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... Pero nunca lo sabras... por Rin Bunny

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Notas del capitulo:

DISCULPEN LA DEMORA...

Se que no tengo perdon T-T a capitulos finales y yo demorandolo... lo siento de verdad...

Bueno les dejo e siguiente cap. espero que les guste y disculpen las incoherencias del texto ^_^

 “Hola ¿cómo te llamas?” – Dijo aquel chico de sonrisa resplandeciente –

 

“H-hola soy… me llamo Heo Young Saeng” – se presentó el chico nuevo, observando aquel muchacho frente suyo –

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“Hey Saeng, ven aquí” – lo llamo – “tú debes ayudarme con la última lección, eres bueno en la notas altas y bajas, no como yo” – dijo juntando las manos a la altura de su rostro y haciendo un puchero, el cual saco una sonrisa del otro – “¿puedo ir hoy a tu casa para practicar?”

 

“Porque pides permiso si al final iras te invite o no” – le contesto con una sonrisa burlona en el rostro y con una mano sobre la cabeza de su amigo – “hoy a las 4:30, si no estás a esa hora practicaras solo” – dijo antes de removerlo los cabellos y marcharse –

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“¿Por qué nunca me contaste que te molestaban de esa forma?” – Dijo irritado, viendo a su amigo con la cabeza gacha y sin las intenciones de verlo a la cara – “¿Por qué no me lo dijiste? Pude hacer algo como esto antes, yo…” – fue  interrumpido por el otro –

 

“Soy tu hyung Jung Min, tengo que ser yo quien arregle mis asunto y no esperar que todo el mundo se encargue de arreglar mi vida, soy lo suficientemente mayor como para saber lo que está bien o mal, pero no tengo el valor de enfrentar las cosas, no la tengo” – su voz iba disminuyendo poco a poco, el haber sido defendido por su dongsaeng era algo vergonzoso para su ego, para el poco que aún conservaba, ser humillado, maltratado, golpeado y muchas cosas más por sus compañeros, aquellos que un día llamo amigos, no era algo que hubiera deseado que el menor supiera, pero lo había visto y actuado… ahora no sabía cómo portarse frente a ese chico, está realmente avergonzado, no por los insultos que pudo escuchar que le decían, sino porque siendo mayor que él no pudo hacer más que solo escuchar, observar y colocarse detrás de él mientras era defendido por ese chico hiperactivo que se volvió el único amigo verdadero que ha podido tener.

Jung Min lo rodeo con sus brazos y lo apego a él, sintiendo como el cuerpo contrario se tensaba, pero a los minutos se relajaba y comenzaba a llorar. Min lo abrazo más fuerte permitiendo que su hyung se desahogara de toda la frustración que llevaba sobre sus hombros.

 
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“Saeng hyung, me gusta un miembro de esta casa”

 

“Young Saeng hyung quiero que me ayudes a conquistar el corazón de la persona de la que enamore, quiero que me ayudes a acercarme más a él, saber que le gusta  que no… y si podría tener una oportunidad con él.”

 

“Estoy enamorado y creo que amo a Kim Hyun Joong”

 
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“Young Saeng y yo somos pareja” – fue lo que el líder les dijo, Jung Min se quedó atónito ante esas palabras, no sabía cómo reaccionar, no quería creerlas, solo supo que su corazón se rompía y que la amistad que tanto había cuidado y respetado había sido rota por aquel a quien considero un hermano – “Saeng y yo somos esa clase de pareja y esperamos que nos apoyen”

 
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“¿Por qué? ¿Dime por qué me has hecho esto?” – dijo el castaño con enojo y con lágrimas a punto de salir. Hace 2 noches le dieron la peor noticia del mundo, se sintió morir. Como un robot solo dijo a la nueva pareja un “Felicidades a los dos” y se marchó a su habitación, sin ver atrás, sin ver los rostros dolidos y preocupados de aquellos dos que lo estaban dañando. –

 

“¿DIME POR QUE MALDITASEA, DIME POR QUE?” – ya no podía más, las lágrimas caían de sus ojos como un aguacero. Su hermano lo había traicionado, le había arrebatado de sus manos el amor de la persona que tanto amaba –

 

“Lo siento Min, por favor perdóname” – dijo el chico frente a él, sin poder mirarlo a los ojos – “Yo... Yo de verdad lo siento, por fav…” - al levantar el rostro para poder ver a los ojos a su “amigo” y disculparse, su rostro giró y sintió su mejilla arder.

 

“Nunca, nunca pensé que me traicionarías de esta manera” – dijo con odio en su voz y su mirada – “Amigos, si como no. Vete al demonio Heo, vete al carajo”

 

“Perdóname por favor, perdóname Jung Min” – su voz era débil, pero sincera – “Yo… yo me…” – dijo con el rostro cabizbajo –

 

“No quiero saber nada. Te odio Heo Young Saeng, TE ODIO” – dijo antes de girarse y marcharse de aquel parque en el que él mayor le había pedido encontrarse. Dejando a un joven con lágrimas en los ojos y susurrando un

“Perdóname por favor, perdóname por no poderte decir la verdad, por engañarte y lastimarte”

 
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“Así que, el novio de nuestro líder quiero exigirnos cosas que no debe… tú no tienes ningún derecho” – decía un Park con sarcasmo y molesto junto a la puerta –

“Jung Min por favor, Hyun llamo diciendo que el manager quiere hablar con todos nosotros, que nadie saliera… tenemos que estar todos para cuando ellos lleguen”

 

“Si quieren hablar conmigo que lo hagan cuando vuelva, tengo cosas más importantes por hacer en mi día libre a quedarme todo el día junto a un traidor” – dijo antes de cerrar de golpe la puerta tras él –

 

“¿Qué paso Saeng hyung? ¿Quién cerro de esa manera la puerta?” – preguntaba un Jun recién despertado y alarmado por la violencia con que la puerta fue cerrada.

 

“Fue sin querer Jun, fui yo quien uso mucha fuerza al cerrarla” – dijo viendo la puerta cerrada frente a él.

 

“Oh, ten más cuidado la próxima hyung” – dijo el baby sin darle importancia y sin haber oído la discusión anterior –

 

“Si Jun, lo tendré” – dijo dándose la vuelta y dirigiéndose al cuarto de baño, sin que el menor del grupo note las lágrimas sobre su rostro –

 
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“Jung Min-ah espero que algún día me perdones de verdad… lo siento tanto, pero es que yo… yo también lo amo, me enamore de él sin querer y al final termine haciendo daño a la persona que me pidió ayuda… Perdóname por favor, perdóname”

 

“Felicidades Young Saeng hyung, felicidades… espero que sea feliz siempre… aunque yo este muriendo día a día, espero que tú seas feliz”

 

 
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Todo era blanco, había silencio en aquel lugar, lo llenaba de una paz infinita. Era como estar en el paraíso, sin problemas, sin preocupaciones, sin dolores… todo era tranquilidad, serenidad, paz, descanso a un alma y corazón heridos.

 

Esta vez, estaba sobre un campo de arbustos altos, al caminar por ellos sentía la suavidad de su contextura, el viento soplando en su dirección haciendo que los mechones largos de su cabello se mueva al compás de estas. A sus sentidos llegaba el fresco olor a campo, haciendo que todo su ser, sintiera un estremecimiento agradable.  

Escucho un susurró y fue cuando abrió los ojos, no se había dado cuenta que los había cerrado, busco a su alrededor y no encontró a nadie, volvió a escuchar esa voz, esa voz que hace muchas noches lo llamaba.

Sí, no era la primera vez que estaba en ese mismo escenario, al comienzo era solo eso, otros se encontraba junto a un arroyo, en otros junto a un árbol, a veces recostado sobre el pasto, otras junto aquel árbol de Sakura observando el cielo azul. Siempre en distintos lugares, haciendo distintas cosas y escuchando aquel susurro, lo llamaban, pero nunca podía ubicar el lugar de procedencia, era como si el viento llevara las palabras de alguien que no se encontraba en ese lugar.

En un principio intento encontrar la fuente de esa voz, que siempre era la misma, era un susurro y palabras cortas e inentendibles, pero podía sentir que estaban llenas de sentimiento, solo su nombre era claro.

 

Pero esta vez era distinta, no era el susurro que siempre escuchaba, era más fuerte que lo normal. Por eso buscaba con la cabeza a la fuente de la voz.

A lo lejos, bajo el árbol de Sakura, aquel que no dejaba caer nunca ni una de sus flores a pesar de los fuertes vientos a su alrededor, pudo ver una silueta, una silueta que lo llamaba con el pensamiento.

 

Se extrañó al ver a alguien más en ese lugar, pero sin dudarlo se acercó a aquella persona. Cuando estaba a punto de llegar al árbol, pudo ver que se trataba de un hombre quien le daba la espalda, estiro la mano para tomar su hombre, pero este desapareció… como si fuera espuma entre sus manos, la figura se borró.

 

Todo se volvió oscuro y cuando volvió abrir sus ojos estaba recostado bajo aquel árbol, el cual dejaba caer por primera vez sus flores. Se quedó observando aquella escena, como si fuera la primera vez que viera caer flores de sakura, se sentía cómodo, relajado.

Cerro lo ojos porque un rayo del sol le llego, fue cuando sintió por primera vez la mano que acariciaba sus cabellos y en vez de sentir miedo, sintió paz, tranquilidad, supo entonces que era esa persona quien le brindaba esas emociones, esas sensaciones. Se dejó hacer, no dijo nada, dejo que la mano peine sus cabellos y que la otra rodeara su cuerpo.

 

Esa sensación nunca antes la había sentido, se sentía seguro, protegido… amado. Cuando la mano dejo de acariciarlo protesto, escuchando una pequeña risa tras suyo, abrió los ojos… esa risa, la había escuchado antes, pero no recordaba donde. Hizo el intento de levantarse y girar, pero no se le fue permitido.

“No lo hagas” – le dijo aquella voz, sabía que la había escucha, pero no recordaba en quien – “Permite que me quede así un poco más por favor” – y sin protestar se volvió a poyar en aquel pecho que le brinda un calor agradable –

 

Se mantuvieron así por un largo rato, aquel chico peinando y acomodando con una mano el cabello de Jung Min cuando el viento osaba moverlos, mientras que la otra estaba entrelazada con los dedos de aquel chico recostado sobre él y la otra sobre la mano de ambos. Era un agarre fuerte, pero delicado, era como si ninguno quisiera alejarse y mucho menos separarse del otro. Jung Min sabía que conocía a esa persona, pero por más que intentara relacionar su voz con la de sus conocidos, no daba con el dueño.

 

“Las flores caen, el árbol muere” – dijo aquel chico tomando una flor que cayo junto a él y poniéndolo en el cabello de Min – “Sabes, a mí siempre me gustaron las Sakuras, siempre quise tener uno en casa, mamá una vez compro uno, pero murió mucho antes que pudiera ser más alto que mi padre” – soltó un suspiro –

“Me gustan tanto como tú” – dijo y Min abrió los ojos sorprendido, sintiendo como su corazón, el cual sentía muerto, recobraba la vida y palpitaba con fuerza, por inercia llevo su mano libre a su pecho, donde se ubicaba aquel órgano – “Siempre me gustaste Jung Min, siempre… pero nunca te lo dije por muchos motivos… espero que me puedas perdonar por mentirte y hacerte daño, por lastimarte y provocar lágrimas y dolor en tu corazón”  - dijo colocando su mano sobre la mano que Jung Min tenía en su pecho – “Nunca pude decir cuánto te amaba, no por miedo, sino para evitarte un sufrimiento mayor”

Jung Min abrió su boca para decir algo, pero fue interrumpido antes que pudiera decir algo

“Min, TE AMO, yo… Te Amo” Jung Min hizo el ademan de querer levantarse, pero no se lo permitió, colocando ambos brazos a su alrededor, uno sobre su pecho y otro sobre su vientre, apegándolo mas a él y poniendo su cabeza sobre su hombre, sin mostrar su rostro.

 

Min pudo ver sobre su hombro una cabeza con cabellos negros, los cuales se veían lisos y suaves, estiro la mano y lo comprobó, eran lisos y suaves, como lo había pensado. Cuando puso su mano sobre la cabeza de aquel hombre pudo notar como se tensaba, pero mientras le iba acariciando la cabeza, el cuerpo se relajaba.

 

“Qui… ¿quién eres?” – pregunto Min queriendo saber el nombre de aquel que le profesaba amor – “Dime quien eres, sé que te conozco, pero no puedo recordar de donde”

El joven misterioso levanto la cabeza, impidiendo nuevamente que vea su rostro “Soy alguien importante en tu vida, alguien quien te quiere. Soy una persona que te ama más que a nada, quien daría su vida por tu bien, por tu felicidad, pero…”

 

“¿Pero qué?…” – pregunto con un poco de desesperación, las palabras de ese chico ya no tenían esa tranquilidad en ellas, ahora sonaban tristes, como si decirlas le doliera ¿Por qué?

 

“Es hora que me vaya, me iré a un lugar muy lejano Jung Min, aun lugar en el cual no podré volverte a ver, a abrazarte, ni a tocarte” – sintió como aquellos brazos iban rompiendo aquel abrazo que tenía sobre su cuerpo, quien por inercia levanto las manos y las sostuvo, no quería que se marchara, no quería que lo dejara, no quería perderlo – “A… ¿a dónde iras? ¿Puedo seguirte? no me dejes…”

“No Min, no puedes seguirme, yo me iré y tu tendrás que quedarte” – hubo un pequeño silencia, cuando dijo – “Te amo tanto que he hecho cosas que no tienen perdón, te amo tanto que preferí dañarte y mentirte antes de matarte en vida, te amo tanto… Pero nunca lo sabrás… nunca sabrás cuanto te amo, porque no hay manera de medir mi amor, solo con la muerte… una muerte de la cual no puedo escapar…” – sin entender, sin saber el porqué de sus palabras Jung Min lloro, sintió que su corazón vivo volvía a morir con aquellas palabras, por miedo a perderlo presiono más sus manos sobre aquellos brazos que le brindaban un calor agradable, que le brindaban amor puro –

 

“No me dejes” – dijo llorando – “No me dejes por favor”

 

“Lo siento… perdóname por favor, perdóname por todo el daño que te he causado” – Min sabía que estaba llorando, su voz era temblorosa y ronca – “Perdona por todo el daño que te he causado, perdóname por favor”

 

Y empezó a soltarse, Jung Min no quería que esos brazos lo dejaran, no dejaría que esa persona lo dejara, no dejaría que se marchara. Pero aquellos brazos empezaron a desaparecer como lo habían hecho momentos antes, como espuma en sus manos. Escucho un “Te Amo” antes de poder voltear y ver que tras de él, solo estaba el tronco del árbol.

Se levantó abruptamente buscando con la mirada la presencia de aquella persona, lo busco a los alrededores, por el campo, pero no estaba, no había nadie. Se dejó caer sobre sus rodillas llorando junto al árbol de Sakura, el cual estaba casi sin flores.

Levanto la mirada, pero quedo cegado por los rayos del sol que se reflejaron sobre su rostro, al tratar de abrir los ojos, vio aquel joven frente a él, lo vio entre sobras ya que los rayos del sol que le llegaban directo a sus ojos le impedían que pueda ver su rostro. Iba a pedirle que se quedara cuando sintió unos labios sobre los suyos, por inercia cerro los ojos y disfruto de aquel contacto. Fue un beso corto, pero en el cual se relejaba ternura, amor… cuando se separado, pudo ver que aquel chico se ponía de pie y fue cuando Jung Min comprendió que no podía obligarlo a quedarse. Se puso de pie tras él y por instinto lo abrazo por la espalda diciendo “Gracias… gracias por amarme, aunque nunca sepa quién eres, gracias por amarme… yo, yo también te a”

 

“NO”  - fue interrumpido antes que pueda terminar – “No digas algo que no estás seguro, no me confundas, puede que me tengas cariño o sientas lo mismo que yo, pero prefiero no saberlo de tu boca… por favor, no lo digas. Me tengo que ir”

 

Jung Min aflojo sus brazos, pero no lo soltó, sabía que sería egoísta pero dijo “GRACIAS POR AMARME… HYUN”  no supo porque, pero tuvo que decir aquello último, aun no reconocía esa voz, pero sabía que la conocía, que conocía a esa persona a la cual no podía ponerle rostro, pero si nombre.  

Cuando lo soltó vio como esa persona empezó a caminar alejándose de él, se detuvo a unos pasos de él y giro, pero nuevamente los rayos del sol le impedían ver el rostro de ese joven “Te Amo… Pero nunca lo sabrás… eso es lo mejor”

 

Min dio unos pasos y pudo ver una sonrisa, una sonrisa la cual reconocería donde sea, esa sonrisa que siempre le gusto, aquella sonrisa que cuando se la dirigían a él sentía que podía alcanzar sus metas, sus sueños y enfrentar todos los obstáculos que la vida le diera. Dio dos pasos más y pudo ver el rostro de aquel joven frente a él “Tú eres… tú eres”


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