Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Esto pasa cuando... por Kokoro no Tenshi

[Reviews - 252]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

¡Capítulo final luego de casi dos años! No me lancen tomates, estamos en crisis. XD

Este capítulo me dio ternurita, no sé ustedes.

Disfruten el final de mi primogénito.

Enjoy! :3

Incontables veces la luna y el sol se han asomado por las ventanas de esa vivienda. Incontables gotas han viajado al suelo surfeando por sus techos. Interminables minutos ha marcado el reloj de aquella impecable cocina que en muy pocas oportunidades se usaba. Infinidad de recuerdos atrapados en esas blancas paredes. Vestigios de la vida que se desarrolla en el lugar.

Palabras, frases, deseos, anhelos. Todos multiplicados por el infinito, todos resumidos en una palabra: vida.

Cuantas veces no pelearon, discutieron, se golpearon. Cuantas veces no se reconciliaron, se pidieron perdón, se hicieron promesas y siguieron amándose sin importarles nada ni nadie. Así era el amor que se tenían, se tuvieron y se siguen teniendo.

Todos saben que ambos son poseedores de un carácter bastante fuerte, que ambos son celosos, uno más que el otro, y que con sus palabras se pueden lastimar de la manera más indescriptible posible. Aunque eso lo han superado con el pasar del tiempo.

 

Una nueva mañana comienza en la región de Kantou. Ese pequeño reloj digital, regalo de sus padres, que descansa en una cómoda al lado de la cama muestra la hora, 9:00 am, y la mano izquierda de un joven de cabello castaño se posa sobre el pequeño botón para detener la canción que estaba a punto de sonar.

-          ¿Por qué habrá puesto el despertador si hoy es mi día libre? –murmuró el muchacho de mala gana sin despegar su cara de la almohada.

Allí estaba él, Yagami Light, el mejor estudiante de Japón en su época, de bruces contra su cama y con tan solo una sábana blanca cubriendo su cuerpo desde la cadera hasta sus pies.

-          Lo activé porque de lo contrario no te hubieses levantado hoy y hay muchas cosas que hacer, Light-kun. –le dijo un joven pelinegro que acababa de entrar a la habitación y tomaba entre sus dedos al pequeño despertador como si tuviese asco, lo volvía a activar y lo lanzaba a la cama mientras se dirigía a la puerta de la habitación.

-          Hoy no hay nada que hacer, es mi día libre. Trabajé duro por él, ¡me lo merezco! –comentó mientras desactivaba nuevamente el despertador y se arropaba de pies a cabeza cual niño haciendo berrinche.

-          Cierto. –comenzó el ojeroso muchacho acercándose nuevamente a la cama y llevando su pulgar a su boca. Es tu día libre y casualmente es mi día libre también después de mucho tiempo, no creo que quieras pasar todo el día en la cama en lugar de hacer otras cosas. –finalizó mientras una pícara sonrisa adornada su rostro.

-          ¿Cómo cuáles cosas? –inquirió el castaño dándose vuelta en la cama.

-          Pues… –comenzó a decir el investigador mientras se acerca lentamente a la cara del otro muchacho. Necesito un poco ayuda con un caso y estoy seguro que dos cabezas piensan mejor que una, no es que tú sepas más que yo es solo que a veces con tus análisis puedo ver cosas que había obviado con anterioridad y escucharte decir tantas analogías me hace llegar a la verdad por mi cuenta. –terminó el ojinegro alejándose de los labios del castaño y aguantando las ganas de reír ya que el joven recién despertado estaba preparado para todo y mucho más, sus labios entreabiertos y ojos cerrados indicaban que esperaban acción.

 

No había terminado de alejarse cuando Yagami Light lo tomó por la muñeca y al halarlo lo hizo caer sobre la cama. Sin esperar reacción alguna se desembarazó de la sábana y se colocó encima del ojeroso detective.

-          Es nuestro primer día libre en mucho tiempo. ¿No podrías dejar descansar ese caso un momento, Ryuuzaki? –cuestionó seriamente.

-          El crimen no descansa, Light-kun.

-          ¡Eso lo sé! Pero necesito tener un momento para nosotros, necesitamos un momento para nosotros y ahora lo que me provoca hacer es otro tipo de cosas. –mencionó mientras relamía sus labios y su dedo índice bajaba por el pecho del pelinegro que seguía oculto bajo una franela blanca.

-          ¿Cómo qué cosas, Light-kun? –preguntó mientras sentía que una mano traviesa viajaba por debajo de su franela en busca de una pequeña protuberancia en su pecho.

-          Como estudiar anatomía humana. –respondió pícaramente el muchacho de ojos café mientras apretaba entre sus dedos el pezón del ojinegro al tiempo que éste arqueaba ligeramente su espalda y se dejaba hacer.

-          ¿No tuvimos un intensivo ayer, Light-kun? –preguntó luego de soltar un leve gemido y comenzar a acariciar el sedoso cabello de su amante.

-          Quiero repasar de nuevo. El tema no me quedó muy claro.

 

Sin esperar respuesta del detective, Yagami Light se apoderó de los labios del pelinegro y soltando el pezón que tanto adoraba se acostó sobre el joven colocando sus brazos al lado de la cabeza del investigador. Éste por su parte, lo abrazaba con desesperación y aruñaba su espalda atrayéndolo más hacia sí mismo, buscando la manera de estar mucho más unidos, aun sabiendo que era físicamente imposible.

Sus jadeos se oían entrecortadamente por encima del trinar de las aves cuyo día había comenzado un par de horas atrás. Frenéticos besos seguían repartiéndose por esas bocas ávidas de más placer. Luego de un par de placenteros minutos, ambos separaron sus labios y se miraban fijamente uno al otro, sus frentes pegadas la una a la otra, mientras que con mudas palabras sus ojos profesaban a gritos el amor y el deseo que sentían el uno por el otro.

El menor se ladeó un poco sin apartar su mirada y su mano comenzó a bajar por el vientre del detective. Mientras lo hacía, repartía pequeños besos en esos maravillosos labios que hasta en sus sueños aparecían. Tomó el labio inferior con sus dientes y luego de morderlo un poco lo succionó cual si fuese un manjar exquisito. Cuando su labio fue liberado, Ryuuzaki cerró sus ojos pues una ola de placer recorrió su espina dorsal: Yagami Light subía y bajaba su experta mano por toda su longitud tal y como a él le gustaba, lentamente. Inconscientemente comenzó a subir y bajar sus caderas para marcarle el ritmo a su amante y aún sin abrir los ojos comenzó a morder los labios del castaño tal como él lo había hecho segundos antes.

Separó más sus piernas y siguió probando esa exquisita lengua que conocía todos los rincones de su boca. Subió sus brazos nuevamente y los enredó en el cuello del castaño para profundizar mucho más su beso, cuando sintió que el menor apretaba su prepucio haló el castaño cabello y subió sus caderas lo más que pudo lanzando un gemido placentero. Estaba a punto de alcanzar el clímax y Light lo sabía pero no lo iba a dejar llegar al orgasmo tan rápido.

Yagami Light soltó el pene de su amante y se acostó en la cama, tomándolo de la mano le indicó a Ryuuzaki que se sentara sobre él, sentándose y quedando los dos nuevamente frente a frente continuaron besándose apasionadamente y quitándose la ropa hasta que solo quedaron en ropa interior. Muchos más jadeos inundaban la habitación y las hábiles manos del castaño se posaban instintivamente en las nalgas del pálido detective y marcaba el ritmo que quería, restregándolo de arriba hacia abajo sobre su erecto miembro que luchaba por salir de su ropa interior.

El menor adoraba ver la cara de éctasis que mostraba el pelinegro cada vez que tenían sexo, lo excitaba mucho más el saber lo que lograba con sus manos, sus dedos, su boca y su pene.

Podía notar que el pálido joven estaba a punto de alcanzar el orgasmo ya que su respiración se agitaba más y sus movimientos se hacían más rápidos. Soltó las nalgas del muchacho y apartando la mojada ropa interior del detective tomó su pene entre sus manos y comenzó a masturbarlo con movimientos rápidos. No habían pasado dos minutos cuando el cuerpo de Ryuuzaki se encorvaba y daba espasmos de placer al tiempo que su semen se escurría por entre los dedos de su amante que continuaba masajeando el ahora más flácido pene. Una sonrisa pícara adornaba su cara.

Ryuuzaki se dejó caer sobre el amplio pecho del castaño no sin antes darle un profundo beso por haberle brindado ese indescriptible placer.

Light aprovechó la situación, tomó sus húmedos dedos cubiertos de semen, los llevó hasta la entrada del mayor y comenzó a introducirlos poco a poco. Debido a la actividad de la noche pasada, el ano del muchacho seguía un poco dilatado así que el trabajo no sería tan complicado.

El pálido muchacho intuyó las intenciones de su amante y comenzó a besar el cuello del castaño y a jugar con sus pezones.

No había terminado de salir el primer gemido por la invasión placentera de ese dedo cuando el timbre sonó en par de ocasiones lo que les hizo verse a la cara y el castaño se preguntó quién podría interrumpirlos a esa hora en su día libre.

-          Es Watari, Light-kun. –comentó el muchacho tranquilamente mientras se bajaba del castaño y arreglaba su ropa interior. Te dije que necesitaba ayuda con un caso, por eso Watari está aquí.

-          ¿No podía venir un poco más tarde? –se quejó el joven aun con una inquietante erección.

-          Ya es un poco más tarde, Light-kun.

-          Lo dices tranquilo porque ya acabaste, ¿cómo quedo yo ahora?

-          Puedes ir al baño y terminar solo. Es sencillo.

-          Que termine… ¡¿solo?!

-          No puedo dejar esperando a Watari más de lo que ya ha esperado afuera. –terminó elmuchacho mientras terminaba de arreglar su ropa, pensó en recibir a su padre y minutos después iría al baño para poder asearse mejor. Termina… eso, y nos vemos abajo.

-          ¿En serio me vas a dejar así!

-          Te recompensaré luego, Light-kun. –finalizó el pelinegro antes de salir de la habitación que ambos compartían. Salió a tiempo pues si se hubiese quedado un par de segundos más una almohada hubiese chocado en su cara.

 

 

Este tipo de recuerdos asaltaban su memoria durante los momentos libres que disfrutaba o cuando su hermoso pelinegro se encontraba en otra ciudad u país prestando apoyo a diversas organizaciones oficiales.

Diversas vicisitudes de la vida tuvieron que atravesar para llegar a donde estaban en este momento y a todas y a cada una de ellas las enfrentaron juntos y les enseñaron algo.

Mientras le daba un sorbo a su café, dirigía su mirada a la puerta de llegada y seguía esperando pacientemente, su reloj marcaba treinta minutos después de las 3 de la tarde, la hora ya se acercaba, y por alguna razón la nostalgia lo envolvía fuertemente. Sorbió nuevamente su café y suspiró, el recuerdo de ese día en especial volvió a resurgir desde lo más profundo de su memoria como si de una película se tratase.

 

Yagami Light estuvo de mal humor por todo lo que restaba de mañana. Por supuesto que tuvo que arreglar su “situación” al momento de bañarse debido a que, lo quisiera o no, debía bajar y ayudar a su pareja con la investigación que éste estaba realizando.

Abajo, en la amplia habitación que fungía como oficina, se encontraban los tres trabajando arduamente. Cotejando datos, revisando entrevistas, videos, noticias, Yagami Light, Ryuuzaki y Watari pasaron el resto del día entre decenas y decenas de informes. Luego de bajar y saludar a quien fuese su suegro, Light notó como el ojeroso muchacho se disculpó y se dirigió al baño, seguro va a terminar de arreglarse, pensó el muchacho.

Ya bien entrada la noche y después de haber cenado y haberse despedido del anciano, los dos jóvenes se dirigían a la habitación que compartían. El primogénito de la familia Yagami seguía un poco molesto por los eventos acontecidos en la mañana, pero él sabía que solo necesitaba que Ryuuzaki le rogara un poco para que él pudiese disculparlo y terminar lo que en la mañana solo pudieron comenzar.

Ingresaron a su habitación y luego de cerrar la puerta Light se sentó en la cama a masajear sus sienes. Ryuuzaki por su parte terminaba de disfrutar su dulce taza de té sentado en su lado de la cama, al terminar la posó sobre la mesita de noche y un tanto nervioso le preguntó a su contraparte.

-          ¿Sigues molesto por lo de esta mañana, Light-kun? –preguntó suavemente sin volver su cara.

El joven se tomó unos segundos para poder contestar.

-          Solo un poco. –respondió luego de suspirar.

-          Ya veo. –finalizó el muchacho y bajó la mirada.

-          ¿Qué? –preguntó el castaño al ver la reacción del pelinegro. ¿Por qué te pones así?

-          Porque estas molesto, Light-kun. He aprendido con el tiempo que lo mejor que puedo hacer cuando estas molesto es dejarte tranquilo hasta que te calmes y  vuelvas a tu estado de ánimo normal. –respondió con calma mientras ponía su pulgar cerca de su boca.

-          ¡Yo no estoy molesto! –comenzó a decir alzando un poco su voz mientras se volvía para ver a Ryuuzaki. ¡¿Cuándo dije que estoy molesto?! Yo lo único que dije es que estoy un poco molesto, ¡un poco! Se supone que en estos momentos deberías acercarte a mí y pedirme que te disculpe mientras me abrazas y… -al darse cuenta de lo que decía se detuvo en seco y chasqueó su lengua.   

-          Pues ahora sí creo que estas molesto, además no sabía que había un código para poder resolver malentendidos, Light-kun.

-          ¿De qué código hablas?

-          Acercarme, abrazarte, pedirte que me dis…

-          ¡Olvida eso! –lo interrumpió mientras su cara de ponía levemente roja de vergüenza.

-          No creo que sea necesario que me disculpe por la visita de Watari ya que con anterioridad le había comentado que viniese hoy en la mañana y justamente a esa hora para que ya tú estuvieses despierto, Light-kun, pero te quedaste dormido y luego comenzamos a juguetear. Aunque sí me puedo disculpar por haberte dejado y no haberte ayudado a solucionar la situación con tu amigo aquel –mencionó mientras dirigía su mirada a la entrepierna del muchacho.

-          Justamente eso era lo que me tenía medio molesto, Ryuuzaki. Tanto tiempo sin tener un día libre al mismo tiempo me hizo pensar que pasaríamos el día en la cama y no trabajando como lo hicimos. Ya sé que el crimen no descansa, eso era lo que ibas a decir se notaba en tu cara, pero nosotros sí tenemos que descansar de vez en cuando porque de lo contrario no podremos hacer nada al final.

-          Comprendo, Light-kun.

Light esperaba pacientemente a que el pelinegro continuara hablando pero la continuación nunca llegó.

-          ¿Eso es todo lo que vas a decir? ¡Que “comprendes”? –dijo levantando el tono de su voz y suspirando al final. Eres imposible, Ryuuzaki, no puedo contigo.

Al terminar de decirlo haló al pelinegro de los hombros y lo tumbó en la cama, sin esperar repuesta alguna abrió sus piernas y se sentó encima del muchacho.

-          En la mañana me dijiste que me ibas a recompensar después. Quiero mi recompensa ahora, la exijo. –dijo mientras pegaba su frente a la del pálido muchacho y lo veía fijamente a los ojos.

-          Tienes razón, Light-kun. Te debo una recompensa.

Y sin decir más rodeó con sus brazos al delgado cuerpo de su amante y comenzó a besarlo como sólo él sabía hacerlo. Sus labios ardían de pasión y sus manos recorrían esa espalda que en infinidad de oportunidades había recorrido. Enterraba sus uñas y jadeaba, besaba y lo besaban, movía sus caderas y halaba cabello. En cada sesión ambos buscaban tocarse, amarse, destruirse.

Ambos disfrutaban el acto de besarse hasta dejar sus labios hinchados. Pensaban que habían desperdiciado mucho tiempo en el pasado y nunca sabían cuándo podría ser la última vez. Adoraban besarse y verse fijamente para que los ojos hablaran. Más que palabras sus cuerpos hablaban el uno con el otro con acciones.

Luego de unos minutos ambos cuerpos estaban desnudos, uno encima del otro. Labios hinchados, espaldas rojas, sabanas desperdigadas en el suelo.

Lentamente Light llevó su ya erecto pene hasta la entrada del pelinegro y lentamente lo fue introduciendo dentro del cuerpo del detective sin dejar de verlo, sin dejar de acariciarle el cabello, sin dejar de amarlo.

Ryuuzaki sentía como centímetro a centímetro la longitud de Light entraba en su cuerpo, esa sensación de saciedad y presión la sentiría toda su vida. Esas ganas de subir las caderas para agilizar la penetración lo carcomían. Sentía el peso del cuerpo del muchacho sobre él y le encantaba, sentía que lo tenía acorralado, presionado, preso entre sus brazos. Buscó su mano, la asió con fuerza y lo besó.

Esa danza lenta, controlada y sensual los llevaba al éxtasis. Una vez que ambos cuerpos se convirtieron en uno solo, Ryuuzaki asió su mano fuertemente y Light atrapó los delgados labios de su amante para comenzar a besarlo tiernamente y sacar muy lentamente su pene, al morderlo repentinamente empujó con fuerza dentro del cuerpo del muchacho y empezó el vaivén apresurado.

Light se separó para admirar el cuerpo de su amante. Tomó entre sus manos las delgadas y pálidas piernas del pelinegro y las sostuvo por un momento. Perlas de sudor comenzaban a verse en su rostro, su boca entreabierta y jadeante lo invitaba a continuar más rápido pero él quería darse su tiempo. Mientras lo observaba, entraba y salía lentamente del detective.

Desde la cama Ryuuzaki observaba como aquel fornido muchacho lo tenía empalado desde hacía ya tantos años. Sentía que su temperatura corporal estaba en aumento, lentamente movía de arriba hacia abajo sus caderas para producirle y producirse más placer, nunca pensó que estaría con este hombre después de tantos años y peleas. Tomó su propio pene entre sus manos y comenzó a masturbarse al ritmo que le marcaba Light.

Light veía como el pelinegro cerraba sus ojos cuando comenzó a masturbarse lentamente, le quitó las manos del pene y tomó el control allí también. Acariciando de arriba hacia abajo y concentrándose en la cabeza, salió un momento del cuerpo del detective para atrapar en su boca el falo del joven. Subía y bajaba con determinación mientras que su lengua juguetona daba círculos por la longitud del pelinegro. Sintió las manos del muchacho en su cabeza que le indicaban el ritmo y profundidad, luego de unos minutos lo sacó de su boca, lo sopló un poco y entró con fuerza en el cuerpo del otro muchacho. Esto tomó por sorpresa al pelinegro quien soltó un pequeño quejido más de placer que de dolor y entrelazó sus piernas sobre las caderas del castaño.

Sin dejar de mirarse en ningún momento y sin soltar el agarre de sus manos, el mejor detective del mundo llegó al clímax con un fuerte movimiento por parte del castaño. Su estómago se bañó de semen, su esfínter se contraía involuntariamente  y este movimiento hizo que el castaño se viniera dentro del cuerpo del muchacho y dejara caer su cara en el pálido cuello de su amante.

Cuando hubo normalizado su respiración, subió su mirada y se encontró con una pura mirada oscura llena de amor. Se acomodó sobre él y lo volvió a besar con mucha delicadeza, como si fuese un muñeco de papel que podría romperse al menor maltrato. Se separaron luego de un minuto y sin avisar, Yagami Light escuchó lo que nunca pensó escuchar.

-          Te amo, Light.

Se sorprendió. Necesitó unos segundos para poder comprender lo que había sucedido y cuando lo hizo se conmovió hasta las lágrimas.

Ryuuzaki no hizo más que atraerlo hacia sí mismo, abrazarlo y besar su cabello mientras su querido amante sollozaba en su pecho de la emoción.

 

 

 

-          Un centavo por tus pensamientos.

-          ¡Llegaste, Ryuuzaki! –dijo mientras se levantaba y abrazaba fuertemente a su adorado detective.

-          Llegué hace unos minutos pero no lo notaste, estabas perdido en tus pensamientos. ¿En qué pensabas? –inquirió el muchacho.

-          En la primera vez que me dijiste que me amabas. –comentó despreocupadamente haciendo que el pelinegro se sonrojara un poco.

-          ¿Qué haces pensando en eso? –dijo tratando de sonar indiferente pero sus mejillas sonrojadas lo delataban.

-          Me arropó la nostalgia porque tenía muchos días sin verte. ­–comenzó a decir mientras lo abrazaba nuevamente y le daba un beso en los labios. ¿Pudiste hacer lo que fuiste a hacer?

-          Sí, Watari lo trae.

-          ¡¿Se lo trajeron ya?!

-          No había razón por la que no lo hiciéramos, mientras más temprano mejor.

-          Si tú lo dices entonces así es. –terminó el castaño asiéndolo fuertemente de la mano y volviéndolo a besar.

Tomando el equipaje con ellos se dispusieron a salir del aeropuerto donde ya Watari los esperaba en la salida junto a un pequeño niño de unos 6 años de edad. Habían ido a Inglaterra a buscarlo ya que, así como él mismo, el pequeño tenía un coeficiente intelectual elevado y podría ser detective si le apetecía en el futuro continuar con el legado que él también había ayudado a perpetuar.

El pequeño, de liso cabello castaño y profundos ojos negros, miraba con curiosidad al alto hombre de cabello marrón que lo veía con suspicacia.

Watari comenzó a subir el equipaje a la limosina junto al personal ayudante mientras el niño conocía al hijo de Soichiro. El pequeño al ver al pelinegro se alegró y lo tomó de la mano. Le agradaba estar con él aunque le intimidaba un poco esa persona que venía a su lado.

-          Hola, me llamo Yagami Light ¿y tú? –se presentó el muchacho arrodillándose para igualar la altura del niño.

-          Me llamo Alex, pero me dicen A. –respondió el pequeño mientras apretaba más la mano de Ryuuzaki. Era un poco tímido.

-          Lindo nombre, ¿te parece si nos vamos a casa? –preguntó el castaño al menor mientras le brindaba su mano.

-          ¿A casa?

-          Sí, de ahora en adelante estarás viviendo con nosotros, aprenderás muchas cosas, ya no te aburrirás en clases y conocerás a muchas personas. Te lo comentaba en el avión. –explicó el pelinegro al pequeño niño.

-          ¿Entonces qué dices? –insistió Light. ¿Nos vamos a casa?

-          Sí. –contestó el niño mientras aceptaba la mano del castaño.

Los tres caminaban tomados de la mano rumbo al automóvil que los llevaría de regreso a su hogar para comenzar a guiar a un pequeño ser que seguramente los llenaría de mucho más aprendizaje y amor.

 

Ora con pasión,

Haz el amor con pasión,

Juega, baila, come y bebe con pasión,

¿Por qué lucir como pez muerto

En este océano de Dios?

Rumi.

 

Notas finales:

Apuesto y gano que no se esperaban que actualizara, ¿verdad? xd

Había pasado tanto tiempo desde la última vez que ingresé a ésta página que hasta la contraseña olvidé. xD Que horror, de verdad.

Y bueno, después de casi dos años desde la última actualización, por fin he logrado terminar mi primogénito. No puedo creer que luego de 8 años lo pude culminar.

Cuantas cosas no pasaron en estos 8 años, wow, de verdad estoy impresionada. Y yo que me quejo de los mangakas que no actualizan en dos meses y yo soy peor. XD

Muchas gracias a todos los que me siguieron desde el inicio y a los nuevos también. Esta historia me hizo crecer como escritora como no tienen una idea, aunque es muy pronto para decir que soy escritora ya que esto es solo un fanfic pero igual. :P

Amé hacer esta historia, de verdad, pude jugar con los personajes como se me antojó. Sería bueno ver a Light en su papel de padre y en su papel de macho alfa celoso porque el niño le quita la atención de Ryuuzaki. xD

-Light ve a K con ojos como espada-

Bueno, una vez más muchas gracias a todos.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).