CAPITULO VII: Cosas nuevas
No lo entiendo, no es que sea un adulto, pero sé que soy de confianza, entonces ¿por qué mi papá no me quiso contar? ¿Fue la manera en la que se lo pregunté? ¿No estaba de humor? Me hizo sentir mal, como si no fuera capaz de entender.
-Ahora no Kian, te lo diré en otro momento. Por ahora es un asunto entre mis socios y yo, después te lo contaré a ti, lo prometo.
Más le vale cumplir esa promesa, eso sonó a amenaza, ¡pues que lo sea! Siempre y cuando no se lo diga en su cara ¿verdad? Aunque no me dijo cuándo me contaría todo. ¿Cuánto dura un “después te lo contaré”? Yamir está en las mismas que yo, ambos estamos bastante curiosos y desanimados. Hace poco me confesó que él también quiere hacer lo que su papá cuando sea mayor. Ya me imagino, él y yo trabajando, viajando e investigando juntos, sería sensacional. Bueno, lo único que puedo hacer ahora es esperar, ojalá no sea mucho tiempo.
-Kian ¿estás molesto?
-¿Qué? No, para nada. ¿Por qué preguntas, mamá?
-Porque cuando caminas dejas un aura de oscuridad atrás de ti- comienza a reírse, mejor dicho, a burlarse. Se va a enterar.
-¡Mamá! Aquí la única persona que hace eso eres tú cuando te enojas, que es casi todo el tiempo- le saco la lengua y comienzo a correr, mi señora madre me está persiguiendo para atacarme. Al final la risa nos gana y terminamos sentados en el sillón, intentando respirar de manera normal.
-¿Quién lo diría? Tus piernitas ya te dan para huir
-¿Y quién lo diría? A tu edad, mamá, corres algo rápido- me hace cosquillas y me despeina, me he cansado un poco. Siento cómo los brazos de mi mamá me toman, me está abrazando, yo simplemente me dejo hacer. Acaricia mi cabello y eso sólo puede generar una cosa: que me duerma en plena tarde. Pero sí, estoy molesto, aunque ya no tanto.
***
-¡Suria! ¿Quieres dejar de seguirme con la mirada?
-¿Por qué? Sólo quiero saber qué haces, me da flojera caminar tanto como tú, además que debo estar alerta a todo. Pero que pienses que sólo te observo a ti, como si fueras tan importante, me ofende- se ríe estrepitosamente.
-Tenía que ser…- Y es que desde que le confesé mi secreto a este hipopótamo, sólo ha hecho eso, seguirme todo el maldito tiempo. ¿Qué parte de que ya no se repetirá no entiende? Y ella sólo responde que su intuición se lo dice… ¡mentira!
-Shere, necesito hablar contigo- me llama Indra, y yo simplemente me dirijo a donde él.
-¿Qué ocurre?
-¿No has sentido que estos humanos están más ansiosos de lo normal? He notado más movimiento en ellos, además de que están haciendo algo al lado, parece que quieren hacer otro lugar como este… no estoy seguro.
-Sí, lo he notado, aunque tampoco sé qué se traen. Lo mejor y único que podemos hacer, como ya sabrás, es cuidar nuestras espaldas ¿cierto? Sólo por esta ocasión.
-Me alegra no ser yo quien haya tenido que ser tan directo, ya lo he hablado con Nirek y está de acuerdo. Le he pedido a un ave que apoye si nota algo. Básicamente, ya estamos atentos a todo.
-De acuerdo Indra, con permiso.
Comienzo a caminar despreocupadamente, ya casi es hora. Es vergonzoso, lo sé, pero pronto llegará la comida. En eso, otra vez ese agradable olor penetrar mis fosas.
***
¡Sí! ¡Sí! Después de semanas, mi mamá ha quitado esa especie de castigo por mi descuido con Shere. Lo mejor de todo esto, y la razón por la que estoy tan emocionado, es que mi papá me ha dejado alimentar a ese hermoso tigre, me ha dado instrucciones muy claras unas… ¿50 veces? Es momento de ponerlo en práctica, el papá de Yamir es quien me ayudará principalmente.
-¿Listo Kian?
-Sí ¡Sí!- sonrío tanto que hasta me duele mi cara, logramos bajar y después de un proceso algo extraño, que es básicamente poner a Shere Khan en una de las jaulas, me dan un recipiente con carne.
-Como te enseñé hijo
-De acuerdo, hola Shere Khan, tiempo sin vernos. Traje tu comida, por favor disfruta- mi papá y el de Yamir se ríen un poco cuando escuchan mis palabras, ¿pues qué? Sigo siendo niño, señores- Eso, así. Disfruta Shere Khan- sus ojos son preciosos, son tan claros y profundos. Me da envidia, desvía su mirada de mí cuando le muestro la carne fresca en mis manos, pero bueno, no puedo hacer nada. Al final, resultó ser mucho más sencillo de lo que pensaba, y eso que había escuchado que se ponía agresivo y toda la cosa.
-Lo has hecho muy bien, Kian- dice el papá de Yamir, y el mío le sigue la corriente
-Así es hijo, normalmente suele ser más agresivo e intenta romper los barrotes, pero contigo, me sorprendí. Estuvo muy tranquilo. Deberías de hacerlo más seguido.
-¿En serio?
-Seguro, sólo habrá que ver que tu mamá esté de acuerdo-¡Aghhh! Típico, tendré que jurar ser el mejor ser humano del mundo hasta la muerte para que ella quiera darme permiso.
Cuando cayó la noche, habíamos logrado convencer a mi mamá, aunque no del todo, es algo desconfiada o histérica, no sé cómo decirlo. Lo importante aquí es que regresando de la escuela podré darle de comer, incluso algunas noches, siempre con compañía, claro está. ¡Soy el niño más feliz del mundo!
***
-¡Pero qué tigre tan listillo!
-¿Disculpa?
-¡Por favor! Que casualmente te he observado, querido. Siempre que te dan de comer te portas como un maldito tigre asesino, y ahora que vino Kian, te comportaste tan bien. Comiste “finamente” cuando ese cachorro humano te dio. Incluso te habló con educación, como si fueras su amigo… eso te gustó ¿cierto? No te culpo ahora, ese pequeño es como…
-Como si la selva misma se hubiera transformado en un cachorro humano- después de unos segundos de silencio, vuelve a hablar.
-Sí, supongo que por eso te portas así con él… ¿crees que pueda ser una deidad?- jamás me había planteado eso, se sabe que algunos dioses lo han hecho, pero es imposible que sea este caso. Además, hace mucho tiempo que no sucede algo así.
-No lo creo… no lo sé, a mis ojos simplemente es un humano cualquiera, aunque algo amable y torpe sigue siendo una peste.
-Una peste, eso nos lo han repetido desde crías ¿no es así? Pero quién sabe, tal vez él no sea cualquier otro, después de todo, parece que te ha atrapado mi estimado Shere…Khan.
-No me digas de esa manera que me da asco, además, ¿Shere Khan? El único que me llama así es… ¡hey! Que hasta has escuchado Suria curiosa, qué fastidio. Y no, no me ha atrapado, más te vale que cuides lo que dices, que eso es imposible- me retiro de su lado, sin escuchar lo que ha murmurado. Sólo quiero recordar lo bien que olía Kian, sus manos, las manchitas de tierra en su rostro, sus preciosos ojos verdes… y su cabello tan parecido al mío. Todo lo que me ha dicho Suria me ha dejado intrigado, y con algo de miedo, miedo a lo desconocido, el cual es imposible de evitar al lado de ese maldito cachorro humano, es una sensación completamente nueva. ¿Seré yo el único que se siente de esta manera? ¿Cómo puedo borrarla?... ¿Es que acaso tengo que eliminar el origen? Supongo que si Kian es la selva misma, tengo que cortarlo de raíz.