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Amor entre panas por sue

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Notas del capitulo:

 

Hola hola!!! Bienvenido todo aquel que se ha animado a leer por acá ^o^0 confieso que con éste fanfic “gozo una bola”, es decir, me divierto bastante xD así que aunque muy pocos sean los lectores (inner: o ninguno ¬_¬Uu) para mí no es molestia terminar esto ya que me parece que lo que tengo planeado merece la pena ser publicado :B

 

 

 

 

El momento tan esperado estaba por llegar… la graduación de los de quinto. Eso significaba una cosa - aparte de agarrarse el año sabático para vaguear a sus anchas y parasitar un rato más a los padres -: La rumba que iba a hacerse, la cual, tenía que se apoteósica.   

 

Los muchachos de quinto B lo tenían muy en claro, más porque estaban compitiendo con los de la sección A. Querían ser recordados en el liceo, no por sus memorables notas, sino por el fiestón dado tras la graduación.

 

- ¿Y bien Ten Ten? ¿Cuánto has recogido?

 

- No mucho – Le mostraba al chico unos cuantos billetes doblados y llenos de... ¿Eso era sangre seca????? Eso o chimó…

 

- ¿Eh? – Lee se quejó abiertamente – Pero Ten Ten, eso debe ser porque no estás poniendo entusiasmo – Aseguraba.

 

- ¿Pero qué vaina me estás diciendo? Suficiente ya es tener que pedir plata a los conductores… Son tan babosos.

 

Tuvo un escalofrío al recordar todas las cosas que le habían dicho en apenas unas horas de andar pidiendo colaboración. Darse cuenta que varios de los conductores que la acosaron verbalmente eran padres de sus compañeras de salón, la hacía pensar seriamente para dónde iba a parar el país.

 

- No exageres. Usa lo que Dios te dio.

 

- Déjate de vainas pana – A punto de darle un golpe por su comentario.

 

- Coge ejemplo ¿No ves qué Neji si parece tomárselo en serio?

 

Y mientras señalaba hacia dónde se encontraba su amigo, se lo encontraron pegándole gritos a un conductor.

 

- ¿Hasta cuándo voy a tener que decirlo…? – Estaba rojo hasta la médula - ¡Que soy hombre coño!  - Seguidamente arrojó la plata que tenía en la mano con todas sus fuerzas.

 

- ¡¡¿Qué haces Neji?!!

 

Lee fue rápido y furioso, logrando recuperar el dinero antes de que el viento lo volara o que llegara alguien más avispado a darle acogida en su bolsillo.

 

- Por poco… - Se limpiaba el sudor – Dame acá que ustedes se pasan de pendejos – El Rock volvió hasta dónde estaba la pelicastaña y le quitó el cartel y la alcancía que tenía en la mano – No podemos seguir a éste paso, hay que acelerar el proceso. Yo les enseñaré como se pide plata. Lo que les falta es entusiasmo – Exclamó junto a su exagerada sonrisa.

 

- Como digas – Ten Ten se cruzó de brazos y se sentó en la acera junto con el Hyuuga - ¿Quieres jugo?

 

- Gracias, ya estaba deshidratándome bajo esa pepa de sol… - De un sólo golpe se bajó la botella entera – Ah…

 

La chica permaneció cada segundo observando al ojiblanco.

 

- Te has puesto burda de rojo, puedes meter la coba de que fuiste a la playa – Se burlaba – No puedo creer que te confundieran con una liceísta.

 

- Ains… - Apretó los puños de recordarlo – Dime Ten Ten – Tomó a la chica desprevenidamente de las manos - ¿Tú crees qué parezco una chama?

 

- Eh… pues… bueno… - Movía sus ojos de un lado a otro, tratando de buscar alguna excusa - …Lo que pasa es que…

 

- ¿Verdad qué te parezco el más masculino de todos? – Y mientras lo decía, derramaba una lagrimilla esperanzada.

 

- ¿Eh? Pues… - Y una gota se escurría, pero de la cabeza de la adolescente - ¡Ah, pero Mira! Parece que Lee tiene más avance que nosotros.

 

Miraron hasta dónde se encontraba el chico dando saltos y giros mientras sacudía el cartel y la alcancía.

 

- ¡Trabaja! – Le gritaron desde uno de los carros en movimiento.

 

- Retiro lo dicho… - Emitió la Ten con una nueva gota en la frente.

 

Luego de la ardua tarea bajo el arrecho sol, los muchachos fueron a reunirse con sus otros amigos a compartir y parlotear, como cada tarde, en su heladería favorita.

 

- ¿Cómo les va con la recolección de plata?

 

- No muy bien Naruto, casi nadie quiso colaborar… - Con algo de desgano en su voz.

 

- Que arrecho pana.

 

- Si, burda… - Suspiró - Ah y a Neji lo confundieron con una chica – Señalaba al aludido.

 

- Verga… ¡No tienes porqué andar chismeando eso! – El Hyuuga se puso de colores.

 

- Y a Lee lo mandaron a trabajar – Comentó Ten Ten mientras se reía.

 

- Bueno ¿Y qué se esperaban? Andan pidiendo dinero sin dar nada a cambio, eso es abusivo – Hablaba Shikamaru – A nadie le gusta deshacerse de su dinero así como así. Así sea un caramelo chimbo o un a estampa tienen que dar.

 

- Pero Shika ¿Ese no es el sentido de las colaboraciones?  - Pensó el Uzumaki - ¿Qué hay de las limosnas que se dan en las iglesias?

 

- Comprende Naruto: cuando la gente da en las misas, lo hace pensando que están pagando la entrada al cielo – Intervenía Gaara

 

 - Oye… tampoco la vaina es así - Ten Ten tuvo un ligero tic en una de sus cejas.

 

- ¿Y si se montan en los buses y cantan? La gente apoya el talento nacional – Expuso el Nara – Se consiguen una guitarra o un radiecito y chao pescao.

 

- Mmm… - No muy convencidos. Lo cierto era que ninguno se atrevía a semejante proeza.

 

- Ya sé ¡Tengo una idea! – Exclamó el Uzumaki mientras alzaba su dedo.

 

- Eureka. Shikamaru, abanícale la cabeza que le va a salir humo – No tuvo reparó en burlarse el pelirrojo.

 

- ¡Deja la vaina o no les digo mi idea y se joden pal coño! – Hizo un puchero.

 

- Dale, no te arreches. Dila pues que para mañana es tarde – Exclamó Neji con los brazos cruzados.

 

- Bueno, estaba pensando… ¿Y si hacen una vendimia o una rifa?

 

Todos los presentes se rascaron las barbillas y lamieron los helados para evitar que siguiera formándose el pegote en las manos y en la mesa del local – la señora que atendía ya les tenía el ojo montado.

 

- Naruto tiene razón. Según cuenta la leyenda, en la vieja época los liceístas hacían eso para financiar las rumbas, no solamente pedir colaboración en la calle – Comentaba el Nara.

 

- Verdad, no es que a los adultos les importe mucho si hacemos fiesta o no – Detalló Ten Ten.

 

Y de esa manera, los muchachos regaron la voz en su respectivo salón, ejecutando de nueva cuenta, la segunda parte del plan de recoger plata para el fiestón.

 

- Pa ¿Me compras una rifa?

 

- ¿Una rifa dices? Lo siento Lee, no me gustan las loterías… uno no sabe cuando pueda enviciarse – Comentaba Gai mientras hacía sentadillas en la sala. Como profesor de educación física que era, no podía darse el lujo de perder la rutina.

 

 - Anda, no seas así. Mira. El premio es variado, está entre una cesta de comida y una caja de cerveza.

 

- Mmm… Por lo visto la cesta de comida está bien resuelta – Comentaba el hombre luego de haberle arrebatado el papel de la mano. No estaba tan interesado en la comida como en la reserva de bebidas alcohólicas.

 

Poco a poco, los chicos no tardaron en conseguir el dinero necesario para realizar la matiné.

 

- ¡Que fino! – Naruto brincaba en una pata luego de recibir una de las entradas - ¿No estás alegre Shika? Podremos ir a una fiesta de los de quinto.

 

- A mi me da igual – Se encogió de hombros – Lo bueno es que ya no tendremos que estar en ese pleito de ayudarles a vender cualquier guarandinga. Es lo menos que podían hacer por nosotros si te pones a pensar. Tuve que obligar a mi papá a comprarme todas las rifas que me dieron para vender.

 

- Eso te pasa por flojo. Podías haberlas vendido a los vecinos de la urba.

 

- Nah, que flojera.

 

- ¿Te imaginas cuando nos graduemos Shika?

 

De pronto, la pregunta del rubio lo hizo pensar más de la cuenta. Graduarse implicaba que dejarían de asistir al liceo juntos… una pequeña pero fastidiosa sensación se le instaló en lo más profundo, Shikamaru adoraba el tiempo que pasaba con lo Uzumaki en el recinto escolar. Era único. Era divertido.

 

- Será muy chimbo. He oído que la universidad es más arrecha – Comentó tratando de mostrarse desinteresado. Bueno, si se decide asistir a una.

 

- Si, eso he oído, que el liceo es un paseo comparado con la uni… ¿Tú sabes que irán a estudiar los muchachos?

 

- Pues no sé, a según ya están haciendo el papeleo y todo… - Shikamaru atrajo a su novio haciéndolo sonrojar de inmediato – Epa Naru, vamos a mi casa ¿Si?

 

- Eh… está bien…

 

Para ambos, estar en el cuarto del otro a solas, ya no era lo mismo. Era como si el aire se volviera dulce y por alguna razón, un cosquilleo se apoderara de sus cuerpos. Naruto no lograba acostumbrarse y Shikamaru se divertía buscando cualquier excusa para tocar de más a su novio. El tiempo de puro andar jugando nintendo había acabado.

 

Entraron a la casa con total sigilo, inspeccionando la zona.

 

- Bendición ma.

 

- Hola señora.

 

Agradecían que el padre del Nara estuviese trabajando. Cuando estaban por entrar a la habitación, la mujer llamó a su hijo mientras que el ojiazul seguía su camino.

 

- Hijo, que bueno que llegaron. Saldré por un ratico a casa de la vecina a llevarle unas cositas que preparé. No te molesta quedarte solo con Naruto mientras vuelvo ¿Verdad?

 

- Tranqui mamá – Shikamaru tuvo que aguantarse un gritito ahogado, sabía que cuando su mamá se iba a casa de la vecina por un “ratico”, los chismes las agarraban por horas mientras se ponían al corriente.

 

El pelicastaño llegó hasta su cuarto y se encontró a Naruto sentado en el suelo.

 

- ¿Qué haces ahí Naru?

 

- Eh… nada. Sólo miro las cartas – Mencionaba mientras continuaba ensimismado con el juego de cartas de Adventure Time (ya saben, ese de cartón sobre las batallas del maíz) – Sigo sin entender como se juega ésta vaina y menos si está en ingles.

 

- No tiene mucha ciencia.

 

Shikamaru se percató de que el catire a pesar de todo, no apartaba los ojos de las tarjetas.

 

- ¿Quieres que te enseñe a jugar?

 

- Eh, no... Nunca me llamó la atención. Además los monstruos están bien refeos.

 

- Ya veo… Tengo pensado comprarme el juego de mesa de the walking death. Aunque no sé… dicen que puedes pasarte horas y horas jugando una sola partida.

 

Acto seguido, el Nara se sentó al lado del ojiazul, sólo que procuró de sentarse muy cerquita de él, logrando recostarse del muchacho rubio. Naruto tuvo un pequeño sobresalto y el pelicastaño lo notó.

 

- Esto… ¿Tienes que estar tan cerca Shika?

 

- ¿Te molesta? – Sin dejar de recostarse.

 

- Pues… la verdad no… pero… ¿Y si te sientas mejor en la cama?

 

- Lo haré – Asintió – Si tú también te sientas conmigo.

 

Naruto tragó grueso. Desde que se habían convertido en novios formales, les resultaba más incómodo sentarse al lado del Nara y más aún si era en una cama…

 

Cuando se sentaron en el mullido colchón, el mismo hizo un sonido proveniente de sus resortes.

 

- Shika… tu cama suena mucho.

 

- Lo sé. Siempre ha sonado así. Es muy problemático… ¿No lo habías notado?

 

- Pues, ahora que lo pienso, no…

 

- Ya… - Se rascó el tabique de la nariz – Creo que ha sido por todas esas veces que brincamos en ella.

 

El Uzumaki recordó y no pudo evitar reírse.

 

Ya luego el silencio se apoderó del cuarto. Shikamaru estaba sumamente ansioso, pero hacía todo lo posible por no demostrarlo, si le confesaba a Naruto que tenían la casa para ellos solos, no sabía si el catire podría con tanta presión. Prefería no contarle que su madre había salido y aprovechar lo que pudiera darse entre ellos.

 

Así pues, Shikamaru se aventuró reptando su mano hasta la del ojiazul. Naruto sintió la mano sobre la suya y se sobresaltó, empezó a sentirse nervioso, más permitió que el chico le agarrara.

 

- ¿Nervioso? – Preguntó su novio al darse cuenta de lo que sentía.

 

- No… ¿Por qué lo piensas?

 

- Porque estás temblando.

 

- No lo hago… - Pero era cierto.

 

- No tienes porqué tener miedo. No voy a hacerte daño.

 

- Lo sé… - Lo agradecía. El Uzumaki quería mucho a su novio y anhelaba de corazón complacerlo, pero el recuerdo de lo sucedido con el Uchiha, en cierto modo lo bloqueaba ¿Por qué si eran personas completamente diferentes? Como detestaba todo eso… - Lo siento Shika, tú siempre has sido tan amable y yo… continuo comportándome como un tonto…

 

- No digas tontería entonces – Fue su respuesta para luego buscar de recostarlo en su cama – Naru, eres tan lindo… - Murmuró mientras le acariciaba el rostro.

 

- Shika… - Sentía su corazón agitarse. Curveó un poco sus labios – ¿No… no vas a besarme?

 

- ¿Quieres qué te bese? – Sonrió.

 

- Bueno… - El rostro y otras zonas del cuerpo, le hormigueaban – Si…

 

El Nara se alegró de oír que su novio quería de sus besos. No le torturó más y unió sus labios, el Uzumaki cerró los ojos de inmediato y se dejó llevar, permitiendo incluso que la lengua de su compañero revisara toda su cavidad, y de paso, avivara a la suya a formar parte de una pequeña lucha dentro de su boca.

 

Cada una de las reacciones de su novio tenía vuelto loco al pelicastaño, cuyas manos ya no podían permanecer quietas, las llevaba al pecho, al cuello, a la espalda… ah… no quería dejar ni una sola zona sin tocar.

 

El Uzumaki había dejado el temor de lado, ser tratado de manera semejante por el Nara lo había trasportado a un viaje sin retorno al mágico mundo del placer. Sólo deseaba continuar sintiéndose tan bien.

 

Shikamaru se apartó lo suficiente para quitarle al catire su camisa. Aquel blanco y lampiño pecho le encantaba desde que lo había visto por primera vez. Siempre deseó besarlo y lamerlo… ahora podía y al hacerlo, el cántico de Naruto le fascinaba y lo llenaba cada vez más de ganas de hacerlo suyo.

 

- Shika… - Estaba tan avergonzado. No era la primera vez que se toqueteaban y se besaban, pero sabía que el Nara estaba pensando en llevarlo todo a un nuevo y más difícil nivel.

 

- No haré nada que no quieras ¿Esta bien? – Comentó mientras le acariciaba los rubios cabellos – Si quieres que me detenga, no dudes en decirme ¿Ok?

 

El Uzumaki asintió, despacio. Él también ansiaba que continuara.

 

Viendo el visto bueno de su pareja, el chico pelilargo llevó sus manos hasta la cintura de Naruto y buscó de bajarle los pantalones. El Uzumaki sentía que se quedaba sin aire, sin embargo, la ternura de su novio lo hacía sentir completa seguridad.

 

Shikamaru no pudo evitar reírse un poco de la ropa interior del ojiazul.

 

- De todos los que tienes, esos son mis favoritos ¿Lo sabías? – Confesaba ante los interiores que tenían caritas de Pikachu estampadas por todos lados.

 

- Eso me los compró papá Iruka… - Mencionó con el rubor en las mejillas, si hubiese sabido que llegaría a aquel punto con el Nara, hubiese evitado todos los interiores con estampados vergonzosos, los cuales tenía varios – Le diré que de ahora en adelante sólo usaré boxers y todos unicolores.

 

- Estás creciendo je je… aunque, me gustas así… todo infantil…

 

De nueva cuenta Shikamaru se dirigió a la pelvis del chico, de donde ya se notaba un pequeño bultito…

 

Beeep Beeep Beeeep

 

El celular de Shikamaru interrumpía con descaro el momento tan íntimo. Ambos trataron de ignorarlo, pero el que llamaba era insistente.

 

- Espera Naruto – El pelilargo fue hasta donde se encontraba su celular, dispuesto a apagarlo, más al leer de quién se trataba, decidió contestar – Hey Neji ¿Qué pasó men?...

 

Naruto se sentaba en la cama, recuperaba el aliento.

 

- ¿Al cine? – El Nara observó a su novio, tratando de ver su reacción - ¿Quiénes van?... Yo sé que los mismos de siempre, no tienes que dártela de arrecho… está bien. Nosotros también nos apuntamos… nos vemos allá… - Trancó la llamada.

 

- Que fino. Yo quería ir al cine – Se ponía de nuevo la camisa.

 

- Bien, entonces aprovechemos la cola – No pudiendo decirle que no a los deseos de su novio.

 

Lo primero que hicieron los muchachos fue comprar todas las chucherías y bebidas antes de entrar al cine, sabían que les quitarían a todos un ojo si los compraban en el mismo cine. Por suerte Naruto llevaba su mochila escolar que era muy espaciosa, al igual que Ten Ten, que como todas las mujeres, tenía un bolso sin fondo muy versátil en el cual podías hallar desde una lima de uñas hasta un destornillador de estrías.

 

- Creo que huelo a papitas fritas… que pena – Se quejaba Naruto.

 

- No te quejes ¿Qué acaso no querías comer papas del mc donalds? – Habló Neji.

 

- Si, pero… están muy calientes… me va a sudar la espalda… - De pronto, Shikamaru buscó de quitarle el bolso.

 

- Puedo cargarlo yo, si quieres.

 

- Eh… no soy ningún debilucho – Infló los cachetes.

 

- Yo no he dicho nada de eso.

 

El rubio se dio cuenta de que su novio sólo quería tener una muestra de amabilidad con su persona. Se ruborizó un poco. Le pasó la mochila al pelicastaño, quien se la colocó sobre uno de los hombros.

 

- Si que deben de estar calientes las papas, porque te hicieron ponerte rojo – Ten ten comentaba ante la rojez del Uzumaki.

 

- Es eso o andaba pensando en otra cosa – Intervenía Gaara.

 

- ¡Dejen el fastidio! 

 

Por otro lado, Shikamaru y Lee se había aproximado a ver la cartelera. No habían decidido que verían, pero tanto el pelicastaño como el pelinegro no tuvieron que hablarse, con sólo una mirada y un leve asentimiento de cabeza, supieron que el otro estaba de acuerdo con entrar a una de terror.

 

Y no era porque les gustara ver sangre saliendo disparada como manguera abierta, quedarse sordo por los gritos, ni mucho menos se dejaran llevar por las recomendaciones hechas en programas de arte y espectáculos de lo catalogado como “lo mejor de la temporada”… lo que ellos esperaban obtener en esa sala de cine oscura, iba más allá de forjar su carácter y de seguir a las masas… ellos esperaban que sus respectivos novios se asustaran y se abrazaran a ellos toda la película. Un clásico mucho mejor que andar acudiendo a la conocida “mano muerta”.

 

- ¡Yo quiero mantequilla en mis palomitas! – La única chica del grupo brincaba en una sola pata mientras veía los granos de maíz estallar dentro de la máquina.  Aquellas eran sus debilidades cuando iba al cine.

 

- Puag… odio la mantequilla – Se quejaba el Hyuuga.

 

- Ni que te fuera a dar – Le sacó la lengua.

 

Todos formaron un círculo para debatir qué verían. Claro que los gustos eran muy variados…

 

Naruto, como siempre, pasado de infantil, quería meterse en otro de los estrenos de Pixar – película indiscutiblemente excelentísima, pero como adolescentes al fin, pensaban que eran “demasiado grandes” para andar viendo pelis para niños -; Gaara quería ver una de guerras espaciales, era asiduo lector de ciencia ficción y se sabía toda la saga de memoria – los demás muchachos tenían muy poco interés en los temas frikis y se negaban a meterse en debates interminables luego de acabar el filme-; Shikamaru y Lee plantearon lo de la peli de terror y Ten Ten y Neji una comedia/tragedia/romántica.

 

Obviamente el tema de terror sedujo más a Naruto y Gaara, dejando a la chica y a su amigo de cabello largo con la decisión de meterse a ver una peli que no querían o irse por su lado.

 

- Bueno, tendremos un tiempo de chicas ¿Qué te parece Neji? – Mencionaba la Ten mientras le guiñaba un ojo a su amigo.

 

- Deja la mariquera. Sólo entraré porque dicen que la peli es buenísima y porque no quiero andar de florero entre los que tienen pareja.

 

- Cierto… eso es más chimbo - La chica se llevó el dedo a la mejilla – Dime la verdad ahora que estamos en confianza… ¿Estabas esperando el estreno desde el año pasado como yo?

 

El ojiblanco hizo un breve silencio.

 

- Si… pa’ que te digo que no, si sí - Fue su respuesta tras un sonrojo – Me leí el libro y todo.

 

- ¡Kyaaaa!

 

- Shhhhh esto no lo puede saber nadie ¿Entiendes Ten Ten?... ¿Qué pensarán de mí si se enteran que me gustan las cosas de chicas?

 

- Está bien, está bien, pero… chico, tampoco hay que inventar tantas vainas – Sacó su celular – Vamos, tomémonos una selfie.

 

- Bueno… pero sólo porque salgo muy bien en las fotos.

 

La chica tomó la foto y la publicó bajó el título: “Aquí con el pana, viendo una romanticona”     

 

Naruto no había estado muy seguro con lo de la escogencia de la peli, realmente había preferido meterse en la proyección de la otra, pero Gaara le había convencido, especificándole que a los novios les encantaba llevar a sus novias a ver pelis de terror y así, aterrarlas… un deleite sádico que servía de excusa para los abrazos y para preparación en la dependencia durante una relación.

 

- Pero Gaara… si me asusto mucho lo que haría sería correr de la sala. Eso o tirarme bajo la silla para ocultarme.

 

- No seas lento y has lo que te digo – Seguía aconsejándole.

 

El Uzumaki no estuvo muy convencido, además había aprendido a seguir su propio instinto. Después de todo, la mayoría de los consejos que le hubieron dado los demás, en varias ocasiones lo llevaron sino a la confusión, a la vivencia de malos momentos.

 

Los chicos tomaron sus puestos en la sala del cine, colocándose en todo el medio para mejor visualización. Shikamaru y Lee en el centro y a los extremos, Naruto y Gaara.

 

Durante los comerciales, el Nara aprovechó de tomarle la mano a su novio. El rubio tuvo un ligero sobresalto, por lo general las manos del muchacho estaban tibiecitas, pero debido al aire acondicionado prendido a toda mecha, sentía la misma como panela de hielo.

 

- Naru… si tienes miedo te tomaré de la mano toda la peli.

 

- Tsk. No soy ningún miedoso… además ¿Cómo me comeré mis papas si me agarras de la mano todo el tiempo?

 

- Oye Gaara… podríamos aprovechar lo oscurito para… tú sabes…

 

- Shh… los celadores están pendientes. No es la primera vez que se meten mano los novios cuando ponen las pelis… - Pendiente de los próximos estrenos.

 

Para variar, cada uno andaba metido en su mundillo.

 

La película comenzó y como en todo filme de terror, las partes no sangrientas ni aterradoras – como dónde explican la vida de los personajes -  eran aprovechadas para hacer cosas más interesantes, como hacer ruido al masticar papas y golosinas, revisar el celu, sacarse un moquito o plantearse el sentido de la propia existencia…

 

(N/Autor: La última peli de terror que vi fue hace años… No soy de las que ve ese tipo de pelis, no me gustan PARA NADA. Para los momentos que escribo esto, estoy viviendo en un lugar campestre, de esos en donde de noche no se oye más que los grillos y todo se ve negro como el carbón y créanme, lo mínimo que querría es meterme en la cabeza cosas tenebrosas que me quiten el sueño que necesito para seguir funcionando correctamente como organismo vivo O_o así que medio explicaré como se desarrolla una peli de esas, imagínense que están viendo mamma, silent hill, el despertar del diablo o qué se yo xD)

 

La peli avanzaba en su momento más crítico, el frío exageradamente demencial hacía creer a los espectadores que realmente estaban en aquella escena siniestra, la repentina desaparición del tema de fondo presagiaba algo…  apareció la escena más aterradora de toda la peli y los más asustadizos pegaron el brinco sobre sus asientos, mientras que entre el grupo de los liceístas, el Nara y el Rock fueron los que inesperadamente pegaron un grito.

 

- ¡AAAAAAAAh! – Y de paso se abrazaron.

 

- Pero ¿Por qué se asustan? Eso claramente se ve falso – Comentaba el pelirrojo, quién había decidido hacerse el asustado en cuanto tuviera la oportunidad, pero la indignación ante la calidad de lo que veía, no se lo permitió.

 

- … - Mientras que nuestro querido Naruto, se hubo desmayado en su asiento.

 

Al parecer el susto había sido demasiado fuerte para él.   

 

Los muchachos se reunieron fuera del cine tras acabar las proyecciones. Shikamaru y Lee estaban blancos como un papel, mientras que Gaara bostezaba y Naruto parecía un robot.

 

- ¡Hey muchacho! ¿Qué tal estuvo su peli? – Ten Ten estaba dando saltos como una carajita, guindada del brazo del Hyuuga.

 

- ¿Eh…?

 

El pelirrojo se dio cuenta de que era el único que tenía la suficiente consciencia para contestarle.

 

- Ahí… - Encogiéndose de hombros - ¿Y la de ustedes? ¿Mucho besuqueo? - Se burló.

 

- ¡Cómo no tienes idea! – Explotó la chica – Y no sólo eso ¡Fue muy cómica! Me reí tanto que por casi me oriné de la risa.

 

- Estuvo bien… - Fue el comentario del ojiblanco, aunque por dentro estaba igual de emocionado que la Ten. Había sido una de las mejores películas que había visto en su vida, pero antes muerto que confesarlo – “Si se enteran que lloré como magdalena con el final, el chalequeo será terrible”

 

- “Mierda… mejor hubiéramos entrado a ver la peli de chicas y aprovechado el calentón del besuqueo” – Gaara miraba a su novio con el tembleque propio del que ha quedado traumado. 

 

 

 

 

Continuará…

 

 

 

 

Notas finales:

 

 

Nada como pasar tiempo con los panas xD Gracias a todo aquel que se animó a leer ésta tontera je je… Kisus!! Bye Bye!!

 

 

 


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