Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Wrinkle - Larry Stylinson por love_narusasu

[Reviews - 2]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Siento mucho la locura que paso con el capitulo anterior. Pero aun no se usar esta pagina y se me complica. Espero les guste este capitulo.

Cada vez que más cosas vivimos juntos

Cuanto más reías, más te conocía.

 

Siempre me venias con tantas sorpresas, prácticamente me habías secuestrado con tu ahora Chuck Noris azul, así le había bautizado a tu valiente moto. Luego de aquel accidente que tuvo la condenada y por metida para colmo. Así había dicho la negra. En una salida con los chicos planeamos ir a acampar, creo que el error fue el habernos negado a subirnos al coche con ellos e ir en Chuck Norris Azul, mas esta nunca espero ser embestida por el bruto de Zayn. Al día siguiente preparando todo para irnos este no se dio cuenta de donde estaba la pobrecita. En consecuencia la pobre rodo cuesta abajo en una empinada colina. Eso no fue nada para ella. ¡Mírenla ahora! Orgullosa y eficiente como siempre, hasta creo que cuida más de Harry que yo. No ha perdido su llama la condenada. Dejando de lado a Chuck Norris azul, sabía que mamá seguramente me mataría por no ir a la clase de violín que apenas estaba empezando y no me equivoque. Pormenores me dije, cuan poco me importaba una regañina más, esta no podría comparase a un bello momento a tu lado. Todo lo malo siempre es opacado ante tu presencia.

—     ¿Te gusta? –en realidad no debiste preguntar eso. Porque era simplemente fabuloso. Y tu ilusionada mirada me lo decía. El mediano escenario improvisado en medio de Central Park, más el atardecer le daba un toque mágico a la atmosfera del lugar, el señor presentador había dado en el clavo. Simplemente maravilloso a decir verdad, y más por quien estaba a mi lado–. Sé que es teatro callejero pero es bueno y… ¡y sé que te gustara! –me exclamo realmente orgulloso de lo que había descubierto seguramente en una de sus salidas de exploración de la vida, ya que mi príncipe siempre ha creído que nunca se ve todo del mundo, por esa razón es tan risueño, curioso y explorador. Además el hecho de que comparta conmigo este preciado lugar me lleno más de lo que el haya creído. Tan dulce mi amor. ¿Lo ven? No da ganas de apachurrarlo y no soltarle más.

—     Es hermoso Hazz –suspire enamorado, más por él.

Sean Bienvenidos a nuestra presentación teatral, dispuesta a llevarles al mundo de unos peculiares personajes que sé que les harán reír por sus divertidas ocurrencias. Permítanme recordarles que apaguen sus celulares. Aseguro una mejor experiencia sin interrupciones. Si todo está dicho vamos a ello: ¡Tres perros y un gato!

Aquella presentación me había despertado del ensueño que era ver a mi Harry.

—     No me esperaba ese final –y fui sincero. No había entendido el final. El perro sí que era extraño, más el actor que le protagonizaba lo hizo tan bien que ambos y todo el público presente no pudimos parar de reír por sus locuras.

—     Pero fue divertido –aclaraste con un puchero. ¿Tanto querías que me gustara?

—     Tú te ríes por todo Harry –burle adelantándome para frotar mis manos. No me había percatado de las bajas temperaturas, y fuera se la sentía incluso más.

—     ¿No te gusto? –ay mi amor. No me pongas esa carita compungida. Si el solo verte me hace feliz, ¿de verdad creíste que no me gustaría? Estabas tú, esa es razón más que suficiente para gustarme, pero que digo más bien, ¡encantarme! ¡fascinarme! ¡amarla! ¡amarte! Ok, me fui por otro lado.

—     No, fue divertido –asegure sonrojado, mira que perderme en mi mismo.

—     ¿Estás seguro? –no, enserio lo estás haciendo. Nunca pararías de sorprenderme. Aguanto la risa al verte interpretar una parte del monologo de la obra, incluso las mímicas–. Yo creo que sólo son habladurías de la gente.

—     Harry –en efecto habías llamado la atención de la gente, y no es que me molestara. Bueno si, pero no por ti. ¡Simplemente no me gusta que te vean, aun ahora! Soy muy posesivo, ok.

—     ¡Santos caninos! –no Hazz, ya no aguanto.

—     Eres imposible –casi ahogándome pude decirlo–. Puedo apostar que te aprendiste la obra.

—     Claro que puedo, miren. ¡Soy rudo, vegetariano, pesado y muy flexible!

—     Ay, mi Hazza –reí enternecido por tus adorables acciones y sin poder contenerlo más me tire a tus brazos y tú cogiéndome al vuelo me diste la libertad de comerte la boca. Esa es la única manera en que puedo callarte, con mi inmenso amor, claro exceptuando el mirarte fijamente, tienes debilidad por mis ojos azules. Yo no les veía nada especial pero cada halago por ellos me hacía sentir afortunado de tenerlos.

—     Eso es mi Lou. Sonríe, ríe y hazme feliz amor –como podías seguir haciéndolo, agradezco que siguieras sosteniéndome sino hace rato hubiese caído.

—     No tienes remedio –decirte eso apoyando mi frente a la tuya me fue tan difícil como el solo hecho de respirar en ese momento, y a pesar de todas esas sensaciones arrebatadoras que atentaban con acabar conmigo, eternamente seria agradecido por ellas al estar completamente prendado de tu existencia.

 

Tu rostro tiene las marcas

De años que junto a ti estoy.

 

Las tardes compartidas en tu casa o la mía junto a ti eran un ensueño, mucho más si nuestras madres no estaban presentes ya que al estar tan sumergidos el uno en el otro no las notábamos hasta cuando ya era demasiado tarde, siendo peor en mi casa ya que esta venia con combo. Sabía que para ambos el hecho de tan solo tomar nuestras manos, siempre ha sido suficiente pero a veces como en aquella ocasión vergonzosa eso no basto y lo entendía.

¿Y cómo seguirá suficiente? Se suponía que veríamos una película pero esta quedo relegada por mi amor, si tu solo presencia atraía mas mi atención que aquella horrorosa película de terror y apuesto que lo hacías a aposta.

—     ¿Boo, tienes miedo? –y todavía te atrevías a preguntar, debiste darte cuenta hace mucho al verme brinca por semejante grito reproducido por los parlantes.

—     ¿Miedo yo? ¡Ja! –y no lo tenía, bueno tal vez si un poco, ¡pero no mucho!–. Eso es para bebes.

—     Oh…, que bien amor has madurado –puede que en ese hecho siempre me hayas ganado, aun así el adulto siempre he sido yo–. Iré por más botanas.

—     Ni se te ocurra moverte Styles –es tan evidente que no quiero que lo hagas, y no por temor, no era por eso.

—     ¿Y porque será? –ok, si no moría por esa espantosa película seguramente lo haría por ti. Como puedo si quiera pensar en algo más al tenerte para mí, y siempre has sabido como quietarme los malos sentimientos para solo sentirte. Y como no lo haría si cada vez que podías me acorralabas, como por ejemplo ese día, encima del sofá–, ¿eh? –siendo evidente que tan solo eso no era suficiente. A veces si he pensado que parecías más adulto que yo, esa madures que toma tu rostro al momento de hacer algo que sabes me hará perder la cordura.

—     No me tientes Hazza –advertirte de lo obvio era peor, te incitaba y que bien que lo sabía.

—     Pero que hago… –nada. no haces nada. Tan solo besas mi cuello tan lento que pierdo la paciencia.

—     Nada –y lo digo–, solo ser mi perdición –reprimo un jadeo al decírtelo, al carajo con tus inquietas manos. Otra cosa que te gusta de mi es mi trasero. Que te traes con el ¿eh? Y nunca he esperado a averiguarlo al siempre tomar tus labios y jugar con ellos como siempre me ha placido. Lento, profundo, húmedo para luego separarme mordiendo tu labio inferior. Como me encanta ver tus labios carnosos, más rojos de lo normal y húmedos por casi comerte la boca.

—     ¿T-tan así? –tu gimoteo necesitado sale tan caliente que gimo de anticipación–. Pues tú serias la mía mi amor –aun cuando quiera amarnos más de lo que ya lo hacíamos me era imposible no demostrarte cuando feliz me has hecho desde aquel maravilloso accidente.

—     Hazz –y sonrió, sonrió como siempre te ha gustado. Si hasta mis ojos los he sentido sonreír, porque no creo que el hecho de querer llorar con una enorme sonrisa sea por tristeza.

—     Lou eres tan precioso. Tu arruguitas a los costados de tus cielos cuando sonríes son tan adorables, tan hermoso –esta vez sabía que querías, y yo también lo deseaba. Ni siquiera te imaginas cuanto, hasta creo que lo quería más que tú. Con castos y suaves besos llegamos a la mutua aceptación.

A tan solo unos pasos de pretender subir otro nivel nuevo y excitante contigo, tuve la peor vergüenza de mi vida. Y como no, si al momento de apresar mis piernas en tu cintura y mis brazos por tu cuello para acariciar tu hermosos rizos y así tu levantarme para seguramente terminar lo empezado, no lo permití. No podía aun cuando lo quisiera. Como hacerlo si vi a tu madre mirarnos espantada. Por lo tanto me separe de ti dejándome caer de nuevo y quererme enserio fundir con el diván.

—     Hazz –tan tierno se me hacía verte ser tan comprensivo, seguramente pensaste que me arrepentí y por eso tan solo te tendiste encima de mí aferrándote en un cálido abrazo para luego solo suspirar. Sabia cuan incomodo era para ti el tener a tu amiguito negarse ir pero como todo el caballero que siempre has sido esperarte paciente pero yo no podía y no por pequeño Lou, este del susto desaparecio–. Ha-rry.

—     ¿Si, mi vida?

—     Ya veo que el hecho de que aun sean bebes no les impide demostrase cuanto se quieren –y recién caíste en su presencia y no te culpaba. ¡Ninjas! Ya lo dije–. ¿Mi niño cuando fue que dejaste el nido? –esa fue la primera vez que te sentí tan tenso y nervioso, solo atinaste a apresarme más. No creo que haya sido correcto, mas no me importo, eso alivio un poco mis propios nervios–. Ya no recuerdas la cara que ponías cada vez que veías algo como lo que estás haciendo –Anne ¿es necesario eso? Juraba que no se pondría peor–. Como veo que ya se creen tan grandecitos y como madre que soy de uno de ustedes me siento con el derecho suficiente para darles la charla –oh, no. Esas comillas que hizo con sus dedos no auguraban nada bueno. ¡Ya hasta recordaba mis traumas!–. Deben saber cuidarse antes de meter la pata –desgraciadamente me equivoque.

Y ahí acabo tu paciencia, levantándote me ayudaste a sentarnos correctamente. Al oírte suspirar supe que armaría un berrinche por tu parte.

—     ¡Mama! –avergonzado gritaste ofendido, más por mí. Ay mi Hazz, en parte si tenía la culpa–. De igual manera ya soy mayor –aun me sigo riendo al recordar aquello salir de tus labios.

Tanto Ane y yo le miramos con ternura. Tan grande se creía con 16 años recién cumplidos, yo soy el mayor, con ya 18 años mi vida. Por esa razón siempre me he llevado las regañinas por parte de mi madre y siendo culpa de Harry ya que pequeño y todo se tomaba muy enserio su papel de mayor, al menos Anne me entendía. Pinche Harry y sus dulces mimos. Mayor y todo con una caricia suya ya me tenía rendido.

—     Buenas tardes Anne –en ese momento no sabía que más decir, la respeto mucho por esa razón moría cada vez que pasaba. Por suerte más tarde no pasaría sino unas dos veces más, contando a mi madre claro.

—     Hola bebe –tan dulce mi querida Anee, al igual que Harry sabía que decir para calmarme. ¿Cómo estas, y tu familia? –bajito pude soltar un suspiro para luego armando de valor y con una sonrisa poder responder.

—     Muy bien, gracias.

—     Bueno, por hoy se salvan –oírle decir eso me quito un peso de encima, realmente no quería oír la charla, mi madre ya me había traumado con eso. Ni siquiera podía imaginar a la dulce madre de mi Harry traumándome con eso, poco después mi Harry quedo traumado por eso. Al menos no estaba presente ese día–. Eso sí, no estarán solos. Gema vendrá en unos minutos –por un momento me había compadecido, si Anne supiera que Gema era nuestra compinche–, y espero por tu bien Harry que no se encuentre con sorpresas –tanto Harry y yo contuvimos una sonrisa–. Por cierto, si quieren más bocadillos mientras ven la película hay en la alacena. Ah, y Harry así seas un viejito y estés arrugado seguirás siendo mi bebe, y eso va para ti también Lou –tan linda, que nos sacó esta vez una sonrisa sincera a ambos.

Pero Anne no era tan ingenua, al igual que mi madre no sabía cómo carajos lo hacían pero aparecían justo antes de que algo pasara. ¡Ninjas nivel máximo! Mas el respiro que nos dimos al asistir a la universidad fue lo mejor y peor que pudo pasarnos. Y ya se imaginaran porque…, gracias a que Liam quiso cambiar habitación con Harry, siendo motivado por el. Quedamos juntos en el mismo cuarto. 

Notas finales:

¿Review? ¿Que tal, les ha gustado? ¿Alguna sugerencia?


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).