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Notas del capitulo:

13-10-2016

Hola!!! tanto tiempo! no es miercoles pero tengo justificación abajo, más abajo, ¿ya son mayores de edad? n.n bueno, sacando el chistecito, vengo a dejar el 24, wiii, con lo de mi pc morida y la falta inspiracional del momento...ya, ya, por lo menos este capi parece ser un poquito más largo -Bah, creo yo-los otros fic no estan muertos, solo avanzan a paso muuuuuy lentos, para los proximos dias espero subir los dibujos prometidos ( ya ni me acuerdo que prometí jaja.) asi que si algun@ está interesad@ se puede dar una vueltita por mi Fb o Devianart. ¡Pero dejen pasar los dias caramba!(El finde subo uno seguro!)

Que más, qué más, les agradezco sus comentarios, ya están respondidos, qué más, qué más...aaaah , no sé que onda pasó  en este tramo de  mi ausencia pero cuando volví pegué el texto y no nada pasaba, asi que tuve que copiar el capi en otro word, volver a copiar , pegarla aqui ( se logró ), revisar y poner en cursivas varias frases que por "x" razón no quedaron plasmadas del original...que trabajooo....

 

Los personajes son de la serie NARUTO de Kishimoto -al fin terminó el anime, pero no lo vi aun ;v-sensei

Notas:

...pensamientos...

--...o tambien susurros...--igual aclaro.

-- diálogo--

Cambio de escena :dejo un "espacioso" tramo en blanco, no me gusta poner Post o pov de Tal y cual; pues en un libro eso no se hace ;D,( o al menos no lo he encontrado así)

Ah, estaba leyendo unos fics y ¡¡AAAH!! como me molesta cuando escriben por ejemplo " ...y movió sus caderas"  ¡¡¿Pero es un mutane??!!¡¿que tiene?!¡¡¿ dos, tres caderas ?!! y se me pincha todo el ambiente rosaloide jajaja, Por Kami...,me quejo acá porque es mi post XDDD.

 

 

Espero que no encuentren horrores ortograficos , revisé pero bue, tal vez alguno haya escapado de mis ojitos y si es asi más adelante los corregiré.

 

a leer---->

 

Uzumaki, Naruto  llegó silencioso  a las puertas de su aldea encabezando el grupo compuesto por los cinco restantes de la misión S, más seis ninjas que habían sido enviados por la preocupada Tsunade y los dos sobrevivientes del grupo de Kakashi, los cuales fueron traídos casi a la fuerza por orden del Hokage para según él, interrogarle; escuchó que alguien le daba la bienvenida pero a paso plomizo lo ignoró, por un momento se sintió pequeño y recuerdos del pasado y de su niñez volvieron con el cruzar de las puertas, la emoción de su primera misión junto a…, cerró los ojos y dio un largo suspiro como si con eso se liberara de la carga pesada que le comprimía el pecho, pero, sabía que sería momentáneo, se detuvo y contempló entrecerrando sus ojos el comienzo de la pacifica vida que los aldeanos disfrutaban gracias a sus esfuerzos, a las muertes que cargaban muchos de sus  ahora subordinados, la última guerra…. pensar eso le resultó irreal y formó una mueca desagradable que luego se torció en sonrisa.

Se veían tan felices y  un pulsante nudo presionó  su garganta. Se negó a gritarlo para calmar su presion como otro castigo de su auto condena.

…Ignorantes…

Sintió tras su espalda las miradas curiosas de  los porteros junto a unos cuantos pares de ojos de sus shinobis que pasaban junto a los heridos, ellos ya no tuvieron las agallas de seguir junto a su desastrosa y fría presencia y, a grandes pasos casi corrieron para alejarse de él.

Heeeh…— susurró un lento reproche burlón, percatándose del alivio para los que lo rodearon en el viaje de regreso, se rascó lenta e inconscientemente el pecho bajo las telas, queriendo tener la misma sensación de sus subordinados por breves segundos, pero el respirar le recordaba que el mar de emociones tormentosas continuaba agitándose dentro de él;  que estuvo a punto de atentar contra su propia vida, que tenía deseos oscuros para sus propios compañeros, que su sentido  de justicia estaba mermando y sentía que no había nadie capaz que lo ayudase a levantarle, que ese océano caprichoso de toscos y agrios recuerdos de lo que pudo haber y no pudo hacer producto de su propio desconsuelo  intentaba romper su rasgada barrera de cordura, si, Uzumaki Naruto estaba parado en una delgada línea que dividía su propio yo, solo aferrado a una débil razón, su única y ultima meta, pues su más importante pilar en el que había basado casi toda su filosofía de su joven vida estaba destruida.

De forma pausada dejó caer su mano en gesto de hastío hacia si mismo.

 

Un poco más y no tendría que seguir fingiendo.

 

Un poco más...dijo en silencio.

 

Un poco más de fuerzas para seguir de pie.

 

…Un poco más-ttebayo…

 

Como una letanía se lo repitió durante todo el trayecto. A cada segundo, a cada minuto.

 

Durante los cuatro días de viaje.

 

 

Sus agotados ojos  dieron un pantallazo a su alrededor, se detuvieron  en una silueta  de cabellos negros acompañado por la única mujer kunoichi, estaba muy mal herido, iba trasladado en una camilla  improvisada y llevado por otros dos anbus, las quemaduras y fracturas en su brazo y partes del cuerpo le obligaban a permanecer inconsciente..

….Si pudiera….esta era la doceava vez que se cruzaba por la mente arrancarle la piel de la cara en gesto de escarmiento y así eliminar lo que  a sus ojos era un sacrilegio, la sensación casi de placer al realizarlo produjo un movimiento involuntario en sus manos a los lados de su cuerpo rígido que se tensaron y formaron garras con un único propósito, su chakra chispeó en su interior respondiendo a sus ansias despertándolo de su ensoñación y devolviéndolo a la realidad, al instante cerró los ojos con fuerza y se frotó suavemente las sienes intentando destensarse.

Él no era así.

Pero deseaba tanto causar dolor para mitigar el suyo.

 

Se quedó en silencio siendo observado por los dudosos guardias de la entrada y dos de sus compañeros mientras los demás se dirigían a sus destinos junto con los restos del grupo del sexto.

 

Se sentía tan roto por dentro, ¿cómo podría recoger sus propios pedazos?

En esos dolorosos dias no sintió el suelo y su alma parecía querer abandonarle con cada respiro, con cada fragmento del pasado que su culpa se esforzaba por exhibirle, no podía pensar en nada más sino contemplar las lenguas que se iban apagando como sus propias ganas de vivir.

Se volvió a preguntar ¿porque aún estaba  ahí, parado como una estatua en la entrada de su propia tierra que ahora  le resultaba desconocida?

Se llevó la mano al pecho,  estando en la aldea ese palpitar se trasformó en condenada asfixia, y de no ser porque aun sentía dolor por las heridas creería que hubiera muerto hace mucho tiempo siendo un fantasma en busca de un  perdón  inexistente, sentía que no tenía lágrimas para seguir derramando, su boca reseca se negó a probar bocado y si no fuera por la insistencia de Nara para obligarle a beber seguiría sentado en el suelo hasta caer desvanecido, pero las duras palabras de reproche y sobre todo lo que podría ser una supuesta trampa por parte de alguien dentro de la aldea le devolvió poco a poco la casi perdida lucidez. 

 

Las partes podridas estaban ahí, escondidas por los mismos de siempre.

 

Volvió a exhalar.

 

Una y mil veces.

 

Como maldijo los últimos  dias en silencio al líder de la misión S.

Y mientras lo hacía, acumuló  pútridos y sombríos deseos que ahora cargaba encerrados y que empujaban por escapar entre sus grietas.

Era poco la orden directa que les dio de trasladarle sin anestesia hasta la aldea, impidiendo que volvieran cada uno por separado y que sus profundas heridas fueran rápidamente tratadas.

Tsunade le echaría la bronca.

Más interiormente se sentía mínimamente satisfecho.

Naruto jamás imaginó tener tanto odio por una persona. Ni siquiera contra Pain quien fue  el asesino de su propio maestro y quien atacó la aldea y a tantas personas fue merecedor de su repudio. Pero eso es pasado.

Tal vez era una manera de descargar tanto remordimiento de sí mismo.

…No soy así…pero…

¿Con quién o qué debía lanzar todo su dolor y tormento?

 

Ah, sí, el culpable de ese “error”.

 

Naruto fijó sus ojos sin brillos a los rostros de piedra  de los antiguos jefes de la aldea, se paseó por cada uno de ellos buscando algún tipo de consuelo. Y se preguntó ¿Alguno de ellos sufrió lo mismo o más que él?

 

El amor duele.

 

Duele tanto-ttebayo….—dejó salir un quebrado susurro y se acarició el pecho  tratando de poner su mente en blanco. Necesitaba tener la cabeza fría para lo que viniera. 

Pronto todos lo sabrían, lo de su pérdida.

Lo que lo había traído de regreso.

Porque no era del todo Naruto, el chico con las convicciones de paz y justicia, de mirada cálida y decidida  quien volvió.

Haría valer su investidura, con cada lengua de fuego negro que se extinguió con el lento correr de las horas.

¿No era él, el héroe de Konoha?

Ese era único motivo por el que aún estaba en pie.

 

Por él, por Sasuke, y quizás para guardar celosamente su historia que ahora solo pertenecería a él.

 

Una brisa acarició su cara y enfocó sus ojos a su propio rostro de roca a medio hacer. Y se preguntó si la mesura con la que estaba siendo esculpida, tan llena de solemnidad no era más que una máscara  de lamento que escondía la única muerte que no pudo impedir ni con todo el poder de su ser.

 

¿Por qué terminaba más herido que los demás?

 

Saltó desapareciendo en una estela de polvo, Shikamaru vaciló en llamarle apoyado en un bastón de madera, dejó caer los hombros en mudo gesto de cansancio, miró a Yamato que solo asintió a modo de despedida temporal y con lentitud propia de sus heridas en el cuerpo se alejó rumbo al hospital, Nara hizo seña a los porteros para que le entregasen las hojas de entrada que faltaban firmar, más tarde se lo llevaría a su….amigo.

Ese día el mal sabor del enojo y decepción se esfumó al ver la tormenta en sus ojos. Si no fuera porque aún le quedaba algo de chakra hubiera contemplado atónito el suicidio de su Hokage bajo el fuego negro.

Era atroz verle intentar tocar las llamas, gritando hasta perder el aliento el nombre de un traidor mundano que mutó a héroe casi oculto, tras las sombras de las hojas de la aldea.

Un escalofrío recorrió su espalda.

Si el poder de Kyuubi ya no lo rodeaba ¿qué fué esa fuerza oscura desatada?

 

La completa locura, tal vez.

 

Tiempo atrás cuando era un niño vago tuvo un pequeño destello, una absurda idea que dejó pasar porque según su conciencia se salía de la lógica moral para la cual fue educado, con el correr de los años su incansable razón tejió descabelladas conjeturas en torno a su relación y justificó todo con compañerismo, hermandad, amistad, pues aun negaba sistemáticamente  las acciones de ese niño rubio alborotador de la paz ciudadana.

 Ah, sí, recordaba perfectamente esa reacción y el comentario posesivo después de su reunión de amigos.

Y fue como una gota que rebasó el vaso.

Qué mentira.

 

— ¡Tsk!...Ah, duele...

Shikamaru cesó sus  cavilaciones, con una mueca debido a su dolor corporal tomó los papeles a firmar y comenzó su entrada a su pueblo, pues estaba seguro que  la respuesta estaba en la punta de su lengua y no sería nada gratificante para muchos que estimaban a su líder.

 

Era tan obvia.

 

—Idio…—Negó lentamente mientras avanzaba, era tarde para nada. Y su Hokage necesitaría mucho más que un simple pésame.

—Parece un zombi. —escuchó de unos de los porteros y desganado en su mente le dio la razón, debería hablar con él pero antes tendría que hacer lo que le ordenaron, aunque sea un incordio Naruto en verdad necesitaba un tiempo de descanso, y él  trataría de ayudarle a encontrar a los responsables, por las personas que ya no estaban.

 Suspiró, antes iría a ver al médico.

 

 

 

 

 

 

 

No sabía cuánto tiempo estuvo así, contemplando su reflejo en la quietud de su estrecho baño.

Estaba pálido, franjas oscuras bajo sus ojos producto del insomnio de varios días,  moretones en sus mejillas que se estaban desvaneciendo pero que jamás olvidaría y un cabello  rubio algo sucio a pesar de llevarle corto adornado de los restos de naturaleza.

Si… me hubiera… confesado…—murmuró sumido en su impotencia.

Una efímera imagen en la que imprudentemente estaba rozando unos labios tan pálidos como su tez en la oficina le obligó a morderse los propios y degustar su propia sangre. Agachó su cara y clavó con fuerza las uñas en su cabeza, aspiró, exhaló, volvió a repetir la acción varias veces para controlarse de no explotar ante la prensa que comprimía su corazón. Lo logró luego de unos extensos minutos.

—Si… hubiera… cambiado con mi bunshin

Su malsana mente lo llevó a la noche en la que bajo sus propios artilugios logró la treta impensada por él y en la que tomó sin permiso su inmaculado cuerpo.

Tan suave, irresistible y prohibido.

El deleite de desnudarle, el placer recorrerlo con sus ojos y sus manos, la lujuria de introducirse dentro,  las sensaciones  del malsano recuerdo encendió un calor veloz en su  interior —…¡Maldición!...

Golpeó el espejo con furia, estallando en miles de cristales que se distribuyeron por todos los rincones apenas rozándole. Su puño incrustado en el mueble le dolió a horrores que desfiguró su cara de dolor, agitado retrocedió y su espalda tocó  la pared, sus piernas dejaron de sostenerle y acabó sentado en el piso.

—Aspira,… exhala…, aspira,… exhala…— ¿Cómo podía pensar siquiera eso cuando ya no lo tenía? No tenía excusa para profanarle de esa manera  en sus pensamientos.

Pero sin duda era uno de los  recuerdos más preciados que guardaría con celo por todo lo sentido.

Como el sabor, el tacto…

El aroma.

…maldición…

Tan pueril.

Tan bajo

Cada recuerdo, cada sonido, roce o fragancia que le atacaba era una pesa que tiraba hacia un lugar oscuro que se abría más y más.

—… ¡Maldito eres Sasuke! —  Pero…,¿ qué más daba?

Golpeó su nuca un par de veces.

Se estaba hundiendo y no quería ser rescatado. Y en su propio agujero, no sabía cuánto más resistiría.

 

Solo.

Sin su rival.

Sin su apoyo.

 

Kyuubi ya no estaba para curarle las heridas superficiales, ellas sanarían con el tiempo, era nada comparado con el hueco negro en su pecho, la pesada amargura de la tristeza y desolación que crecía y llevaría por el resto de su vida.

Duele teme…como no tienes idea…

Resignado salió de allí arrastrando los pies luego de lavarse  la cara y envolviendo su mano lastimada con la toalla se detuvo en medio de su habitación, contemplándola como si fuera la primera vez que ingresaba ahí, se recostó en el colchón y cerró los ojos al dolor en su cuerpo y alma, al presente y a su existir.

…Si tan solo pudiera retroceder el tiempo…pensó.

 

Suspiró.

Por su cabeza se le cruzó la sombría idea de estudiar y aplicar la técnica que Orochimaru empleó tiempo atrás, y aunque fuera solo ilusorio no tenía  nada de él para traerlo de vuelta, aunque sea en esa forma tétrica para  poder expresar lo que su mente prohibió caprichosamente al corazón por tanto tiempo.

…Espero dormirme y sumergirme en la oscuridad indefinidamente o despertarme del mal sueño del que no logro salir, el que impide levantar mi yo...

Irónico siendo que en el pasado  era quien expresaba sin tapujos  locas ideas y desmedidos sentimientos por doquier. La luz mañanera por la ventana le resultó simplemente molesta como todo a su alrededor.

—…Es un bonito día para los ignorantes-ttebayo…—masculló.

Con su brazo ocultó su cara. Con esa acción también quería ocultarse de todo.

…No quiero comprender la magnitud de mi perdida-ttebayo…Y pareciese que me hundo más en mi pozo…lleno de fango de mi propia estupidez…

….Si lo hago, ¿qué pasará?...

No quiero ver lo que me rodea….

—Si pudiera arrancármelos…—recostado  se  frota los parpados con insistencia, le cuece la piel a su alrededor. Sus dedos callosos recorren sus mejillas adoloridas.

…¿De que sirvió ser Hokage sino pude protegerte?...

Y  cruelmente recuerda la escena en que ambos estaban a centímetros en aquel alejado escondite de la rastrera serpiente. Y vuelve a sentir el cosquilleo en su rostro de los suaves mechones negros que le acarician con el viento.

—Oh… —y con voz quebrada el héroe de Konoha sonrió ante la visión borrosa — …me alegro de te-ner… la fuer-za ….para…. volver a …llorarte-ttebayo...

 

 

 

 

 

 

— ¡Naruto! ¡Naruto!  ¡abreeee! —los golpes le aturdieron despertando de su mal sueño. Con lentitud se levantó de su cama, se rascó la nuca mientras arrastraba los pies sin mucha prisa ante los insistentes golpes de puño en su puerta. La cabeza comenzó a dolerle, se dirigió al baño y buscó en el arruinad botiquín algún remedio para su malestar, lo encontró en el suelo y se lo tomó, el espejo roto le devolvió alguien irreconocible.

— Con razón… —murmuró de mala gana, pero luego levantó los hombros, desentendiéndose de los demás, ¿…qué les importa cómo me veo-ttebayo?...

—¡Naruto!¡Naruto! —Abrió con brusquedad casi desencajando la puerta de su departamento dejando paralizada a una kunoichi que con puño en alto estaba por golpear su puerta otra vez. Él la miró como si intentara reconocerla, era Sakura y se le heló la espina dorsal, se notaba que había llorado y todo su cuerpo estaba tenso, desvió su mirada sabiendo el motivo y luego de resoplar habló con voz apagada.

—...¿Qué suc…?—Ella le propinó un buen gancho en la cara enviándole hacia atrás, su cabeza golpeó el piso, quedó aturdido sosteniéndose la nuca y fregándose la cara del dolor, …¡mierda!... ya lo  esperaba de ella, era lo mínimo que recibiría de su parte, la pelirrosa le observó retorcerse en el suelo y se mordió los labios  temblorosos evitando gritarle, ya bastante con verle a él en un deplorable estado era por hoy suficiente, dio un largo suspiro e inmediatamente recobró la compostura y aunque tenía el alma rota levantó la barbilla y pisotón tras pisotón se adentró en el departamento. Porque sería fuerte, tan fuerte como su firme decisión de atesorar y cuidar los pequeños recuerdos de su niñez que giraron siempre al alrededor de ellos tres. No quería enterarse de lo que realmente paso por los dichos y rumores de otros, aunque ya el hecho de saber sobre su muerte la enloqueció y sin más destrozó toda la oficina para desatar su dolor, esperaría a que el mismo Naruto se lo explicara, si había algo que explicar.

—¡Tú!  ¡Te vienes conmigo ahora! — Tiró de su muñeca a lo que el rubio se safó molesto, retándola con su mirada, no estaba de humor para nada, pero ella insistió, —¡ Naruto, tú tienes que estar presente! —el Hokage levantó extrañado una ceja, él siempre fue lento para entender los cambios de actitud de la pelirrosa, por lo que ahora prefería callar y esperar la respuesta, ella prosiguió:

—¡Todos se han reunido en el Consejo por la muerte de Sasuke!—y como un click ante ese nombre Naruto se levantó.

— Dame un momento. —entró nuevamente a su habitación y se quitó las sucias prendas, se vistió decentemente, abrió el grifo del baño y se arrojó descuidadamente agua en la cara mojándose el pelo en un intento infructuoso de peinarse, pasó por la cocina, tomó unas servilletas y se secó apenas la cara, con un poco de detenimiento comprobó que su mano ya no sangraba pero estaba hinchada,  a grandes zancadas agarró de un armario la capa de Kage y colocándosela salió con la shinobi tras sus talones rumbo a la sala del Consejo.

Sakura no ahondó en detalles más de lo que le dijo pero fue suficiente para hacerle hervir. ¿Qué se proponían? ¿Ni siquiera podía estar un día de duelo?

 

 

Ambos saltaron varios edificios hasta llegar a su destino, antes de ingresar se encontraron en los pasillos a varios curiosos, se percató que eran  comerciantes y nobles de menor importancia que discutían entre ellos por  no poder entrar y que callaron al verle pasar, no solo era por estar ante su presencia sino por la sensación oscura que emanaba, Naruto estaba enojándose, ¿Quiénes habían corrido la voz?¿ Acaso su petición de no hablar hasta mañana siquiera cumplían?,  alguien le llamó desde atrás y resopló en respuesta, deteniéndose a mirarle sin una pizca de humor.

—Naruto…

—Iruka. —saludó inexpresivo.

Ambos se miraron estudiándose, su exsensei incomodó suspiró para aliviar su tensión.

 — Lamento que esto pasara…—Pero el Hokage con una advertencia en sus ojos cielo le obligó a detener su discurso, Naruto sabía que él no tenía la culpa, pero también sabía que él fue uno de los que estuvieron reacios a recibir nuevamente al Uchiha luego de escuchar toda la historia.

 “Es inestable…”

“Solo escuchará a Naruto…”

“Es por la seguridad de los niños…” recordaba cada silaba. ¿No fue acaso su mentor?, alguien que no solo debía velar por la instrucción de los valores sino apoyar  a todos  los alumnos en sus problemas? ¡¿Sin excepciones?! ¿Aunque tuviera un pasado maldito como lo tiene él?

Si no fuera por el sexto y la quinta y sus votos de confianza…

¿Por qué ahora lo recordaba?

¿Y que hizo él en ese momento?

Nada.

Mejor era centrarse en el asunto y dejar de lado lo que era ya inútil de discutir. Siguió adelante sin percatarse que Haruno ya no lo seguía y apoyó ambas manos en las hojas de las puertas que lo separaban de la sala del Consejo.

Aspiró profundo. Debía tener la cabeza fría para lo que sea que se encontrara dentro.

Aún era Uzumaki Naruto, el séptimo  Hokage.

—¡Septimo! —rodó los ojos, cansado de verse interrumpido nuevamente, pero giró su rostro para darle su atención a Ibiki que se ponía a su lado.

—Después de la reunión debe venir conmigo, hay algo importante que debe saber. —Naruto asintió en respuesta y antes de ingresar escuchó:

“…Voten para la nueva división de las tierras”

Empujó con rudeza las hojas abriéndolas de par en par dejando en curioso silencio a los que estaban dentro del recinto que habían levantado las manos, el murmullo se alzó al verle entrar, la gente de los pasillos se agolpó en las puertas indecisas a ingresar.

—No esperábamos verle tan pronto, nuestros shinobis nos informaron que no estaba en condiciones de…

—Ya, estoy aquí. —le cortó el habla a un anciano mientras daba un pantallazo a los que se encontraban sentados. Eran los jefes de clanes, representantes de otras familias y entrecerró los ojos al ver a sus compañeros al lado de sus progenitores, Chouji se rascó nervioso, Shino ocultó más su rostro tras su ropa, Kiba evitó sus ojos, Ino parecía  haber llorado y Tentén agachó la cabeza y por ultimo miró a la propia Tsunade que presidía la reunión.

Estaban todos los interesados.

— ¿Por qué no me notificaron?—Se cruzó de brazos y miró a cada uno de los presentes.

—Uzumaki Naruto, sabemos de tu inestimable amistad con el último de los Uchihas y ese fue el motivo por el cual no fue convocado. —Homura se puso de pie y miró fijamente al séptimo.

—Soy el Hokage. —resopló cansino. Por dentro se mordía la lengua en un intento de no escupirle las miles de maldiciones por su respuesta tan “solemne”

—Sus emociones están obstruyendo su juicio. —Soltó Koharu levantándose de su asiento, algunos asintieron junto con algunos jefes de clanes —No sería prudente que estuviera aquí, en su reemplazo está la señora Tsunade. — Ella le dio una mirada  culpable y queriendo ser comprensiva añadió.

—Naruto, debes ir a descansar, nosotros…

—Si mal no recuerdo, Tsunade, usted no me informó de que iba a ocupar MI lugar, no estoy moribundo o inconsciente como para dejarme de lado, todo el mundo me vio llegar, si no fuera por Haruno, no tendríamos esta discusión, ¿o acaso todos ustedes planean algo a mis espaldas? —Tanto el jefe del clan  Hyuuga y el clan Inuzuka se levantaron de sus asientos en protesta, pero Naruto alzó más su voz — ¿Omiten al actual Hokage, representante actual de la aldea, de estar al tanto de lo que se discute? ¿Es alguna clase de rebelión, traición, o conspiración?, yo estoy aquí en representación de los intereses de los aldeanos como su guardián—un grupo de ancianos, los de clanes minoritarios, asintieron a sus palabras y lanzaron  sus voces  y miradas aprobatorias, la quinta se frotó la sien, el consejo se estaba dividiendo, la gente en la entrada daba algunos vítores, aprobando y apoyando al Hokage, más gente se acercaba ante la entrada, curiosa de saber lo que ocurría en el interior, la voz se estaba esparciendo, Hyuuga miró molesto a su aun yerno, aún no habían saldado cuentas, los dos ancianos más antiguos con mal gesto tuvieron que sentarse resignados  a que Naruto permaneciera en la cámara.

—Entonces debemos  anunciarle nuestra decisión unánime, Hokage. —dijo Homura  ante la cara impasible de Naruto— Tanto las tierras, como las posesiones  de los Uchihas serán divididas para cada clan conforme su importancia.

Naruto quedó absorto, las frases rebotaron en su interior, viendo la satisfacción que se formaba en la cara del  viejo,  por un segundo tuvo la impresión de recordar donde estaba guardado el pergamino de su fallecido maestro Jiraya, aquel que le legó después de  su muerte junto con otras posesiones, y  liberar las flamas negras  de Itachi y cerrar las puertas.

…Sería un justo castigo a los traidores, de mano de otro “traidor”…pensó

Pero eso no era lo que debía hacer un “líder”.

El silencio de todos ante su carraspeo de asombro elevó sus sospechas, sus ojos se nublaron.

—¡¿Cómo pueden ser tan viles?!¡ ¿Así actuaron ante la desaparición de otros clanes?!

—Uchiha es junto con Hyuuga uno de los clanes más importantes y antiguos de la aldea, decir que permanezcan en custodia bajo su mando seria exponernos al ataque de quienes quieren sus secretos, y manteniéndolos separados protegeremos de la mejor forma su legado. —Suspiró  el  líder del clan Nara, éste sabiendo lo triste de la situación, trató de poner paños fríos.

—Y dado los últimos acontecimientos, estamos de acuerdo en la separación, pues la aldea en los años que vienen crecerá y sería un desperdicio dejarlo abandonado— habló Inoichi del clan Yamanaka.

…¿Últimos acontec…?... No entendía a qué se refería pero luego lo averiguaría más tarde ¿acaso todos ellos estaban esperando la muerte del último de los Uchihas como perros hambrientos listos a desgarrar un trozo de carne?, no, nadie tenía el derecho de pisar la entrada del barrio, no estaba dispuesto a compartir lo único tangible que aún quedaba de él. — ¡No permitiré que se haga eso!—Tsunade bajo la vista y dijo:

—Naruto tu deber como Hokage será velar que se aplique con justicia la resolución del consejo. —…¡Y una mierda-ttebayo!…, cerró sus puños y le comenzó a doler las palmas, resopló asqueado de la miseria que lo rodeaba, todos buscando sus propios intereses, el ambiente de pronto se tornó pesado ante su presencia que hasta a los anbus custodios se le pusieron los pelos de puntas, su voz sonó profunda e intimidante chirriando los dientes

—Esto no se acab…

—¡Esperen , esperen! —Gritó un anciano con una incipiente barba y ojos curiosos tras los lentes que avanzó empujando al gentío que prestaban atención, tanto el Hokage como los demás le vieron entrar  —…me disculpo por la tardanza soy el testaferro y contador del clan Uchiha. ¿qué han decidido?

—¿Testaferro? —interrogó Naruto saliendo de su aura oscura viendo al viejito medio calvo que se puso a su lado y dejaba caer algunas carpetas, las cuales levantó del piso para ayudarle y mirándolas antes de entregárselas, le dio una idea.

—Es solo un formalismo. Llevo años con las cuentas del clan. —contestó orgulloso.

—Nuestra decisión es la repartición de las posesiones del clan. —Dijo Kotaru —y ya que está aquí podremos comenzar.

—Ah, bueno…

Naruto tomó veloz los hombros del contador.

—¡Yo quiero comprarte las tierras de Uchiha!.

—¡¿Qué?! —algunos gritaron asombrados ante semejante locura.

—¡Naruto! —Tsunade le reprendió — ¡eso es imposible, pertenece a la aldea!

—¡Así nadie podrá poner un dedo en algo que no es suyo-ttebayo!

—Hokage, no tiene ni donde caerse muerto —se burló Hiashi, a lo que el rubio le devolvió una mirada iracunda que solo envalentonó a su aun suegro.

El anciano rió ante la pequeña pelea que se armó—Oh, ahora que recuerdo… — se rasco la mejilla pensativo y volvió a asentir como confirmando sus palabras—…es imposible que cumpla con ninguna de sus órdenes o peticiones porque toda pertenencia Uchiha pertenece a su hija— todos los ojos giraron a verle mientras revolvía su mano entre varios documentos, el silencio se tornó incómodo y los murmullos de la chusma se alzaron.

A Naruto le temblaron las piernas ante tal revelación.

—… ¿Hi…hija…?el… te…te…teme?... —alcanzó a balbucear retrocediendo con ojos desorbitados. …¿ que ese bastardo insensible pudiera tener una…?... Cómo es la sangre se le subió al cerebro una rabia inexplicable encendió sus sentidos y él, suplicando migajas de amistad, qué decir, de amor escondido. Se tomó el cabello ya maltratado y tiró con fuerza para sentirse vivo, para despertar de esa pesadilla,  Sasuke no estaba muerto, no tenía una hija, jamás se había ido de la aldea, aun eran amigos, deseó volver a ser  un niño de apenas doce años iniciando su vida en el mundo de los ninjas, pero en la que esta vez  él  sabría del futuro a cambiar y tendría así  la fuerza de  hacerlo.

Una visión en la que atrapaba y envolvía con sus brazos a Sasuke impidiéndole marchar por última vez.

—¡¡¡¿HIJA?!! —gritaron todos los jefes de clanes al unísono ante tal verdad y varios ancianos saltaron de sus cómodos asientos por el susto, despertando a Naruto de su pequeño y pretérito trance.

— Aquí, aquí está ,…si…—con la lentitud de su edad abrió una carpeta y miró con atención a los presentes que aún no salían de su asombro, algunos con ojos desencajados, estuvo a punto de reírse una vez más pero se contuvo, lo que daría por tomarles una foto para recordar sus expresiones. —…Mis anteojos, necesito acomodarlos, tome jovencito… —y le tendió los molestos documentos al rubio que se estremeció al tocarles, como si quemaran por los secretos que saldrían en segundos a la luz.

—¡Pero eso no fue lo q….! —un grito femenino y desesperado  se escuchó pero el anciano al acomodarse los lentes la miró y dijo:

—Oh, ahí estabas niña, ven, ven, acércate y salúdales—ante la negativa nerviosa de la involucrada el contador resopló y caminó hasta ella y muchos pares de ojos le siguieron aun sin creérselo.

—Bueno ya que estamos les presento a la última heredera del Uchiha, eeeh,¿cómo era tu nombre niña?¿Chino, Fino, Niño?— ella miró avergonzada a su Hokage  que prácticamente desencajaba la mandíbula junto a unos cuantos más, el anciano sin prestar atención a la disculpa en los ojos de la chica continuó—Al principio le reproche  a Uchiha-san el tener una hija a esa edad tan joven, con casi tan poquito de diferencia, pero, eeh, bueno, ya se sabe eso de las adopciones y debo añadir que  viendo esos dos grandes melon…

—¡Viejo pervertido! —ella estaba a punto de golpearle pero detuvo su mano al sentirse observada, la escondió y se sonrojó fuertemente.

—¿Hija?—su padre no salía de su asombro

—¡¿I-Ino?! —logró balbucear el Hokage, ella se rascó la cabeza no sabiendo como ocultarse de todas las inquisidoras miradas.

 

No sabía que Sasuke le legó toda Uchiha, ella solo había aceptado creyendo que una pequeña parcela para cultivar sus flores.

Una vez más el testaferro volvió a sonreír, conocedor de la nueva situación en la que algunos se encontraban.

—La ambición siempre deja caer su cara tarde o temprano. Uchihan-san lo sabía y deseaba que las tierras estuvieran intactas por al menos veinte años más. La señorita Yamanaka se comprometió a custodiar con su consentimiento las parcelas, pero Uchiha-san nunca le dijo cuáles eran en total. Solo especificó las que serían cultivadas para que la niña  progresara con su negocio ya que por sí mismo las tierras Uchiha tienen su propia fortuna salvarguardadas por mí. Desde este momento pasan a sus manos en vista de la nueva situación, y debo añadir mi pésame a tan doloroso desenlace a su nueva heredera.

Naruto sonrió, no fue una sonrisa abierta como antaño pero era satisfactoria y hasta un poco burlesca, todos en el recinto dejaron salir sus preocupaciones entre cuchicheos, otros sus inquietudes ahora que no podían poner sus manos en los secretos del clan.

El temor de su padre se incrementó sabiendo que ahora todo el peso de la responsabilidad caía sobre los delgados hombros de su hija y miró de manera suplicante a sus antiguos camaradas, quienes captaron la indirecta, en silencio prometieron que como un trio seguiría cuidándose las espaldas, como tiempo atrás lo hicieron sus antepasados. Chouji se acercó y puso una mano en el hombro de su compañera.

—Estoy seguro que Shika va a rumiar por esto pero estará tan de acuerdo como lo están nuestros padres.

Tsunade aunque estaba ansiosa de conocer algunas artes secretas del clan, suspiró rindiéndose a lo evidente, si fuera el mismo Uchiha, ella misma destruiría los pergaminos para evitar que cayeran en otras manos, no le cayó bien desde que lo conoció y supo de la tristeza que causaba su ausencia en Naruto, sin duda el confiar de Uchiha en la chica fue de alguna manera altruista, a su manera.

O una maldita patada a la  autoridad.

Los dos consejeros, quienes  organizaron la reunión, se levantaron al unísono de sus asientos y salieron juntos con miradas despreciables hacia la nueva heredera. Pasaron en silencio elevando la barbilla junto al Hokage que atinó a verles de mala gana, entre ellos el mal humor emanaba por todos los poros.

Lentamente todos los presentes  fueron abandonando el lugar, Naruto contemplaba a cada uno de los que pasaban a su lado algunos saludándoles otros ignorándolo, reteniendo en su retina para el futuro los rostros de aquellos que lo apoyaron y los que no. El contador del clan se despidió y salió llevándose a la rubia kunoichi con la excusa de instruirla en la herencia y sus responsabilidades, seguido muy de cerca por los tres jefes de clanes.

 

Cuando quedó solo, se dio vuelta y ahí estaba Ibiki y su suegro.

 

Notas finales:

¿Ya andan por aqui? con lo que me costó este capitulo....u_u, les dejo este pequeño dibujo que plasma la amarga reacción de Naruto al ver la cotidianidad en la entrada de su aldea Pincha Aqui ¡¡¡¡¡nos leemos , gente!! ¡Tengan buena semana!


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