Maldición, maldición, como podía ser tan estúpido justo hoy, el pelirojo corría de un lado para otro tratando de terminar todo, pero le sería imposible.
Había llamado a Kuroko el día anterior diciendo que necesitaba hablar con él de forma urgente, que si podían juntarse para comer, recibiendo una respuesta preocupada de la pequeña sombra, dado que el tigre puso énfasis en la urgencia, tuvo que detener a su peliceleste ya que insistía que dada la urgencia lo mejor sería que se presentara de inmediato.
Cual fue el problema en todo el plan del tigre, Taiga cocinaba muy bien, tenía conocimiento de los sentimientos que la sombra mantenia por él, era la fecha más romántica de todo el año, todo era perfecto, excepto cierto problema que recurrentemente cuando el pelirojo intentaba dormir y los nervios no se lo permitían, finalmente se había dormido cerca de las 8 de la mañana despertándose casi al medio día, provocando toda la maldita crisis que estaba ocurriendo.
Cerca de la 1 toda su cocina es un caos, pero la verdad que podía hacer, tenía solo una hora para poder terminar todo, decorar el pastel, terminar la comida, preparar el regalo, orden la sala y la habitación y arreglarse, en definitiva había arruinado el San Valentín de sorpresa.
Necesitaba ayuda y al único que podía recurrir sería a él.
-hi tiger
-Tatsuya puedes venir es urgente.
-espera estas bien? Qué ocurre?
-Si… es solo que necesito ayuda…
-Voy…. Dame 15 minutos.
Las cosas con su hermano no habían mejorado mucho, de alguna forma, como un silencioso acuerdo ambos habían vuelto a tratarse de manera fraterna, Kagami miro los anillos que descansaban sobre su mesita de noche, la verdad es que no era el día más óptimo para hablar, pero no sabía a quién más recurrir por ayuda.
El moreno entro al departamento notando todo el desastre.
-Tiger, que pasó?
-Hoy le pediré matrimonio a Kuroko, pero me puse nervioso y tú sabes que me pasa cuando estoy nervioso, luego trate de arreglar todo y no avanzó nada… lo que significa que ya arruine el San Valentín, arruiné nuestro matrimonio, arruinaré nuestra casa y nuestra comida, terminaré arruinando a nuestros hijos y yo no podría arruinar la vida de Tetsuya y… y
-Tiger Stop! Hermano cálmate, dúchate y prepárate; terminare el pastel y la comida…. Luego arreglaremos la sala…ve- el de ojos rojos sintió su corazón llenarse de alegría, lo había llamado hermano, quizás fue por descuido, pero aun así se sintió pleno.
Media hora más tarde Tatsuya terminaba de poner los rosetones celestes de azúcar que había preparado con la crema que su hermano había dejado a la mano, la verdad es que compartir con cocineros a lo largo de su vida había sido un beneficio para él justo en ese minuto.
Puso el pastel en la mesa había puesto las iniciales del tigre y la sombra para poder decorar el pastel, prefirió arriesgarse y no preguntarle al más alto, su hermano en cualquier minuto colapsaría, encendió las velas con olor a lavanda, ya tenía casi todo listo, la verdad es que el tigre tenía casi todo listo, pero lo más probable es que sus mismos nervios le hicieran perder la razón.
-Tatsuya… esto es… esta… gracias hermano- sonrió acercándose al de ojos negros, llevaba un traje blanco, con una camisa negra, sin corbata y abierta en el cuello, su hermano pediría matrimonio ese día y si no se arreglaban él no podría estar presente, en ese minuto el corazón del moreno latió desbocado, extrañaba a su hermano, lo extrañaba tanto, dejo sus lágrimas caer- Tatsuya que te ocurre?
-Yo… no sabes cuánto te extrañe hermano.- se abrazaron, Taiga rodeo con sus brazos al más bajo.
-Te necesitaba a mi lado… no sabes la falta que me hizo tu presencia…saber que estamos tan cerca y que no nos pudiéramos ver, que no pudiéramos jugar un partido como antes…- el tigre le entrego el anillo nuevamente, y seco las lágrimas que corrían por sus mejillas.
Ninguno noto cierta persona parada en la puerta, la pequeña sombra había presenciado la escena como un intruso, miro todo las velas, la atmósfera, se sintió engañado, llevaban meses de relación con el tigre y jamás sintió la atmósfera que en eso minuto presenciaba, era algo tan puro, tan real, tan de ellos, tan privado, él no tenía algo asi, ni menos vivió una escena con su novio como esa.
El moreno alzó la vista divisando a su cuñado en la puerta con el rostro desencajado, dejando las lágrimas caer.
-Kuroko… no es lo que crees…- se aventuró el pelinegro
-Himuro-kun…. Kagami-kun…. Como pudieron.- se giró para salir corriendo y alejarse del lugar lo más rápido que sus piernas le ermitieron.
El tigre no reacciono, ahora sí que todo se fue al carajo, se dejó caer pesadamente sobre uno de los sofás.
-Taiga, no iras a buscarlo?
-…..-
-Taiga maldición reacciona…- grito dándole un golpe de lleno en la mandíbula.- vamos hermano, que mi cuñado se fue muy molesto.
Luego de media hora y con el cuerpo agotado de tanto correr, tanto Himuro como Kagami se miraron frustrados, pero algo ilumino al moreno quien corrió hacia las canchas donde meses atrás se habían reunido todos ellos a jugar un partido.
-Kuroko…- jadeaba el pelinegro- … no debiste… huir… déjame te explique no es lo que tú crees.
La sombra lo miro con los ojos enrojecidos.- Te escucho Himuro-kun
-Taiga me llamo para que lo ayudara, él quería darte una sorpresa, pero las cosas se le salieron de las manos y pensó que lo arruinaría por eso me llamo a mi… luego cuando me llamo hermano… yo no pude evitar abrazarlo… he estado solo… y yo…
-Himuro-kun… te creo- ambos sonrieron; la llegada del tigre y la mirada de amabilidad entregada por ambos le hizo saber que todo estaría bien.
Volvieron al departamento juntos, los chicos para la celebrar el tan esperado día e Himuro para recoger sus cosas.
-Tatsuya… disculpa te llame y no pensé que pudieras tener planes… quizás estas saliendo con alguien…- el pelinegro negó.
-Yo… digamos que fui rechazado hace unos días, pero no se preocupen estaré bien… solucionen esto… y Tiger, felicidades!
La pequeña sombra no pudo evitar sentirse confundida antes las palabras del moreno, miro la decoración y la comida que a pesar de estar fría se veía deliciosa.
-Kagami-kun….
-Kuroko Tetsuya…- se puso de rodillas.- sé que soy un idiota y que solo puedo jugar y cocinar bien…. Pero me harías el honor de ser mi esposo?- abrió una pequeña cajita de color celeste con dos bellas alianzas, con un suave luz y sombra escrito, esperaban la respuesta del pequeño.
-Kagami-kun… Taiga-kun- se lanzó a sus brazos besándolo suavemente.
Ese era su mejor San Valentín el primero de muchos.