serpiente pero… ¿Cómo enamorar a Tom Riddle?
Desde la sombra de uno de los pasillos, se encontraba Rodolphus Lestrange, quien había presenciado toda la escena entre su jefe de casa y el idiota líder de los merodeadores.
-Esto es muy interesante.- fue lo único que dijo mientras se daba la vuelta y se dirigía hacia la biblioteca.