Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Punto de quiebre por malugr

[Reviews - 172]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Todo en mi cabeza era caos...

En mi mano ardía el cuchillo y y mi pecho se estremecía al recordar el tacto de Sebastián... Fuimos nuestros por completo en ese efímero momento y me lo arrebataron, me lo arrebató una noche de estupidez. Me tambaleaba tratando de correr mientras pensaba en lo diferente que hubiesen sido las cosas si ese día me hubiera quedado en casa con Sebastián, si hubiera desechado esos malditos pensamientos absurdos que me llevaron a querer huir de él.

¿huir de él? Como si esa mierda fuera posible. Sebastián, Sebastián Sebastián... Te llevo tatuado en cada milímetro de piel, te he amado cada milésima de tiempo que ha transcurrido desde que nos conocimos hasta ahora. Me dueles en lo más profundo del alma, todo lo que he hecho para alejarte te ha condenado.

Caigo con el hombro apoyandome en el tronco de un árbol mientras rugidos despechados brotaban de mi pecho desgarrandome por dentro. No fuiste justo, para mi tampoco hay vida después de ti, no hay nada más que esta espesa agonía.

Mirando con atención la hoja del cuchillo me muestra sangre, su sangre... Lo aprieto contra mi pecho y sigo hundiendome en todos mis recuerdos. Mi cuerpo parece tener memoria propia y siento de golpe todas sus caricias, sus besos, su voz susurrante en mi oido... Su mano en mi espalda obligandome a correr y también su ausencia, su ausencia que me arranca sin piedad todo vestigio de fuerza.

De nuevo contemple el brillante filo que parecía burlarse de mi "no pudiste matarlo con tu pulso, pero se lo entregaste a ese infeliz para que lo hiciera. Todo ha sido tu culpa"

- No...

Lloro mientras entro en un delirio mortal, mi mente me traiciona y mi cordura se desliza lentamente en tinieblas... Estoy haciéndome un atentado a mi mismo...

- treinta y dos años, talentoso, un hombre joven destinado a la grandeza... Y  tu, su maldición... Tu has sido su único error, su desgracia.

- ¡NO! Jamás quise esto, jamás, hubiese muerto por el...

Solo son palabras que ya no tienen valor... Tuviste la oportunidad de sufrir tu castigo y dejaste que Sebastián lo pagara en tu nombre.
  
Basta, detente... Tengo que ir por el...

Corría tratando de dejar atrás los autodestructivos pensamientos que me estaban desquiciando. Avanzaba entre aquel espeso bosque mientras chocaba sin remedio contra todo a mi paso.

¿Por él? ¿Por quién?  ¿De verdad crees que podrás enfrentarte a Tonny? No puedes mentirme, no a mi ciel.

tragaba con dificultad y buscaba llenar de oxígeno mis pulmones, pero todo era inútil, cada vez estaba más acabado.

- Lo haré maldición, voy a matarlo...

- ¿es eso lo que buscas? Intenta ser honesto ciel...

- No se de que hablas maldición, Callate.

Podía escucharme peleando con una voz que sólo yo percibía. Estaba enloqueciendo, en una guerra con otra versión de mi mismo...

sabes que no puedes contra el. Tu no quieres vengarte, solo quieres morir también.

Un escalofrío terrible me derribó, pronto con ojos desorbitados y aterrados analiso las palabras de mi atormentado subconsciente mientras mis rodillas chocan con el suelo.

- piensa bien lo poco que eres, una rata cobarde.

¡callate ya maldición!

Solo tu puedes callarme, soy solo un eco de tu propia mente... ¡¿Ahora quieres ser un devoto amante y sacrificarte?! Tu patético esfuerzo llega tarde, ya es TARDE.

No ha sido por mi, yo no podía predecir esto. Nunca hubiera podido saberlo...-mi voz se quiebra desesperada.- ¡¡Lo daría todo por el!! Le ahorraría todo este sufrimiento si pudiera...

Maldito cínico, tu no has querido a nadie en toda tu vida. Has destruido a decenas de personas, mujeres, hombres... Todo da igual con tal de satisfacer tus frívolos deseos. ¿Ahora bastardo que aniquilas a tu propia sangre crees que el remordimiento te va a conceder la paz que egoistamente deseas? Mereces sufrír en esta oscuridad, por siempre...!!! 

- No... Dejame en paz, basta ¡Yo le he amado a él! Solo a él... Desde siempre... Tengo que ir a...

Todo el aire a mi alrededor se congeló y mis ojos completamente empapados quedaron horrorizados con mi visión...

Que pasa ciel ¿Te da miedo tu reflejo?

Era yo... Mi rostro, mi cuerpo, sin herida alguna y perfectamente vestido, como hubiese estado hace una semana... Mis propios ojos me veían con lastima y repulsión.

- Que jodido estas, si me hubieses hecho más caso a mi, no estaríamos en este asqueroso lugar.

- estoy perdiendo la razón... Es imposible...

¿Puedes escucharme, porque no habrías de verme? ¿Te da miedo que sea tu propia boca la que te maldiga?  En el fondo siempre me has llevado contigo.

- Esto es pura mierda... ¡Aléjate de mi o voy a...!

- ¿Asesinarme?  Estoy seguro de que no estás tan loco como para intentar apuñalar a una aparición...

Mi mano agitó el cuchillo contra la espeluznante visión de mi mismo que me miraba sin compasión. por supuesto...

Eso es... ¿Ya me reconoces?

- ¿Porque así?

- Porque estas débil y es mi oportunidad de convencerte de hacer lo correcto.

permanecía de pié frente a mi, implacable. No sabía con exactitud a que se refería, pero si sabía quién era... Se trataba de la parte de mi que siempre se odio a si misma. Mi lado más altanero, más soberbio ahora era una manifestación que se hacía presente de todas las formas posibles. Sonreía con el rostro cínico con el que tantas veces cautive a los incautos para luego desecharlos, sabía bien como era estar de ese inclemente lado de la moneda, pero ahora me toca ser la parte humillada. Con mi cuerpo y mi mente más débiles que nunca, solo era un aperitivo para ese voraz lado de mi propio ser.

- Que más da ya todo, hazlo ciel...

¿Que quieres que haga?. -Dije con miedo de recibir respuesta. -

Utiliza ese cuchillo para asesinar al verdadero culpable... Si es que realmente ese es tu propósito.

Mis ojos se abrieron como platos y una rabia contagiada de temor de invadió.

- ¡Estas enfermo!

Una carcajada explotó en su rostro...

¿No piensas aceptarlo? Tu y sólo tu eres el responsable.

- ¡estoy enloqueciendo, no eres real, no existes!

Soy tan real como la responsabilidad que no asumes, la sangre de Sebastián impregna este maldito bosque en el que debiste haber muerto tu y ni siquiera puedes honrar su sacrificio manteniendote con vida...

Me costaba respirar, ahí estaba esa escalofriante ilusión. Apretaba mis puños y parpadeaba con insistencia pero el seguía allí, bueno... Yo seguía allí, esa perversa parte de mi.

- Sigo con vida.

- No puedes engañarte a ti mismo... Ese cuchillo está más cerca de tu garganta que de la Tonny...

No es cierto...

Las lágrimas quemaban mi rosto, las sentía ahogarme mientras el filo metálico resplandecía entre mis manos. Los azules ojos frente a mi se fueron acercando y apoyando una rodilla en el suelo, estuve cara a cara con la personificación de mis temores.

¿Cuantos pagarían por verte así? Derrotado, dispuesto a acabar contigo mismo.

Su rostro no era de burla, permanecía en una seriedad imperturbable, no me veía con lástima, sino con algo parecido a la decepción... Sentí, bajo todo mi dolor, como la rabia se avivaba.

- No intentes joder conmigo

- ¿Puedes decirte eso a ti mismo? El se ha atravesado entre tu y la muerte, solo le has causado desgracia y aún si te permitió vivir ¿todo para que? Para que te arrastres como una rata y te suicides.

Mis inexpresivos ojos no se apartaron de los de él... No pude negar sus palabras.

- Esto debería gustarte ¿no?  Me has odiado desde siempre... Estas a punto de verme morir.

- No me incluyas, no es cosa mía que mueras como un animal en medio del fango... Es todo culpa de tu maldita autocompasión. Me enfermas.

¡callate! Tu no entiendes de pérdidas.

y por lo que veo tu tampoco...

- Me lo ha quitado todo... Me lo arrebató y de todas formas vendrá para llevarme. Al menos puedo no darle ese gusto. Puedo elegir como morir.

- Esas no son palabras tuyas son las de ese anciano bastardo y no estarias eligiendo nada, solo te estarías rindiendo.

Frente al mio su rostro permanecía inmutable. Vi su mano moverse hacia mi muñeca.

La verdad es que nunca pensé que este cuerpo resistiera tanto.

Creo que fue más algo de voluntad.

Es probable, yo siempre hago bien mi trabajo.

No sentía su tacto, en su lugar solo había frío. Sus palabras fueron bajando de tono y en algún punto me llego a parecer amable, como si esa arrogante parte de mi ser pudiera ser sutil al menos una vez.

- Nunca te había visto, pero si sabía que algo en mi se odiaba así mismo... Si alguna vez pensé en Suicidarme fue escuchando tu voz en mi cabeza.

Es cierto, siempre me ha parecido que somos un bastardo sin remedio... Mucha gente llevaría vidas felices si hubiésemos muerto hace años, pero me apartabas, al final siempre había algo que no te dejaba hacerme caso...

También cuando Sebastián...

No es para nosotros el amor ciel, incluso eso lo contaminamos, tendríamos que habernos alejado de él en el momento que llegó.

¿Lo odias?

¿A Sebastián?

- Si...

No es mentira que lo amas ciel, todas tus partes lo aman... Incluido yo.

Mi mirada que había estado clavada en su mano sobre la mía, se levantó súbitamente y encontró aquel rostro que idéntico al mio se iba desprendiendo de su arrogancia y aunque no podría asegurarlo, creí ver alguna lágrima en su mejilla.

- Odie no poder apartarlo de nosotros, no poder salvarlo de nuestra tóxica presencia... Nada de eso hubiese pasado.

- Lo sé, Pero no pude evitarlo.

Lo sé.

Seguíamos con miradas fijas, escrutando al otro; éramos dos piezas de la misma máquina reacomodandose para volver a encajar.

Dijiste estar aquí porque estoy débil y es tu oportunidad...

De hacer que hagas lo correcto.

Mi mano sintió el calor del mango del cuchillo, pero pronto tuve la helada sensación de que su mano volvía a tocarme.

Esta vez no.

Pero es lo que has querido siempre.

Ya no ciel, me has dejado en jaque desde que reconociste a Sebastián. Ya no tengo tiempo para odiarnos, solo puedo conspirar a su favor para estar juntos.

las cosas eran tan confusas, durante años sentí está voz que me incitaba a acabar con mi egoísta vida, pero ahora que estoy al borde de hacerlo es la única que me mantiene alejado de mi autodestrucción.

Ya no puedes hacer eso... Sebastián está...

Las circunstancias me han dado un rosto para que esta vez no puedas ignorarme, mi voz nunca fue suficiente para convencerte ¿no es cierto?

Algo expectante asenti, pues no sabía a donde iba a llegar.

- ¿Y eso que significa?

Aún no puedo decirlo, pues no estoy seguro.

¿De que demonios estaba hablando? Se levantó y note como si esperara que yo lo imitase.

Vamos, Levántate.

No podría explicarlo, solo se que un extraño y esperanzador vigor me hizo obedecer y poco a poco me fui poniendo en pié. Me sentí como en una epifanía, como si estuviese a punto de descubrir mi camino.

Te he salvado de ti mismo, ahora me debes pagar.

- ¿Que pagó sería?

Sigue avanzando y llevanos hasta Sebastián.

Las punzadas de dolor de nuevo me recorrieron, no podía siquiera imaginar lo que sería encontrarle y descubirle... Muerto. Me destruiría por completo.

Pero el está...

- Para con esa mierda ciel. Si no haces caso de extrañas voces ¿Porque lo harías a sonidos distantes?

De pronto y sin explicación sentí mi cuerpo electrificarse. La visión permanecía erguida frente a mi y de pronto esbozó una sonrisa al tiempo que daba uno y dos pasos hacia atrás.

- ¿Que quieres decir?. - Dije casi Emocionado. -

Que nunca creas en lo que no ves.

Y se fue... Con la misma fugaz rapidez con la que apareció.

Mi yo más escabroso se había materializado para alejarme de la suicida idea que había estado rondando mi mente y ahora, apartando su odio, me ha dejado con un pequeño puñado de esperanza... ¿Pudiera ser un error? ¿pudiera estar vivo?

Todo lo que sabía hasta este día me pareció que se esfumaba; todos mis conceptos sobre dolor, miedo, angustia y fe, se destruyeron y reestructuraron por completo. Las cosas habían estirado mi voluntad hasta el límite y aún ahora creyendome perdido, descubro que sigue habiendo dentro de mi, fuerza para luchar.

Me levante y avance varios pasos hacia el lugar donde hacía minutos había estado mi aparición y sentía el helado frío que dejó su presencia, creo que jamás podré saber si algo de aquellos reveladores instantes había ocurrido en realidad, pero aunque se lo atribuía a mi crítico estado, no podía dejar de sentirme algo aliviado por el inesperado consuelo que vino nada más y nada menos que de mi propia arrogancia que estaba resuelta a encontrarlo... A él, a Sebastián.

Si el peor de mis lados aún puede tener esperanza... Me detuve un momento ante la escalofriante idea de hallarlo sin vida, pero tome aire para despejar mi mente. No sientas pánico solo por lo que imaginas, no creas en lo que no ves y casi pude jurar que algo dentro de mi sonrió satisfecho...

Antes de notarlo, estaba corriendo.

De regreso, de regreso sobre mis propios pasos, si no te desvías lo encontrarás ciel, calma y concéntrate.

La oscuridad era profunda y espesa, el suelo fangoso pero pude notar que la lluvia no era tan insistente. Sentía como las finas gotas rodaban por mi cuerpo y se mezclaban con mi sudor mientras yo corría aquella frenética carrera sin saber cuando y como terminaría.

Hubiese querido ser más detallista mientras corría, no podía reconocer absolutamente nada; creía ir el línea recta pero nada era seguro en aquel sinuoso camino, cada centímetro de bosque me parecía idéntico al anterior y al mismo tiempo completamente irreconocible.

- ¿Dónde estoy?... - reformule la pregunta al darme cuenta de que eso no era lo que en realidad importaba. - ¿Donde estás?

Pero nada, no había más que las oscuras sombras ante mi y un enloquecedor murmullo de agónica lluvia en sus últimos instantes. Sentí miedo Al notar que de aquel diluvio embravecido ahora solo quedaba una leve llovizna, no pude evitar compararlo con la vida humana, con la mía y con la de él, hace horas tan altivos y orgullosos y en este instante ambos a punto de extinguirnos.

-Basta, solo sigue concentrandote.

De nuevo... Una voz idéntica a la mía, pero no viene de mi garganta.

¿Que pasa? Sigues retrasandonos.

- No se donde estoy, necesito pensar.

- Si, pero no pensar mierda sobre la muerte.

Me sentí algo avergonzado, tenía razón... No le veía, no había aparecido por completo, pero su voz sonaba claramente aunque no sabía bien de donde provenía, bueno era un delirio de mi mente, probablemente estaba en todos y en ningún sitio a la vez. Clave mis ojos a mi alrededor y siguiendo una especie de corazonada avance desviandome levemente hacía la derecha.

- ¿Vas a ayudarme a encontrar el camino?

Si lo supiera lo sabrías... No tengo interés en prolongar esto.

- ¿Entonces?

Solo te ayudo a mantenerte enfocado.

¿A mantenerme enfocado? Seguía moviendome casi corriendo nuevamente y me desesperaba la idea de estar equivocandome de dirección. Si me pierdo no lo encontraré jamás y lo más probable es que yo también muera entre estos árboles.

No sirve de nada que te sabotees mentalmente.

- No es sabotaje, es la realidad... Si no encontramos el camino...

-Entonces buscalo.

¿Que diablos crees que estoy haciendo?

Solo estas pensando en lo que pasará sino lo consigues, eso es pura mierda, detente y analiza lo que haces.

Sentí el aire quemarme el pecho mientras luchaba por respirar. Me había detenido en seco al darme cuenta de sus palabras, tenía razón...

- Pero no hay nada. Nada que me guíe.

Entonces apareció de nuevo frente a mi y me sonreía con cinismo como burlándose de mi estupidez, como si supiera algo que yo ignoro.

No lo ignoras, solo lo estás pasando por alto.

- Creí que me dirias todo lo que sabes.

Por dios ciel, vemos a través de los mismos ojos, sentimos con la misma piel... Escuchamos... ¿Que escuchas?

Maldición, agudice mis oídos tratando de percibir algo, alguna voz o sonido... Pero nada, solo silencio, tanto que casi podía oír mis latidos. De nuevo le miré y me sonrió como si me diera la razón. Su cabeza se echó para atrás, clavando los ojos en el cielo, entonces al imitar su gesto pude entenderle. 

Había dejado de llover. El escándalo había cesado, todo el bosque estaba mudo, sin el más leve sonido.

Si no te da una guía dasela tu a él.

podía entender su idea. Y entonces grite.

- ¡SEBASTIÁN!

Ambos permanecimos en silencio y de nuevo grite... No había respuesta. Algunos minutos y varios intentos después seguía sin escuchar nada más que el eco de mis propios gritos. Solo pude sentir pánico, cada segundo confirmaba que ya no había rastro de Sebastián... De nuevo mi pecho se comprimio dolorosamente.

No puedes saberlo...

- No está... No me escucha porque esta...

¿muerto?

Lo miré fijamente aterrado por aquella respuesta... No podía ni pronunciar aquella palabra. las lágrimas subieron a mis ojos.

¿De verdad es eso lo que quieres creer?

Por supuesto que no...

Entonces para de pensar en ello. Sigue intentando.

De nuevo mi grito partió el silencio.

Vamos Sebastián, respondeme... Que desesperación y justo ahí me abandoné en el suelo.

Quizás después de esto te vuelvas un religioso.

- ¿después de ésto? Lo lamento amigo, pero ya no habrá un después...

Hazme un favor ciel, la próxima vez que estés en un apuro, deja de ser tan malditamente autocompasivo...

Pero...

Estás tan ocupado imaginando el caótico fin que te olvidas del camino... Todo a tu alrededor desaparece porque no puedes enfocarte.

No es cierto, que otra cosa puedo hacer?

callarte y escuchar.

Su mirada me fulmino con severidad y el silencio dominó todo el escenario, como la más emocionante de las bandas sonoras... Mi respiración, mis latidos, el viento, las hojas, el susurro del mar a la distancia...

-...iel...
Mi corazón de detuvo y todo mi cuerpo tembló.

- C... el...

¿Acaso era?

- ¿Lo escuchas?

frente a mí, mi alucinación se movió algunos pasos a mi derecha sin dejar de mirarme...

- Ci... el... Cieeel...

Maldición ese es...

- Si, si es.

¡¡Lo sé, es el maldición es él!!

Exclamé Emocionado casi hasta las lágrimas. ¿Pero por donde? Aún escuchando su voz era difícil, saber exactamente por donde ir.

Ya te lo dije ciel, mantente alerta.

¿Pero como?

De pronto noté cono le rodeaba un extraño fulgor, como si una luz lo bañara e iluminara ¿Que diablos era eso? Miré terriblemente extrañado a mi personificado subconsciente.

No te preocupes, solo abre bien los ojos...

Y de nuevo desapareció, pero la extraña luz no se extinguió, seguía en aquella dirección, entonces me di cuenta... Era el brillo de alguna linterna.

- ¡Ciel!

- ¡Grell! Aquí estoy Grell!!

Y con ojos ansiosos segui la luz que me mostraba el camino.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).