Edmund fue despertado por algo mojado en la cara. Sus ojos se abrieron rápidamente y sintió como una gota caía en sus ojos, se dio cuenta de que estaba lloviendo. Se incorporó rápidamente y de inmediato vio a Caspian de pie delante de él. La lluvia se hizo más intensa y Edmund vio que ambos estaban casi empapados.
Caspio tendió la mano
-Ven conmigo
Sin pensarlo Edmund tomó la mano de Caspian. Llegaron a un pequeño arroyo burbujeante entre laderas suaves de helecho. Caspian y Edmund entraron en él, Edmund jadeó con el agua fría que le llego hasta la cintura. Caspian lo sujetó hasta que encontró el equilibrio.
-¿Por qué estamos aquí? preguntó en confusión. Sus ojos se encontraron con los de Caspian y su confusión creció cuando Caspian rápidamente desvió la mirada.
Los recuerdo inundaron la memora de Edmund cuando el flujo violento del agua tiró de su ropa y de repente sabía con certeza la razón por la que Caspian había llegado hasta allí, era para lavar la evidencia de lo que habían hecho. Más que su propia vergüenza odio por su falta de control cuando sus mejillas se tornaron rojas.
Una mano firme cayó sobre su hombro sosteniéndolo en su lugar.
-Edmund...- La voz de Caspio era suave. Una llama de ira brilló en Edmund
-¡No me toques!-
Su orden fue ignorada, la mano tiró de él tan rápidamente que casi perdió el equilibrio.
-Te dije que ¡no me toques!- dijo Edmund casi entre dientes mientras apartaba la mano del mayor. Miró hacia arriba y encontró la mirada de sorpresa y desafío de Caspian
-¿Por qué estás tan enojado?-Preguntó Caspian – ¿Es por lo que sucedió? pensé que querías tanto como yo ¿Ahora te arrepientes?
En ese momento Edmund honestamente no sabía que pensar y eso lo asustaba más que cualquier otra cosa. Por un momento tuvo el deseo de huir pero luchó duro por controlarse sabía que Caspian lo observaba de cerca. Por último suspiró y camino hacia el banco se sentó entre los helechos. La lluvia era menos pesada ahora y las gotas se sentía extrañamente cálidas contra su piel fría.
Todavía Caspian estaban delante de él en el agua, esperando en silencio mientras Edmund luchó para pensar con claridad.
Sí que había queridoy4; eso lo sabía, y una parte de él se emociona al saber que Caspian había querido también.
¿Pero qué significa realmente? Caspian había querido a Peter una vez, y luego a Cara. Fue Edmund sólo otro en la larga lista de comodidades de Caspian.
Caspian lo había hecho sentir... tan fuera de control.
Ahora estaba todo claro, Caspian había estado rompiendo lentamente todos sus barreras sin siquiera ser consciente de ello. Perdiendo todo su control, y sin su control estaría perdido una vez más, tal como lo había estado antes cuando Aslan lo había salvado. No podía entregarse a Caspian
Edmund se puso de pie y enderezó los hombros. Se dio cuenta de la lluvia había cesado, mientras que había estado pensando
Caspian seguía en pie a la orilla del agua, observándolo.
-Yo lo quería- admitió Edmund a regañadientes. –Pero no volverá a suceder.
Vio el ceño fruncido en el rostro de Caspian y se preparó. No podía culpar Caspian por estar enojado porque final había respondido a él
-Lo siento Caspian- dijo rápidamente -Nunca debí dejar que las cosas fueran tan lejos como lo hicieron
-Oh, no, no -Caspian finalmente habló, su rostro estaba tranquilo pero Edmund podía oír la ira subyacente en la voz del Caspian y se estremeció ligeramente - No, no te vas a echar toda la culpa a ti mismo. Cualquiera que sea la culpa recae igualmente en mis hombros. Edmund Debemos hablar de esto
-No tiene sentido- Edmund negó con la cabeza, sorprendido por la calma que lograba aferrarse.
-¿Por qué no?-Preguntó Caspian.
-Calificas esto como un problema- espetó Edmund
Caspio suspiró.
-Lo sé. Pero me refería al problema de estar evitándome. Quería solucionar eso tan pronto como tuviéramos un momento en privado, para... seguir adelante
-Bueno ya sabes lo que paso- Edmund no podía mantener el sarcasmo de su voz y para su absoluta sorpresa, Caspian se rio
-Así que ¿por qué estás diciendo que esto no volverá a suceder Edmund?
Edmund miró inexpresivamente Caspian ¿Qué podía decir?
-Es que no es... correcto... para mí- dijo finalmente. - en mi mundo, este tipo de cosas entre dos hombres es en contra la ley. Nos podrían poner en la cárcel por ello
-No me importaría compartir un calabozo contigo, Rey Edmund- respondió Caspian y para asombro de Edmund, le guiño un ojo.
Edmund descubrió que quería reírse pero negó con la cabeza en señal de frustración.
-En todos los mundos las leyes cambian con el tiempo- continuó Caspian -Pero aparte de eso, están en Narnia ahora. Has pasado toda una vida aqui a pesar de que naciste en ese otro lugar. Perteneces a Narnia. Y sabes que en Narnia no se considera incorrecto que dos hombres se amen como más que hermanos. Pero solo lo estas evitando, te vuelvo a preguntar, ¿por qué estás diciendo que esto no volverá a suceder?
La calma de Edmund resbaló.
-Porque no puedo- casi gruñó. -No puedo hacer esto
Caspian avanzo hacia adelante a través del agua y se acercó a la orilla, con la intención de alcanzan a Edmund, quien rápidamente se movió fuera de su alcance.
-Edmund, recuerdo que me dijiste que no habías hecho este tipo de cosas antes, ya sea en tu mundo o aquí. Es normal estar nervioso acerca de esto y, para ser honesto esos nervios en realidad nunca desaparecen. Me siento de esa manera cuando se trata de ti
La voz de Caspian era suave, tentando a Edmund para acercarse y permanecer donde estaba parado era una de las cosas más difíciles. ¿Cómo podía hacer entender a Caspian sin revelar más de sí mismo? Por fin una idea vino a él
-Rey Caspian, concédeme una bendición- pidió Edmund con una rodilla sobre el suelo
Oyó el leve jadeo por encima de él y cerró los ojos por un breve momento de dolor oscuro.
-Hemos abierto una puerta, rey Edmund. Por Aslan, ¿de verdad crees que podemos cerrarla con tanta facilidad?
-Entonces nunca debemos estar solos- interrumpió Edmund rápidamente.
-¿De tienes miedo?
La pregunta arrojo la humillación a la cara de Edmund y el enfado subió rápidamente por su pecho pero sabía con certeza que Caspian estaba tratando de provocarlo. Aplastó la ira en el fondo.
-Rey Caspian, concédeme una bendición
Hubo un largo momento de silencio y Edmund se preguntó si Caspian en realidad no le respondía. Cuando la respuesta llegó finalmente pudo oír el estricto control en la voz de Caspian.
-Pregúntele a él
Edmund miró las botas de Caspian estaban todavía húmedas
-Le pido su Majestad que esto pase. Rey Caspian no hay razón para hablar de esto otra vez."
-Su don es concedido, Rey Edmund.- sí, hubo ira detrás de la plenitud de la voz del Caspian
Edmund se levantó y arriesgó una rápida mirada a la cara de Caspian. Los ojos azules se encontraron con los suyos en ángulo recto y el Rey le sonrió con amargura.
-Eres muy inteligente, Rey Edmund- antes de Edmund pudiera contestar, Caspian continuo- te sugiero que regreses al campamento. Voy a seguir con la caza y volveré más tarde
Giró sobre sus talones y se marchó rápidamente.
El sol se quemaba pero no era capaz de penetrar la oscuridad que le rodeaba. Edmund oyó por encima de él el sonido de un viento y la llamada de un grito solitario, levantando los ojos, vio a Eustace el dragón volando sobre los árboles.
Nadie se dio cuenta de su regreso al campamento hasta que Caspian regresó mucho tiempo después al campamento con un ciervo joven colgaba sobre sus hombros
Y desde entonces Caspian le había tratado de forma diferente, no mostró enojo o tristeza, pero trató a Edmund con una especie de formalidad distante. Edmund no había esperado eso, ingenuamente pensaba que él y Caspian continuaría como los amigos que habían sido antes
Lucy sólo le habló una vez acerca de Caspian.
-Dijiste que lo solucionarías- le dijo en tono de reproche.
-Y lo hice
Ella lo miró con incredulidad
-Nunca pensé que me dijeras una mentira, Ed
-No es una mentira-dijo Edmund -Lo hice... lo mejor que pude. Vas a tener que conformarte con eso, realmente no quiero hablar de eso nunca más- sonrió suavemente.
Después de un momento, ella le devolvió la sonrisa y asintió.
Pasaron unos días, trabajando duro en el Viajero del Alba y pronto estarían listos para continuar su viaje. Ahora cada noche, mientras que Eustace estaba en la orilla, argumentaban y discutían, con frustración y desesperación.
Lo peor fue que Edmund no podía dejar de pensar en Caspian. El rey había llevado la caza casi todos los días, manteniendo el campamento bien provisto de carne, por lo que no se encontraba r mucho pero cuando estaba allí Edmund se encontraba viéndolo. Y cuando Caspian no estaba allí, Edmund a menudo miraba hacia en el bosque
Edmund estaba sentado sobre un tronco perdido en sus pensamientos y dedicándoselos a Caspian cuando oyó el golpeteo de unos pies pequeños en el camino y Reepicheep apareció. El ratón se detuvo un momento, mirando Edmund, y entonces hablo.
-Señor- dijo Reepicheep- Espero que no piense que me entrometido pero he notado que últimamente parece que tiene un problema. Quiero ofrecerle mi ayuda. Tenga la seguridad de que mi corazón, mi mente y mi espada están siempre a su disposición -Edmund contuvo la respiración por un momento. Esto era lo que había temido, que alguien más se diera cuenta de su comportamiento. Lucho para comportarse normalmente y se obligó a relajarse.
-Gracias, Reep -dijo -Pero en realidad no hay nada de qué preocuparse
-Me permito diferir, Su Majestad- respondió Reepicheep firmemente -Por un lado no he visto tu sonrisa durante al menos una semana
-Tal vez es difícil reírse cuando mi primo es un dragón, Reep
-No, su problema fue antes de que su primo se convirtiera en un Dragón- El ratón negó con la cabeza.
Edmund permaneció en silencioy4; esperando con resentimiento que el ratón se rindiera y se marchara
-Luego está el otro asunto de mi Rey
-Reepicheep...Edmund puso toda la advertencia que pudo en su voz- Podrías dejar esto
"Su Majestad, un problema que no se resuelve puede ser una batalla perdida - dijo Reepicheep -Las guerras se ganan cuando los soldados luchan juntos y usted tiene la mirada de alguien que está luchando solo y con miedo
-Oh, maldita sea - Edmund se puso de pie y se volvió para mirar hacia abajo al ratón - ¿Por qué no me dejan en paz? Ve y pregúntale a tu Rey si estás tan preocupado por eso
Reepicheep devolvió la mirada de Edmund con calma.
-Ya lo hice - dijo simplemente.
Edmund sintió que la sangre se le subía a la cara.
-¿Le preguntaste?
-Sí, Su Majestad. Puedo ver que el Rey Caspian está enojado y herido por algo, y aunque no lo dijo, creo que algo pasó entre usted y el Rey Caspian. Él está enojado, usted tiene miedo, y ambos están heridos. Me doy cuenta de que no puedo esperar que me diga que pasó, pero creo que debería saber que ninguno puede seguir así. Ya ha afectado a la Reina Lucy. Pero lo más importante mi rey es que no puede seguir viviendo con miedo
Edmund había escuchado el discurso en silencio aturdido, pero las últimas palabras de Reep despertaron furia. Apretó los puños a los costados, luchando para mantenerse.
-Será mejor que te vayas Reepicheep
El ratón suspiró y se puso de pie.
-Muy bien su Majestad. Sé que se ha enfurecido pero siempre estaré aquí si me necesita