la luz que se asomaba gentilmente por mi ventana, rozaba mi rostro como intentando despertarme y aunque un poco desganado respondi al estimulo. Mis ojos se clavaron en techo de mi habitacion, los frote y voltee para fijarme en la hora, 11:34 am, ya era tiempo de levantarse.
Una de las ventajas de mi algo pequeña habitacion era que tenia su propio baño, eso me agradaba bastante, podia levantarme en pelotas e ir a la ducha sin tener que travesar la sala ni reparar en a quien pudiera conseguirme en el camino, francamente pienso que nadie es persona antes de mear, cepillarse y tomar una ducha matutina. Tome el impulso necesario para levantarme de mi tibia cama y dar los cuatro pasos necesarios hasta llegar al baño.
Luego del indispensable ritual de acicalamiento y vestirme tan apropiadamente como puedo, me miro al espejo recodando que hoy no solo estoy de vacaciones, hoy es 23 de junio.
- Feliz cumpleaños campeon. -Me digo a mi mismo mientras intento sonreirle a mi reflejo-
tomo una bocanada de aire y me dispongo a abrir la puerta del cuarto, solo dios sabra que planes tiene mi madre para la fecha, francamente estoy mas aterrado que ansioso.
- ¡Feliz cumpleañoooos cariño! -joder,si acabo de salir-
- Gracias mama, ¿acaso hiciste guardia toda la manaña en la puerta?
- Para nada, no se si has visto la hora, no es precisamente de madrugada.
- Lo se, pero es parte de las ventajas de ser cumpleañero ¿no? se puede dormir hasta tarde.
- Lo dices como si no te levantaras tarde todos los dias.
Ambos reimos, mi madre tenia razon, yo era francamente una marmota dormilona, dormir me parece un hobby maravilloso ademas de barato.
-Ven, vamos a desayunar cariño.
La mesa perfectamente arreglada y con las cosas que mas me gustan, no cabe duda que el menu del cumpleañero es fabuloso.
- Se ve magnifico mama, muchas gracias.
- Disfrutalo cariño, no se cumplen dieciocho todos los dias
- no desayunamos juntos todos los dias, asi que eso me parece bastante mas especial que un cumpleaños.
- Vamos no seas aburrido, quiero ver la emocion juvenil en tus ojos loco por ir a club a fardar de tu mayoria de edad.
- Ja! lo lamento, pero hace ya bastante que entro a sitios asi.
- Sigo sin explicarme como lo has conseguido, aun tienes una carita de niño inocente.
- Precisamente.
- prefiero no saber a que te refieres.-Con una risita en su rostro.-
Era una sabia desicion, la verdad es que un rostro dulce era mi identificacion y pasaporte yo era muy bueno utilizando mi apariencia para pasar buenos ratos, no era precisamente un prostituto o un chulo, pero siempre conseguia pequeños favores solo sonriendo dulcemente. Ciertamente, tampoco era un santo.
- Cambiando de tema ciel, hay algo que debo comentarte.
- Sueltalo. -dije burlonamente mientras devoraba mis huevos con tocino-
- Me ha llamado tu tio, sebastian, no se si puedas recordarle?
- No es por ser grosero, pero casi no recordaba tener un tio.
- Eres de lo peor jaja,
- Es solo mala memoria. -Volvi a reir-
-pues si que lo tienes y ha llamado de estados unidos, estan proximas sus vacaciones y me dijo que este verano piensa venir a visitarnos, llegaria en algo asi como unos 3 dias.
- Oh, pues me parece muy bien, debes extrañarlo.
- por supuesto, hace unos cuantos años que no le veo, pero ademas de eso se me ha ocurrido que puedes pasar tiempo con el, no se, hacer cosas de chicos grandes.
- Mama a estas alturas no necesito que me consigas un sustituto de padre jajaja.
- Me encanta su cinico humor pero no es para nada lo que trato de hacer, ademas sebastian no esta tan viejo como para ser tu padre. tiene treinta y dos años y es lo que yo conozco como un adulto joven.
- Entonces tu con cuarenta y siete años en que categoria entras mama?
- En la de jovencita exageradamente guapa.
- Por supuesto que si. -Ambos reimos por unos segundos-
- Bueno me gusta su idea jovencita, y si resulta que el buen tio sebastian no se comporta como un abuelete aburrido, estare encantado de ir con el a por unas copas.
- Esplendido cariño, te hara bien.
- Supongo.
El resto de la mañana transcurrio entre risas bromas y para eso de las dos de la tarde sali de casa a reunirme con los colegas, a hacer las cosas que deberian ser divertidas pero, que francamente ya me parecen triviales. almuerzo, cine, discoteca.
Como es de esperar el ultimo de los tres era el que mas me emocionaba y por dos buenas razones, la primera es que no se tenia hablar mierda para ligar con alguien, todo era cosa de apariencia y la segunda es que para mi la discoteca era como ir de compras y llevarme lo que mas me gustase, ya fueran chicos o chicas era como un casting y el ganador pasaba la noche conmigo. Ultimamente los hombres han jugado un mejor papel en el juego de la seduccion, a las chicas han que trabajarlas mas y yo no estoy para esa basura de cortejar tiernas damas.
- ¿Ciel?
- ¿Nos conocemos?
- Eres una especie de celebridad por aqui
- Supongo, si te gustan esa clase de terminos.
- ¿Que? ¿No te gusta la atencion?
- No me gusta hablar mierda en la barra, invitame unos tragos y si me logras poner a tono quizas te deje llevarme a casa.
la ultima etapa de mi cumpleaños habia terminado como era de esperarse, el tio de la barra del club dormia ahora a mi lado mientras yo le daba una calada a mi cigarro. Tenia un polla generosa y en cuanto a la tecnica no fue malo, pero tampoco especialmente bueno, me corri una vez y supongo que eso es suficiente. Mire su rostro mientras dormia y reconoci que tenia cierto encanto aunque en definitiva esto solo habia sido otro polvo de tantos, era otro de tantos chicos que no veria de nuevo. Segui mirando y deduje que tenia algo asi como mi edad un poco mas quizas.
De pronto me pregunte que se sentiria estar con un hombre mayor, no demasiado pero si lo suficiente como para notar la diferencia, unos ¿treinta años tal vez? sin quererlo mi mente viajo hacia la conversacion de la mañana y recorde a mi madre hablando de la llegada de mi tio. No se porque, pero en aquella madrugada sentado al borde de la cama dandole la calada final a mi cigarro, de repente me senti emocionado por su llegada, por hacer algo mas de lo normal.
- Ya veremos.-Me dije a mi mismo, mientras apagaba el cigarrillo y me levantaba para vestirme, el reloj marcaba las 4:47 am. ya era hora de volver a casa.-