POV’S SASUKE
¿Cómo se había atrevido ese chico a gritarme enfrente de todos? Obviamente me enfadé mucho con él, me había dejado en vergüenza, él no era nadie y se lo demostraría, al fin y al cabo solo era un trabajador mío y había notado que le asustaba perder el empleo.
Últimamente todo me estaba saliendo mal, desde que me enteré del engaño de Sakura con Kabuto me molesté mucho, aún más con Gaara, ese chico sabía sobre todo y nunca me dijo nada.
La verdad es que nunca supe si yo amaba a Kabuto de verdad, mis padres no me habían permitido tenerle como novio y por un capricho yo me empeñé en seguir a su lado. Aunque sabía muy bien que Kabuto solo me quería por mi físico, me mentalicé muchas veces que le quería y amaba, al paso del tiempo fui creyendo mi mentira y el engaño de ellos dos me lastimó demasiado.
Sabía que Gaara no tenía la culpa, pero yo era muy impulsivo y no podía soportar que él también me engañara, le empecé a tratar indiferente al principio, pero después le traté peor porque cada vez que le veía recordaba ese maldito engaño.
Cuando Naruto salió me enojé tanto que tiré todo lo de cristal al suelo y me di unas cuantas cortadas en mis manos, Sakura me dijo que me calmara y que saliéramos al hospital para que me atendieran las heridas, sin embargo me negué, él único que tenía la obligación de curar mis heridas era Naruto.
Estaba a punto de salir cuando Sai me paró, estaba un poco enojado por mi actitud, él siempre había apoyado a ese chico, sin embargo Gaara siempre se apartaba.
- Sasuke, te pasaste ¿no lo crees? –Me dijo tomándome del brazo- No es necesario que humillaras al chico en frente de todos.
- ¿Humillado él? El único humillado fui yo, ¿no viste lo que me hizo Naruto?
- Tú provocaste eso, Sasuke. Ahora deja de hacerte el orgulloso porque no te queda y lárgate al hospital, que Naruto no tiene por qué desgastarse en ti.
- S… Sai ¿pero qué dices? –Sai siempre había sido un chico tan calmado y sonriente, jamás me había levantado la voz y mucho menos por cosas insignificantes, había hecho cosas peores-.
- No, Naruto es el único que tiene que curar las heridas que tengo en mis manos –Le dije enojado-.
- Te equivocas, Sasuke. Espero y Naruto también pueda curarte tus otras heridas.
- ¿Cuáles? –Dije extrañado-.
- Las del corazón, Sasuke, las de tu pasado –Me dijo soltándome y marchándose-.
Me quedé ahí por unos cuantos segundos pensando lo que me había dicho, ¿y si Naruto lo pudiese hacer? Mi pasado había sido completamente horrible, mi familia se empeñó en entrenarme para ser presidente de las empresas Kurama, nunca tuve la oportunidad de abrirme, no importaba, ahora mi único objetivo era ser el presidente y junto con Sakura ser los más ricos de Japón y del mundo, bueno, solo los más ricos del mundo porque de Japón ya lo era con las empresas que tenía.
De un momento a otro las empresas pasaron de Minato Namikaze a mí y no sabía por qué pero la verdad no me interesaba, esos asuntos eran de mis padres.
Regresé a mi habitación y ya no soportaba más el dolor de mis manos por las cortadas que los cristales me habían provocado, pero mi orgullo estaba antes que yo, tenía que esperar a Naruto, él fue el responsable y él me sanaría esas heridas.
Espere algo de tiempo, estaba a punto de desistir pero cada vez que me paraba para ir al hospital había algo que me decía que me quedase sentado, tal vez era mi soberbia. Escuché unos pasos en frente de mi puerta y deseé con todo mi corazón que fuera Naruto porque ya no aguantaba más.
Él entró y yo sólo lo miré serio porque él también lo estaba. Pasó de mí y fue al sanitario, salió después de unos cuantos minutos y yo ya estaba desesperado. Cuando salió fui caminando hacia él rápidamente y le di una bofetada para desquitar mi coraje, fue una bofetada tan fuerte que lo aventé al piso, quería levantarle pero no podía hacerlo, se lo merecía por dejarme en vergüenza.
Sin embargo a él poco le importó al notar que tenía sangre en la mejilla que yo le había dejado por las heridas en mis manos, se levantó muy rápido con rostro de preocupación y yo desvié la mirada cuando tomó mis manos.
- ¿Qué te pasó? –Me dijo asustado y preocupado-.
- Fue tu culpa –Le dije sin mirarlo-.
- ¿Mi culpa? ¿Por qué no fuiste al hospital? –Me dijo tratando de verme el rostro-.
- Porque eres tú el culpable de mis heridas, así que tú debes curarlas –Le dije volteando a ver al dobe-.
- No sabía que podías ser tan teme –Me dijo tomándome de la muñeca levemente y llevándome hacia la cama, para después tomar un botiquín-.
- ¿Qué haces? –Le dije extrañado-.
- Eres tan teme que si yo no te curo, eres capaz de soportar el dolor hasta que lo haga –Me dijo lavando mis manos en un topper de plástico, para después aplicar un ungüento antibacteriano y vendarme las heridas presionando un poco para que dejasen de sangrar-.
- No era necesario que hicieras algo –Dije sonrojado, a cada momento me contradecía en lo que decía-.
- Quién te entiende, que molesto –Me dijo haciendo un puchero que me causó gracia-. Cuando sonríes eres una persona totalmente diferente, deberías sonreír más seguido, pero con una sonrisa sincera y de buenos sentimientos, no con una que inspira miedo.
- Tú no lo entiendes –Dije recordando que yo jamás había tenido verdaderos motivos para sonreír-.
- Pues quiero hacerlo, eres un buen chico como para desperdiciar tu vida alejando a todos de ti, eso me molesta demasiado.
- Tú no sabes porque los alejo –Dije enojándome un poco-.
- No y no creo que sea mi asunto saberlo, pero espero y cambies, verás que la vida es muy bonita y hay mucha gente buena que nunca te traicionaría.
- ¿Tú no lo harías?
- Yo jamás lo haría –Me dijo sonriendo-, siempre estaré a tu… -Dijo sin terminar, cortó la voz y se quedó muy serio-.
- ¿Qué pasa? –Le dije extrañado-.
- Hay que dormir, ya es tarde –Me dijo caminando hacia su lugar en la cama-.
- ¿Me abandonarás, verdad? ¿Me dejarás y los sabes? –Le dije enojado-.
- No es eso, es sólo que… -Me dijo otra vez sin acabar-.
- ¿Por qué no acabas tus frases? ¿Escondes algo? –Le dije sobresaltado-.
- ¡Tú no entenderías! –Me dijo gritando-.
- ¿¡Entender qué!? ¿O es que acaso Kabuto no mentía? –Le dije completamente enojado-.
- ¡Pues tal vez no! –Me dijo aunque no lo creí-.
- Ni siquiera sabes lo que me dijo –Dije recordando que Naruto no había escuchado nuestra conversación y yo jamás le había contado nada-.
- Pero… -Me dijo antes de reaccionar, como si hubiese recordado algo-, iré a otra habitación, a mí no me preocupa que no sea lujosa –Me dijo yéndose mientras yo le gritaba que regresara pero no me hizo caso-.
Estaba seguro que ocultaba algo, pero no sabía qué. Tal vez era cierto que me quería quitar el puesto de presidente, pero Naruto no se veía como un chico ambicioso, aunque no podía confiar en nadie, Kabuto también supo fingir más que bien.
Esa noche traté de dormir pero no pude, así que decidí marcarle otra vez a mi hermano Itachi, esperaba que esta vez sí contestara, aunque yo decía que le odiaba, me gustaba platicar con él sobre lo que me pasaba porque él sabía comprenderme y yo podía tener confianza con él más que con cualquier otra persona, estaba Sai pero él era menor que yo y no podía contarle mis cosas porque no era tan maduro como Itachi.
Le marqué como siempre a su celular y esta vez sí contestó alguien, pero no era mi hermano.
- ¿Sí? –Dijo una voz grave pero a la vez dulce-.
- ¿Con quién hablo? –Dije amablemente-.
- ¿Con quién desea hablar? –Dijo amablemente también-.
- Primero conteste mi pregunta –Dije todavía amable-.
- Primero contesta tú –Dijo también con una voz amable-.
- ¿Y por qué no quieres contestar primero tú? –Dije un poco molesto-.
- Porque no me contestas tú primero –Dijo poniéndose serio-.
- Pero yo no te contesto porque tú no me contestas –Dije enojándome más-.
- Pero si tú me contestaras yo te contestaría –Me dijo enojado-.
- Entonces también sería así conmigo, si tú me contestas yo te contesto –Dije alzando levemente la voz-.
- No, mejor tú contesta primero –Dijo alzando también la voz un poco-.
- No, tú contesta primero –Dije empezando a molestarme-.
- ¡No! Tú contesta primero –Me dijo gritando-.
- ¡No, tú contesta primero! –Le dije gritando y así estuvimos como diez minutos más hasta que escuché una segunda voz-.
- Deidara, ¿por qué estás gritando en el teléfono, amor? –Dijo una voz, era la voz de Itachi, quería decirle que me lo pasara pero no pude evitar dar por declarada mi victoria-.
- Así que Deidara, ¡ja!, te he ganado –Le dije con una sonrisa de lado-.
- Maldito –Me dijo entre dientes-, ahora dime tu nombre.
- Sasuke, Sasuke Uchiha –Dije sonriendo-.
- ¿Eh? Itachi –Dijo hablándole a la otra voz-, tu hermano te habla, ¿le cuelgo? –Dijo como si yo no estuviese escuchando-.
- Deidara, ya te ha de haber escuchado, trae el teléfono –Dijo tranquilamente-.
- Bah, es un baka –Dijo Deidara suspirando-. Te paso a tu hermano.
- Claro, dobe –Dije riendo y escuché un “Tsk” de parte de Deidara-.
- ¿Sasuke? –Dijo mi hermano al otro lado del teléfono-.
- ¿Por qué siempre me cuelgas o no me contestas? –Dije intentando no llorar, hace años que no escuchaba su voz-.
- Sasuke, escucha bien lo que te diré. Papá me tiene amenazado para que no contacte contigo.
- Imposible –Dije incrédulo y con una lágrimas silenciosas sobre mis mejillas-.
- Papá se ha convertido en otra persona por el dinero, dinero, dinero, dinero –No pudo seguir hablando conmigo porque el teléfono se empezó a trabar-.
- ¡Itachi! ¡Itachi! ¿Me escuchas? –Dije intentando hablarle pero no recibí respuesta alguna, así que colgué el teléfono aun intrigado por lo que dijo mi hermano.
Yo investigaría a fondo este tema, no me importaba cuanto tiempo me tomaría pero lo lograría, así que me recosté pensando más sobre esta situación.
FIN POV’S SASUKE