Estaba listo para ir a aquella dichosa fiesta, no era algo muy emocionante para mí, ya que iba frecuentemente a estas, en realidad no quería ir, pero Anthonny me convenció para que fuera.
Me mire de nuevo en el espejo, tenía mi chaqueta de cuero negro puesta, una camisa blanca sencilla, unos jeans de mezclilla y unas converse negras. Salí del baño después de sentirme que estaba listo y agarre mi celular que estaba sobre mi cama.
Tenía un mensaje de Thonny, abrí la mensajería de mi celular y empecé a leer.
De: Thonny
“Oye Marcus! A qué hora llegaras a la fiesta de Amber?
Di un quejido, eran las 10:00 PM, la fiesta empezó a las 8:00 PM, así que estaba a buena hora. No quería ir a la fiesta de la novia de Anthonny… o amiga con derecho o algo así, ya ni sabía que eran. Ya no me divertía tanto en esas fiestas como antes, solo llegaba bebía un poco, coqueteaba con alguna chica y me la llevaba a la cama, todo era tan fácil y tan monótono, se había vuelto muy aburrido. Thonny me decía que en esta si me divertiría, que me levantará el ánimo, ni siquiera él se lo creía de seguro.
Solo di un suspiro y me fui, baje y entré a mi auto para irme a la tan divertida fiesta. Cuando llegué algunas personas me saludaron, no tanto por amabilidad sino por el alcohol que ahora corría por sus venas.
Pude ver a Thonny y a los otros en la esquina de la enorme sala, bebiendo y riéndose como tontos, esto hizo que se me saliera una risita. Veía a Amber coqueteando con Thonny pero este ni siquiera trataba de disimular estar interesado en ella. Me iba acercando a ellos cuando Thonny me sonrió.
-Ya era hora de que llegaras.- Me dijo de manera tranquila mirándome a los ojos.
-Ni siquiera quería venir, bien lo sabes, no esperes que este aquí temprano.- Le dije de manera descuidada.
-¡Vamos Marcus! Cambia ese ánimo o si no me vas a echar la fiesta a la mierda.- Me dijo mientras bebía un sorbo de aquel vaso de plástico color rojo que contenía alcohol para después volver a mirarme.- Además, tengo el presentimiento de que te divertirás en esta. – Me dijo mientras me miraba de manera divertida, como sabiendo algo que yo no.
-¿Y porque me divertiría en esta fiesta?- Le dije intentando de descubrir que era lo que me ocultaba mientras cruzaba mis brazos sobre mi pecho.- Solo parece una más, no veo nada en especial.- Le dije seriamente. Él se acerco a mí y paso su brazo derecho donde tenía su vaso sobre mis hombros de manera amistosa.
-Porque Marcus… Solo tienes que poner atención alrededor para darte cuenta.- Me dijo cerca del oído y dirigió su mano que sostenía su vaso hacia una dirección.
¿Qué hacia él aquí?
-Bueno, esa es una sorpresa…- Dije casi en un murmuro. Ahí estaba el señor perfección, juntó a ese amigo suyo Joshua. Christopher Woodgate, el chico preferido de nuestra generación, voltee mis ojos con fastidio. Era la primera vez que lo veía en una de estas fiestas. Me dirigí hacia Amber y la vi a los ojos.
-¿Tú lo invitaste?- Le dije de manera fría, ellos sabían que él no me agradaba, de hecho todo el mundo lo sabia ¿Por qué invitarme a una fiesta en donde estaríamos los dos juntos?
-Emmm... S-si.- Me dijo de manera nerviosa y enroscaba uno de sus mechones en su dedo índice.- Bueno, en realidad fue Thonny él que me pidió que lo invitara, invité primero a su amigo Josh y le dije que Tiffany estaría aquí y que trajera a Christopher.-Dijo de manera apresurada. Ni siquiera sabía quién era esa tal Tiffany. Mire acusadoramente a Thonny.
-No me mires así. -Decía “inocentemente” mientras levantaba sus hombros.- Que el presidente venga a una fiesta solo pasa una vez en la vida. Solo quería que estuvieras presente.- Me decía para justificarse, este tipo solo quería fastidiarme. Volví mi mirada hacia Woodgate de nuevo.
Como lo odiaba.
Personas como él eran las que me desagradaban, personas que se creían perfectas, que no tenían ningún problema o defecto en sus vidas. Eso no era justo. Él solo era un lame botas en la secundaria, haciendo todo los que los profesores decían y haciendo el trabajo del director. Siempre dando sonrisas a todas las personas, aunque algunas hablaran mal de él y él lo supiera.
Un completo hipócrita.
Tome uno de los vasos que se encontraban en una mesa cerca de nosotros que contenía alcohol, lo lleve a mi boca y di un largo trago haciendo que aquella sustancia bajara rápido por mi garganta. Tal vez no era tan malo, podía gastarle una broma o algo así.
-¡Vaya! Es la primera vez que veo que tomas tan rápido al llegar a una fiesta ¿Es una señal?- Me dijo Thonny de manera divertida. Tenía razón, aunque las personas creyeran que era uno de esos chicos fiesteros que tomaban hasta vomitar, la verdad es que no lo era, de hecho no acostumbraba a tomar mucho en las fiestas y tan poco tan rápido, siempre me tomaba mi tiempo.
Lo mire sin expresión alguna, deje el vaso vacio en la mesa de nuevo.
-Puede ser que aproveche esta noche.- Le dije, al momento de decir esto una sonrisa maliciosa salió de mi rostro.
Volví mi mirada hacia el señor perfecto, estaba hablando con dos chicas que definitivamente estaban tratando de ligar con él, mientras su amigo parecía buscar a alguien con la mirada.
Se veía aburrido y hasta algo incomodo con esas chicas, se notaba que no disfrutaba las fiestas de este tipo.
La música empezó a retumbar más fuerte en la casa, mientras se oían gritos de adolecentes eufóricos. Vi a Woodgate que estaba hablando con su amigo para después irse. Él se quedó solo, ya que las chicas al ver que no tenían éxito tratando de ligárselo se fueron, miraba como este agarraba con curiosidad un vaso de alcohol y se lo llevaba a la boca dando apenas un trago y poniendo cara de asco. Era todo un bebé.
…
Yo me quede en mi lugar sin despegar mi mirada de Woodgate, este ni quiera había notado mi presencia, tal vez porque era un tanto distraído o por los 5 vasos de alcohol que ahora debía tener en su sistema.
Siempre estuvo en el mismo lugar, rechazando invitaciones de baile o para algo más, de chicas y en algunos casos de chicos. Cuando vi que se aproximaba otra chica hacia él para invitarlo supe como terminaría, rechazada como las otras anteriores a ellas. Pero me lleve una sorpresa al ver que este aceptaba y se iba con ella hacia la pista de baile.
No supe cual fue el sentimiento que tuve en ese momento, pero no me gustó. En ese momento, una chica de cabello castaño vino hacia mí para invitarme a bailar, a excepción de las otras tantas que me lo habían pedido es que a esta no la mande al demonio. La tomé de manera brusca y me fui donde estaba bailando todo la gente.
-Vaya, vaya… Eso no me lo esperaba.-Pude oír como dijo Thonny a la vez que yo me alejaba de ese lugar.
Fui lo bastante cerca para observar a Christopher y a aquella chica pero no lo suficiente para que ellos pudieran verme. Una nueva canción empezó a sonar, era bastante animada. Mire como Woodgate empezaba a bailar con aquella chica como si la conociera desde hace años ¿Qué le pasaba? así no era él, la única explicación debía de ser todo el alcohol que había tomado, que aunque no fuera mucho, era lo suficiente como para que este tipo no se diera cuenta que lo estaban manoseando todo por detrás… Esperen ¡Lo estaban manoseando! ¡Y el muy imbécil no se daba cuenta! Me puse a pensar tanto que no me di cuenta cuando la chica con la que estaba bailando se había ido y ahora estaba bailando solo, o eso es lo que él creía.
Sentí una oleada de enojo sobre mí al ver a ese tipo posar su manos “accidentalmente” sobre su cintura para después bajarla a sus cadera, casi tocando su… ¡Maldición¡ ¡Su trasero! Esa fue la gota que derramó el vaso, dejé a la chica con la que estaba bailando y me dirigí hacia ese sujeto por detrás, lo tomé del brazo y lo volteé bruscamente para después mirarle intimidantemente.
-¡Lárgate de aquí!- Pareció que se iba a oponer pero cuando vio mi rostro completamente supo que era mejor irse en vez de buscar un problema conmigo, que cobarde…
Christopher ni siquiera noto la diferencia, ahora yo era el que estaba detrás suyo, viendo como el bailaba animadamente, las luces de la casa se apagaron para comenzar otra canción, una mucho más sensual que la anterior. Estaba oscuro pero aún podía ver su silueta moverse al compás de la música ¿Quién diría que se movía tan bien? No pude evitar como fue que mi mano se posó sobre su cintura ni cuando lo voltee hacia mí.
El parecía confundido, trato de mirarme al rostro pero no pudo reconocerme, se quedo quieto por un momento, pude apreciar su apariencia un poco mejor, tenía el cabello alborotado y sus mejillas estaban sonrojadas, producto del alcohol y sus labios… Sus labios estaban entre abiertos, se veían tan finos y deseables…
¿Deseables? Trate de quitar ese pensamiento de mi mente y aparte mi mirada hacia otro lugar para ya no verlo, pero la tentación me ganó y cuando volví a verlo a los ojos, sus hermosos ojos color miel, no pude evitar llevar mi mano hacia su mejilla y acariciarla con mi dedo pulgar. Él solo se quedaba estático, no hizo nada, pero tampoco me rechazó. Estaba oscuro, pero no tanto como para que él no notara que era un hombre.
Con mi dedo pulgar después toque la comisura de sus labios <<Son suaves>> pensé. Con mi otra mano tenia sujeta su cintura, no me había dado cuenta en qué momento fue que lo atraje hacia mi hasta quedar casi pegados el uno con el otro.
La música seguía resonando en el lugar, pero eso ya no me importaba, lo único que me importaba en esto momentos eran esos ojos y aquellos labios que eran como una invitación servida en bandeja de plata para mí.
Me acerque a su rostro, pude sentir su respiración chocar contra la mía y el olor a alcohol que emanaba de él, por un momento dude de lo que estaba haciendo. Él estaba tomado, pero yo no y aún así era yo el que estaba perdiendo los estribos y no veía los limites. Sentí como algo cálido se posaba sobre mi pecho, eran sus manos, miraba como lentamente cerraba sus ojos bajando sus parpados.
Él quería esto y para ser sinceros yo también. Acerque mi rostro más, hasta el punto de unir mis labios en un suave roce con los suyos, apenas un leve toque. Uní más nuestros labios, los suyos eran cálidos, pude sentir como él levantaba sus brazos y los enrollaba alrededor de mi cuello profundizando el beso. Mientras nos besábamos forme una pequeña sonrisa con mis labios ¿Quién diría que me encontraría en esta situación con el señor perfección?
Seguí besándolo y pude notar que tenía sus labios entre abiertos, aproveche esta oportunidad para meter mi lengua en su boca. Era maravilloso, empecé a mover mi lengua sobre la suya, se notaba que era inexperto pero eso no me molesto en lo más mínimo.
Baje mis manos hacia sus caderas acercándolo más hacia mí, me estaba quedando sin aire, cuando me separé de él pude notar que las luces estaban encendidas, mire hacia los lados, parecía que nadie había notado lo que acababa de pasar, todos estaban lo suficientemente ebrios como para no poner atención, todos menos él.
Mire hacia la esquina y pude ver como Anthonny me miraba de manera burlona, después baje mi mirada hacia donde estaba el dueño de esos ojos color miel.
-¿Marcus?
Fue lo único que oí salir de sus labios.