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Cuando regreso el Maou por zumiko yuram

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Notas del capitulo:

Actos  viles  y  las  bajezas que se cometen con el  pretexto de en  nombre del amor  no  tienen  perdón,  mas  hay  algunos que  por  merecer  la redención  rectifican  para  dignificarse ante los ojos de aquellos  a los  que  han dañado,  la oportunidad de redención es  una  ventana  para  expiar  culpas y  así obtener la misericordia,  pero hay otros  que  al  contrario se  van hundiendo mas y mas  en  la podredumbre de un alma carcomida por  impuros  sentimientos convirtiendo de este portador de una ser  inmundo.


Así pues,  el  rey de  Shimarron el  Grande  cargara con la carga de actos infames que jamás alcanzaran  la misericordia y  redención,  otros  como  Conrad  Weller  que  cegado por el  deseo, el despecho y los  celos cometió  actos  contra el ser que  mas decía amar,  ahora la  puerta  asía la  salvación está en la decisiones que  tome  de aquí en mas.

Un  claro  amanecer  es el  que  un par de ojos azul tan profundos a la vez que cristalinos, cual  brillantes gemas preciosas, eran como  el astro rey le daba  los buenos días al  joven  Príncipe de Geoda quien  se  va  reincorporando lentamente,  su  cabeza le  duele y  el  simple  hecho de ponerse en pie le causa un terrible  mareo, trata de levantarse de la  cama  mas al  poner el  pie en el piso y  tomar  impulso  siente como las  fuerzas le fallan y cae  de  rodillas a la orilla de su  lecho, intentando  sostenerse y no encontrado más nada  se va  desplomando haciendo añicos un jarra con  agua fresca que  recién le habían  traído para  refrescarle, al escucharse  tal  estruendo soldados  entraron de inmediato  a  las habitaciones del  joven soberano,  al  verle  en el  suelo le tomaron  con  cuidado y  le  vuelven a introducir  a la  cama  donde  el pelinegro  volvió a  caer en el  sueño.


Murata


--- ¡¿Qué  ha pasado?! ---


Soldado


--- Su alteza  quiso ponerse en pie pero aun esta débil ---


Murata


--- Ya  veo…  el  usar  tan  inmenso poder  le  deja  realmente  agotado, es de  esperarse, me pregunto ¿cómo estará Shibuya?  el  también ha  estado  usando  de mas  su  Mayorku ---


Soldado


--- Tenemos entendido que su  majestad por la noche recayó  en  cama  víctima de una terrible  fiebre ---


Murata


--- ¿Qué has  dicho? ---


El  Gran Sabio  salió de los aposentos del  príncipe de  Geoda y  fue en dirección de  la  recamara principal de palacio,  donde  al  entrar se  encontró con  un  Maou  restablecido quien se  terminaba de abrochar  los últimos botones de  su  traje  negro, Murata  da un desahogado  suspiro  mientras  que  Shibuya le mira  extrañado ante  la  estrepitosa  llegada de su  estratega.


Yuuri


--- ¿Qué pasa Murata? ¿Ya  estas  alistándote para partir al  puerto? No quiero perder más el  tiempo, necesito  llegar lo antes posible a costas de Caloría, necesito  llegar a…---


Murata


--- ¡¡Shibuya!!  Hey,  hey,  ¿Qué  te pasa, te sientes bien? ---


Yuuri cayó al piso  de  rodillas tomándose  el  pecho por un momento sintiendo que  el  aliento le  faltaba y un  helado  sudor  corrió  por  su  frente,  el  rostro del monarca palideció y su  fiel  amigo  fue a su  encuentro  tratando de ponerlo en pie, El Maou a duras penas  pudo  reincorporarse  y  se  sentó  a la  orilla de su  cama  tratando con  ansiedad de  jalar  el aliento que le  de sustento a  su  pecho.


Murata


--- Shibuya,  resiste  Shibuya… Shibuya…---


--- Shibuya…----


--- … buya… shib… ---


Un  belo  blanco  cubriese  la visión del monarca arrastrándolo  a un  profundo  abismo,  a lo lejos  una  voz le llamaba con  dulzura


Yuuri…


Yuuri…


Yuuri…


 


La  voz de Murata  se  fue perdiendo, escuchándose  fragmentada y  a lo lejos, mientras  todo el panorama se  empezaba a ennegrecer solo aquella dulce  voz,  era lo único que  alcanzaba a  entender quien le llamaba, le  convocaba para que  resistiera, para que  se mantuviera  con aplomo en su mundo.


Yuuri…


 Yuuri…


 Se  fuerte Yuuri…


 Se fuerte, resiste Yuuri…


 No me  abandones…


 Yuuri…


Murata  toma en sus brazos  al Maou y  lo  lleva  con cuidado a la  cama,  este  está con su piel  fría y pálida,  el Gran Sabio  corre a la puerta y  grita por  ayuda,  todos  los  soldados  corren buscando  auxilio para su monarca,  en las caballerizas  se encontraba Sir  Weller ajustando el  cincho a  su  caballo,  en los patios  Marcos  le  miraba desde lejos y aquella  duda  asaltaba su mente,  no puede  dar crédito pero la terrible hipótesis que  le  viene, esas marcas en el Maou  el  olor  tan  marcado, también, había  manchas en las ropas  del monarca,  solo  lo único que no calzaba  era el  estado crítico de Yuuri, Marcos no es de los chicos que se andan por las  ramas y  va a  averiguarlo  todo de una  buena  vez, si se  equivoca, solo  será  reprendido pero si  acierta, es  su deber  proteger  al que  es prometido de su amado padre, y el libertador  de su  pueblo.


Marcos avanzaba  a las caballerizas y se encuentra  cara a cara  con  aquel  castaño que  siente como la mirada fija del  joven  soldado  le  recrimina  por algo,  no puede  soportar  tal peso, no ahora, no es el momento, cuando en eso  los  soldados  buscaban a  Marcos  gritan por ayuda, el  joven  voltea a donde  los guardias quienes  le  suplican corra donde el Maou,  este  sale a toda prisa a  donde el monarca para así asistirle. Conrad  también corrió al  amparo del  Maou quien  estaba inerte como sin  vida,  llego  Marcos y de inmediato  empezó a  aplicarle  Mayorku de  sanación como lo aprendió de Wolfram tomando  entre sus manos  la mano del Maou  mientras concentraba  todo  su poder de sanación,  todos  estaba  a la  espera de respuestas, los principales  cabecillas  de aquel destacamento  pendientes se encontraban, el General  Gwendal  no  daba  crédito  a lo que pasaba, Conrad no pudo ingresar a la  recamara del monarca solo se encontrasen allí  Murata  y  Marcos por ordenes  explicitas  del  joven ,  quien pedía  le dejasen hacer su labor  sin  mayores distracciones.


De pronto el  semblante de Yuuri  empezó a  cambiar  y  como quien sale de un profundo  lago  el  monarca  abre sus ojos y  jala  una  gran bocanada de  oxigeno  tratando  de  respirar  con  ansiedad pero poco a poco recuperando  la calma.


Murata


--- Shibuya,  gracias  al Shinou  que  estas  de regreso ----


Yuuri


--- Mu… Murata… y… Wolf…d-donde… donde esta  Wolf.. Yo… yo le escuche llamarme, M-Murata… Wolf… yo…---


Marcos


--- Tranquilícese  su  majestad,   aun no se  encuentra  bien,  esto  se  debió al  abuso de  su poder en los  días pasados, por  favor  necesita  descansar,  trate de  dormir  un poco--.


Yuuri


--- N-No…no, no, no  pue… no puedo Wolfram… Wolfram me espera… Wolfram… W-Wof… Wolf me…---


El Maou  fue  cayendo en un profundo  sueño inducido por el  gran sabio  quien al  ver el grado de  ansiedad que llevase  Shibuya  le produce un sueño para que así  recuperase  sus  energías


Marcos


--- no  cabe  duda que  esto  fue   a causa de uso  excesivo de Mayorku,  sin contar el  nivel  elevado  de  estrés que  sufre ---


Murata


--- Pobre  Shibuya,  esta demasiado  estresado pero  debe de calmarse para así poder  recuperar la paz y la  tranquilidad en Shin Makoku---


Marcos


--- Así es, su majestad  necesita  descansar, le sugiero  le estén revisando periódicamente,  aun que hasta  ahora  he podido  ayudarle en  estos momentos considero  oportuno que  la coronel Gisela  este  cercana a él,  ella  tiene los conocimientos  suficientes para  poder  darle un mejor tratamiento.---


Murata


--- Cuando reagrupemos y  Yuuri  este mejor  enviare por Gisela para que  este junto al Maou---


El  Gran Sabio junto a  Marcos  salieron de los aposentos de  Shibuya quien permanecía  en completo sopor, por  largos 3  días  tanto  Yuuri  así como el príncipe  recobraron sus  fuerzas  y emprendieron  así la  marcha,  siguiendo  con  el  plan,  El Príncipe de Geoda  viajaría asía  la  frontera este,  llegando así a  tierras  vecinas de, Echigo.


Su  trayecto  seria  acaballo  y  estaría  escoltado  por  Karola y Yozak, Gwendal  se  quedaría  en pacto de  sangre pera  empezar a  restablecer el  reino, mientras  creaban  nuevas viviendas y  fortalezas para  traer de regreso a los Mazoku  que  estaban en  tierras de  Zurita,  se  envió  una  comitiva  a  Zurita para  reiniciar el éxodo  Mazoku a  sus  tierras y también  traer  con ellos  a  Gisela para que estuviese  al  cuidado del  rey.


Yuuri junto  a  Murata,  Conrad, Marcos y Donatto se embarcaron  con destino  a  Cabalde,  de  allí  se  dividirían en dos,  grupos  unos  entrarían por  caloría  y  los otros  por  Franshia,  para  ir  reuniendo  mas aliados  y  así  derrocar  el  reino de  Saralegui.


Las  embarcaciones  salieron,  las  diligencias empezaron a  moverse, las piezas  seguían moviéndose mientras que en  el  reino de  Franshia, Wolfram trata  de ingresar  a palacio,  ya  llevan  más de una  semana  tratando  de  buscar una manera  para poder  ver al  rey Antuanett, mas  las posibilidades de  concertar  una  reunión  es casi nula  el  rey  ha  sido  situado  por  el ejercito  de Shimarron, Wolfram  no encuentra  de que manera poder  ingresar  a palacio, y  mucho menos  presentándose en harapos, ¡¿Qué hacer?! ¿A quién  acudir?  Las  opciones se le  estaban  acabando  y  su  desesperación podría llevarlo a  cometer  alguna  imprudencia.


Mas su  buena  estrella  brillo,  en  una  reunión que se llevaría  acabo  en  una de las  casas  nobles de  aquel  reino  Totome y Wolfram  consiguieron ingresar  como  ayudantes de  cocina,  quien lo  diría,  un noble  príncipe reducido a un simple  lava  platos, por  su  ceguera  solo eso  podía  hacer,  mientras que el  joven Totome fue designado para  recibir  abrigos  y sombreros de los invitados,  Wolfram se dedico  a  hacer la labor  mas  había  aleccionado  bien a  el  pequeño  de  que  debía  hacer,  sin más  Totome  estuvo  listo  para  recibir  todos  aquellos  abrigos  y  selección  de entre  estos  los que se adecuasen mas  al Mazoku de  fuego, en cuanto la  fiesta  estaba en su máximo apogeo el  chico  se  pudo  colar  entre las habitaciones y  fue en  busca de  prendas  para poder  hacer que Wolf  pasara  por  uno ms de la nobleza, la  fiesta seguía  y los  invitados iban y venían.


Wolf  termino su deber y esperaba paciente en la puerta  dedicada para el servicio,  el  rubio meditaba  en como llevaría a cabo  su  misión,  teniendo en cuenta que con su ceguera y  el  aspecto tan notorio de su persona  no podría  ingresar en esas pintas, entonces  pensó que si  usaba el  nombre de  Hicari Adams,  le  permitirían el acceso a  palacio,  así que  todo ahora estaba en manos de  Totome,  quien  por su  corta  experiencia cometió  un grave  pero  dichoso  error  que le  ayudaría  como no tenía una idea a el Mazoku de  fuego.


Totome


--- Esta  es la  habitación principal,  al parecer  está  abierta,  es el momento…  tengo entendido que  aquí  hay  un  joven duque  que  es más o menos de la  constitución de Otosan, debo ser  rápido  o si no…---


Escolta


--- ¡¡Oí, Oí, Oí!!  Mocoso ven  acá ---


Totome


--- ¡¡Rayos  me  descubrieron!! Tengo que  correr y  llegar  donde  Otosan ---


Escolta


--- ¡Espera mocoso!  te pateare el trasero   ladrón,  ven aquí ---


Totome  comenzó  a  correr  mientras  era perseguido por  los guardias del  dueño  de la  mansión, Wolfram  escucho  el alboroto,  así  que  busco  su  báculo para de ser preciso  proteger al  pequeño,  Totome  corrió  hasta llegar a la cocina  y  de allí  ir  a  la  entrada de  servicio,  el  chico  saltaba y  esquivaba tanto a los  guardias  así como a los  cocineros y demás de servicio  que al  ver el alboroto intentaron capturarlo,  estaba  a  punto  de tomar el pomo de la  puerta  cuando un hombre  alto  y de apariencia  fornida  le  detuvo tomándolo  por  sus  ropas.


Totome


--- ¡¡Suéltame,  suéltame, Maldito  gigante  déjame!! ---


Adalberto


--- Quieta pequeña  sabandija ---


Totome


--- Déjame o  te  arrepentirás…---


Adalberto


--- Hahahahaha, no me hagas  reír,  ¡¿tú y  quien más?! ---


El  pequeño  Totome  se  sacudía y  balanceaba  en el  aire  intentando  zafarse  del  agarre de  aquel  hombre imponente,  Wolfram  escuchaba  tras la puerta sabía  que su plan  fallaría,  no había  de otra, si no podía  ingresar  por las  buenas  seria  por las  malas, dio un hondo respiro tomando  todo  su  valor   y  concentrándose  para enfrentarse al enemigo,  tomo  con  fuerza su  báculo y se dispuso  a  ingresar.


Adalberto


--- Te lo  repito  sanguijuela, ¿tú  que  podrías  hacerme  a mí? ----


Wolfram


--- Quizás  el  no,  pero… puedes apostar  que  no  permitiré lo lastimes ---


Adalberto


--- ¡¿ Qué?! Tú eres…---


Justo  cuando el  hombre  fornido  vio ingresar a  Wolfram  a la cocina  un  grupo de  guardias  se aproximaron  asía  el para  capturarlo,  el  rubio  haciendo uso  de sus conocimientos  en  combate cuerpo a cuerpo y  con apoyo  de su  báculo  despacho de inmediato  a  sus  agresores  dio un gran salto  llegando  a  donde  Adalberto  quien le miraba  tan  sorprendido como aquel que veía  a un espanto, Wolfram  cayó  al piso en cuclillas y  girando con velocidad  su báculo  haciendo así  que  Adalberto perdiera  el  equilibrio y por  ende soltó  al  pequeño.


Wolfram


--- Corre…---


Totome


--- Pero… Otosan… ---


Wolfram


--- ¡¡TE  DIGO QU E CORRAS  MALDICION!!---


El  chico  salió  corriendo pero  se detuvo  a medio  camino  cuando vio  como mas  guardias  llegaban  al lugar,  atrapándolo  una  vez  más,  Wolf en verdad no podía  ver  más  sus demás  sentidos  estaban  al  máximo por lo que no  era necesario para él,  el  ver a sus  enemigos, sabía que debía  actuar  rápido  y  usar una  artimaña para  así  librarse de sus  enemigos, se  saco la  capucha  revelando así  su  identidad  ante  todos, los  ojos  azul  claro  del  aquel hombre  se  abrieron con  gran  asombro y  quedo aun mas  impresionado tras lo que el  rubio  hizo.


Wolfram


--- Tkz,  maldición no  quería  llegar  a  esto pero… “Espíritus que  componen el  elemento  fuego,  venid  y servid  a  quien  ha  vencido  vuestra  voluntad,  venid  yo  os los  conjuro  obedeced a este poderoso y  orgulloso  Mazoku” ---


Dicho  pues  esto  de la mano de  Wolfram  potentes  llamaradas  salieron impresionando a  los  guardias quienes  asustados  buscaron resguardo  y no ser calcinados por  tan terribles  bestias de  fuego, mas la  verdad  era otra,  esos leones solo eran mera  ilusión un  mero artilugio  ideado por  Wolfram para  aparentar  un  inmenso poder  al  liberar su Mayorku y  conjurar por un momento su elemento  fuego logro  encender  la  capucha  que le  ocultasen su  identidad y  por  medio de  su  báculo y  magistrales movimientos de  este   género  unas  bolas  de  fuego  apartando y alejando  de él  a  los  guardias, Totome  tanto  los  demás que allí estaban no daban crédito  a  tan impresionante  poder,  mas  su  energía  estaba al límite  siendo  Mazoku  y  estando  en tierras  humanas  su  poder  era mínimo;  mas  sin embargo uso  toda su  energía para  convocar al fuego,  Adalberto Von Grantz  estaba  fascinado, el creyó que el  tercer  hijo Lady Cecilie  había  muerto  muchos  años  atrás y  el  verle  allí,  el  ver como luchaba de esta manera  le  hacía  arder su  corazón en una  esperanza  que  hacía  tiempo  había perecido  ante la  crueldad de  Saralegui,  el  colosal  hombre  uso  su espada y por medio de su  Houjutsu bloqueo  aquel  impresionante e  ingenioso ataque  por parte de  Bielefeld.


Wolf  estaba  realmente  agotado,  además de que  en todo ese  tiempo  no  se habían alimentado  adecuadamente por lo que el Mazoku  sufría de una  terrible  desnutrición y  agotamiento  excesivo. Por tal motivo  el  rubio  empezó a  sentir que las  fuerzas le abandonaban  su  respiración se acortaba y  un mareo  empezaba   apoderarse de  su  equilibrio, se apoya  mas  con  un ademan de poderío al  báculo  y espera por el  siguiente  asalto, Totome intenta  correr en su aparo  mas los  guardias  lo tienen sujeto, Adalberto uso una  vez más su Majotzu y  tras un  fulgor  carmesí el  rubio  cae al piso  completamente inconsciente,  los  guardias  van tras él, al tenerle capturado  el  colosal  Adalberto da la orden para que  sean llevados a otro sitio, los  guardias  aun no comprenden  su orden mas acatan.


Con  total y  absoluto escrutinio secreto,  fueron  trasladados en una elegante  carrosa.  El pequeño  Totome fue  amordazado para no causara  revuelo y  de  aquella  fastuosa mansión salieron escoltados  por  aquel hombre de  expresión férrea e inmutable.


Los  días  siguientes tomaron su  curso el  Monarca de Shin Makoku por fin arribaba a  costas de Caloría, desembarcaban allí  mismo  bajo  una  falsa apariencia, ocultando su verdadera identidad ante la amenaza palpitante del  gobierno de  Shimarron El Grande.


Los demás  barcos que acompañaban su encomienda  quedaron a situados en  costas de una  pequeña  isla cercanas a Caloría, una  isla  mejor conocida como Van Dar Vía esperando por las  ordenes de su  majestad, un buque desembarca a un sequito bastante llamativo, un supuesto Harajuko Fuuri, un comerciante de  telas finas, escoltado por  un par de  chiquillos  y dos más que  resultaban algo intrigante su aspecto,  Harajuko llevase un  turbante y gafas con  ropas largas seguido de un tal Jean quien  vestía del mismo modo, un tipo  de caucásico de cabellera castaña les acompañaba de  ropas muy similares a los de un militar mas sin escudos  o  algo  por el estilo el grupo seguido de una pequeña comitiva partieron en dirección de la mansión Gilbit, de allí dicho  grupo se dividiría en  dos unos ingresarían a Cabalde y los  otros  incursionarían en Franshia.


Murata


--- A pasado mucho tiempo, ¿no es así Shibuya?---


Yuuri


--- Más  tiempo del que debiera, todo esto está irreconocible Murata, todo esto a pasado por mi  culpa,  y  debo  remediar  todo, todo---


Marcos


--- Por  favor, no  se  altere aun que este restablecido, usted  esta aun  convaleciente ----


Murata


--- Debes hacer  caso a  tu  medico  Shibuya,  ahora no es momento para  alterarnos ----


Conrad


--- Nos aproximamos a la mansión de Lady Furin ---


Yuuri


--- ¡¡Ah!! A pasado tanto… espero  ella  esté  bien ----


Yuuri se  asomaba  a la  ventana de la diligencia  quien le mostraba un panorama algo  entristecedor, mas la  emoción de  volver a ver a viejos amigos le  dan nuevos  bríos al monarca, la  brisa  salada proveniente del puerto  aun se puede percibir  a  las puertas de la modesta pero elegante mansión Gilbit.


Las  grandes  rejas  se  abren  dando paso a los recién llegados quienes  presentan ante el mayordomo y demás sirvientes,  finas  sedas y otros tantos presentes para la dueña de la finca, el mayordomo  agradece sus atenciones y los  guía  a la presencia de su señora, pasan por  un largo pasillo hasta llegar  a lo que es un  hermoso jardín, el  lugar  es precioso y a lo lejos se  puede  ver un joven quien disfrutaba de tan soleado día, mientras caminaba por el cándido jardín, entre mas se aproximaban el corazón del monarca  latía con  premura al ir  aclarándose la identidad de  dicho  joven de dorados  rizos, el chico tarareaba una  melodía, una melodía que se supone solo una persona debía conocer a demás del Maou.


Los pasos de Yuuri de repente se empezaron a  acelerar, mas y mas, todos quedaron desconcertados  ante la  reacción del  pelinegro que al  momento de iniciar  su  andanza en pos de aquel que cantaba en los jardines quedo  expuesta su  verdadera naturaleza, el turbante que ocultase  su negra cabellera  cayó al piso al  igual que  sus gafas de sol,  la  emoción y ansiedad por  estar  lo más pronto  posible con  aquel de  rubios cabellos era  demasiada como  para mantener la calma,  una  puerta lateral se abrió  dando paso a la bella  dama Gilbit, quien quedo estupefacta al ver  correr frente de  si al Maou,  era  imposible que existiera alguien con estas características cabellos  y ojos  negros y  brillantes aquella  sonrisa que alegraba los corazones de los  demás a su alrededor, era  imposible  equivocarse.


Lady Furin


--- Yuuri…---


El moreno  no  escucho cuando la  dama le llamo por su nombre lo único que  deseaba era reencontrarse con su amado  quien le esperaba  al final de ese largo pasillo, mientras que  un peli castaño sentía que el alma  lo abandonaba y a cada paso que el monarca se acercaba a  dicho sujeto era aplastada su esperanza y su corazón reducido a añicos. Una mirada  de desesperación y la ansiedad  de  saber que  perderá a  su  Yuuri lo hacen  correr tras del gritando por  que se detenga, mas  Yuuri  parece no escuchar  mas nada ni a nadie, pareciera para el Maou aquel  pabellón.


Conrad


---- ¡¡¡Yuuri!!! ¡¡Yuuri, por  favor  espera no  vayas!!! YYUUUURRRIIIIIII … No…---


Yuuri


---- ¡¡Wolfram!! ---


El monarca  llego  hasta el jardín y  tomo  del  brazo al  rubio y de un rápido  movimiento lo  giro, y  atrapo en un  fuerte abrazo, su corazón latía tan fuerte que el  rubio sentía  ese  tamborilear en su pecho, ese abrazo tan cálido, esa fragancia tan única,  y  esa  voz que le llamaba  con  tanta alegría y  ternura


Yuuri


--- Wolfram,  Wolfram, pensé que nunca te  vería otra  vez mi querido Wolf… ¿Wolfram? ----


Hicari


--- ¿¿Quien es Wolfram??---


El Maou  se a quedado  petrificado al  ver de cercas a este  joven quien  se pareciera  tanto a su amado que en un arrebato  se  dejo engañar y cegado  por su  deseo incontenible de  volverle a ver  se  lanzo a su encuentro  más la aplastante realidad le destruyen y carcomen el alma al  ver que quien tomase en brazos no  fuera otro más que un completo desconocido.


Yuuri


--- ¿¿Quién eres tú?? ¿¿Dónde, donde está  Wolfram?? ---

Notas finales:

Las  cosas  están  comenzando a  acomodarse y el  Maou por un  breve momento  tuvo  un destello de  felicidad en una aplastante y agobiante penumbra aquel  brillo de esperanza que al momento de  caer a cuentas en la realidad lo  desmorono, es también  un sinfín de nuevas sorpresas, ¿Qué le deparara en el futuro al Maou? Hicari ha quedado absorto en la profundidad de aquel par de ojos tan negros pero… que pasara cuando le cuente de su pasado y se entere que  este hombre que  ahora le toma en brazos  es aquel que  le arrebatara el amor de su  vida.


Muchísimas gracias por  seguir de cerca esta  historia y les sea de su  agrado,  espero seguir contando con su preferencia  y  estén pendientes del siguiente capítulo. ¡Hasta  la próxima!


ATTE: Zumiko Yuram.


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