Un claro amanecer es el que un par de ojos azul tan profundos a la vez que cristalinos, cual brillantes gemas preciosas, eran como el astro rey le daba los buenos días al joven Príncipe de Geoda quien se va reincorporando lentamente, su cabeza le duele y el simple hecho de ponerse en pie le causa un terrible mareo, trata de levantarse de la cama mas al poner el pie en el piso y tomar impulso siente como las fuerzas le fallan y cae de rodillas a la orilla de su lecho, intentando sostenerse y no encontrado más nada se va desplomando haciendo añicos un jarra con agua fresca que recién le habían traído para refrescarle, al escucharse tal estruendo soldados entraron de inmediato a las habitaciones del joven soberano, al verle en el suelo le tomaron con cuidado y le vuelven a introducir a la cama donde el pelinegro volvió a caer en el sueño.
Murata
--- ¡¿Qué ha pasado?! ---
Soldado
--- Su alteza quiso ponerse en pie pero aun esta débil ---
Murata
--- Ya veo… el usar tan inmenso poder le deja realmente agotado, es de esperarse, me pregunto ¿cómo estará Shibuya? el también ha estado usando de mas su Mayorku ---
Soldado
--- Tenemos entendido que su majestad por la noche recayó en cama víctima de una terrible fiebre ---
Murata
--- ¿Qué has dicho? ---
El Gran Sabio salió de los aposentos del príncipe de Geoda y fue en dirección de la recamara principal de palacio, donde al entrar se encontró con un Maou restablecido quien se terminaba de abrochar los últimos botones de su traje negro, Murata da un desahogado suspiro mientras que Shibuya le mira extrañado ante la estrepitosa llegada de su estratega.
Yuuri
--- ¿Qué pasa Murata? ¿Ya estas alistándote para partir al puerto? No quiero perder más el tiempo, necesito llegar lo antes posible a costas de Caloría, necesito llegar a…---
Murata
--- ¡¡Shibuya!! Hey, hey, ¿Qué te pasa, te sientes bien? ---
Yuuri cayó al piso de rodillas tomándose el pecho por un momento sintiendo que el aliento le faltaba y un helado sudor corrió por su frente, el rostro del monarca palideció y su fiel amigo fue a su encuentro tratando de ponerlo en pie, El Maou a duras penas pudo reincorporarse y se sentó a la orilla de su cama tratando con ansiedad de jalar el aliento que le de sustento a su pecho.
Murata
--- Shibuya, resiste Shibuya… Shibuya…---
--- Shibuya…----
--- … buya… shib… ---
Un belo blanco cubriese la visión del monarca arrastrándolo a un profundo abismo, a lo lejos una voz le llamaba con dulzura
Yuuri…
Yuuri…
Yuuri…
La voz de Murata se fue perdiendo, escuchándose fragmentada y a lo lejos, mientras todo el panorama se empezaba a ennegrecer solo aquella dulce voz, era lo único que alcanzaba a entender quien le llamaba, le convocaba para que resistiera, para que se mantuviera con aplomo en su mundo.
Yuuri…
Yuuri…
Se fuerte Yuuri…
Se fuerte, resiste Yuuri…
No me abandones…
Yuuri…
Murata toma en sus brazos al Maou y lo lleva con cuidado a la cama, este está con su piel fría y pálida, el Gran Sabio corre a la puerta y grita por ayuda, todos los soldados corren buscando auxilio para su monarca, en las caballerizas se encontraba Sir Weller ajustando el cincho a su caballo, en los patios Marcos le miraba desde lejos y aquella duda asaltaba su mente, no puede dar crédito pero la terrible hipótesis que le viene, esas marcas en el Maou el olor tan marcado, también, había manchas en las ropas del monarca, solo lo único que no calzaba era el estado crítico de Yuuri, Marcos no es de los chicos que se andan por las ramas y va a averiguarlo todo de una buena vez, si se equivoca, solo será reprendido pero si acierta, es su deber proteger al que es prometido de su amado padre, y el libertador de su pueblo.
Marcos avanzaba a las caballerizas y se encuentra cara a cara con aquel castaño que siente como la mirada fija del joven soldado le recrimina por algo, no puede soportar tal peso, no ahora, no es el momento, cuando en eso los soldados buscaban a Marcos gritan por ayuda, el joven voltea a donde los guardias quienes le suplican corra donde el Maou, este sale a toda prisa a donde el monarca para así asistirle. Conrad también corrió al amparo del Maou quien estaba inerte como sin vida, llego Marcos y de inmediato empezó a aplicarle Mayorku de sanación como lo aprendió de Wolfram tomando entre sus manos la mano del Maou mientras concentraba todo su poder de sanación, todos estaba a la espera de respuestas, los principales cabecillas de aquel destacamento pendientes se encontraban, el General Gwendal no daba crédito a lo que pasaba, Conrad no pudo ingresar a la recamara del monarca solo se encontrasen allí Murata y Marcos por ordenes explicitas del joven , quien pedía le dejasen hacer su labor sin mayores distracciones.
De pronto el semblante de Yuuri empezó a cambiar y como quien sale de un profundo lago el monarca abre sus ojos y jala una gran bocanada de oxigeno tratando de respirar con ansiedad pero poco a poco recuperando la calma.
Murata
--- Shibuya, gracias al Shinou que estas de regreso ----
Yuuri
--- Mu… Murata… y… Wolf…d-donde… donde esta Wolf.. Yo… yo le escuche llamarme, M-Murata… Wolf… yo…---
Marcos
--- Tranquilícese su majestad, aun no se encuentra bien, esto se debió al abuso de su poder en los días pasados, por favor necesita descansar, trate de dormir un poco--.
Yuuri
--- N-No…no, no, no pue… no puedo Wolfram… Wolfram me espera… Wolfram… W-Wof… Wolf me…---
El Maou fue cayendo en un profundo sueño inducido por el gran sabio quien al ver el grado de ansiedad que llevase Shibuya le produce un sueño para que así recuperase sus energías
Marcos
--- no cabe duda que esto fue a causa de uso excesivo de Mayorku, sin contar el nivel elevado de estrés que sufre ---
Murata
--- Pobre Shibuya, esta demasiado estresado pero debe de calmarse para así poder recuperar la paz y la tranquilidad en Shin Makoku---
Marcos
--- Así es, su majestad necesita descansar, le sugiero le estén revisando periódicamente, aun que hasta ahora he podido ayudarle en estos momentos considero oportuno que la coronel Gisela este cercana a él, ella tiene los conocimientos suficientes para poder darle un mejor tratamiento.---
Murata
--- Cuando reagrupemos y Yuuri este mejor enviare por Gisela para que este junto al Maou---
El Gran Sabio junto a Marcos salieron de los aposentos de Shibuya quien permanecía en completo sopor, por largos 3 días tanto Yuuri así como el príncipe recobraron sus fuerzas y emprendieron así la marcha, siguiendo con el plan, El Príncipe de Geoda viajaría asía la frontera este, llegando así a tierras vecinas de, Echigo.
Su trayecto seria acaballo y estaría escoltado por Karola y Yozak, Gwendal se quedaría en pacto de sangre pera empezar a restablecer el reino, mientras creaban nuevas viviendas y fortalezas para traer de regreso a los Mazoku que estaban en tierras de Zurita, se envió una comitiva a Zurita para reiniciar el éxodo Mazoku a sus tierras y también traer con ellos a Gisela para que estuviese al cuidado del rey.
Yuuri junto a Murata, Conrad, Marcos y Donatto se embarcaron con destino a Cabalde, de allí se dividirían en dos, grupos unos entrarían por caloría y los otros por Franshia, para ir reuniendo mas aliados y así derrocar el reino de Saralegui.
Las embarcaciones salieron, las diligencias empezaron a moverse, las piezas seguían moviéndose mientras que en el reino de Franshia, Wolfram trata de ingresar a palacio, ya llevan más de una semana tratando de buscar una manera para poder ver al rey Antuanett, mas las posibilidades de concertar una reunión es casi nula el rey ha sido situado por el ejercito de Shimarron, Wolfram no encuentra de que manera poder ingresar a palacio, y mucho menos presentándose en harapos, ¡¿Qué hacer?! ¿A quién acudir? Las opciones se le estaban acabando y su desesperación podría llevarlo a cometer alguna imprudencia.
Mas su buena estrella brillo, en una reunión que se llevaría acabo en una de las casas nobles de aquel reino Totome y Wolfram consiguieron ingresar como ayudantes de cocina, quien lo diría, un noble príncipe reducido a un simple lava platos, por su ceguera solo eso podía hacer, mientras que el joven Totome fue designado para recibir abrigos y sombreros de los invitados, Wolfram se dedico a hacer la labor mas había aleccionado bien a el pequeño de que debía hacer, sin más Totome estuvo listo para recibir todos aquellos abrigos y selección de entre estos los que se adecuasen mas al Mazoku de fuego, en cuanto la fiesta estaba en su máximo apogeo el chico se pudo colar entre las habitaciones y fue en busca de prendas para poder hacer que Wolf pasara por uno ms de la nobleza, la fiesta seguía y los invitados iban y venían.
Wolf termino su deber y esperaba paciente en la puerta dedicada para el servicio, el rubio meditaba en como llevaría a cabo su misión, teniendo en cuenta que con su ceguera y el aspecto tan notorio de su persona no podría ingresar en esas pintas, entonces pensó que si usaba el nombre de Hicari Adams, le permitirían el acceso a palacio, así que todo ahora estaba en manos de Totome, quien por su corta experiencia cometió un grave pero dichoso error que le ayudaría como no tenía una idea a el Mazoku de fuego.
Totome
--- Esta es la habitación principal, al parecer está abierta, es el momento… tengo entendido que aquí hay un joven duque que es más o menos de la constitución de Otosan, debo ser rápido o si no…---
Escolta
--- ¡¡Oí, Oí, Oí!! Mocoso ven acá ---
Totome
--- ¡¡Rayos me descubrieron!! Tengo que correr y llegar donde Otosan ---
Escolta
--- ¡Espera mocoso! te pateare el trasero ladrón, ven aquí ---
Totome comenzó a correr mientras era perseguido por los guardias del dueño de la mansión, Wolfram escucho el alboroto, así que busco su báculo para de ser preciso proteger al pequeño, Totome corrió hasta llegar a la cocina y de allí ir a la entrada de servicio, el chico saltaba y esquivaba tanto a los guardias así como a los cocineros y demás de servicio que al ver el alboroto intentaron capturarlo, estaba a punto de tomar el pomo de la puerta cuando un hombre alto y de apariencia fornida le detuvo tomándolo por sus ropas.
Totome
--- ¡¡Suéltame, suéltame, Maldito gigante déjame!! ---
Adalberto
--- Quieta pequeña sabandija ---
Totome
--- Déjame o te arrepentirás…---
Adalberto
--- Hahahahaha, no me hagas reír, ¡¿tú y quien más?! ---
El pequeño Totome se sacudía y balanceaba en el aire intentando zafarse del agarre de aquel hombre imponente, Wolfram escuchaba tras la puerta sabía que su plan fallaría, no había de otra, si no podía ingresar por las buenas seria por las malas, dio un hondo respiro tomando todo su valor y concentrándose para enfrentarse al enemigo, tomo con fuerza su báculo y se dispuso a ingresar.
Adalberto
--- Te lo repito sanguijuela, ¿tú que podrías hacerme a mí? ----
Wolfram
--- Quizás el no, pero… puedes apostar que no permitiré lo lastimes ---
Adalberto
--- ¡¿ Qué?! Tú eres…---
Justo cuando el hombre fornido vio ingresar a Wolfram a la cocina un grupo de guardias se aproximaron asía el para capturarlo, el rubio haciendo uso de sus conocimientos en combate cuerpo a cuerpo y con apoyo de su báculo despacho de inmediato a sus agresores dio un gran salto llegando a donde Adalberto quien le miraba tan sorprendido como aquel que veía a un espanto, Wolfram cayó al piso en cuclillas y girando con velocidad su báculo haciendo así que Adalberto perdiera el equilibrio y por ende soltó al pequeño.
Wolfram
--- Corre…---
Totome
--- Pero… Otosan… ---
Wolfram
--- ¡¡TE DIGO QU E CORRAS MALDICION!!---
El chico salió corriendo pero se detuvo a medio camino cuando vio como mas guardias llegaban al lugar, atrapándolo una vez más, Wolf en verdad no podía ver más sus demás sentidos estaban al máximo por lo que no era necesario para él, el ver a sus enemigos, sabía que debía actuar rápido y usar una artimaña para así librarse de sus enemigos, se saco la capucha revelando así su identidad ante todos, los ojos azul claro del aquel hombre se abrieron con gran asombro y quedo aun mas impresionado tras lo que el rubio hizo.
Wolfram
--- Tkz, maldición no quería llegar a esto pero… “Espíritus que componen el elemento fuego, venid y servid a quien ha vencido vuestra voluntad, venid yo os los conjuro obedeced a este poderoso y orgulloso Mazoku” ---
Dicho pues esto de la mano de Wolfram potentes llamaradas salieron impresionando a los guardias quienes asustados buscaron resguardo y no ser calcinados por tan terribles bestias de fuego, mas la verdad era otra, esos leones solo eran mera ilusión un mero artilugio ideado por Wolfram para aparentar un inmenso poder al liberar su Mayorku y conjurar por un momento su elemento fuego logro encender la capucha que le ocultasen su identidad y por medio de su báculo y magistrales movimientos de este género unas bolas de fuego apartando y alejando de él a los guardias, Totome tanto los demás que allí estaban no daban crédito a tan impresionante poder, mas su energía estaba al límite siendo Mazoku y estando en tierras humanas su poder era mínimo; mas sin embargo uso toda su energía para convocar al fuego, Adalberto Von Grantz estaba fascinado, el creyó que el tercer hijo Lady Cecilie había muerto muchos años atrás y el verle allí, el ver como luchaba de esta manera le hacía arder su corazón en una esperanza que hacía tiempo había perecido ante la crueldad de Saralegui, el colosal hombre uso su espada y por medio de su Houjutsu bloqueo aquel impresionante e ingenioso ataque por parte de Bielefeld.
Wolf estaba realmente agotado, además de que en todo ese tiempo no se habían alimentado adecuadamente por lo que el Mazoku sufría de una terrible desnutrición y agotamiento excesivo. Por tal motivo el rubio empezó a sentir que las fuerzas le abandonaban su respiración se acortaba y un mareo empezaba apoderarse de su equilibrio, se apoya mas con un ademan de poderío al báculo y espera por el siguiente asalto, Totome intenta correr en su aparo mas los guardias lo tienen sujeto, Adalberto uso una vez más su Majotzu y tras un fulgor carmesí el rubio cae al piso completamente inconsciente, los guardias van tras él, al tenerle capturado el colosal Adalberto da la orden para que sean llevados a otro sitio, los guardias aun no comprenden su orden mas acatan.
Con total y absoluto escrutinio secreto, fueron trasladados en una elegante carrosa. El pequeño Totome fue amordazado para no causara revuelo y de aquella fastuosa mansión salieron escoltados por aquel hombre de expresión férrea e inmutable.
Los días siguientes tomaron su curso el Monarca de Shin Makoku por fin arribaba a costas de Caloría, desembarcaban allí mismo bajo una falsa apariencia, ocultando su verdadera identidad ante la amenaza palpitante del gobierno de Shimarron El Grande.
Los demás barcos que acompañaban su encomienda quedaron a situados en costas de una pequeña isla cercanas a Caloría, una isla mejor conocida como Van Dar Vía esperando por las ordenes de su majestad, un buque desembarca a un sequito bastante llamativo, un supuesto Harajuko Fuuri, un comerciante de telas finas, escoltado por un par de chiquillos y dos más que resultaban algo intrigante su aspecto, Harajuko llevase un turbante y gafas con ropas largas seguido de un tal Jean quien vestía del mismo modo, un tipo de caucásico de cabellera castaña les acompañaba de ropas muy similares a los de un militar mas sin escudos o algo por el estilo el grupo seguido de una pequeña comitiva partieron en dirección de la mansión Gilbit, de allí dicho grupo se dividiría en dos unos ingresarían a Cabalde y los otros incursionarían en Franshia.
Murata
--- A pasado mucho tiempo, ¿no es así Shibuya?---
Yuuri
--- Más tiempo del que debiera, todo esto está irreconocible Murata, todo esto a pasado por mi culpa, y debo remediar todo, todo---
Marcos
--- Por favor, no se altere aun que este restablecido, usted esta aun convaleciente ----
Murata
--- Debes hacer caso a tu medico Shibuya, ahora no es momento para alterarnos ----
Conrad
--- Nos aproximamos a la mansión de Lady Furin ---
Yuuri
--- ¡¡Ah!! A pasado tanto… espero ella esté bien ----
Yuuri se asomaba a la ventana de la diligencia quien le mostraba un panorama algo entristecedor, mas la emoción de volver a ver a viejos amigos le dan nuevos bríos al monarca, la brisa salada proveniente del puerto aun se puede percibir a las puertas de la modesta pero elegante mansión Gilbit.
Las grandes rejas se abren dando paso a los recién llegados quienes presentan ante el mayordomo y demás sirvientes, finas sedas y otros tantos presentes para la dueña de la finca, el mayordomo agradece sus atenciones y los guía a la presencia de su señora, pasan por un largo pasillo hasta llegar a lo que es un hermoso jardín, el lugar es precioso y a lo lejos se puede ver un joven quien disfrutaba de tan soleado día, mientras caminaba por el cándido jardín, entre mas se aproximaban el corazón del monarca latía con premura al ir aclarándose la identidad de dicho joven de dorados rizos, el chico tarareaba una melodía, una melodía que se supone solo una persona debía conocer a demás del Maou.
Los pasos de Yuuri de repente se empezaron a acelerar, mas y mas, todos quedaron desconcertados ante la reacción del pelinegro que al momento de iniciar su andanza en pos de aquel que cantaba en los jardines quedo expuesta su verdadera naturaleza, el turbante que ocultase su negra cabellera cayó al piso al igual que sus gafas de sol, la emoción y ansiedad por estar lo más pronto posible con aquel de rubios cabellos era demasiada como para mantener la calma, una puerta lateral se abrió dando paso a la bella dama Gilbit, quien quedo estupefacta al ver correr frente de si al Maou, era imposible que existiera alguien con estas características cabellos y ojos negros y brillantes aquella sonrisa que alegraba los corazones de los demás a su alrededor, era imposible equivocarse.
Lady Furin
--- Yuuri…---
El moreno no escucho cuando la dama le llamo por su nombre lo único que deseaba era reencontrarse con su amado quien le esperaba al final de ese largo pasillo, mientras que un peli castaño sentía que el alma lo abandonaba y a cada paso que el monarca se acercaba a dicho sujeto era aplastada su esperanza y su corazón reducido a añicos. Una mirada de desesperación y la ansiedad de saber que perderá a su Yuuri lo hacen correr tras del gritando por que se detenga, mas Yuuri parece no escuchar mas nada ni a nadie, pareciera para el Maou aquel pabellón.
Conrad
---- ¡¡¡Yuuri!!! ¡¡Yuuri, por favor espera no vayas!!! YYUUUURRRIIIIIII … No…---
Yuuri
---- ¡¡Wolfram!! ---
El monarca llego hasta el jardín y tomo del brazo al rubio y de un rápido movimiento lo giro, y atrapo en un fuerte abrazo, su corazón latía tan fuerte que el rubio sentía ese tamborilear en su pecho, ese abrazo tan cálido, esa fragancia tan única, y esa voz que le llamaba con tanta alegría y ternura
Yuuri
--- Wolfram, Wolfram, pensé que nunca te vería otra vez mi querido Wolf… ¿Wolfram? ----
Hicari
--- ¿¿Quien es Wolfram??---
El Maou se a quedado petrificado al ver de cercas a este joven quien se pareciera tanto a su amado que en un arrebato se dejo engañar y cegado por su deseo incontenible de volverle a ver se lanzo a su encuentro más la aplastante realidad le destruyen y carcomen el alma al ver que quien tomase en brazos no fuera otro más que un completo desconocido.
Yuuri
--- ¿¿Quién eres tú?? ¿¿Dónde, donde está Wolfram?? ---