Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

La razón de mi odio por kurerublume

[Reviews - 259]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

¡Hola! Ejem, Ejem: ¡¡¡¡¡les presento al únicooo, al inigualable...maravilloso y doloroso lemon zoofílico!!!!!

Entonces, pues sin más, disfruten jeje. Espero les agrade lo que tanto se ansiaba, aunque francamente las cosas sólo están por ir a peores :(

CAPÍTULO XXIII: Aparearnos


Quiero aparearme con Kian, pero no sé si él también lo desea. Podré ser un depredador, pero jamás obligaría a alguien a hacerlo conmigo. Supongo que es eso y el hecho de que ninguna hembra me ha atraído de esa manera; Kian no es una, entonces, ¿por qué?


- ¿Estás mejor? – pregunto en un intento de relajar las cosas.


-Sí, Shere Khan… es decir, Shere. Lo siento, todavía soy torpe en eso – sonríe y sólo puedo pensar en lo apetecible que se ve desde aquí.


-No te preocupes, no me molesta. Vaya – observo de reojo su herida – sigue saliendo un poco de sangre – vuelvo a mi tarea de lamer su pierna y el cachorro humano se tensa de inmediato. Es una criatura tan transparente. En eso ocurre algo que no preví…


-¡Ahh, Shere Khan! – un “gimoteo”, Nirek me advirtió de esto, y ahora sólo no puedo pensar en nada más que no sea atender a este pequeño como se debe. Aunque he de admitir que lo hice a propósito, lamí con un poco más de fuerza y la sensación rasposa por lo visto le ha encantado.


Lo coloco en el piso, completamente acostado para mi deleite.


-¿Qué haces?


-Te haré mío – susurro lo más grave que puedo para sentir su jadeo en mi oreja; es cálido y tan sexual sin pretender serlo. Como hace algunos días, vuelvo a romper su ligera camisa para dejar al descubierto esa piel tan suave y blanca. Tiene un cuerpo pequeño, pero muy bonito. No dejo de pensar en lo cuidadoso que tengo que ser.


-¿T-Tuyo? – apenas ha podido articular palabra alguna. Desciendo mi hocico hasta su prenda última, donde una de sus manos me detiene – Shere, no creo que sea bueno.


-¿Por qué no? ¿No quieres? – comienzo a olfatear hacia el interior de su ropa. Siento cómo cierra sus piernas, sólo para apretar mi cara entre estas y su pene. Vuelve a gemir dulcemente, cierra los ojos en un intento de controlarse – Algo me dice que sí. Probablemente no lo sepas, pero hueles delicioso – con mis garras logro despedazar ese estorbo de prenda para tener completamente desnudo y sumiso a este cachorro humano- y también te ves delicioso – creo que acabo de descubrir que me gusta hablar antes de hacerlo; provocar un poco.


-Yo…


-Ya estás excitado – dirijo mi vista hacia su miembro y él hace lo mismo. Sonrío cuando se torna rojo de toda la cara y se tapa los ojos con sus manos. De acuerdo, esto sobrepasa cualquier cosa que haya pensado antes. Sin más que pensar, saco mi lengua.


- ¡Dios! – comienzo a lamer con sumo cuidado, procurando no ejercer mucha presión o de lo contrario le dolerá. Francamente no creo que pueda introducirme eso en la boca, mis dientes son demasiado peligrosos para esto. Comienzo a acariciarlo con mis bigotes y sus manitas se cierran en puños mientras que su espalda se arquea un poco – S-Shere… - me encanta que me llame de esa manera. 


-Dime – velozmente acerco mi hocico hacia su rostro para observar cómo abre sus ojitos, algo nublados y entrecerrados todavía. No dice nada y se acerca para comenzar a besarme en la nariz. Acaricia mis orejas y me abraza para empezar a mover su cadera hacia delante y atrás repetidas veces.


-Sigue, por favor – vuelvo a recostarlo y lamo casi concienzudamente su pecho, sus pezones, los cuales son muy sensibles y generan más jadeos de su parte. Cuando lamo con más fuerza, casi succionando, es que dirige sus manos a mis costados y aprieta un poco, jalando algo de mi pelo sin ser brusco; creo que eso me está provocando más - ¿qué pasa? – pregunta con algo de desilusión al alejarme de él. Volteo a verlo y es entonces que él comprende el por qué he dejado de lamerlo: que de verdad quiero seguir, que quiero hacerlo mío.


-Cachorro humano…


-Shere, mientras hagamos esto, por favor, di mi nombre – se levanta y va hacia mí. Me toma de la cara, se agacha y me besa suavemente – o-oye, saca tu lengua – se sonroja más de lo normal al pedirme eso. La verdad no le veo la razón. Aun cuando me lo ha dicho como orden, le obedezco y comienza a reírse. Lo miro con evidente confusión y me quedo quieto al saber que se acerca lentamente al tiempo que cierra sus ojos. Él también saca la suya y la pasa por la mía, muerde un poco y yo simplemente me sorprendo por esto. Por inercia comienzo a moverla al ritmo de la suya. Se separa y vuelve a sonreírme – creo que es algo diferente que con un humano, pero quería intentarlo.


- ¿Qué? ¿Has hecho esto antes? – un lado de él que no había visto antes, surge; algo juguetón.


-Tal vez – se sienta en flor de loto y nos quedamos mirando unos segundos. Al verse tan desnudo, intenta taparse.


-Eso sí que no – lo coloco boca abajo para que esté por completo a mi merced – oye, no sé muy bien cómo hacerlo, sólo sigo mis instintos. Pero quiero adentrarme en ti – gira su cabeza para que no lo pueda ver. Se queda en silencio durante unos largos segundos, hasta que escucho cómo inhala.


-Podemos intentarlo… hazlo despacio, por favor, Shere – está temblando un poco y huelo miedo en él. No quiero que se ponga así.


-Lo prometo– lamo su espalda para sentir cómo vuelve a arquearse de sorpresa y placer. Jamás había prometido algo, al menos no así, no en ese sentido. El suave gimoteo de Kian me genera algo más de confianza. Mientras más lamo, siento su cadera chocar con mi abdomen repetidas veces; hace los movimientos de cualquier macho al momento de aparearse – te mueves mucho – menciono con intención de molestarlo y Kian inmediatamente deja de restregarse contra mí – espero lo sigas haciendo cuando te penetre.


-¡Ghm! – en serio que a este cachorro humano le gusta cuando le hablo así.


                                                                                   ***


Por favor, continúa…


Ni siquiera puedo controlar mi voz, sólo sentir su lengua en mi piel hace que gima como nunca. Me siento muy caliente, casi me duele tener que resistir tanto… pero yo, ya no, ya no quiero aguantar.


-¡Ahhh! – me… me he corrido. ¡Dios! He acabado muy rápido. Me recuesto por completo en el piso, está muy frío, pero en estos momentos me importa poco.


- ¿Quién lo diría? Casi no aguantaste… Kian - ¿por qué tiene que decir mi nombre de esa manera? Es demasiado sensual, me provoca más de lo que quiero. No sé en qué momento me he vuelto así – pero tienes que volver a tu posición, de lo contrario no podré terminar – casi en automático levanto mi trasero. La verdad no quiero hacerlo como si fuera una hembra, pero estoy seguro que Shere Khan no conoce más… posiciones. Quisiera poder verlo a la cara mientras me lo hace... ¿qué? Es decir, no, no, ¿en qué estoy pensando?


- ¿Qué tanto andas imaginando? – escucho una risa muy hermosa, sólo Shere Khan podría reírse así. Volteo a verlo y sin querer lamo mis labios. Supongo que de verdad estoy mal al pensar que un tigre es muy varonil, guapo… y que me atrae hasta el punto de querer hacerlo con él. Pero no importa, quiero seguir.


-Solo pienso en ti, Shere Khan, sólo en ti – no sé cómo no pude darme cuenta antes, pero mi tigre es muy expresivo también. Sé que decirle eso le ha gustado mucho, casi le da orgullo – dime cómo puedo hacerte sentir mejor. Pienso que sólo yo he… - toso disimuladamente para quitarme la pena – disfrutado.


- No pienses eso. Ahora sólo quiero una cosa – se coloca de una manera extraña sobre mí, porque ahora sí prácticamente todo su cuerpo está encima del mío; casi me hace sombra.


¡No! Duele… ¡Duele!


-¡Ahhhh! Me duele… me duele, Shere… no.  No va a entrar… - comienzo a llorar por el miedo.


- ¿Estás bien? – deja de hacer presión y susurra en mi oído de manera tierna – Lo siento – da suaves lamidas en mi oreja y cuello – tal vez tú deberías hacerlo, para que lo hagas a tu ritmo.


-Creo que empezaré con algo más… delgado – me vino a la mente que, por ejemplo, cuando uno usa zapatos nuevos dicen que tienes que usarlos para aflojarlos, no sé. Tal vez tenga que acostumbrarme también, pero con algo no tan grande. Veo mis dedos y entonces sé que serán de mucha ayuda. Abro un poco mis piernas y con enorme vergüenza acerco mi mano hacia mi trasero - ¡Ouch! – con cuidado comienzo a meter uno, se siente muy apretado, demasiado. Con mucho dolor comienzo a meterlo y sacarlo de mi interior. Shere Khan sólo se me queda viendo todavía encima mío – Deja me acostumbro un poco – digo jadeando, intentando sonar tranquilo - ¡Ahhh! ¡Shere! – sorpresivamente para mí, está lamiendo mi dedo y mi trasero. Casi no deja saliva, pero se siente algo húmedo y me es más fácil introducir otro dedo. Vuelvo a dar un gritito de dolor, procuro hacerlo lento para que no me pase nada.


- ¿Cuánto más?


-N-No sé, tal vez tenga que… meter otro dedo – y no paro de jadear, me da mucha pena que piense que estoy en celo o algo así - ¡ahhh! - Sigo exhalando al meter el otro dedo, es incómodo. Pasa un rato antes de que vuelva a hablar – tal vez, debería meter otro. Creo que se está abriendo – con menos pudor comienzo a juguetear con mi interior, abriendo con mis dedos lo más que puedo


-Mejor otra cosa – antes de poder decir algo más, con una de sus patas delanteras me logra poner boca arriba – lo haré tan lento como tú – su mirada tiene algo que me está fascinando. Shere está excitado, está ansioso.


-¡Ghmm! – cierro los ojos y abro lentamente uno para ver qué ha metido. Su cola, pero apenas la punta está en mí. Me es imposible no volver a aferrarme a sus patas.


- ¿Te duele?


-P-Poco… muévela lento, por favor – su colita se adentra sólo un poco más. En serio es una sensación muy extraña. Sé que Shere Khan está yendo con cuidado. Abro mis ojos y me encuentro con esos naranjas que tanto me gustan. Abro la boca cuando siento un cosquilleo en mi espalda y cierro fuertemente mis ojos. Suelto un gimoteo muy… muy alto. Me he vuelto a correr, ¡Dios, ya mátame!


-No aguantas nada – vuelve a soltar esa risilla a la que le estoy empezando a tomar cariño, quiero escucharla por siempre.


-D-Disculpa. No puedo controlarme. Shere, me gusta cómo te ríes, aunque sea de burla hacia mí – hago una mueca con la cara, intentado parecer ofendido.


-También la tuya – vuelve a mover su cola, hacia dentro y hacia afuera, muy pero muy poco. Rápidamente estoy excitado otra vez, hasta yo me estoy sorprendiendo con mi cuerpo.


Me aferro más a él e inevitablemente vuelvo a mover mis caderas. Jamás pensé que tendría esa necesidad de… de que lo metiera más. Podría tener su cola dentro de mí todo el día… ¡Kian, contrólate! No me asombraría que a Shere le aburriera esto, porque él ni siquiera ha conseguido lo que quiere. Pero es que yo lo estoy disfrutando muchísimo, quiero que él sienta lo mismo. Jalo su cara hacia la mía y me acomodo para morder su oreja suavemente, lamerla, besarla; besar su nariz y gemirle sin pena. Con mucha vergüenza, abro mis ojos y hago que me vea, quiero que observe cuánto estoy disfrutando. No se me ocurre otra manera de hacerlo sentir bien, porque no sé qué les gusta a los tigres. Su cola se mueve más rápido y antes de que vuelva a eyacular, para.


- ¿S-Shere? – me vuelve a colocar boca abajo y lo siento, siento cómo quiere entrar. Duele menos, pero sigue doliendo - ¡Ahh! – Por alguna razón, muerde mi cuello algo fuerte para que me quede quieto, no entiendo, no me estoy quitando. Ni quiero moverme, sus dientes se están encajando con algo de rudeza. - ¡Ahhhhh! - grito ya cuando acaba de meterlo. Lágrimas caen de mi cara, aprieto fuerte mis manos para aguantar esto. No quiero que Shere sepa que me está lastimando.


- ¿Kian? – ni siquiera puedo hablar – Kian, voltea – no quiero… no – Kian – suelta más serio. Le obedezco. Cuando nos vemos, él lo entiende y su expresión se vuelve triste. Lame mis lágrimas, lame mi rostro – Disculpa, yo… - intenta sacarlo, pero me pego más a él. Contengo otro grito, me está desgarrando por dentro. Ahorita que intentó eso, casi chillo. Meterlo fue menos doloroso, pero ahora – Kian, disculpa – se mueve… se mueve lento. Me vuelve a morder en el cuello, pero menos fuerte.


                                                                          ***


No lo quería de esta manera. Sé que estoy lastimando a Kian, a MI cachorro humano.


Pero tengo que aflojarlo un poco o de lo contrario le dolerá al momento de sacarlo.


Mis movimientos son algo lentos, a pesar de que mi instinto me dice que lo haga sin piedad, que lo someta y que muerda más fuerte su cuello para que no se quite. Mi instinto me pide a gritos que deje preñada a mi hembra, que me dará cachorros. Pero sé a la perfección que no será así, que Kian es mi cachorro humano; dejó de ser mi presa. Por eso la mordida se suaviza y me quedo atento a lo que hace. Su rostro está lleno de lágrimas. Y algo más, huelo sangre; en su cuello y saliendo de su entrada. Me estoy frustrando, me gusta estar dentro de él, es cálido, pero sólo lo estoy lastimando.


En un par de minutos, termino. Saco lentamente mi pene, muy muy lentamente. Kian se queja y se limpia la cara. Cuando estoy afuera, comienzo a lamer su cuello y bajo hacia su ano, el cual con mucho cuidado lamo también para quitar todo rastro de sangre.


-S-Shere, perdón – se recuesta completamente y cierra sus ojos. Lo jalo hacia mí y lo acuesto sobre mi cuerpo. Sigo lamiendo, ahora su cabello, su carita. Con mi cola acaricio sus piernas y abdomen. Quiero darle calor. Sé que debí de haberme ido en cuanto terminé en él, pero al carajo la naturaleza, estaré a su lado hasta que deje de llorar.


-Kian, ¿cómo sigues? – pregunto después de unos minutos de mimarlo y notar que ya no está chillando.


-D-Duele todavía. Shere, creo que estoy sangrando – levanto mi cabeza un poco y puedo observar cómo hay unas gotas en sus piernas, pero no mucha. Mi olfato no me mentía, en verdad lo lastimé.


-Tranquilo, sólo duerme. Te cuidaré hasta que despiertes, no dejaré que nadie te lastime – no me canso de lamer su rostro. Me temo que he encontrado algo que me encanta hacer: mimar a Kian. Pero esa punzada, que jamás en la vida había sentido, me está carcomiendo por dentro.


-Shere, no importa qué, me gustó. Fuiste cuidadoso conmigo, pero temo que soy muy débil. Perdón por haber llorado, es sólo que…


-Lo sé. Disculpa, te dolió mucho. No era mi intención – siento su cuerpecito más calmado, su respiración más lenta; se está quedando dormido – Jamás me había apareado con alguien – digo en un tono muy bajo, pero mi cachorro humano logra escucharme.


-Ni yo. Pero no digas “aparear”, yo más bien siento que hicimos... hicimos el am… sólo di que tuvimos sexo.


- ¿Qué diferencia existe? – aunque intenta ocultarse, logro ver cómo su rostro se torna triste.


-Supongo que ninguna. Tienes razón, nos apareamos – se hace ovillo y se acurruca en mi pecho y patas – sólo eso.


¿Sólo eso? No entiendo por qué suena molesto y triste.


Decido dejarlo dormir al tiempo que con mi cuerpo intento protegerlo.


 Me encantó tenerlo sólo para mí, a pesar de que jamás podré preñarlo y que probablemente no me dejará volver a hacerle esto, lo disfruté. Quisiera que a la próxima fuera placentero para él, sólo si existe una próxima.


                                                                                     ***


Despierto cuando Shere Khan se mueve, aunque todavía sigue dormido. No puedo evitar sonreír al verlo así. Acaricio con mucho cuidado sus párpados, el puente de su nariz, su frente.


-¿Andas de curioso? – salto un poco por el susto, Shere Khan todo el tiempo estuvo despierto.


-Un poco, ¿te molesta?


-Para nada – sigo acariciándolo y Shere abre sus ojos. Nos quedamos mirando como nunca antes lo habíamos hecho. Mi corazón late muy fuerte. “Nos apareamos”, sí, aunque para mí fue mucho más profundo - ¿Te importa? – señala con la mirada hacia abajo – quiero limpiarte – me sonrojo de inmediato, ¿cómo puedo decir eso? ¿quién querría hacer eso?


-No, yo puedo – no dice nada y se levanta con cuidado de que no caiga - ¡Shere! – coloca su pata en mi espalda para que vuelva a estar boca abajo, hace presión y mi pecho toca el suelo de nuevo - ¡Ahhm! – lame mis piernas y va subiendo hasta mi entrada.


-Me llevará un poco limpiarte por completo – su voz se esconde en mis nalgas cuando vuelve a hacer su tarea. La verdad se siente muy bien. Gimo irremediablemente, a pesar de que me sigue doliendo. Mis piernas tiemblan, mi boca no dejar de estar abierta – Listo – dice feliz al considerar que ya estoy limpio.


-No tenías que hacer eso, Shere Khan – me remuevo algo molesto por el dolor de mi cadera y piernas


-En el momento en que te quise dejar con mi esencia, fuiste mío. Así que sí, tenía que hacer eso.


-Probablemente desde antes. ¿Soy tuyo? – eso me ha emocionado un poco, tal vez más del que debería.


-Sí, lo eres – lo dijo sin un tono dominante, más bien tierno, casi podría jurar que vi una sonrisa de felicidad, pero no estoy seguro - ¿Kian? ¿puedes levantarte? – pregunta en un tono muy serio y bajo.


-No sé, me sigue doliendo, ¿por qué?


-Porque tienes que irte, ahora – no logro comprender de qué habla hasta que escucho pisadas que se dirigen hacia nosotros. Me levanto aguantándome las ganas de llorar y gritar. Si fuera por mí, me arrastraba, pero no, algo me dice que no será algo bueno.


Logro esconderme atrás de una caja enorme que me oculta a la perfección.


Las pisadas se vuelven más lentas.


Mi respiración se corta, ¿por qué?

Notas finales:

Sin duda este es el capítulo más largo que he escrito hasta ahora. Mi amiga Emma al leerlo hacía caras muy graciosas jaja entonces supe que chance iba por buen camino.

 

P.D ¿Alguien se dio cuenta que a Kian le gustan las charlas sucias? xDD ok ya.

Mañana respondo gustosa todos sus reviews, sólo dejen termino unas cosillas de la Uni.

Espero les vaya excelente y gracias por su apoyo.

¡BESOS!


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).