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Esto pasa cuando... por Kokoro no Tenshi

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Notas del capitulo:

Hello darlings! ^^ Nuevamente estoy aquí con ustedes con un nuevo capítulo de mi primogénito =D no me tardé tanto como esperaba... es que cuando me llega la inspiración no puedo desperdiciar el momento 8D escribo sin parar y en un día ya tengo listo el capi, este me tomó más de 3 días porque entre pulir detalles, seguir el plan que ya tengo pautado, revisar que no haya mucho Ooc y no salirme de la línea de tiempo pues... las horas reales pasaban entre rápido y lento por eso me tardé tantito en terminarlo. Pero aquí está! alégrense que ya lo podrán leer y no tuvieron que esperar mucho para... 

 

Light: Claro, prefiere ir a los partidos de la vinotinto que estar trabajando en nuestras vidas 

 

K: Light darling, tengo que apoyar a la selección ^^ y el juego del jueves pasado estuvo de un emocionante que... *K se aclara la garganta* pero el punto es que NO debes ser tan salido Light querido acuerdate que el titiritero aquí soy yo y puedo hacer que terribles accidentes ocurran a los personajes que sean universitarios, jovenes y de cabello castaño.  

 

Light: Insinuas que me podrías hacer colapsar en un accidente? 

 

K: Yo no he dicho tu nombre querido, solo di caracteristicas de un personaje ¬¬ no eres lo más importante en este mundo 

 

Light: Y casualmente esas características son exactamente las mismas que las mías, wow que casualidad! ¬¬ Además para muchas personas yo SI soy lo más importante en este mundo 

 

K: Para muchos descerebrados querrás decir, la prueba de ello es Misa ¬¬ 

 

Light: Déjame decirte que... 

 

K: Bueno, bueno *tapa fuertemente la boca de Light con su mano* en este capítulo se desarrolla la batalla que quedó sin desenlace el capi pasado: la batalla que perdió la conciencia de Ryuuzaki, muy interesante capi dejenme decirles porque hay algo que determinará la situación de los chicos, vamos a ver si alguien se da cuenta de dicho "algo" entre tanto lemon que hay hoy.  En fin... No los molesto más nos leemos al final, disfruten el capítulo número 12 de: Esto pasa cuando los ojos hablan  

 

Enjoy!!!

  Ryuuzaki se dejó llevar. Por alguna razón no pudo poner resistencia a ninguno de los besos y caricias que el joven universitario le prodigaba. Perfectamente sabía que lo que hacía estaba en contra de todo lo que pensaba ¿Pero que importaba todo eso en ese momento cuando tenía a ese joven sobre su cuerpo besándolo y tocándolo de esa manera? Que mierda que quien lo hiciera sentir todo eso era justamente Yagami Light, precisamente su principal sospechoso de ser Kira pero ¿Acaso es pecado sentir placer y disfrutar? Apenas era el preliminar de todo lo que se avecinaba pero aún seguía conciente, perfectamente podía zafarse del agarre del universitario, tumbarlo a un lado de la cama y acabar con todo eso pero no podía... ¿o no quería?  

 

Fuera lo que fuera, le daba lo mismo porque a esta hora exacta afirmaba: ¡Que se fuera todo a la mismísima mierda! Tenía que admitir que el castaño era muy bueno besando, que sabía moverse bien, que había recordado el incidente anterior más de una vez pero a pesar de todas esas razones... el cosquilleo que sentía en el estómago lo estaba volviendo loco y la única manera de acabar con el era terminar lo que ya estaba empezado.  

 

Light estaba navegando en las furiosas aguas de las emociones: la adrenalina la tenía a millón, no podía creer que nuevamente tenía ese delicado pero fuerte cuerpo bajo el suyo. No quería abrir los ojos porque pensó que si lo hacía despertaría de un sueño y se daría cuenta que todo era un sucio truco de su mente por eso seguía besando  aquellos dulces labios suavemente sin siquiera abrir sus ojos y para también sentir mucho más intensamente todo lo que estaba sucediendo.  

 

Sus lenguas se tocaban dentro de sus bocas. Mordían levemente sus labios mientras sus  manos recorrían el cuerpo del contrario con toda la delicadeza que existía. Ryuuzaki se alejó un poco y acarició el rostro de Light quien seguía con sus ojos cerrados, cuando sintió aquel suave toque abrió sus castañas orbes pausadamente y se encontró con que un par de profundos y brillantes ojos negro ébano lo miraban fijamente. Ryuuzaki no desapareció ni él mismo se despertó confundido. No era un sueño después de todo, estaba pasando en realidad. Deseaba tanto que se repitiera lo que en días pasados había acontecido que ya se había hecho a la idea de conformarse con lo que les había ocurrido esa única vez y la atesoraría por siempre. Increíblemente allí estaban los dos con las respiraciones agitadas, los ojos brillándoles y sus labios con destino directo a la hinchazón.  

 

- ¿Por qué Light-kun? - ya había mandado todo a la propia y reverenda conchinchina* pero de igual manera aún estaba dentro de él la una de las preguntas más necias y corta nota que se pueden hacer a la hora de tener sexo así que preguntó al fin sin dejar de acariciar el rostro del contrario -  

 

- ¿Por qué que Ryuuzaki? - se extrañó el menor -   

 

- Todo esto... - mencionó sencillamente el detective -  

 

- Todo pasa porque tiene que pasar Ryuuzaki y esto era inevitable. Lo quisiéramos o no iba a suceder  

 

- Pero igual va en contra de muchas cosas - Light delineaba los brazos de su amante con la punta de sus dedos haciendo que éste temblara un poco por aquellas caricias -  

 

- Puedo ir en contra de cualquier cosa Ryuuzaki menos en contra de lo que siento y esto es lo que quiero hacer y contigo es con quien quiero estar y tú también sientes lo mismo porque lo veo en tus ojos pero eres tan necio que aún lo sigues negando - Ryuuzaki iba a replicar a su favor pero Light no lo permitió y continuó con lo que estaba diciendo - los ojos no engañan Ryuuzaki, no mienten. Los ojos son la ventana del alma, todo eso que no quieres decir lo veo en tus ojos cada vez que me miras, cada vez que te beso, cada vez que te toco pero insistes tontamente en negar algo que es cierto y ahora quiero que me lo digas. Quiero oírte decir lo que gritan tus ojos  

 

- Light-kun yo... - el silencio que le siguió a estas palabras fue acompañado por el freno de las caricias por parte del castaño hasta que el detective se decidió a continuar - no me puedo involucrar sentimentalmente con un sospechoso  

 

- Yo no soy cualquier sospechoso Ryuuzaki - luego de suspirar profundamente el universitario comentó sin inmutarse pero por dentro quiso golpear al mayor con todas sus fuerzas para ver si así entraba en razón y se sinceraba consigo mismo - Soy el único que tienes, bueno aparte de Misa pero eso es diferente. Además una cosa es que no puedas involucrarte y otra cosa muy diferente es que no quieras hacerlo  

 

- Yo...  

 

- No digas más, solo quiero escucharte decir una sola cosa: di que lo deseas Ryuuzaki - comenzó a besarle el cuello y a prodigarle leves mordiscos por la suave y nívea piel - di que me deseas tanto como yo a ti, que quieres estar conmigo - los movimientos de cadera de Light en vaivén sobre el vientre del detective estaban dando resultados óptimos - dilo Ryuuzaki, quiero oírlo de tus labios - delineó sus labios con su lengua, le dio un pequeño beso y hacía a morderlo pero retrocedía para provocarlo y por el simple placer de verlo ansioso por un beso -  

 

- Light-kun yo... si deseo... - Light contuvo la respiración un momento esperando el desenlace de la frase: si venía del detective adorador de dulce podía esperar cualquier cosa - terminar este caso de una vez por todas - Light lo miró perplejo - sacarlo de mi sistema y a todo lo que al caso implica  

 

- ¿Con "todo" te refieres a que también quieres sacarme a mí de "tu sistema"? - ironizó el menor -  

 

- Dije a todo Light-kun y eso... sí, eso te incluye a ti también  

 

Un fuerte golpe se dejó escuchar en la habitación. Light había golpeado a la pared para evitar darle de lleno en la cara al detective. Sentía una furia inmensa dentro de su ser, sabía que tratándose de él tenía que esperar una respuesta totalmente fuera de contexto pero eso si que no se lo esperaba... o al menos no quería admitir que justamente eso era lo que, internamente, no quería escuchar de sus labios. Su puño lo había dirigido a la cara del mayor pero a último momento lo redirigió hacia la pared, Ryuuzaki sintió como algunas rebeldes hebras de su cabella se movían por la acción del viento que levantó la rapidez del movimiento del puño del castaño.  

 

La rabia que sentía era intensa, le recorría todo el cuerpo. ¿Cómo era posible que Ryuuzaki no sintiera nada? ¡Maldición! Hasta él mismo lo había aceptado pero él era más terco que una mula y de paso le encantaba engañar a todos y en especial a él mismo. Su furia se basaba en que Ryuuzaki quisiera eliminarlo de sus recuerdos. ¡Eso es imposible! No se pueden borrar los recuerdos como se formatea un computador, y si acaso Ryuuzaki sabía como olvidar así de sencillo a las personas entonces que le dijera el secreto para que él también lo pudiese hacer al terminar todo ese soberano lío en el que estaban metidos. Era terco, era endemoniadamente terco, pero eso no podía seguir así.   

 

- Triste por ti Ryuuzaki pero tu jueguito se acaba aquí o aceptas lo que está pasando o aceptas lo que está pasando una de dos. Se te acaba el teatrito en este momento así tenga que... así yo mismo tenga que soltar la lengua - se dijo a sí mismo el castaño antes de comenzar a hablar - Pues aun y cuando este caso se termine yo no podré sacarte de "mi sistema" ni de mi vida ¿me oyes? Porque te metiste aquí ­- decía mientras se tocaba repetidamente la sien - muy profundamente y - se detuvo un momento a pensarlo ¿lo diría? -  

 

Ryuuzaki se sorprendió por la súbita paralización de palabras del castaño pero no tanto como se sorprendió cuando el menor continuó.  

 

- Y aquí - dijo finalmente señalando el lado izquierdo de su pecho. El lugar donde protegido por su caja torácica yacía su corazón - te metiste aquí y no se como ni cuando pudiste hacerlo pero lo hiciste y ahora no se como rayos sacarte  

 

Se separó de Ryuuzaki e hizo ademanes de levantarse, estaba totalmente ruborizado. Lo había dicho, en realidad lo había dicho: lo que tantas veces se negó a aceptar, a pensar, a analizar lo había dicho de buenas a primeras justamente al causante de todo ese caos en su interior y ahora ya no sabía con exactitud que era lo que iba a hacer, no encontraba la manera de subir la mirada. Se estaba comportando como un adolescente enamorado, los sentimientos pueden hacer que las personas se transformen totalmente. Maldijo internamente el poder que tienen los sentimientos sobre los seres humanos. Pero en realidad eso era lo de menos, la cuestión ahora era como reaccionaría el detective de ahora en adelante porque no era que podían separarse mucho entre ellos que se diga. El castaño las veía grises. Peor, lo veía todo negro.  

 

Tenía que abrir los ojos y ver al pelinegro pero no pudo pensar mucho en eso porque en cuanto tuvo la intención de levantarse sintió como Ryuuzaki tironeaba de la cadena haciendo que cayera de bruces en la cama y el pelinegro haciendo uso de una magnifica agilidad lo volteó colocándolo boca arriba y sentándose encima de él comenzó a hablar. Todo había sucedido tan rápidamente que cuando el pelinegro comenzó a pronunciar palabras él seguía con los ojos muy abiertos de la impresión.  

 

- Yo si lo sé. Todo fue por un caso, una investigación que fue utilizada como transporte, ¿cuando? cuando comenzó Kira a actuar ¿Por qué? no tengo idea, así como tampoco tengo idea de como pudiste traspasar y romper a su vez el muro que había construido a mi alrededor para que nadie pudiera entrar ni nadie pudiera perturbar mi tranquilidad - sus mejillas se sonrojaban cada vez más - fuiste mi primer sospechoso, mi primer amigo, el primero que me hace sentir algo extraño que jamás había sentido, el primero que me hace desear un beso, un roce, un encuentro, el primero que...  

 

No tuvo que decir más porque Light se había levantado de la cama y tomó la boca del pelinegro como rehén con ansias locas y el detective le correspondía de igual manera.  

 

- Al fin Ryuuzaki. Al fin hablaron tus ojos. Finalmente habló el propio Ryuuzaki y no L   

 

Nuevamente las camisas pendían de la cadena mientras que el menor lamía, mordía y acariciaba el níveo pecho. Se entretuvo con sus pezones: pequeños y rosados mientras su mano viajaba al pantalón que ocultaba la fuente de las más grandes sensaciones. Hizo endurecer aquellos pezones con lamidas, succiones y mordidas que hacían gemir al pelinegro y arquear su espalda. Light al escucharlo dibujaba una sonrisa en su rostro, le fascinaba oírlo gemir y jadear por su causa.   

 

Se alejó un poco de su amante y horriblemente lento comenzó a desabotonar el mencionado pantalón. Ryuuzaki estaba ansioso y a Light le gustaba torturarlo de esa manera, ya se le estaba volviendo costumbre hacerlo. Desabotonó y bajó el cierre pero el pantalón seguía en su lugar, el pelinegro bajó sus manos para quitárselo de una maldita vez pero el castaño no se lo permitió. Con un rápido movimiento tomó ambas manos de su amante las juntó encima de su cabeza y pasó la cadena sobre ellas: atándolas sutilmente. Esto le cortaba un poco la libertad de movimiento a él mismo porque la cadena estaba ahora más corta de lo normal pero le gustaba el morbo de la situación: ver al detective semi imposibilitado y totalmente ansioso por todo lo que vendría a continuación. Ryuuzaki se sorprendió por la acción pero se dejó llevar, algunas veces era mejor decir que si a las cosas porque cuando decimos que no tan seguido es posible que nos perdamos de muchas buenas sorpresas.   

 

El castaño estaba sobre el pelinegro chocando sus caderas contra las del mayor por encima de la ropa de éste haciendo que sus miembros se tocaran y ambos sintieran el grado de excitación del otro. El mayor no había podido protestar porque sus labios y lengua estaban ocupados hinchando los labios del contrario por la acción de los desenfrenados besos. Light soltó el amarre y haciendo un camino desde la punta la nariz hasta el pantalón de su amante con la punta de sus dedos apartó la molesta prenda de la vista. Ambos estaban muy excitados, no cabían en sí mismos; por lo que Ryuuzaki al sentir que ya no había amarre ni pantalones en su cuerpo, aunque si la ropa interior, llevó la cabeza del menor hasta su entrepierna.  

 

La mejor tortura comenzó para él cuando el joven Yagami lo acarició por encima de su ropa interior y lo sintió duro: prueba fehaciente que estaba supremamente excitado. Nuevos gemidos salieron de su garganta al sentir la mano del menor en su entrepierna, impulsivamente llevó sus caderas hacia adelante mientras arqueaba la espalda. Light sonrió, como le encantaba verlo así. Finalmente su miembro era liberado de aquel martirio de estar apresado bajo la ropa interior: Light se maravilló y besó al pelinegro mientras lo masturbaba entre rápido y lento, fuerte y suave.   

 

Las manos del mayor dejaban marcas rojas por toda la espalda del universitario y alborotaban su perfecto cabello, sus caderas se movían al ritmo de las manos del joven Yagami quien al notar la llegada del líquido preseminal comenzó a bajar haciendo un nuevo camino de besos y lamidas que lo llevara hasta el níveo vientre pero evitando a toda costa tocar el pene de su amante. Lo rodeó de pequeños besos aún sin tocarlo hasta que con la punta de sus dedos lo detalló, sintió sus palpitaciones y eso lo excitó aún más. Dio un leve mordisco en el glande haciendo gemir al pelinegro por la repentina acción y sin meditarlo lo introdujo en su boca succionando esporádicamente haciendo que el detective viera estrellas a su alrededor. Las manos del mayor agarraban las sábanas fuertemente mientras marcaba el ritmo con sus caderas y pronunciaba el nombre de su sospechoso entrecortadamente entre gemidos y jadeos.  

 

Sintió que iba a estallar, que tocaría el cielo y luego bajaría pero aún era pronto para eso. Haló la cadena y besó al menor con lujuria atrayéndolo aún más hacia sí mismo colocando su mano en la nuca del menor, explorando aquella cavidad que tanto placer le había brindado. Dejó su boca para dedicarse a su cuello y susurrarle al oído muy seductoramente ahora es mi turno. Mordió levemente el lóbulo de la oreja haciendo estremecer a su dueño y lo sentó al borde de la cama mientras él se arrodillaba frente a él. La lujuria se dibujaba en el rostro del menor y esto solo encendió mucho más al mayor. Light estaba agradablemente sorprendido por la actitud que estaba tomando el detective: se estaba dejando llevar por la lujuria, el sexo, el placer. ¡Por Dios! Ahora el detective le encantaba mucho más, no le conocía esa faceta.  

 

El joven de cabellos oscuros no esperó mucho para recorrer desde la base hasta la punta el miembro del universitario con su lengua. Introdujo solo el glande y jugueteó con su lengua. Daba pequeñas succiones al pene del menor y luego lo introducía lo más que podía en su boca mientras que con su otra mano acariciaba los testículos del joven. Light, sentado en el borde la cama, echaba su cabeza hacia atrás y de su boca se dejaban escuchar gemidos de placer y con su mano puesta en la cabeza del mayor marcaba el ritmo de la felación. La cadena le molestaba al detective de a ratos, ya que como las camisas pendían de ella y el castaño al momento de marcar el ritmo de las embestidas tiraba un poco de ella, las mencionadas camisas se rodaban hasta llegar a él y le incomodaba su presencia y en ocasiones su peso. Estaba comenzando a pensar que la cadena era una verdadera molestia para esa situación en particular.  

 

Al castaño le excitaba sobremanera ver al detective en esa actitud sumisa, haló la cadena y besó al mayor, lo sentó sobre sí con las piernas abiertas y sin dejar de besarlo un momento y luego de haberlos lamido previamente introdujo un dedo en la entrada del detective. Como la primera vez el pelinegro hizo amago de abandono ante la intromisión pero Light lo miró a los ojos y negó con su cabeza, al oído le susurró que se tranquilizara y éste así lo hizo... en parte. Las manos del mayor dejaban muchas más marcas de propiedad en la espalda del castaño mientras un segundo y un tercer dedo se introducían en su cuerpo. Los besos continuaban, sentían que sus labios se romperían de tanto besar que ya no podrían sentir nada después de tanto besar pero eso no les importaba ahora. Lo único importante era partir esa boca a besos para que si otros labios diferentes los llegasen a tocar no pudiesen sentir nada por el simple recuerdo de este momento que podría ser el último o el primero de muchos otros.  

 

Light sacó sus dedos del interior del mayor y comenzó a introducir su pene muy lentamente. Al sentir la nueva intromisión el pelinegro se apoyó de la punta de sus pies y se logró levantar un poco alejando así al castaño de su interior.  

 

- Tranquilo Ryuuzaki, solo es por un momento y ya después no dolerá - le susurró quedamente -  

 

No hubo respuesta sino que muy pausadamente el pelinegro fue bajando haciendo muecas de dolor en el trayecto pero a cada una de estas muestras Light le daba un beso en sus labios. Ya se hallaban como un solo ser: dos cuerpos unidos sin saber con exactitud donde comenzaba uno y donde terminaba el otro. Se quedaron viendo mutuamente a los ojos. Se abrazaron aunque no por mucho porque ésta posición en particular no les era del todo cómoda. Ryuuzaki se estaba acostumbrando a la intromisión y al placentero dolor, al masoquismo presente en el sexo. Buscó la cara del menor y éste le dio un pequeño beso en la nariz.  

 

El detective amante de los dulces comenzó a subir y bajar sintiendo su hinchado miembro que estaba en contra del vientre del menor. Light se acostó en la cama y Ryuuzaki apoyó sus rodillas en la misma a ambos lados del castaño subiendo y bajando medianamente rápido. Las manos del castaño se dirigieron a sus caderas para marcar el ritmo: un poco más rápido. Los gemidos del pelinegro no se hicieron esperar: lo estaba disfrutando mucho más que la primera vez.  

 

- Eso se escucha estupendo que salga de tus labios - dijo de manera entrecortada el universitario -  

 

El joven solo pudo sonreír y sonrojarse ante tal comentario. Light frenó sus movimientos y aún sin salirse del interior del detective le dio la vuelta; así quedó Light aún acostado y el pelinegro sobre él pero dándole la espalda. Tomó las caderas de su amante y las detuvo mientras él daba fuertes y repetidas embestidas que hacían gritar al pelinegro. Ambos agradecieron internamente que las habitaciones estuvieran insonorizadas. Una fuerte y última embestida dio Light antes de salir del mayor buscar el respaldo de la cama e incorporarse para sentarse apoyado en el mismo, haló la cadena y sin ningún tipo de miramiento introdujo su miembro en la ya dilatada entrada del detective. Ambos prefundieron un grito de adolorido placer: Ryuuzaki por sentir nuevamente aquella irresistible invasión en su organismo y Light por sentir la estrechez del cuerpo del detective que lo envolvía en su totalidad.  

 

El castaño llevó su mano derecha al miembro del pelinegro y lo masturbaba firmemente mientras éste hacía movimientos circulares de cadera que ponían a mil al castaño. No podían más, estaban sudados y ya comenzaban a sentirse agotados. Sin embargo querían seguir así hasta quedar inconscientes en los brazos del otro. Luego de unos minutos Light notó que Ryuuzaki estaba a punto de venirse en su mano así que agilizó los movimientos y luego de algunos momentos el semen del mayor se esparcía en su mano y sobre las sábanas blancas. Ryuuzaki gritó con todas sus fuerzas luego de prevenir a su amante que se vendría de un momento a otro. Echó su cabeza hacia atrás apoyándola en el hombro del menor, éste lo siguió masturbando hasta que la última gota de semen salió haciendo que el detective sufriera de espasmos involuntarios y contracciones de algunos músculos de su cuerpo.   

 

El moreno subió su mano, la observó un segundo e introdujo dos de sus dedos en su boca probando el elixir de su amante; Ryuuzaki giró su cabeza y Light lo besó dulcemente compartiendo su sabor en ese beso y sin dejarlo de embestir de forma lenta en ningún momento. Light se sintió venir: tomó a Ryuuzaki por la cintura y lo dirigió hasta el respaldo de la cama llevando sus níveas manos para que se apoyara en el, se dispuso detrás suyo y embistió con rudeza al mayor haciendo mover y sonar la cama de manera peligrosa, ella que era una de los tantos testigos mudos de aquella noche de pasión y entrega desbordada.  

 

- Te deseo tanto Ryuuzaki - susurró entre jadeos el castaño para luego gritar mientras expulsaba su esencia dentro del detective -  

 

Se dejó caer sobre el cuerpo del pelinegro aún sin salirse de él. Luego de unos minutos salió de aquella cálida entrada y dejó caer su cuerpo hacia atrás cayendo en la cama. Ryuuzaki se acostó a su lado pero un poco alejado de él, al parecer los mismos pensamientos tontos de la primera vez se estaban arremolinando nuevamente en su ser.  

 

- No sabes como deseaba esto Ryuuzaki. No sabes cuanto - decía mientras halaba al pelinegro haciendo que su cabeza descansara en su formado pecho -  

 

- Light-kun, sabes que esto no pue... - no pudo terminar porque el castaño lo interrumpió -  

 

- No Ryuuzaki, no quiero hablar de eso, no quiero pensar en eso tampoco - decía mientras acariciaba los negros cabellos de su acompañante muy dulcemente - acabo de tener el mejor sexo de mi vida, con la persona con quien quería tenerlo y me siento... me siento... aún no he regresado del cielo  

 

Ryuuzaki sonrió por el comentario, él sentía más o menos lo mismo. Después de todo el corazón le había ganado la batalla a la razón. Se incorporó un poco y alcanzó los labios del castaño, luego de un par de besos le dijo mirándolo a la cara.  

 

- Esto será un verdadero problema Light-kun  

 

- Si es así - comenzó el castaño mientras pasaba su mano por la nívea y suave espalda del contrario ­- este problema me va a encantar - terminó de decir de manera muy seductora -  

 

Sonrieron por el comentario hecho, se besaron nuevamente y se abrazaron. Así se quedaron dormidos: desnudos, abrazados, con las pruebas de sexo por doquier... pero felices.  

 

 

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Que buen sueño había tenido, hasta podría jurar que había sentido todo lo que había pasado, lo había disfrutado como nunca y además de eso justo ahora comenzaba a creer que era verdad lo que Misa pensaba de él: que era un pervertido. Sonrió por ello y se abrazó más a la almohada. Había dormido toda la noche y eso si era algo sorprendente, tenía años que no lo hacía. Pero ya era hora de despertar e ir a desayunar porque sentía un apetito atroz, del tipo de apetito que aqueja a las personas luego de haber tenido un entrenamiento físico muy exigente. Cuando abrió los ojos suprimió el grito de sorpresa que subió como relámpago a su garganta, tenía sus ojos desmesuradamente más abiertos de lo normal: no era ninguna almohada la que abrazaba sino más bien el cálido y fornido cuerpo del castaño que tenía a su lado y por las pintas su cabeza había estado apoyada en el pecho del universitario, quien por cierto estaba semi-desnudo y decía semi-desnudo porque la sábana lo cubría desde la cintura hasta abajo.   

 

Quiso levantarse y alejarse lo más posible de aquella escena pero recordó la cadena ¡Rayos! renegó de su presencia nuevamente. Alzó la sábana un poco, tenía que buscar más pruebas: después de todo era un detective ¿no? ¡Nuevamente rayos! él estaba desnudo y no solo del pecho sino completamente y al espiar un poco a su acompañante notó que estaba en iguales condiciones. Entonces no había sido un sueño, había sucedido en realidad. Se sentó en la cama pero de manera normal y al hacerlo sintió un pequeño dolor en la parte baja de su espalda: una prueba más de que todo había sucedido, se acomodó de tal manera que el dolor no le molestara mucho.    

 

Ahora ¿como actuaría, qué se dirían? Era la primera vez que estaba en este tipo de situación y no tenía ni idea de como salir de ella o al menos afrontarla, de repente no encontraba muy bien como salir de la que estaba metido porque su capacidad analítica había disminuido debido a la postura en la que ahora se encontraba sentado. Sintió que el menor se movía un poco, volteó a verlo sin evitar el sonrojo en su rostro y lo que vio le gustó: su amplio y fuerte pecho subía y bajaba al ritmo de su respiración, una sonrisa se dibujaba en sus labios, sus castaños cabellos estaban un poco alborotados y sus ojos le devolvían una brillante y cómplice mirada. Un momento... ¿Sus ojos le devolvían una mirada?  

 

- Buenos días Ryuuzaki ¿Tienes mucho tiempo despierto?  

 

Dos gritos suprimidos en menos de media hora era un record. Ryuuzaki si que era un as a la hora de esconder sus sentimientos.  

 

- No mucho Light-kun, buenos días a ti también.  

 

- ¿Nos levantamos o nos quedamos en cama alegando enfermedad? - le preguntó al pelinegro mientras le guiñaba el ojo en complicidad -  

 

- Si alegamos enfermedad todos vendrán a vernos Light-kun  

 

- Entiendo y si vamos a hacer lo que queremos hacer necesitaremos privacidad y no dar una función para todos  

 

- Me... me malentendiste Light-kun, yo no quise decir eso, tergiversaste mis palabras - el pelinegro rápidamente tiñó de rojo su rostro - me refería a que todos vendrán a vernos para saber de nuestra salud no para presenciar... presenciar....  

 

- jajajaja - rió con ganas el universitario al ver la cara de sorpresa que tenía el detective ahora - te entendí perfectamente Ryuuzaki solo quería jugarte una broma - y sin decir más se acercó a la boca del mayor y le dio un pequeño beso en sus labios -  

 

- No fue gracioso - dijo secamente luego que el beso terminara - vamos a desayunar porque ya tengo apetito Light-kun  

 

- De acuerdo Ryuuzaki - Light lo miró extrañado pero no dijo nada, al parecer se había molestado -

 

 

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 Solo faltaban días para que el plan de los chicos se pusiera en marcha. Faltaban solo horas para capturar al Kira de Yotsuba y averiguar al mismo tiempo como mataba a tantos criminales, cual arma utilizaba para poder controlar tanto las acciones de la victima antes de morir como la hora de la muerte. Estaban ansiosos por ello, todo debía ocurrir como estaba planeado para poder acabar con el caso de una vez por todas, por lo menos para la mayoría de los detectives era así; excepto para uno de ellos quien a pesar de todo lo que había ocurrido en las últimas semanas entre él y su principal sospechoso seguía creyendo empecinadamente que el verdadero Kira yacía a tan solo unos cuantos pasos de distancia de su persona con una cadena que pendía de su muñeca y que lo mantenía irremediablemente atado a él.  

 

Ryuuzaki casi ni dormía por la expectativa, ahora más que nunca estaba metido en la investigación porque ahora su opinión estaba dividida: una parte de él, específicamente un 7% le decía que Yagami Light era Kira pero que había olvidado todo lo que había hecho al traspasar sus poderes a otra persona para probar su inocencia y luego recuperarlos al tener el voto de confianza de todas las personas que lo conocían e investigaban; por otra parte también pensaba que Yagami Light era Kira pero que había sido poseído por los poderes de éste haciéndolo actuar sin el pleno control de sus facultades, ya que de acuerdo a esta teoría era el poder de matar lo que era malvado no la persona que lo poseía. En otras palabras Light estaba poseído por su propio poder, esta teoría representaba un 2%; sin embargo en los últimos días y luego de los acontecimientos sucedidos entre ellos un ínfimo 1% de su ser pensaba que Yagami Light en realidad no era Kira. Ese porcentaje había nacido luego de las tantas veces que el joven le había dicho que no lo era, eso por supuesto que no le confirmaba nada pero él era un ser humano, un sencillo ser humano y a pesar de ser el mejor detective del mundo (los mejores tres detectives del mundo) seguía siendo un mortal que como en todos los efímeros humanos la confianza crece en ellos desde el mismo momento de su nacimiento y luego de su último encuentro... algo en el detective había cambiado con respecto a su sospechoso.  

 

He allí otra razón por la que no quería involucrarse sentimentalmente con nadie de la investigación y muchísimo menos con el principal sospechoso porque de esa manera su sentido de la parcialidad se vería afectado. Pero lamentándolo mucho... o no, ya no había mucho que hacer al respecto: a lo hecho pecho y justo en eso estaba pensando: en sacarle provecho a lo que debía mostrarle pecho, es decir algo de esta relación tenía que ser provechosa. Todo pasa porque tiene que pasar había dicho el castaño, ahora él tenía que averiguar porque había pasado todo eso que había pasado y cual era el provecho que tenía que salir de allí.  

 

La mayoría de sus teorías tenía como culpable a Yagami Light, hasta sus corazonadas desde un principio le decían, no... Le gritaban que él era el culpable de los asesinatos masivos y sus corazonadas nunca se equivocaban, al menos no en un 99% de oportunidades. Pero esa maldita manía de los seres humanos de estar dependiendo emocionalmente de otra persona le crispaba los nervios. A veces se sentía un tanto solo y a veces incomprendido e incluso le faltaba alguien con quien hablar ya que Watari también tenía sus asuntos que atender eso no lo podía negar pero... a pesar de todo eso se sentía... bien, por decirlo de alguna manera.   

 

No podía negar que el joven universitario había llenado un vacío en su alma que no sabía que tenía pero aún así era difícil y confuso todo esto que pasaba. Si, es contradictorio pero así era como lo sentía: Light había llenado un vacío que él no sabía que tenía. Es ese tipo de sentimiento que no se sabe como explicar pero que está allí latente, presente pero confuso. Y a pesar de ser confuso solo irradia alegría. Maldito Freud y sus ridiculeces psicológicas, ¿por qué no se enfocó en esto tan extraño que él sentía ahora? Que alguien se lo explique, ¿Pero qué clases de tonterías son esas?   

 

Que horrible y cruel ironía: el grandioso L podía entrar en la mente de los peores criminales alrededor del mundo y anticipar sus movimientos analizando sus acciones pasadas y no puede entender algo que a él mismo le está sucediendo. Dejó escapar un leve suspiro que tiñó de cansancio y continuó en lo que estaba: sentado frente a su computador endulzando su taza de té con cubos de azúcar.   

 

- ¡Rayos! - pensó el pelinegro al ver lo que había hecho: estaba tan ensimismado en lo que estaba pensado que había puesto muchísimos cubos de azúcar a su té y éstos ya se habían salido de la taza - estoy desperdiciando azúcar - mordió su pulgar levemente - ahora tendré que "sacrificarme" y comer todo este azúcar - una pícara sonrisa se dibujó en su rostro y lentamente y sin prisa comenzó con el "sacrificio" -

 

 

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Matsuda se hallaba muy callado, más de lo normal y no dejaba de ver a los chicos de reojo para inmediatamente bajar la mirada hundido en sus pensamientos tratando de decidirse. Lo estaba pensando muy seriamente, estaba casi decidido a hacerlo, pero siempre las dudas aparecen en el último momento. Nadie le garantizaba que obtendría una respuesta si lo hacía, pero tenía que hacerlo. No podía soportar seguir con esa duda dentro de sí. Por algo siempre lo defendía, por algo estaba siempre cerca de él y hasta varios juegos habían compartido juntos, todo eso tenía que tener una razón de ser, una razón de peso porque nada sucede así por así, siempre hay algo más y él tenía que saber cual era ese algo más. Ya no podía más, estaba decidido: lo haría y así saldría de dudas. Esperaba al menos ser digno de recibir una respuesta.  

 

 

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Light estaba ansioso, también feliz, pero a la vez ansioso. Feliz por todo lo que había pasado el día anterior con Ryuuzaki pero ansioso porque ya quedaba menos tiempo para que se venciera el plazo de Coil. Cuando despertó en la mañana y sintió el calido cuerpo de su amante a su lado y su níveo brazo alrededor de su cintura y su negra cabellera sobre su pecho suspiró profundamente. Lo dejó donde estaba e intentó dormirse nuevamente hasta que sintió que Ryuuzaki se sentaba con algo de dificultad en la cama y pudieron tener una charla más o menos decente. Suspiró profundamente, no podía creer todo lo que le había pasado en estos meses:   

 

Su vida era soñada, un tanto aburrida pero era soñada y era su vida después de todo. Se esforzaba en los estudios para llegar a ser tan buen policía como su papá. Tanto así que era el mejor estudiante de todo Japón, era un excelente deportista, buen amigo, gran hijo y espectacular hermano. Yagami Light era asquerosamente perfecto. Pero aún así se sentía algo distanciado de los demás porque no podía sostener una conversación decente con alguien sin aburrirse a mitad de camino ya que su interlocutor siempre escogía un tema que rayaba en el bodrio y nacía en el aburrimiento. Era popular entre las chicas pero no le interesaba ninguna en realidad, en ocasiones escogía a una de las tantas y luego de estar con ella unos días y convencerse que se aburría le soltaba el discurso de "no eres tu, soy yo" que hasta asco le estaba dando.  

 

De un día para otro aparece un asesino en serie, él ingresó en la universidad e inmediatamente conoció a un peculiar personaje que no le dio buena espina desde el primer día que lo conoció pero que luego le cambió el mundo totalmente porque ese mismo personaje lo acusaba de ser el mencionado asesino y se autoproclamó como "L" el mejor detective del mundo, muchas veces trató de probarle que él no era quien L decía pero él no le creía ni media palabra. Pasó más de un mes encerrado en una celda por pedido propio y ahora estaba encadenado a él. Sin saber como pasó, algo más que repulsión y rabia hacia el pálido acusador comenzó a nacer en él confundiéndolo hasta más no poder, haciéndolo tener sueños subidos de tono con él, hasta que finalmente sucumbió a lo que la carne le pedía a gritos y cayó en la tentación del placer carnal: exquisito para el ser humano y pecado para los dioses, pero como él no creía mucho en ningún ser omnipotente, omnipresente y omni-lo-que-sea se quedaba más con la definición de los mortales: placer carnal exquisito.   

 

Y ahora, luego de haber pasado por todas y cada una de aquellas altas y bajas de su vida; justo en este momento y más que nunca quería encontrar a Kira, demostrar que él no lo era y así poder estar con el pelinegro, gritarle que él tenía la razón y apartarlo de ese caso de una buena vez por todas y decidir que era lo que iban a hacer con ellos y lo que estaba pasando entre ellos.  

 

Pronto todo acabaría, dentro de pocos días todo terminaría. Aún quería intercambiar algunas palabras con el pelinegro porque desde que despertaron y luego de esa mini charla no se habían dirigido mucho la palabra, no es que eso será raro sino que esperaba una reacción diferente de parte del detective para variar, además seguía pensando que Ryuuzaki se había molestado por la pequeña broma que le gastó y quería aclarar eso con él. Por supuesto que no tenía claro que le diría exactamente pero era algo que sentía como irrefrenable dentro de sí, quería hablar con Ryuuzaki, ¿Acerca de que? Ni él mismo lo sabía, cuando llegara el momento lo decidiría. Lo que le importaba ahora era la manera con la que podría hablar con él antes de la hora de dormir y sin que nadie se diera cuenta.  

 

Light intentó llamar la atención del mayor de diversas maneras pero éste lo ignoraba olímpicamente: al parecer si estaba molesto. Pero eso le parecía increíble: tanto revuelo por una pequeña bromita, Ryuuzaki se tomaba todo muy a pecho. Haló la cadena innecesariamente en un par de ocasiones y el mayor no lo notó, cuando él se acercó a su monitor para hacer unas aclaraciones en cuanto a unos gráficos no le pudo decir nada porque el detective no se lo permitió ya que habló todo el rato y no le dio oportunidad alguna. Cuando lo llamó para que viera un fragmento de una de las reuniones de Yotsuba y así poder hablar con él, Ryuuzaki solo le dijo que ya había visto esa grabación muchas veces y que en ella no había nada que él no supiera de antemano.   

 

Light se dio por vencido, pero no por mucho tiempo. Ya casi era la hora del almuerzo y todos tendrían que comer para reponer fuerzas, irían al comedor, degustarían la comida y regresarían a trabajar. Tendría que aprovechar ese momento: justo después que los chicos salieran él podría hablar con Ryuuzaki y si eso no resultaba entonces... entonces... si tendría que hacerlo entonces lo haría: hablaría con él en frente de todos, ya no le importaba nada de nada. Total, algún día los chicos y su padre se iban a enterar de todo.  

 

 

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Mogi estaba ingresando a la edificación junto a Misa luego de haber estado filmando un comercial para una reconocida empresa de labiales. Misa se veía muy emocionada y daba saltitos en lugar de caminar, Mogi esbozaba una sonrisa: aquella chica era muy entusiasta y alegre.  

 

- Mogi-san ¿Puedo pedirte un favor?  

 

- Claro Misa ¿Qué se te ofrece?  

 

- Bueno, yo quería saber si tú podrías....  

 

 

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- Ryuuzaki - llamó Light -  

 

- Light-kun - llamaron desde la entrada -  

 

Ambos nombres se dejaron escuchar al mismo tiempo haciendo voltear la mirada a todos los presentes.  

 

- Dime Mogi  - Ah... no, bueno si tienes que decirle algo a Ryuuzaki hazlo Light-kun tranquilo  

 

- Despreocúpate, no es nada... - modificó sus palabras antes de echarle más leña al fuego o sea, antes de molestar más al pelinegro - es algo que puede esperar  

 

- Ah, bueno si es así - comentó Mogi - quería decirte que Misa quiere hablar contigo antes del almuerzo si es que eso es posible claro esta  

 

Light buscó a Ryuuzaki con la mirada pero éste estaba frente a su computador tecleando sin parar. Ahora si que tendría que hablar seriamente con el pelinegro: se estaba comportando como todo un niño.  

 

- Ya voy para allá Mogi, gracias por decirme  

 

- De nada  

 

- Ahora si vamos a almorzar que me muero de hambre  - Matsuda tu y tus comentarios - Matsuda bajó su rostro en señal de vergüenza ante el comentario de Soichiro - pero estoy totalmente de acuerdo contigo, vamos a almorzar - dijo sonriendo mientras pasaba su brazo sobre los hombros del joven haciendo que éste sonriera también y así salieron con rumbo al comedor ya que los chicos encadenados se dirigirían a la habitación de Misa -  

 

Light comenzó a caminar arrastrando a Ryuuzaki en el proceso porque ni se molestó en avisarle, después de todo estaban en la misma habitación y a pocos pasos de distancia cuando Mogi le avisó por lo que era comprensible que él le hubiera escuchado también. Ryuuzaki se levantó de la silla al sentir la tensión y el leve halón y comenzó a caminar detrás del castaño. Al estar cerca de la puerta Light sintió como su espalda pegaba fuertemente contra la pared y era salvajemente besado por el detective. Un minuto después sus pulmones querían seguir sintiendo aire pasar por ellos y se tuvieron que separar.  

 

- Pensé que estabas molesto  - ¿Molesto? ¿Por qué lo estaría? - respondió extrañado el joven de ojos color ébano mientras dirigía sus manos a la espalda del universitario -  

 

- Me evitaste durante toda la mañana - sus besos estaban siendo depositados en el pálido cuello -  

 

- No tenía nada que decir... Mentira... - hablaba en un susurro casi imperceptible y entrecortadamente por lo bien que se sentía todo lo que estaba sintiendo en ese momento - No sabía que decirte. ¿Qué me querías decir?  

 

- Lo iba a decidir cuando estuviéramos hablando - le besó los labios nuevamente mientras una mano bajaba al pantalón para poderlo desaparecer de allí -  

 

- Estamos hablando ahora - comenzó a imitar al castaño y desabrochó el pantalón el castaño - Aprovecha y dime lo que me quieres decir  

 

- Lo que menos quiero ahora es hablar Ryuuzaki - terminó de desabrochar el molesto pantalón y con la ayuda de quien lo portaba llegó al suelo, lo mismo sucedió con el propio -  

 

Nuevamente tomó sus labios con desespero mientras introducía su lengua con furia y pasión, cuando se acordó de algo.  

 

- Un momento Ryuuzaki - el contrario estaba a punto de quejarse por la interrupción - las cámaras  

 

- Las acabo de apagar - el castaño lo miró extrañado y alzó una de sus cejas, ¿se había atrevido a apagar todas las cámaras por esto? Su ego estaba a punto de sobrepasar el tamaño del planeta cuando el pelinegro continuó - se lo que estás pensando y te digo que no, no están todas apagadas. Solo apagué 10 de ellas para crear un punto ciego: justo donde estamos ahora  

 

- ¿10 cámaras? ¿Cuántas cámaras hay aquí?  

 

El pelinegro sonrió antes de responder  

 

- Muchas más que las que habían en tu habitación  

 

- De acuerdo... mucha charla hasta ahora ¿En qué estábamos?  

 

Con una amplia sonrisa en su rostro hizo que el mayor lamiera sus dedos con lentitud mientras apretaba sus nalgas de manera lujuriosa y las palmeó un par de veces dejándolas levemente rosadas, el detective jadeó quedamente por ello. El castaño alzó una de las piernas del mayor y la ponía alrededor de su cadera, éste entendió y abrazó el cuerpo de su amante con sus piernas;  Light introdujo uno a uno sus dedos sin dejar de besarse y luego de algunos minutos y de prepararse a sí mismo comenzó el vaivén. Ryuuzaki se apoyaba de la pared y con sus manos entrelazadas tras el cuello del joven Yagami seguían en la posición con que todo empezó ese día. Light tenía las nalgas del detective en sus manos y con ellas lo impulsaba hacia arriba mientras que el mayor movía sus caderas cuando los movimientos del contrario lo permitían.  

 

Unos minutos después Light sentó al mayor en una de las mesas de apoyo que cerca del punto ciego se hallaban, esta era lo suficientemente alta como para permitirle llevar a cabo lo que planeaba, aún sin salirse de su interior acomodó al mayor sobre dicha mesa y viéndolo directamente a la cara comenzó a embestirlo de nueva cuenta. El castaño masturbaba al pelinegro de manera frenética y sus embestidas eran rápidas, los gemidos no se pudieron escuchar ese día: todos eran acallados con besos. Sentían los pasos de los demás detectives en el comedor cercano y oían partes de la conversación que llevaban. En dos oportunidades pensaron que estaban al descubierto al escuchar pasos que se acercaban peligrosamente a la oficina pero que se devolvían justo antes de acercarse más.   

 

En lugar de dejar el trabajo a medias lo continuaron porque el saber que estaban a punto de ser descubiertos les proporcionaba más emoción y excitación a todo el cuadro. Ambos sintieron que estaban a punto de venirse, las embestidas se volvieron más ansiosas de ocupar más espacio, Ryuuzaki sintió como Light tocaba su próstata y luego de unos segundos se vino en la mano del menor dejando escapar un pequeño gemido que no pudo evitar. El castaño se excitó mucho más al escuchar el gemido de su amante y sentir su esencia entre sus manos y luego de unos segundos se vino en el interior del detective y permanecieron abrazados así como estaban: el uno dentro del otro.   

 

Ambos se incorporaron y comenzaron a subirse sus respectivos pantalones cuando Ryuuzaki comentó sin previo aviso.  

 

- Ahora si lo estaré  

 

- ¿Ahora si estarás qué Ryuuzaki?  

 

- La respuesta a la pregunta que me hiciste hace un momento Light-kun  

 

- ¿Cuál pregunta?  

 

- De si estaba molesto. Te respondo que ahora si lo estaré  

 

- ¿Por qué ahora si lo estarás?  

 

- Porque dentro de poco tendrás a una loca encimándosete, toqueteándote y capaz hasta besándote y no quiero que sientas esos besos sin recordar estos - dijo Ryuuzaki mientras terminaba de abotonarse su pantalón y adoptaba su máxima expresión de inocencia con el dedo dentro de su boca -  

 

- ¿Celoso Ryuuzaki?  

 

- Yo no me llamaría celoso, sino más bien... uhmm - pensó un segundo hasta que encontró la palabra que buscaba - posesivo. Es gracioso pero ni yo mismo sabía que era así hasta el día de hoy  

 

- Que bueno que te diste cuenta y mucho mejor que me lo hayas dicho porque de lo contrario me hubiese aprovechado de Misa hoy mismo si seguías molesto  

 

Ryuuzaki le dirigió una mirada profunda que el castaño entendió como de reproche y sonrió ante el hecho. El pelinegro al verse descubierto decidió hablar.  

 

- Aún sigo sin entender porque creías que estaba molesto Light-kun  

 

- Ya te lo dije Ryuuzaki - ya ambos lucían como si nada hubiese pasado entre ellos ya que sus prendas de vestir ya estaban sobre sus cuerpos pero sus respiraciones se notaban aún un poco aceleradas y las mejillas se notaban algo sonrojadas - me estabas ignorando fuertemente, no me hablaste durante toda la mañana  

 

- Eso no es del todo raro Light-kun  

 

- Ya lo se Ryuuzaki pero ridículamente pensé que me dirías algo para que nos alejáramos o...  

- No podemos Light-kun porque estamos encadenados y el alejarnos no es una opción  

 

- También lo se Ryuuzaki pero si me dejaras terminar te enteras por completo - el pelinegro asintió y el menor continuó - pensé que me dirías que esto no podría seguir pasando porque interferiría con el caso  

 

- No podemos interferir con el caso más de lo que ya lo hemos hecho Light-kun  

 

- ¿Entonces que significó todo lo que acaba de pasar?  

 

- Ya te lo dije Light-kun. Es posible que te besen - dijo antes de besar rápidamente a su sospechoso larga y apasionadamente - y no quiero que sientas esos besos.   

 

- Eres posesivo ¿no?  

 

- Exacto Light-kun soy posesivo  

 

- Prefiero que me digas eso a que me digas nuevamente que solo querías "ejercitarte" un poco antes de comer para poder engullir muchos más dulces - el castaño hizo hincapié en la palabra "ejercitarte" dejando en claro la ironía de sus palabras por lo que una vez le había respondido el pelinegro luego de su primera y memorable sesión de sexo -  

 

- Al menos tú tampoco me dijiste que estabas "aburrido" por estar toda la mañana viendo el monitor - atacó el pelinegro utilizando la misma táctica que su amante había usado con anterioridad -  

 

Riendo por las ocurrencias de ambos y dándose un fugaz beso en los labios se encaminaron hasta la habitación de la modelo quien tenía ya varios minutos esperando la llegada de su gran amor.  

Notas finales:

Que tal? Les gustó? L resultó todo un pervertidin 8D y Misa tenía razón sobre él  xD 

Light: Ese lado de Ryuuzaki no lo conocía... Me gusta  

K: Si, me lo imaginé de repente así de salvajito y creo que me quedó bien, el lemon me sigue costando un poquito, pero esta vez fue menos dificil que el anterior =D y bueno ahora resulta que tú, Light, eres el que mejor conoce ese lado "perversito" de L porque fue contigo con quien se desató ¬¬ 

Light: Si, ya lo veo. No se pudo resistir a mis encantos 

K: No seas ridiculo muchacho del carrizo! Ya te la estas dando de sobrado. TÚ no te pudiste resistir a los encantos de Ryuuzaki *mirada perdida mientras imagina a Ryuuzaki sonriendo* 

Light: Si, claro... lo que sea ¬¬. Por cierto ¿Donde está? No lo he visto por aquí desde que comenzó el capítulo 

K: *se seca con una servilleta, que salió de la nada, la saliva que había salido sin permiso* pues no se. Se habrá molestado porque no lo dejé ver el capi antes de publicarlo 

Light: A veces se comporta como un niño ^^u 

K: Tienes razón. Pero no vas a negar que es el niño más bello que jamás hayas visto 

Light: Tendré que ir a consulta médica  

: ¿Por qué? 

Light: Se ha hecho recurrente el hecho de que se me revuelve el estómago cada vez que te veo hablando de Ryuuzaki 

K: ¬¬ deja la envidia tonto. Bueno espero que les haya gustado el capi tanto como a mí me gustó escribirlo.

Gracias a las personas que dejaron su opinión, a quienes han seguido la historia desde el principio, a quienes están saliendo del anonimato y a quienes leen en silencio. Molto gracias a todos ustedes. Nos leemos =3  Que un lindo panda o un sexy universitario (el que prefieran) cuide esta noche de sus sueños ok? Bye bye 

Postdata: No se si alguien se habrá dado cuenta que utilizé la frase de una canción de un famoso cantautor guatemalteco en este capítulo. ¿Alguién sabe de cual cantante hablo y cual fue la frase que usé? 

Postdata2: Por cierto, para aquellos que no lo sepan la conchinchina es un lugar muy popular aquí en Venezuela, nuevamente no se si lo será así en los demás países latinos ^^U, y lo mencionamos cuando queremos hacer notar la graaaaaaan distancia que ahi entre dos puntos. Viene siendo lo mismo que decir: Te voy a mandar al carrizo viejo ^^ Son frases viejíiiiiisimas pero que aún usamos, muy esporádicamente XD 

Ahora si. Matta ne!   


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