Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

La razón de mi odio por kurerublume

[Reviews - 259]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

¡Ya llegué bitches! ahh ok no jaja disculpas, la primer semana de este semestre aturde un poco.


A pesar de que avisé en el capítulo pasado, me dolió abandonarlos tanto tiempo, porque sé que este fic gusta :) (quiero pensar eso xD). Agradezco a YaoiMania x3,  LocaSuelta (te amo xD),  Tobi Lawli-pop (hola XD), I am Panda Kawaii, liostark16, Lety Lopez, Kuroko, kyubi15, Aoi-kun, Kotomi-chan y Ciel Michaels, por sus reviews en los capítulos pasados.


Este cap es un poco más largo (como 400 palabras más) de lo normal. DISFRUTEN.

CAPITULO IX: Primeras veces


No sé por qué, no supe en qué momento, pero después de eso todo cambió radicalmente para mí. Casi como un suplicio que tenía que terminar, no soporté más y hablé, dije su nombre.


-Kian- inmediatamente sus ojos se abren más, puedo ver cómo su boca se entreabre ligeramente, no dice nada en un buen rato, así que me acerco cautelosamente a él. Es ahí donde nuestras miradas vuelven a cruzarse y se quedan estáticas, simplemente contemplando al otro, esperando por alguna reacción.


-¿S-Shere?- por fin reacciona.


-Kian- espero que esto no se haga repetitivo o comenzará a irritarme.


-Hola- dice dibujando una leve sonrisa en su rostro, se ubica a mi altura para contemplarme aún más. Apreciándolo así de cerca, no tiene comparación a la primera vez que lo vi, tan asustado y temblando de  miedo. Supongo que aún lo tiene, en especial ahora, pero de cierta forma es diferente.


-Cachorro humano, ¿qué quieres?- pregunto con algo de rudeza, pues no sé qué más decir en estos momentos.


-Nada. Shere Khan, aquel día que me presenté, ¿entendiste todo?


-Es obvio, de lo contrario no te llamaría por tu nombre, cachorro humano- de acuerdo, este sigue siendo una cría de humano, tan torpe. Lo curioso es que aún no lo encuentro irritante. Una risa algo silenciosa sale de él.


-Tienes razón, disculpa. Shere Khan, ¿puedo preguntarte algo?- dice enredando sus dedos en los barrotes, poniendo una cara de tristeza.


-Sí


-¿Por qué…?- antes de que termine de decir su pregunta, un ruido nos distrae, una de las aves ha despertado y estiró sus alas.


-Será después. Cachorro humano, escucha. No digas nada de esto a nadie, ni lo intentes con otro animal, o de lo contrario tú y yo estaremos en serios problemas, ¿entiendes?


-S-Sí, ¿pero por qué…?


-Calla, es mejor que hagas lo que yo, largarte- e inmediatamente y con un sigilo extremo vuelvo al lugar donde siempre duermo. Observo cómo Kian sale de este lugar, me mantengo alerta hasta que su olor se vuelve tan débil que es imposible que otro animal lo perciba. Recargo mi cabeza sobre las patas delanteras, intentando dormir. Shere… ¿qué has hecho?


                                                                           ***


No sé cómo llegué a mi cama sin caerme, mi corazón late tan rápido, siento que quiere salir. Me cubro completamente con mis sábanas, cierro mis ojos con fuerza intentando calmarme. Mi cabeza no deja de repetir una y otra vez todo esto que acaba de pasar, de verdad tuve una conversación con Shere Khan, de verdad un tigre me habló. Una sonrisa  aparece en mi rostro y comienzo a dar vueltas, emocionado, ¡no puedo creerlo! Quería preguntarle tantas cosas y me quedé con todas, no pude decirle nada, quiero saber más de él, ya quiero que sea de noche otra vez.


Cuando amanece, me sorprende saber eso, que ya amaneció y no dormí nada. Me levanto con algo de rapidez y comienzo a cambiarme, me pongo ropa cómoda porque hoy no tengo escuela, bajo al comedor. No hay nadie y aprovecho para comer algunos mithai a escondidas, mi mamá no me deja comer los que yo quiera porque siempre me vigila, sólo espero que no los tenga contados.  Vas a ponerte más cachetón, gordito y te dará diabetes, siempre dice eso, no es como que quiera comerme esos dulces de a kilo, pero unos 10 no le hacen daño a nadie.


-¡Kian Blaine!- grita mi madre y casi me ahogo, volteo con miedo y sí, me está mirando de una manera que no sé cómo decirlo.- Querido hijo, ¿qué te he dicho de comer tanto dulce y aparte en la mañana?- mi mirada va hacia sus pies, tiene una sonrisa en su cara que asusta, porque para nada es de alegría.


-L-Lo siento, tenía antojo y…


-Aprovechaste que estaba dormida para comer los que quisieras, ¿cuántos fueron?- ¿quiere un número? Porque la verdad, no tengo ni idea. Obvio no le voy a decir eso, me asusta.


-Como… ¿ocho?- digo mirando desde abajo a mi mamá, con cierta esperanza.


-¿Ocho? De acuerdo, practiquemos la resta ¿quieres, hijo?- señala el recipiente en el que estaban todos eso deliciosos dulces- ahí habían treinta mithai, ahora bien, cuenta cuántos dejaste- me acerco con miedo, porque ahora que lo veo bien, ese recipiente está algo vacío.


-doce- digo con la mirada completamente abajo, ¿qué castigo tendré? ¡Sólo pido piedad!


-¿Cuántos comiste en total?


-dieciocho


-Bien, Kian, sabes que habrá una pequeña reprimenda por esto- dice acariciando mi cabello rojo- dieciocho cuadras son las que vamos a correr, ve a ponerte un calzado más adecuado.


-¿Cómo?


-Bueno, tienes que bajar esos dulces de alguna manera, y se me ocurre que correr es una buena idea. Si logras correr dieciocho cuadras sin que yo te alcance, ganas.


-¿Y si no?


-Pierdes, y tendrás que pagar- esto me da miedo, mamá sigue sonriendo pero no es porque esté alegre.


Me cambio y vuelvo a bajar, mi mamá ya está lista esperándome. Abrimos la puerta listos para esa carrera hasta que alguien me toca el hombro.


-¿Yamir? Hola, ¿qué haces aquí?


-Vine para ver si querías jugar conmigo, ¿puede, señora?


-Yamir, qué gusto verte. De acuerdo, pero antes tengo un favor que pedirte. Kian comió unos dulces, muchos de hecho. Tomarás mi lugar, deben de correr dieciocho cuadras, y tú tienes que alcanzarlo o él perderá y tendrá que ser castigado. Si me entero que lo dejaste ganar, me aseguraré que seas tú el que pague el castigo, seré despiadada. ¿Entendido? Mientras iré a preparar el desayuno. Diviértanse- dice desapareciendo, y ella es la que dijo que yo dejaba un aura de oscuridad cuando me enojaba, pues ella es peor.


-¡Vaya! Tu mamá sí que sabe castigar. Aunque es bueno que te ponga a correr o comenzarás a ponerte regordete- comienza a reírse.


-¡Claro que no! Yo me cuido y como saludable.


-Sí, claro. Bueno, acabemos con esto, te daré 5 segundos de ventaja, aprovéchalos bien. Anda.


En cuanto termina de decir eso, me echo a correr muy rápido, no quiero que me alcance. Apenas van 4 cuadras y escucho sus pisadas atrás de mí, escucho su risa y su voz gritándome que me va a atrapar. Sólo restan un par de cuadras, estoy jadeando, ya me cansé, no aguanto nada. Justo a mitad de la última cuadra, una mano logra hacer que de media vuelta, Yamir me alcanzó.


-Kian…- dice jadeando- te atrapé- sonríe.


-Creo que es… obvio- aún no logro respirar como siempre, al contrario, me agacho un poco para poner mis manos sobre mis rodillas.


-Te propongo algo


-¿El qué?


-Iremos a tu casa y diremos que no te alcancé, pero tendrás que pagar tu castigo conmigo así como yo lo haré con tu mamá.


-¿Y qué tengo que hacer?


-Acompañarme y obedecer una orden, sólo una.


-¿Acompañarte a dónde? ¿Obedecer qué?


-Ven- toma mi brazo y vamos caminando algo rápido, al final llegamos a un jardín público, me pone contra una columna de las esquinas, no sé qué quiere hacer este bobo- De acuerdo, ya me acompañaste, y ahora sigue la orden: cierra los ojos.


-¿Como por qué haría eso?


-Como porque estás pagando tu castigo conmigo, tranquilo- dice mientras se va alejando de mí, así que decido hacerle caso, cierro mis ojos con una sonrisa, a saber qué se trae entre manos.


Espero unos segundos y en eso siento algo suave sobre mis labios y un aroma dulce. Abro mis ojos con lentitud, porque Yamir no me ha dicho que los abra, pero supongo que ya puedo. Una hermosa flor está frente a mí, huele delicioso.


-Aquí tienes, hace mucho que la estuve cuidando y ahora es tu turno, llévala a tu casa y cuídala.


-¿Seguro? Quiero decir, nunca he cuidado de una flor, ¿qué pasa si la ahogo?- pregunto asustado.


-No lo harás, llegando a tu casa te digo cómo cuidarla ¿vale?- escuchar eso hace que me tranquilice, sólo digo que sí y me siento en una de los escalones. Yamir hace lo mismo y comenzamos a platicar, creo que esa carrera fue más pesada de lo que esperaba. Comienzo a acurrucarme sobre mi amigo, no dormí nada y ahora el sueño quiere llevarme.


-Oye, esto no puede considerarse como castigo.


-¿Por qué lo dices?


-Porque un castigo es dar algo que disguste o quitar algo que guste. No es para nada un castigo.


-Tienes razón, oye, levántate de una vez.


-No quiero.


-Es la segunda y última orden, hazlo.


-De acuerdo, Yamir bobo- justo cuando me incorporo me cubre los ojos con su mano izquierda, con la mano derecha sostiene y aprieta mi cintura, cuando menos lo pienso, me está besando. Siento su boca sobre la mía, es algo húmedo. Apenas dura un segundo y se separa rápidamente.


-Ese es tu castigo, recibir algo que no querías- está sonrojado, y sé que yo también porque me arde toda la cabeza- Disculpa, fue un impulso Kian. ¿No me odias?- me mira con una cara muy tierna y me pongo más rojo.


-N-No, pero esas cosas se hacen con alguien que te guste, no como castigo.


-El problema es que para ti fue un castigo, porque tú, tú me gustas, pequeño Kian. Desde que te escuché hablar mi lengua, que vi cómo te esforzaste, y que he convivido contigo. Puedo decirlo sin duda alguna, me gustas, Kian- lo que dice me pone más nervioso, mucho más nervioso, ni siquiera puedo mirarlo a la cara, no quiero. Siento cómo sostiene mi barbilla y la sube- Por favor, no me evites. Podemos volver a como antes, sólo no podía permitirme no besarte una vez. Será mejor que te regrese a tu casa, ¿puedo?


-C-Claro- sé que mis respuestas han sido cortas y que no le he dicho nada con su confesión, pero es que no sé qué decir. Rodea mi cuello con su brazo y doy un brinco.


-Tranquilo, no volveré a hacerlo, Kian. No si tú no quieres. Por favor, sé mi amigo de nuevo.


-No he dejado de serlo, Yamir bobo. Prometo que te daré una respuesta adecuada.


-Por supuesto- la caminata fue algo incómoda después de eso, me dejó en la puerta de mi casa y nos despedimos, una sonrisa triste nos acompañó a ambos. Mamá me regañó un poco por haber llegado algo tarde, ahora iba a almorzar para no caer desmayado, mi mamá siempre exagera. Francamente, no tengo tanta hambre. No después de todo lo que ha pasado este día: por primera vez hablé con Shere y ahora la primera declaración que me dicen, no fue mi primer beso, pero sí es la primera vez que este hormigueo invade todo mi cuerpo. ¿Qué haré?


                                                   ***


Está claro que, bueno no, sólo estoy de buen humor este día. Comienzo a conversar con Nirek, el cocodrilo mayor, sólo ciertas cuestiones sobre los humanos. ¿La razón? Porque él ha vivido unos años más que yo y tiene conocimiento que yo no, en específico, de humanos.


-¿Quieres decir que los humanos se aparean por obligación y por necesidad como nosotros?


-Algunos, no todos. Al menos aquí a veces se hacen acuerdos, pero la mayoría dice que es por amor.


-¿Amor a qué?


-Al otro humano.


-Eso no debería de permitirse, se supone que sólo debemos amar al Dador de vida. Al que hace posible que estemos aquí. La selva, el Dios de esta y de todos nosotros.


-Piensan diferente, como bien sabrás. Pueden hacer tonterías.


-¿Por qué lo dices?


-Sólo lo sé.


-¿Cómo sabes esto? Se supone que ya no convivimos con ellos- pregunto con mucha curiosidad, porque es cierto, sabe más de lo usual.


-Tuve la fortuna o desgracia de encontrarme con uno hace mucho tiempo.


-¿Qué quería?


-¿Tú qué crees?


-Ya veo- cuando lo miro de reojo, pareciera que tiene una mirada nostálgica, como si estuviera triste. Lo que sí sé es que no hablará de eso, al menos no ahora y no conmigo. En este tiempo puedo decir que este cocodrilo es una buena compañía, tranquilo y con sabiduría de la que carezco, eso me agrada- con permiso, Nirek.


-Shere- dice y se adentra en el agua, supongo que ambos queríamos terminar con esa conversación. No sé por qué le empecé a preguntar sobre los humanos, sólo curiosidad. Más ahora que pareciera que debo irme con cuidado con ese cachorro, ya que seguramente volveremos a conversar; estoy seguro que vendrá esta noche, es más, lo ansío.

Notas finales:

¡SIIII! ya un besito -3-, bueno, ¿qué les ha parecido? jaja un poco de paciencia más para la pareja central x) Espero tengan un(a) excelente día/noche ^^)/, cuídense mucho y sobrevivan a la escuela o a su casa jaja !besos! n.n


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).