El moreno se despertó muy animado, era 14 de febrero y celebraría con su rubio como un rey, había trabajado por semanas para poder darle todos los detalles que sabía a su novio le gustaban.
Arreglo la sala, preparo la mesa, limpio toda su casa, ese día todo debía estar impecable, él y Kise no se veían hace varios días, por el trabajo y las clases, logrando no solo un Kise sumamente mañoso y sensible, sino que también un Aomine con un deseo sexual contenido por demasiados días.
Ya cerca de las 5 de la tarde, llamo a su novio, se suponía que terminando la última sección él se iría a su casa, para pasar esa noche como dios mandas, entre sabanas amándose.
6 llamadas y nada del rubio, el moreno se sentía un poco molesto, se suponía que su rubio y él se extrañaban, como era que ahora no le ponía ni la más mínima atención.
-Aominecchi…- por fin contestaba.- paso algo? Tengo más de 5 llamadas tuyas
-Claro que paso… me puedes decir dónde demonios estas?
-Perdón… Aominecchi somos novios pero no puedes hablarme así…
-Te hablo como se me da la gana Kise, soy tú novio y me dejaste plantado hoy, dime dónde estás y te iré a buscar en este instante.
-Aominecchi…cálmate, me iré en un par de horas a tú departamento, solo dame unos minutos…
-MINUTOS NADA! CON QUIEN ESTÁS KISE!
-Estoy cerca del centro comercial...-la voz del rubio se oía extraña de un segundo para otro, se oía cansada- …pero no vengas en tú moto por favor, no me estoy sintiendo muy bien en esté minuto.
Repentinamente todo el enojo que el moreno sentía por haber sido olvidado por su novio el día de San Valentín se esfumo.
-Kise que tienes? Qué ocurrió? Voy por ti ya mismo, debes descansar no andar caminando al sol…estaré haya en unos 15 minutos.
-Gracias Aominecchi
Apago la cocina, las velas, no guardo nada solo quería llegar y ver a su rubio, la verdad es que él modelo no tenía mala salud y si se estaba sintiendo mal, incluso para aceptarlo todo lo demás no importaba.
Cuando estuvo cerca noto a su rubio, con la cabeza entre las rodillas y respirando entrecortadamente, siendo sostenido por un moreno de ojos azules.
-Kise que tienes?- pregunto acercandose al rubio, haciendo un gesto para saludar a Kasamatsu- si te sentías mal debiste llamarme antes…
-Yo no me sentía mal… estábamos paseando con Kasamatsu-sempai, y me maree… en eso tú llamaste…
Algo en todo lo dicho por el modelo molesto realmente al moreno.
-Elegiste justo esté día para pasear con tú sempai?... lo elegiste en vez de pasar esta fecha conmigo?- nuevamente estaba molesto.
-Aomine…- se sintió mareado, teniendo que apoyarse en el cuerpo del moreno rápidamente.
-Oee no debes hablarle así- Kasamatsu trató de interponerse al notar la molestia del moreno.
-ESTA ES UNA DISCUSION MIA, CON MI NOVIO, TE AGRADECERÍA NO INVOLUCRARTE.- Dijo subiendo al rubio a un taxi, dejando a un pobre Kasamatsu con la palabra en la boca.
En el taxi no dijo nada, estaba molesta y el rubio aún no recuperaba el color en su rostro, se sentía fatal y no quería decirle al moreno aún el motivo de su malestar.
Subieron con cuidado, pero el moreno evitaba al máximo el contacto con su enamorado, hasta que entraron al departamento.
-Me puedes explicar que hacías con ese idiota justo hoy…
-No es un idiota, él es mi sempai y fue un compañero de equipo muy importante para mi…no debes, no puedes tratarlo así…
-Lo trato como se me da la gana, si el muy imbécil busca quitarme lo que es mío.
-lo que es tuyo? No soy un objeto…- entro enojado notando por fin los adornos y la mesa preparada, se notaba cacera, pero con mucho trabajo, estaban sus comidas favoritas justo sobre la mesa.- Aominecchi…. Nosotros celebramos algo el día de hoy?
-Como me puedes preguntar esto a mí y ahora Kise…- por primera vez en mucho tiempo el moreno sintió ganas de llorar.- … maldición Kise, cómo pudiste olvidar algo así de importante
-Aominecchi, por favor dime que tienes, que olvide, puedes reclamarme lo que quieras, pero no te lo guardes…
-Te olvidaste de mí, pero sales con tú sempai, hoy, hoy que es San Valentín…
-Aominecchi… que estás diciendo?
-Qué olvidaste San Valentín y me hiciste quedar como un idiota saliendo con tú sempai…
-Aominecchi hoy no es San Valentín, hoy es 13 de febrero.
-Y tú crees que soy idiota Kise, mira mi celular…- el rubio lo miro y luego saco el de él para pasárselo al moreno y confirmarle que la hora no estaba bien.
-No Kise, esto debe estar mal…- el rubio encendió la televisión.
-Aominecchi mira…- era verdad, no era 14, era 13.
-No, esto es una broma…- se sentía como un idiota, no le podía estar pasando esto, había preparado la cena que era para el día siguiente, se había puesto en ridículo, no solo ante el hombre que amaba, si no ante el sempai de este.- … yo no me siento bien Kise… me acostare… nos vemos otro días.-el moreno se encerró en su cuarto dejando a un preocupado y triste rubio en la mitad de la sala.
Cerca de las 9 de la noche y un Aomine menos avergonzado, abrió la puerta para ir a la sala llevándose la sorpresa de que él rubio no se había marchado si no que lo miraba cómodamente desde el sofá.
-Kise yo…
-feliz San Valentine… - el rubio se adelantó entregándole un sobre al moreno.
-Kise esto qué es?
-Solo velo…- el moreno abrió con cuidado el sobre, eran unos análisis, no entendió mucho hasta que leyó el nombre de cierto rubio y la palabra positivo en la misma hoja.
-tengo 1 mes y medio, creo que fue en la fiesta de navidad, yo sé que tal vez esto es mucho para ti, pero debía decírtelo… Sempai solo me acompaño, yo estaba asustado y…- no pudo terminar ya que fue rodeado por los brazos cálidos de un moreno.
- Perdón Kise, fui un idiota y arruine nuestro San Valentín, además te acuse de estarme engañando y siendo que debí ser yo quien fuera contigo por esto… debiste tener tanto miedo.
-Pero tú estás feliz?
-Kise, es lo más maravilloso que pudiste darme hoy… me diste algo tuyo para toda la vida…- se puso de rodillas apoyando su cabeza en el vientre del rubio.- hola bebe, soy papá…. Soy tú tonto papá que confundió el día de San Valentín, pero que te amara por siempre…- agrego besando el vientre aun plano de su amado.- Kise esto no es mucho, pero espero lo puedan aceptar…- una pequeña llave con una llavero que formaba medía casa.- yo quiero que vivas conmigo Kise, estoy más que listo...
El rubio se cubrió la boca, para luego sonreír y asentir suavemente ese sería el inicio del más difícil y hermoso desafío que podrían desear, esa noche se amaron sin pensar en nada, esa noche y de ahora en adelante solo serían ellos tres.