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Ángeles sin mañana por Hirra

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Notas del capitulo:

Holaaaaaaaaaaaaaaa 

Jjejejejeje lo se, no tengo perdon de dios...me tarde en actualizar, lo se, pero ya saben como es eso de entrar a la escuela, los tramites a la faculdad, ect. 

En fin, no me justifico...Por cierto, la ganadora del premio de adelanto, fue...

Michella-chan!!! Quien respondio desde el primer dia y le deje su recompensa desde ese mismo.

Durante un tiempo no regalare adelantos para asi mantener la "emoción" del fanfic.

Sin nada mas que decir, saludos, besos y apapachos jajajjaja que cursi me oí :p

 

 

TERCERA LLAMADA, TERCERA LLAMADA...COMENZAMOS XD

 

Episodio 5


Confesión sin sentido


-Pe...pequitas ¿Qué haces?

-Eh?- respondió Hiccup un poco desconcertado -¿Qué hago de qué? cuestionó mientras seguía haciendo su entretenida actividad.

 
-¿Cómo que qué?- refunfuño -Baja de ahí de una buena vez.

 
-Pero...


-¡Sólo bájate!


El castaño soltó un suspiro resignado y bajo del marco de la ventana, donde se encontraba dando vueltas, dio un paso hacia Jack y sonrió. El albino se limitó a responder el gesto y nuevamente, le llamo la atención al menor.

 
-Por los dioses -agregó -¿Qué hacías allá arriba trepado, pequitas?

 
-Dando vueltas -respondió con simpleza.


-¿Dando vueltas?- exclamó -¿Qué pasa si caías? Te recuerdos que estamos en un tercer piso.

 
-Y eso ¿qué?

 
-¿Cómo que eso qué? ¿Estas consiente de lo que es una caída desde un tercer piso?

 
-Si, lo estoy pero no puedo evitarlo...Me gustan las alturas.

 
-Aún así, no es normal, pequitas -Hiccup sólo lo miraba con ingenuidad como si no comprendiera el motivo de porqué estaba su salvador tan preocupado, Jack suspiro nuevamente -Casi me matas del susto ¿sabes?

 
-Lo...lo siento.

 
-Esta bien -agregó -Ya no importa, vámonos a casa, de repente me siento un poco cansado.

 
-¿Estas bien?

-Si, no es nada, sólo vámonos antes de que se de ocurra saltar por la ventana.

 
El castaño sólo atinó a reírse mientras el albino continuaba su caminata a la salida. Bajaron por las escaleras dirigiéndose a los pasillos del instituto, encontrándose en el camino, al par de amigas del mayor.


-Hey Jack ¿adonde vas?

 
-A casa, Mery.

 
-¿No piensas ir a clase de astronomía?- pregunto la rubia.

 
-No Rap, prefiero ir a casa y descansar un rato.

 
-¿Te sientes bien, viejo?- hablo Mérida mientras tocaba con la palma de la mano, la frente de su amigo.


-Si, de maravilla...ahora suéltame -respondió mientras retiraba la mano -Nos vemos luego chicas

 
-Espera, Jack.


-¿Qué sucede, Ranpunzel?- hablo cansado.

 
-¿Quien es ella?- dijo señalando la criatura que se encontraba a sus espaldas.

 
-¿Ah? Oh, Es Pequitas -exclamó mirando su retaguardia.


-¿Es tu novia?- comento la pelirroja.

 
-¿Qué? -exclamó -Claro que no.

 
Un grito emocionado salió de los labios de la rubia- ¡Es hermosa! -sin que nadie se diera cuenta en que momento había sucedido, Ranpunzel se encontraba sujetando las mejillas del menor, admirando todo su rostro -¡Sus ojos son hermosos, son mas oscuros que los míos pero aun así son muy bonitos...y mira tiene pecas y muchas! Ya veo porque te llama Pequitas ¡Oh por dios! ¡Eres adorable!


-¿Cuál es tu nombre?- cuestionó Mérida al castaño mientras retiraba las manos de su amiga.

 
-Hiccup- respondió con voz masculina, cosa que contrastó con su apariencia.

 
Ambas mujeres lo miraron sorprendidas


-¡Es un chico! -exclamaron al unísono.

 
-Claro ¿Qué pensaban tontas? - intervino Jack sujetando a Hiccup de los hombros -Y si me permiten, ya nos vamos -y así se fueron, dejando a dos muchachas confundidas y plasmadas por el asombro.

 

Caminaron largo rato en completo silencio, sin mencionar palabra alguna, solo se escuchaba el trinar de las aves que surcaban los cielos de vez en cuando. Jack no paraba de frotarse los ojos con pesadez, se podía sentir un aire tétrico sobre su cabeza. Finalmente a pocas cuadras de su casa explotó.


-¡Vaya que si pueden ser molestas esas dos cuando se lo proponen! - bramó el albino molesto gritando a los cuatro vientos -Sigo sin comprender porqué son mis amigas.

 
-Quizás porque son las únicas que soportan tu mal genio -una dulce risa resonó en el ambiente de parte de Hiccup-

 
-Gracias por tu gentileza, pequitas. Es un placer contar con tu amabilidad -respondió con sarcasmo.

 
-Lo se -contestó sonriendo.


Jack no pudo evitar quedarse inmóvil, completamente cautivado ante la belleza de aquella sonrisa sincera, a tal grado quedo hipnotizado, que no se dio cuenta cuando el castaño se acerco a su persona.


-¿Te encuentras bien, Jack? -habló logrando traer de regreso su alma inconsciente.

 
-¿Eh? Si, esta bien -respondió nervioso con un ligero sonrojo en sus mejillas-  No es nada.


-¿Seguro?  Estas rojo -se acerco aun más a su cuerpo quedando a unos cuantos centímetros del rostro ajeno.


-¿Qué haces? - dijo con un tono carmesí en sus mejillas.

 
-Cállate -respondió simplemente,  acercando su frente con la del mayor, sus respiraciones casi se mezclaban -No parece que tengas calentura pero estas muy frío ¿Seguro que te sientes bien?

 
-Lo estoy no te preocupes -afirmó mientras retiraba su rostro -Será mejor que nos apresuremos.

 
Hiccup sólo se limito a sonreír, de repente un fuerte viento soplo, ambos cerraron los ojos para evitar que algo se metiera en sus ojos; fue entonces cuando a la nariz de Jack le invadió un dulce olor a hierba, miro hacia enfrente encontrándose con una de la bellas imágenes que había visto.
Un atardecer de fondo un cielo levemente oscurecido a causa de la lluvia que se avecinaba y en medio de ese cuadro tan peculiar,  un joven de tez clara, cubierto de pecas, con un largo cabello sacudido por el viento, una extraña calma invadió su pecho.

 
-Pequitas -habló con voz dulce- ... ¿Te quedarías conmigo?


Aquellas palabras salieron sin que el lo pidiera, como un susurro que se lleva el viento, un verso desde el fondo del corazón...una confesión quizás indirecta.

 
-¿Eh? Lo siento ¿Qué dijiste?

 
-No, nada, olvídalo -suspiró -Vamos a casa.

 
El castaño asintió con la cabeza un tanto confundido, en su mente algo le decía que se había perdido algo importante.


Ya en la noche Jack se encontraba en su habitación entonando aquella melodía nostálgica, que siempre traía consigo recuerdos indeseables y en esta ocasión no fue la excepción.


De padre canela
nació un niño
blanco como el lomo
de un armiño,
con los ojos grises
en vez de aceituna --
niño albino de luna.
"¡Maldita su estampa!
este hijo es de un payo
y yo no me lo callo."
Luna quieres ser madre
y no encuentras querer
que te haga mujer.
Dime, luna de plata,
qué pretendes hacer
con un niño de piel.
a-ha-ha, a-ha-ha,
hijo de la luna.


Su voz resonaba con gentileza en el eco de su habitación, un canto ameno y la vez tan melancólico. “¿Cuándo fue, qué su vida se vio tan desesperadamente truncada?” pensó en sus adentros, luego cruzó a su mente lo ilógico que era eso “¿Para preguntarse algo a si mismo, si no se la respuesta?; soltó una risa burlesca, seguida de un bostezo peor que los de su padre, después recostó su cuerpo en la cama, dejándose llevar por el placentero sonido de la noche.
Pequeños fragmentos del día vivido trascurrieron vivamente en su cabeza, por desgracia no fue lo único que recordó.

 

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Sus cuerpos quedaron paralizados ante el miedo, un terror indescriptible se apoderó de sus pequeñas almas, al verse asombrados por lo que tenían justo delante de ellos.

 
Entre los edificios semi derrumbados del terrero, una mujer camina balanceándose de un lado a otro, su piel cercenada por el fuego y las explosiones, su ropa hecha trizas, al grado de cubrir sólo lo esencial y quizás ni eso; entre las fisuras de la tela, uno de los senos se asomaba, su apariencia era grotesca, ciertas zonas de carne y músculos se encontraban a la intermedie, mostrando ese característico color terracota a medio pudrir, no obstante, mas allá del cuerpo de la persona; lo que tenia aterrados a los niños, era la sonrisa que la mujer tenia, al sostener entre sus manos, una cabeza mutilada de un ser humano. La sangre aun brotaba del miembro, esa curva en sus labios tan maniática, una sonrisa sin luz, sin razón, al borde de la locura; de repente, la mujer giro brutalmente, observando a los chicos, extendiendo aun mas su risa.

 
El pequeño Jack miraba todo sin poder asimilarlo, la mano de Baxtel sobre la suya, lo hizo reaccionar, miro a su amigo; quien tenía un rostro aterrado y comprendió que debería de hacer algo, echo nuevamente un vistazo a la mujer, quien se acercaba a paso lento y en movimiento rápido, sujeto fuertemente la mano del menor y comenzó a correr.

 
-¡Vamos Baxtel! -vocifero -¡Corre!


Giro su cabeza hacia atrás, tratando de divisar si se encontraban a salvo, por infortunio, no fue así. A unos cuantos metros de ellos, se encontraba la mujer corriendo de forma torpe y desesperada, tropezando con sus propias extremidades, por alguna razón era sorprendentemente rápida, lo cual asustó aun más al albino, quien solo atinó a correr mar aprisa, sin soltar ni un momento la mano de su amigo.

 
Se mantuvieron así un par de kilómetros hasta que, sin previo aviso, la mujer desapareció. Se resguardaron en el inmueble mas cercano que encontraron, la noche comenzaba a amenazar con su llegada y con ella la oscuridad total.
Se sentaron en la esquina de una pared, la respiración de ambos era agitada, sus pequeños pechos subían y bajaban con brusquedad, un cansancio los invadió de repente, sus párpados de hicieron mas y mas pesados, lentamente comenzaron a sucumbir ante el sueño pero unos ruidos los hicieron ponerse alerta de nuevo.


Una risa y murmullos sin sentido se escuchaban claramente, demasiado claras para su gusto, un grito, que mas bien parecía el bramido de un animal agonizante, les hizo levantar la vista al techo, encontrándose con lo que mas temían.
Justo arriba de sus cabeza la mujer, de la que antiguamente huían, descendió de un solo brinco sobre sus cuerpos
-¡Hola cabezas! -grito antes de caer

 

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-Jack, despierta, Jack....¡Jack! -una voz preocupada lo hizo despertar, alejándolo de esos horribles recuerdos, el zangoloteo en sus hombros también ayudo pero mas que nada, aquella voz que le llamaba tan desesperadamente, fue lo que lo hizo volver.

 
Abrió sus párpados velozmente, encontrándose con aquellos ojos musgo que lo miraban angustiado.

 
-¿Qué pasa, pequitas? - preguntó algo adormilado -¿Estas bien?

 
-Eso debería preguntar yo ¿Qué demonios te pasó?

 
-No es nada...sólo fue una pesadilla -respondió tratando de restarle importancia al asunto -Un mal sueño, eso es todo.

 
-Pesadillas -menciono mientras se absorbía en sus pensamientos -Yo también las he tenido y mas en noches como estas -agregó viendo como la lluvia caía con fuerza, golpeando el cristal de la ventana.

 
-¿En noches cómo estas?- cuestionó confundido.

 
-Si, en noches así, no hago mas que recordar mi pasado

 
-¿Tu pasado?..¿Tiene algo que ver con el hecho de que tu cabello sea largo?
Hiccup miro a Jack con un dejé de tristeza, una lágrima comenzó a resbalar por sus mejillas, siendo atrapada por la gentil mano de Jack, que sujetaba la mejilla del menor con dulzura.

 
-Si...-susurró suavemente, para después recostarse en la cama de Jack, mientras este lo abrazaba por la espalda.

 
En medio de la noche, en aquella habitación oscura, con el sonido de la lluvia de fondo y la luna de confidente. Jack Frost conoció el pasado de su pequeño y pecoso protegido o por lo menos parte de el.

 

 

Notas finales:

Por fin sabremos parte del pasado de Hiccup!!!!! yeyyyyy jajajaja

Tengo derecho a jactearme de este capitulo...lo hice mas largo que de costumbre y eso si que es dificil para mí jajajajjaja

Que tal? Les gusto? 

Dejen sus comentarios, prometo contestarlos pronto jeje 

Hasta la proxima 

Byeeeeeeeeee


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