Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Wrinkle - Larry Stylinson por love_narusasu

[Reviews - 2]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

El tomarte no fue un juego, ni palabras.


 


Asimismo pasaron días, semanas, meses, en los cuales alegres cuidábamos de nuestros pequeños. Nuestro centro médico iba de viento en popa y el cuerpo de trabajo estaba listo, una comunión con el hospital donde mi Hazz trabajaba dio buenas referencias del proyecto en finalización, para cuando ya abriera sus puertas fuera un punto de salud recocido. Harry cumplía con su trabajo, y regresaba contento a casa con nosotros. Yo feliz de verle y recibirle. Así fueron todos los días, viendo crecer a nuestros pequeños hijos. Para cuando todo estuvo listo, nuestra vida se estabilizo más, el apoyo de amigos y conocidos fue increíble. Eso ayudaba mucho, más en la crianza de mis pequeños ángeles. Cada día que pasaba, algo cambiaba en ellos y yo admiraba su hermosa inocencia, su precioso y tierno ser. Los amo por ser nuestros, por nuestro amor. Ambos, producto de ello.


Cuando nuestro pequeño Jerry tenía 5 añitos nos pidió un hermanito, debido a que nuestra pequeña angelita Luna, no era de pelotas. En ese momento no sabía que decirle, si este ya venía en camino. Ambos le comentamos de la manera más inocente y tierna que tan solo debía esperar nueve meses. Con preguntas vergonzosas de su parte y con Luna dormida en mi regazo, esa tarde reímos y fuimos muy felices.


No todo era felicidad debido a los problemas que pueden llegar a existir, pero esta misma opacaba lo pocos momentos en los que ellos atacaban. Eran tan pocos que ni los sentíamos. Nuestro amor podía con todo, con todo ello y junto a nuestro bebes mucho más, y ahora en más por nuestra futura princesa Marina.


 


Ven quédate en mi brazos.


Para siempre es nuestro amor


 


Rio de tan solo recordar cuan tonto pude ser cuando era joven, pero debo entender las inseguridades que vienen con la edad. Inesperadas para cada persona, por esa razón uno no debe centrarse en lo superficial. Lo que se ha vivido, lo que se tiene, lo que puedes dar, es mucho mejor y de más valor que todo lo demás. El tiempo compartido es lo que nos llena de muchas manera, conociendo, aprendiendo, sintiendo, llegando así a valorar la vida. En nuestra vida, juntos, los temores para nosotros no solo fueron por mi parte, así como mi Harry con su dulce encanto, siempre he sido un bromista molesto pero cariñoso con personas cercanas a mí, y aun así el dueño de mi amor siempre has sido tú, y nunca dejaba de recordártelo. Más nunca antes había pasado por aquel temor y dolor que sentí fue terrible. Haber recorrido más de 45 años a tu lado, sin duda una hermosa locura. La edad y todo lo demás hizo mella en la herida, más tú sabias como arreglarlo. Siempre lo sabias. No había nada que arreglar después de todo.


— ¿Lou? –aquella jovencita que admito su belleza, razón por la cual al compárame con ella sentí nuestro mundo tambalearse, mi mundo, y tú lo supiste lo supiste de inmediato.


— ¿Y ese quien es Dr. Edward? –hasta su voz era aniñada y suave, comparada con la mía que es suave pero chillona.


— Mi esposo.... –hubiese sonreído por aquel reconocimiento pero mi ser no lo creyó. Corrí ni bien voltear, alejándome de aquella dolorosa escena. Mis piernas no me daban tregua, no podía soportarlo.


— « ¿Qué hago? ». « ¡No puedo, duele mucho! » –y no lo pensaba precisamente por la fatiga, eso era nimio al dolor de mi pecho– « ¡No me siguas, no lo hagas! » « ¡No...! ».


— ¡Louis William Tomlinson espera! –ni de coña. Con que cara podría verte. Si me dices eso, me destrozarías, pero si es por ti hasta lo consideraría y así lo hice, solo un momento dude y aprovechado eso me diste alcance.


Temblé aterrado al sentir tus manos fuertemente apretadas en mis hombros, no sabía que esperar. No podía hacerle frente al final.


— ¡No! –no quería, enserio. Se feliz pero déjame morir en la ignorancia.


— ¡Louis! –volteándome hacia ti vi tu dura mirada y la mía ya estaba empañada. Tu aliento jadeante lo sentí en mi rostro.


— ¡No Harry! « ¡Aléjate! ». « ¡Huye! » –ni siquiera había podido huir, de la nada me tomaste entre tus brazos y no me soltaste aun cuando golpeaba tu pecho con fuerza–. ¡Déjame solo! –el dolor se había trasformado en ira, conmigo mismo por no sentirme suficiente, con casi la mitad de mi vida recorrida a tu lado, siendo realmente maravillosa, supe que no sería bonito por siempre, y aquella niña era mil veces mejor que yo. Tú con dos años menos que yo cualquiera diría que no había diferencia pero si te vieran con mis ojos. Cualquiera sabría cuan afortunado seria al permanecer a tu lado–. ¡Lo entiendo! ¡Lo entiendo bien! ¡Es obvio! ¡No lo niegues! Si te hace fe-liz... ¿Harry? « ¿Porque tus ojos se ven heridos?, ¿porque están cristalinos? ».


— Te amo Louis, te amo –lo sabía, pero en ese momento me negaba a creerlo. Siempre has sido tan preciado para mí, que era tan comprensible pensar que alguien más vería lo maravilloso que eres. Y no culparía a aquella persona de amarte tanto como yo, pero sabía que nadie te amaría como yo–. Siempre te lo he dicho, dime en qué punto falle que lo has olvidado.


— N-No tienes que mentir –si hubiese podido golpearme lo hubiese hecho–. Lo entiendo Hazz, has lo que quieras y se feliz. 


— Ok...–frio. Tu voz, tú cálida, profunda y dulce voz, sonó tan vacía.


— Harry ¿Qué...? –gemí del susto al sentirme levantado del suelo–. ¡¿Qué haces?! –en tu hombro. Ahí me colocaste para seguir en marcha. Por la dirección que tomabas deduje que iríamos a casa–. ¡Bájame!


— ¡Estoy haciendo lo que quiero y siendo feliz! –verte tan fuera de ti era extraño, pero era algo nuevo de ti. Solo una vez te vi así, tu no me viste pero yo sí. Fue un día después de conocernos, cuando estando yo casi inconsciente, me salvaste de un buscón–. ¡¿Qué no lo ves!? Amor, como demonios quieres que sea feliz si estoy siendo botado por mi felicidad –concordando con ello, quise llorar, después de todo, todo esto ha funcionado por ambos. Y ahí lo supe. Cuan idiota pude ser. Sin poder evitarlo gemí aguantado las lágrimas, ya no por inseguridad sino por haber dudado de ti. Tu quien me has demostrado que lo verdaderamente valioso es lo que hemos construido juntos y lo estaba quebrando. Siempre haciendo tambalear nuestro pedestal y tú siempre cuidado su firmeza.


— Hazz...bájame.


— No. Estoy demasiado molesto que no se de lo que sería capaz.


— Harry –si seguíamos así terminaría llorando a mares. Necesitaba sacar esto de mí, decirte cuanto te amo y seguiré haciéndolo.


— No te dejare –ni yo, pero si abria mi boca de esta solo saldría lamentos–, hablaremos de esto –es lo que más quería. Presione mis parpados negándome a llorar al sentir como con el mayor cuidado me dejabas en el suelo. No llegamos a casa, pero estábamos en el parque donde tuvimos tantas citas de más jóvenes. Tantos recuerdos–. Si eres tu quien encontró a alguien más, lo entenderé. Solo no niegues mi amor –nunca. Cuan estúpido fui. Tú, mi príncipe, mi amor verdadero, mi alma gemela, mi todo. Contendiendo el nudo en mi garganta tome tus mejillas acercándote a mí, aun seguías siendo más grande que yo, con ese gesto quería que vieras mis ojos y que estos te gritaran lo que bullía por salir de mí.


— A-aprendimos –y no pude callarlo, y cuando agradecí el no hacerlo más– del uno y del otro, creciendo en el amor Harry. El mejor tipo amor es aquel que despierta el alma y nos hace esperar a más, nos enciende el corazón y nos trae paz a la mente, eso es lo que ambos siempre nos hemos dado.


— L-Lou...–mis ojos bañados en lágrimas pudieron visualizar la traicionera lágrima que rodo por tu mejilla y que yo con amor limpie con mi dedo pulgar, para luego besar todo su recorrido permaneciendo un momento en la esquina de tu ojo. Suspire, para luego aferrarme a ti en un férreo abrazo que tú tan amorosamente devolviste.


— Nunca habría alguien más. Pensé, pensé que ya no era suficiente. No te culpo lo entiendo bien, tu trabajo es importante, y estoy orgulloso por ello. Te amo. Siempre te amare.


— James, he ascendido a James, ya no estaré a cargo del hospital.


— Harry pero tu...


— Somos dueños de ello Lou. Además aún no hemos cumplido todos tus sueños. Aún hay tiempo. Te amo Louis, siempre lo hare.


— Siempre –proclamando de manera idéntica nos perdimos por un momento mirando los ojos del otro. Aun habían tantas cosas por decir, hacer y vivir. Riendo con amor seguimos el camino a casa, apoyados el uno junto al otro con nuestros brazos y nuestras manos entrelazadas.


Aun había tiempo también.


 

Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).