Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Wrinkle - Larry Stylinson por love_narusasu

[Reviews - 2]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Se que me he tardado demasiado pero se me han venido demasiadas cosas y lamento mucho la demora. Enserio gracias si sigues leyendo, te amo por ello.

Con mucho amor, espero les guste.

"Se mío por siempre"

Con un anillo, nuestro amor

Así fue sellado, "consérvalo"

 

Realmente tenía tan poco interés en reunirme en casa de Zayn a tener una tarde de chicos, aun cuando me dijeron cuán importante era. Sé que era egoísta, no nos habíamos podido reunir hace mucho, pero yo quería estar con Harry, nada es mejor que estar con él. Últimamente con más razón. Además ahora siendo el jefe del hospital, casi ni le veíamos. Nuestro bebé Cual, todo un niño, con 1 año ya, se le veía tan grande y lleno de vida. Ambos le extrañábamos mucho en casa. Aun así me enorgullecía mucho el gran progreso de mi amor, aunque no sé cómo reaccionaría si le dijese lo que había estado programando desde hace tiempo. Una gran amiga mía y yo invertiríamos en ello, en la sorpresa de mi Hazza. Sin saber que ese día él me iba a dar la mejor sorpresa de mi vida, mucho más maravillosa que la mía, claro omitiendo el hecho de que casi me haya roto la cabeza y la pierna. Bueno, la pierna sí. Tan solo pequeños detalles.

Continuando con ese esplendido fin de semana, nos encontrábamos en el departamento de Zayn, el hace tiempo se había mudado cerca de nosotros un piso más arriba, debido a que las habitaciones eran grandes, contaba con dos plantas en buen estado, y lo mejor, se encontraba cerca del hospital donde ambos trabajaban. Lo que podía considerarse bueno es que al menos recién habían empezado a dejar a mi Harry descansar los fines de semana, este no podía ni siquiera salir del hospital por alguna u otra emergencia, por ello casi ni llegaba a casa. Simultáneamente convocaron una reunión en la que felicitaron a mi Hazz y le reprendieron dándole las debidas indicaciones. Él como jefe no tenía por qué hacerse cargo de todo, mas mi Harry nunca ha sido irresponsable y siendo esta su pasión con mucha más razón, por eso no había dejado de hacerlo. Y aunque peleamos por ello, accedió al saber que no todo era trabajo. Somos un equipo. Y le amo. Por cada bonita acción de su parte, por cómo es en realidad, y no solo conmigo, ama su trabajo, ama a sus pacientes y aunque me avergonzó cuando dijo aquello sé que es cierto, lo sentimos de igual manera. Lo amo sobre todo lo demás. 

Una pequeña aclaración más, era la presencia de la hermosa y tierna hermanita menor de Zayn, Waliyha, la cual me miraba extraño, como con odio y en ese momento no lo había entendido.

Al llegar había saludado a todos apretujándoles y aunque intenté hacerlo con ella me esquivo y se fue, por ese momento ya no la vi.

—     Chicos, ya les dije que no quería venir –creo que esa fue como la treintava vez que lo decía y lo decía enserio, aunque con culpa ya que lo decía pero seguía abrazándoles. Cuanto les había extrañado–. ¡Y me han mentido! –sonreí al haberles evitar mi mirada–. Harry no está aquí –al aclararles eso, supe que algo andaba mal.

—     ¡Pero vendrá! –primera señal, Liam nervioso y gritón. No era bueno.

—     ¡Pero debes esperar! ¡Además, aun ni hemos empezado! –segunda señal, Zayn riendo como foca retrasada, terrible para los oídos y muy mal presagio.

—     Zy, no estoy de humor –este cuando quiere ocultar algo, abraza todo, y que me estuviese abrazando en ese momento, me ponía alerta. Más al confirmar la tercera señal. Un Niall callado es aterrador.

—     Además sé que me ocultan algo –y ahí corrobore mis sospechas al verles a los tres temblar.

—     ¿Cómo puedes saber eso? –cuan adorable podía ser Liam. Él sería quien escupiría todo, lo sabía. Al igual que mi amor, es malo mintiendo u ocultando cosas.

—     ¡Lo sabía! –grite triunfante; aprovechando el desconcierto de los chicos, acorrale a Liam tirándole en el sofá blanco y mullido de Zayn. Sabía cómo hacerle hablar. Le mire tan fijo que incluso le vi sudar.

—     ¡Liam! –muy tarde querida rubia.

—     Liam –le amenace achinado mis ojos–. En este momento me dices, ¿qué demonios sucede? ¿Mataron a alguien? ¿¡Que le hicieron a mi Harry!?

—     ¡Tranquila princesa, tu novio está bien! –tan estúpido me creían para tragarme eso, obviamente sabía que no le hicieron nada a mi Hazz, porque de ser así olvidaría la amistad y les haría los mismo que le hicieron a mi amor, y miles de veces peor.

—     ¡Habla Liam!

—     Lou, solo debes clamarte –como iba a calmarme si no hablaban y tan solo temblaban. Gane, al ver como tragaba pesado. Sentí la victoria–, y respirar –susurraste–. Me rindo –y que bueno que lo hicieras ya iba a empezar a torturarte, con cariño amigo, con mucho cariño–, espero me perdone. Lou, esto no me corresponde, y tal vez después me mates y quieras matarte –riendo por ello espere que continuases. Créeme que lo que menos haría sería matarme si me decían dónde estaba mi Hazz y aunque tenía mis sospechas me afligía su falta de palabra–, l-la cosa es –No reaccione a tiempo al ser apartado de un empujón lejos de Liam. Mas todo quedo en el olvido al ver semejante espectáculo, y al ahora estar sentado en la gran alfombra que decoraba la sala de Zayn sentí escalofríos. Abriendo grande mis ojos por tremenda impresión sentí mi quijada caer.

—     ¡Carajo! –y como no chillaría como niña al ver a Zayn comerle la boca a Liam–. ¿Cómo…? ¿Cuándo…? ¿¡Donde!?

—     ¡Lo sabía! –Niall igual de conmocionado que yo empezó a saltar como desquiciado ¿enserio sabia eso? Lo habían conseguido los muy…, bueno la cosa es que consiguieron hacerme olvidar literalmente de mi Hazza.

—     Pues yo no…–no lo sabía, y no me esperaba semejante manera de decírmelo–, chicos ustedes…

—     Sí –y lo confirmo dándole un piquito aun azorado Liam, en ese instante creí que se nos moría. Zayn solo rio enternecido por ello–, eso te íbamos a decir –aclaro sereno, aunque aún mantenía sus mejillas coloradas. Moría de ternura por ellos–. Hoy formalizamos nuestra relación y íbamos a decírselos, amigo.

—     Y pues por lo que vi querías decirlo tú, o te gano la emoción –la negra rio afirmándolo.

—     Un poco de las dos, tampoco lo esperaba –quien diría que estos dos, así de la nada empezarían un camino juntos. Y digo recién, porque, en ese preciso momento Zayn, a pesar de las circunstancias ya llevaba tiempo deseándolo–, pero no me arrepiento –y lo vi mirar con tanto amor a mi tembloroso amigo-padre. Li con lágrimas en los ojos se refugió en él, asintiendo frenéticamente–. Siempre te he querido, Li.

—     Y yo, mucho, mucho Zi.

Creí que la razón de tanto nerviosismo era porque mi Hazz no vendría y no vino después de todo. Quise olvidarlo y concentrarme en los chicos. Luego subimos a la habitación de Zayn quien quería mostrarnos una maqueta que había hecho como regalo para Li, ese día era su cumpleaños. Niall y yo acordamos también sacar nuestras respectivas sorpresas, mientras Liam lloraba y agradecía por el tierno gesto de los tres. Sentados en la suelo y quedándonos allí, empezamos a ponernos al día sobre nuestras vidas. Al ver como la parejita negaba soltarse, decidí salir por bebidas y bocadillos para los tres, y aunque Zi no quisiera quedar como mal anfitrión, sonreí encantado permitiéndole quedarse a mimar con Liam. No sería complicado ir por aquellas cosas, solo debía revisar la cocina de la negra.

Animándome con aquella divertida charla, me resigné sabiendo que tal vez mi amor demoraría más en llegar.

Pero aun había algo que rompía la intimidad de los nuevos novios formales. Como de recuerdos me traía esto. Cada que en el colegio quería tener un íntimo y romántico momento con mi Hazz, aparecía la loca de Niall de no sé dónde gritando, para luego echar a correr conmigo. Aun así era divertido vernos a escondidas y huir de Niall.

—     Hey –te llame, intentando convencerte de darles privacidad–, rubia de mi vida y mi amor.

—     ¿Si, cariño? –la risita boba de Ni, supongo que la tenía yo también. Tan extraño y real fue ver juntos a este par, hasta se habían tardado.

—     Que te parece si salimos y dejamos SOLOS –es que no podía ser más obvio, rubia– a los tortolitos.

—     ¡Nah! –soltaste con un silbido, observando fascinado a los chicos–. Es divertido ver a Liam así de tierno.

—     ¡Niall! –como niño te tapaste los oídos riendo divertido al oírnos a los tres bramar molestos, por diferentes razones. Liam por vergüenza, Zayn por lo mismo y por celoso, y yo bueno, porque no sabías respetar la privacidad querido amigo.

—     No quiero –y ahí murió la discusión, con un tierno puchero en tus labios te cruzaste de brazos y negaste salir. Nadie creería al vernos comportar así que ya éramos adultos hechos y derechos.

—     Pinche rubia teñida.

—     Y tu pinche enano gruñón –hace mucho que no refutaba eso, había crecido. No tanto, pero peor era nada–. De seguro si estuviese Harry no refunfuñarías tanto –eso si me había dolido. Él lo había prometido, y no lo cumplió. A pesar de eso no quería ser tan ambicioso, aun cuando nunca interpondría mi trabajo en nuestra relación, comprendía la importancia de salvar vidas. De igual manera a veces pensaba en esas parejas que tarde o temprano terminaban, siendo aún novios era mil veces peor.

—     Ni –y no pude evitar que los chicos te matasen con la mirada, ni el dolor en mi mirada.

—     Lo siento –si supieras Ni, tu culpa no era. Tal vez era mía o no sé. No culparía a mi Hazz, algún día tendría que pasar. Tan maravilloso para ser cierto.

—     Lo sé, ya vendrá –confiaba en ello. Hazz nunca me mentiría. Tal vez últimamente estuviese demasiado ocupado.

—     Tranquilo Lou, tal vez algo importante lo este deteniendo.

—     Si, lo sé. Ya vuelvo –no lloraría por ello, ya lo había hablado con él y esperaría. Lo amo y por eso esperaría todo lo que tuviera que esperar por él.

Ya fuera de la habitación suspire y  recargándome en la puerta  me relaje de inmediato.

—     Eres un estúpido Niall –sonreí al oír la voz de Zayn.

—     ¡Mátenme! –ustedes de verdad son únicos chicos.

—     Cálmate rubia, Lou está bien –y así era Li.

Dirigiéndome escaleras abajo nunca me espere ser interceptado por la patineta que medio reconocí de Zayn. Que la linda Waliyha, decidió mostrármela tirándola en mi dirección. Acto seguido, al pisarla caí rodando las escaleras, chocando duramente contra la pared. Lo último que pude ver antes de perder la conciencia fue a los chicos correr hacia mí. Seguramente habían oído mi grito y el golpe.

Cuando desperté, creí alucinar al sentir la calidez conocida de mi Harry. Este tenía nuestras manos entrelazadas, su cabeza descansando en mi regazo, con su cabello ahora largo esparcidos allí, como quería pasar mi mano y enrollar mis dedos en los pequeños risos que mantenía en las puntas.

Por lo que medio pude observar gracias a los analgésicos, y a la ventana de aquella blanca habitación, supuse que ya era bien entrada la noche. Sonreí encandilado al verte descansar en una silla a mi lado, hace mucho que no tenía esa hermosa vista. Y no duro por mi torpeza. Al intentar moverme note cuan afectado estaba y mi quejido despertó a mi bello durmiente.

—     ¡Lou! ¿Estás bien? ¿te desperté? ¿te duele algo? ¿tienes hambre? Respóndeme.

—     Si –te aclare sonriente al no entenderte bien, y por haberme acribillado con excesivas, y adorables preguntas–, tranquilo.

—     Como me voy a tranquilizar. ¡Yo queriendo asegurarte y solo media día! El pensar que casi te pierdo, amor–el verte negar así de histérico me estaba alterando–. No puedo, no quiero imaginarlo.

—     Pues no lo imagines tontito –y aunque quise bromear no funciono, nunca antes te había visto tan preocupado que ni mi tonto sarcasmo logro quitarte, incluso estabas molesto–. No fue tan grave Hazz –verte enfadado no me gustaba–. Estoy bien, ¡mírame!

—     ¿¡Bien!? Tienes la cabeza vendada y la pierna enyesada y por poco te fracturaste el brazo. ¡El brazo, Lou! ¡El brazo amortiguo el golpe en la cabeza!

—     Detalles… –ya hasta parecía una pesadilla, seguramente seguía dormido y los sedantes me tenían delirando.

—     Lou…

—     Tranquilo ya estoy bien, no fue para –tus labios sellando los míos me despertaron de la soñolencia y correspondiendo pase mis manos por tu cuello hundiendo mis dedos en tus suaves rizos. Cuanto extrañaba esto. Hazz, amo cada pequeña cosa de ti–, esto es lo más real que he sentido en una alucinación –bromee ladino al separarnos. Me confundió el verte rebuscar tus bolsillos. Demasiado desesperado cabe decir.

—     ¡Se mío por siempre! –Styles, qué harías de mí con tus impactantes manías de conmoverme en demasía. ¡No era por el trabajo! Recién me di cuenta del traje de gala que llevabas y no la bata medica que acostumbras llevar, por eso los chicos. Oh Dios mío, Hazz. ¡Liam tenía razón, me quiero matar! ¡Lo arruine! Por poco y me desmayo al verte arrodillado en el piso con una rodilla levantada y los brazos extendidos hacia mí, mostrándome una pequeña cajita de terciopelo azul. Y al abrirla jadié al ver su contenido. Dentro reposaba un anillo de oro con una impresionante y pequeña gema, la mitad azul y la otra verde. No obstante la joya más impresionaste eran tus hermosos ojos cristalizados.

—     H-Harry –y los míos también empezaban a fallarme.

—     No esperaba decírtelo aquí, pero ya no aguanto más. Louis Tomlinson me concederías el honor de convertirte en el hombre de mi vida, y el resto que me quede de ella –no podía créelo. De verdad que no podía, ¿acaso había nacido bajo una estrella de la fortuna?–. Lou –sin dejarte seguir me tire a tus brazos importándome poco mi deplorable estado y el haberte tumbado en el proceso–. ¡Louis tu pierna!

—     A la mierda –gemí, más por las emociones que por el dolor de la bendita pierna–, con ella. Ha-rry, amor…–apartándome un poco y jadeante, tan solo pude acercarte mi mano izquierda temblorosamente y al ver tu hermosa sonrisa supe que entendiste.

—     Consérvalo –susurraste al colocar la pequeña alianza en mi dedo anular, dejando un beso en ella. Nuevamente me aferre a ti y esta vez me negaba a siquiera soltarte, asintiendo una y otra vez. Llore de felicidad, una insana felicidad–. ¿Eso, es un sí? –malditos sollozos. ¡Que nadie se ha muerto Louis!–. No llores Lou –exacto no debía llorar, debía besarte hasta morir de gusto.

—     No estoy llorando. ¡Y-y si! ¡Si quiero, no haya nada mejor en la vida que permanecer a tu lado! –no quería llorar a mares, pero la emoción era tanta y me entiendo, aunque lo odie. No se supone que al dar el sí, tienes que dar una hermosa sonrisa y no una cara llena de mocos. Bien hecho Tomlinson, bien hecho.

—     Bebe –y claro que parecía uno. Dejándote limpiar mi vergonzosa cara, sonreí calmado al sentir tus suaves labios repartir pequeños y cariñosos besos por todo mi rostro–. ¿Sabes? Me haz robado las palabras de la boca, amor. No sabes cuan feliz soy en este momento –sin poder notarlo te levantaste conmigo en brazos, yo solo me acurruque en ti.

—     Hazz –sople ilusionado. Mucho antes ya había pensado en una vida eterna juntos, pero saber que mis ilusiones se cumplían me mareaba–, tú también lloras.

—     Es la felicidad amor.

—     Pues ella también me hace llorar –al depositarme delicadamente en la camilla me aferre a tu chaleco, no te soltaría–, te amo Harry. Te amo.

—     Yo también amor, más que a mi propia vida –y me besaste, nos besamos, y lloramos.

—     Hazz –maldecí a mi cuerpo al sentirlo fallarme. No quería dormir.

—     Descansa mi amor –murmurando bajito, sentí tus perfectos y hermosos labios presionar los míos y la ausencia que sentí al separarte me hizo temblar.

—     No te vayas.

—     No me iré –mencionaste señalando un pequeño sofá en la habitación al cual te dirigiste y en donde te recostaste. Sonreí cálido al verte caer rendido. Seguramente estuviste demasiado tiempo cuidándome, y el velar por mí te agoto.

Creo que había dormido de más, ya era casi de día. Hice un puchero al ya no verte en el diván. Sin embargo olvide aquello al reparar en la presencia de Waliyha, despacio entrando en la habitación. Por un momento me asuste, al ver su rostro bañado en lágrimas. Sin saber que hacer le sonreí, y le abrí mis brazos. Grande fue mi sorpresa al verla correr hacia mí y corresponder fuertemente mi gesto, dejándose llevar de nuevo por el llanto. Un tiempo estuve tarareado hasta que se calmó y arrepentida me conto las razones por las cuales había actuado de aquella forma y cuanto lo sentía.

Sentí tanta ternura por ella, y se lo demostré al tomar su rostro dándole un beso en la frente. No la culpaba, ella se había enamorado de mi Hazz y me había culpado por robárselo. Quiso vengarse, más nunca espero casi matarme, y le perdone por ello. Estar en la flor de la juventud es hermoso, con 15 años ella aún no ha conocido el verdadero amor, bueno soy el menos indicado para decir eso, yo me enamore incluso mucho más joven. Sacándome de mis recuerdos al sentirla tomar mi mano y acariciar mi anillo que ahora se encontraba en mi dedo anular la mire terriblemente sentido, tan pequeña y llevándose semejante dolor.

—     Es hermoso –susurro encantada.

—     Gracias –no podía decirte más, enternecido por tu suave y delicada expresión sonreí contigo.

—     Harry es afortunado –aquella declaración me sorprendió mucho.

—     No cariño, el afortunado soy yo –y lo decía enserio, demasiado enserio. Tu negación no hizo más que confundirme.

—     Te equivocas Lou, ¿puedo decirte Lou?

—     Por su puesto princesa –cuan encantadora podía ser si se lo proponía, y yo gustoso acepte aquello.

—     Serás un gran papá –aquello me sorprendió provocando un sonrojo.

—     Eres tan adorable.

—     Y tú tan hermoso, y no solo en el exterior, ahora entiendo porque Harry te quiere.

—     Exageras –y de verdad lo hacía. Mi Harry, es el maravilloso.

—     En serio Lou, perdóname –no podía creer que siguiera culpándose por eso, desde el inicio la había perdonado.

—     No te preocupes –volví a repetirle. Una traicionera lagrima escapo de su ojito, y pasando mi pulgar la quite–, será nuestro secreto, ¿ok? –extendiéndole mi meñique, sonreí juntándolo con el de ella.

—     Te quiero Lou.

—     Yo ya te quería.

—     Que lindos –llegando el príncipe de la discordia nos hizo reír con su presencia. Entro y dejo la bandeja con comida que traía, sonreí encandilado al saber la razón de su ausencia. Te mire inquisitivo al verte acercarte lento, continuando con una hermosa y encantadora sonrisa–, pues yo los quiero a los dos.

—     ¡Harry! –y le gritamos por que el muy bruto corrió abrazándonos bruscamente a ambos.

Notas finales:

¿Gusto? ¿Reviews, amenazas?


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).