¡Demonios! ¿Por qué me tenía que pasar esto a mí? Salí con Joshua y los chicos para despejar mi mente de cierta persona y ¿Adivinen que paso? ¡Me lo encuentro exactamente en el mismo lugar en donde estoy! En serio que a veces pienso que soy la persona con más mala suerte en el mundo, pero sería muy egoísta decir eso.
Pero tuvo sus ventajas, pude conocer a sus hermanas, que a mi parecer son adorables. Estaba algo sorprendido cuando las vi, cada una de ellas tenían un cierto parecido a Marcus, además se veía que era muy atento con ellas, lo que hice que mi corazón se sintiera cálido.
Fue un día bastante extraño, al final todos nos despedimos y fuimos a nuestros respectivos hogares, ahora estaba en mi casa, en mi cama pensando en todo lo que había ocurrido este día, pero un pensamiento que rondaba mi mente no me dejaba dormir, creo que Marcus se molestó conmigo.
Pero ¿Por qué lo haría? No es como si lo haya tratado mal, solo le pregunte si me estaba siguiendo y él me respondió secamente, aunque no debería importarme mucho, al fin y al cabo así era como nos tratábamos antes.
Cerré mis ojos lentamente y exhale, si no tenía que importarme ¿Por qué me sentía mal?
…
Al día siguiente me desperté con un humor terrible, en serio que no quería que nadie me hablara ni me dirigiera la palabra.
-¿Quieres más tostadas Christopher?- Me pregunto mi madre desde la cocina a espaldas mías.
-No.- Le respondí sin siquiera mirarla. No había comido nada en realidad, en mi plato estaba una tostada a medio comer y el tocino que ni siquiera probé.
Levanté la vista y mira las gerberas que estaban en el centro de la mesa, ahora siento que las odio.
-Iré a comprar otras flores.- Le dije en voz alta a mi mamá.- Ya que paso a comprar algunas cosas para el colegio.- Mañana se daría el festival estudiantil y faltaban algunos materiales. Estaba emocionado por la casa embrujada que haríamos, antes, pero ahora me da igual.
-Está bien.- Me dijo mamá. Me levante de mi asiento y fue a la cocina para lavar mi plato.
Mi madre estaba a mi costado, preparándose unos huevos y unas tostadas para ella, solo se podía oír el sonido del aceite calentándose en el sartén y el grifo abierto chorreando agua.
-Tu padre llamo.- Dijo mi madre con voz monótona, al oír esto deje lo que estaba haciendo por un momento y mire fijamente al plato enjabonado que sostenía.- Quiere ir a comer contigo y ver como estas.
-¿Cuándo?- Le dije seriamente mientras seguía con mi tarea.
-Dijo que cuando tuvieras libre.
-Entonces nunca.- Le dije a mi madre mientras daba una sonrisa apenas visible, una sonrisa sarcástica.
-Christopher.- Me reprochó mi madre.- Tienes que verlo, es tu padre.
-Lo sé, es solo que no he tenido tiempo últimamente.- Le dije, pero creo que no la convencí.- Te prometo que lo hare.- me voltee y la vi al rostro para darle una sonrisa forzada, ella asintió y volvió a enfocarse en su desayuno.- Ya me iré, hasta luego.- Puse el plato en la lacena y le di un beso a mi madre en la mejilla para despedirme.
Salí de casa, conmigo llevaba una lista de las cosas que tenía que comprar y que hacían falta para mañana, pase al lado de la biblioteca de Mery, hace algún tiempo que no leo un libro nuevo, talvez escogería uno para despejar. Mire la estantería que tenían al otro lado de la ventana exponiendo los libros nuevos que tenían ese mes. Ninguno me llamaba la atención para ser sinceros, mire hacia dentro de la biblioteca, al fondo, y me sorprendí por lo que vi.
Era Jeremy.
Eso es algo nuevo no sabía que venía a esta biblioteca, estaba de espaldas, viendo los libros que estaban en la estantería de ciencia ficción, podría ir a dentro y saludarlo, sino estuviera de malas.
Iba a seguir con mi camino, pero al ver a la persona con la que estaba Jeremy me dejo perplejo, era Anthonny ¿Qué hacia Anthonny con Jeremy? Acaso lo estaba obligando a estar con él, ese ya sería el colmo, fruncí mi ceño, estaba molesto.
Entre con paso firme a la biblioteca, abriendo la puerta un poco más fuerte de lo que hubiera querido, pero eso no me detuvo.
-Hola Christopher.- Me saludo de manera dulce la sobrina de la Señora Mery, Angela. Siempre era amable con ella, más de una vez me había dado cuenta de sus “sutiles” coqueteos hacia mí, pero nunca le di importancia. Está molesto, ni quiera la mire, haciendo caso omiso a su saludo, pase directo hacia el lugar en donde estaba Jeremy.
No se habían dado cuenta de que estaba detrás de ellos, no hasta que toque el hombre de Jeremy para llamar su atención. Se volteo lentamente, confundido, pero cuando vio mi cara se alarmo un poco.
No es como si tuviera la expresión más dulce en este momento, muy lejos de hecho, estaba d mal humor y molesto, talvez esa fue la razón por la que Jeremy se sorprendió.
-Hola Christopher.- Sonrió algo nervioso mientras me daba una sonrisa, torcí mis labio y volteé mi cabeza para mirar a Anthony, el estaba con las cejas alzadas, tranquilo ante la situación. Rodee mis ojos y volví a mirar a Jeremy aun con el ceño fruncido.
-¿Por qué estas con este tipo?- Le dije señalando a Anthonny sin importarme que él estuviera ahí.
-Ah bueno, es que y-yo… Él quería ayuda y...- Me dijo tartamudeando.
-No te tiene que dar explicaciones.- Le interrumpió Anthonny, viéndome acusadoramente, le voltee a ver y lo mire de mala gana.- Una cosa es estar en el colegio y que te andes entrometiendo en los asuntos de otras personas, pero otra muy diferente es que estemos afuera. Deja de meterte.- Me dijo molesto ¿Metiéndome en los asunto de otras personas? ¡Yo no hacia eso!
Volví a mirar a Jeremy, ignorando el comentario que había dicho Anthonny, aunque no ocultaba que me había enfadado más de la cuenta.
-¿Te está molestando?- Le pregunte a Jeremy, él se quedó helado, sin responder, definitivamente lo estaba obligando.
-Vámonos- Le dije tomando su mano y dirigiéndome hacia la puerta para salir, pero algo me detuvo.
Anthonny estaba sosteniendo a Jeremy del brazo, impidiendo que caminara conmigo, apartó mi brazo bruscamente, ahora se veía enfadado.
-¡¿Qué te sucede?!- definitivamente Anthonny estaba molesto-Parece que necesitas otro buen polvo para quitarte ese humor de mierda.- Me quede perplejo por lo que dijo ¿Acaso él sabía?
Me aleje de ellos unos pasos hacia atrás, procesando cuidadosamente l que Anthonny me acababa de decir.
-No sé de lo que hablas.- le dije mirándolo a los ojos, con algo de temor por lo que pudiera decir.
-¡Ja! Tu sabes lo que quiero decir.- Me dijo arrogante, ahora con una sonrisa “malvada”.
-¡Anthonny!- Le reprendió Jeremy, estaba algo molesto. Yo estaba con los ojos abiertos como platos, el sabia, Marcus le había contado. Baje mi vista hacia el suelo y apreté mis dientes con fuerza y cerré mis manos, haciendo puños en donde se podían ver los nudillos blancos.-Él no me está molestando Christopher.- Me dijo Jeremy con la voz calma, pero yo ya no lo escuchaba.
Salí rápidamente de la biblioteca, tome el primer taxi que me encontré y le di la dirección de Marcus, ira a hablar con él.
El camino se me hizo eterno, sentía que la sangre me hervía de lo enojado que estaba, pero también estaba algo decepcionado de Marcus ¿A cuántas personas más se lo habrá dicho? Apreté mi pantalón con mis puños, haciendo que se arrugaran.
-Llegamos niño- Me dijo el conductor, mire hacia la ventana y vi el edificio en donde se encontraba el departamento de Marcus. Le di al chofer el dinero que le correspondía por el viaje y me baje.
Llegue a la entrada del edificio y entré hasta el vestíbulo, me dirigí rápidamente hasta el ascensor, apreté el botón para que bajara en el piso en donde y estaba, pero no hacía nada.
-Funciona porquería…- Murmure molestos mientras apretaba repetitivamente el boton del elevador.
-Este averiado.- Me dijo la recepcionista a mis espaldas mientras leía una revista de modas, bufé molesto y me mire a la recepcionista que tenía alrededor de treinta años.
-¿En dónde están las escaleras?
…
Si recordaba bien el apartamento de Marcus quedaba en el cuarto piso, ya iba por el segundo piso y me sentía agitado, la actividad física nunca había sido una de mis fortalezas. Paré por un momento y puse mi mano sobre una de las barras que estaban al costado de las escaleras, respiraba agitado y trataba de recuperar el oxígeno de mis pulmones que hace poco se había perdido.
Mire hacia el frente y vi las escaleras que me faltaban por recorrer, pero eso no me detendría, ni a mí ni a mi enojo. Me puse en posición y seguí apresuradamente hasta que al final llegue a la puerta de su departamento.
Toque la puerta repetidamente y con más fuerza, hasta que sentí como esta se alejaba de mi puño y se abría rápidamente, dejando ver a un Marcus molesto, ero que cambio su expresión a una más tranquila cuando me vio.
-Woodgate ¿Qué haces aquí?- Me preguntó con una ceja enarcado. Al parecer venia de haberse duchado ya que tenía su cabello mojado, una toalla sobre sus hombros y estaba… sin camisa.
No no no no, este no era momento para pensar en cosa fuera de lugar, mire sus ojos, haciéndole notar que estaba molesto, tenía mi respiración agitada por el “esfuerzo” físico que había hecho, así que sin su permiso entre descaradamente hacia su departamento apartándolo hacia un lado.
Él estaba confundido, pero no dijo nada, llegue hasta el medio de la sala dándole la espalda, no podía mirarlo si estaba en ese… estado.
-¿Le contaste a alguien?- Ahora no sonaba molesto ¿Qué me había pasado? Mi voz sonaba decaída, triste, cuando más necesitaba mi enfado conmigo este se desvanecía.
-¿Contar que?- Me dijo mientras sentía como se acercaba a mí.
-Contarle a alguien ¡Lo que hemos hecho!- Le dije con la voz más alta, me voltee hacia él y lo mire con todo el enfado qe podía sentir en es momento.
-¿Hablas del sexo? No le he contado a nadie – Me dijo ahora con el ceño levemente fruncido, me estaba mintiendo.
-¡Anthonny lo sabe Marcus!- Le reproche.
-Yo no le dije, si eso tratas de decir.- Me dijo acercándose más a mí, yo di un paso hacia atrás y me aleje de él, Marcus al ver esto se quedó estático, pero al parecer lo había molestado.
-¡Claro que le dijiste! ¡¿Quien más le diría a ese desgraciado?!- Le grité
-¡¿Qué te sucede?! Y si lo hubiera hecho ¿Qué? Tú le dijiste a ese amigo tuyo, Joshua ¿O crees que no me di cuenta?- Me respondió enojado y alzándome la voz. Tenía razón, yo le había dicho a Joshua algunas cosas, no lo más reciente, pero era algo diferente, yo si confiaba en Joshua.
-¡Entonces si le contaste!
-No le conté, él solo está sospechando y te está molestando -Me dijo con algo de rencor, volteo la cara y se dirigió a su habitación, dándome la espalda.
-¡Oye! ¡Yo no he terminado de hablar! ¡Ven acá, no me ignores!- Le dije realmente molesto sin moverme de mi lugar, él paro en seco por unos momentos, y se hizo un silencio realmente tenso, el vino y me agarro fuertemente de la muñeca mientras se dirigía a su habitación, cuando estuvimos en ella me soltó y cerro el pestillo de la puerta con seguro.
-¿Marcus que estás haciendo?- Le pregunte con algo más de calma y temor al mismo tiempo. El me daba la espalda así que no podía ver su rostro, se dirigió hacia un mueble que tenía en sus habitación y tomo una botella de whisky que estaba un poco más de la mitad.
-Toma.- Me dijo lanzándola hacia mí. Por impulso trate de atraparla, hasta tenerla en mis manos. Lo mire confundido.
-¿Qué se supone que haga?- Le dije cortante mientras alzaba una de mis cejas.
-Parece que lo necesitas.- Me dijo de la misma manera en la que yo le había contestado.
Mire la botella detenidamente, nunca había tomado whisky, así que tenía algo de curiosidad. Abrí la botella algo dudoso, escuche como Marcus tomaba dos vasos pequeños de vidrio, camino con una expresión de seriedad hacia mí y me tendió uno de los vasos, yo lo agarre y mire el vaso, aún estaba confundido ¿Acaso el vaso no era muy pequeño? Mire hacia Marcus con una ceja enarcada.
-¿Qué acaso no sabes cómo tomar whisky?- Yo negué lentamente con mi cabeza, el voltee los ojos y me quito el vaso de mis manos, junto con la botellas, se dirigió hacia la mesita que había en su cuarto y sirvió una cantidad pequeña en cada vaso, después camino de nuevo hacia mí y me lo ofreció.
Yo lo tome, aun algo confundido por la situación tan extraña que se había dado ¿Acaso no estábamos discutiendo? Él se alejó de mí y se sentó en su cama, vi como acercaba el vasito hacia sus labios y se tragaba todo el contenido de un solo trago.
Camine hacia uno de los pequeños sofás que tenía en una esquina de su cuarto y me senté, mire de nuevo el contenido que ahora tenía e mis manos, era de un color miel brillante, mire de nuevo a Marcus, este estaba esperando a que me lo tomara, así que dirigí mis labios hacia el vasito y trate de tragármelo de un solo como lo había hecho Marcus.
¡Dios que era esto? Era más fuerte de lo que creí, increíblemente más fuerte, era como una combinación de amargo y acido, era algo incomparable con lo que yo anteriormente había comido o bebido en mi vida. No pude tomar todo sin haber hecho una mueca de desagrado la primera vez, sentía un calor recorrer por mi garganta hasta la boca del estómago, iré de nuevo a Marcus y este estaba con su sonrisa arrogante de nuevo. Aunque esto me calmo un poco, por lo menos ya no se veía molesto, así que le di una sonrisa cansada y alce mi hombro.
…
-Sabes... cuando era niño enserio me asustaban los payaso jajá.- Era algo tan estúpido, me serví de nuevo un poco de whisky en mi pequeño vasito, haciendo que este fuera el cuarto trago que me tomaba. Le di de nuevo un sorbo, ya me estaba acostumbrando a su sabor y la verdad no me parecía desagradable como al principio, de hecho ahora me había gustado más de lo que pensaba.
-Christopher creo que es hora de que dejes eso.- Me dijo Marcus todavía en su cama, a recostando mientras me miraba divertido… y sin camisa, nadie podía negar que ese chico era jodidamente sexy.
-Marcus eres realmente sexy.- Le dije en un murmuro, no lo sé pero ahora me sentía muy honesto, quera decir todo lo que pensaba, eso era algo bueno supongo- Marcus se sorprendió por mi comentario, aunque me imagino que ya lo ha escuchado miles de veces antes.
-Christopher, enserio que ya tienes que dejar de tomar.- Se levantó de la cama y vino hacia mí, trato que quitarme el vasito que tenía en mis manos pero yo lo detuve.
-¡No! ¡Yo quiero seguir tomando!- Le die enojado mientras alejaba el vasito de él para que o lo alcanzara, como un juego de niños. Me levante rápidamente de mi asiento y corrí alrededor de la habitación para que no me alcanzara.
-Christopher vamos, no seas como un niño.- Trato de sonar molesto, pero a mí no me engaña, se estaba divirtiendo.