Todomatsu seguía recargado sobre el brazo de su hermano, la falta de sueño y el no haber probado bocado lo hacía sentir un poco mareado, trató de acompasar un poco su respiración, pero no parecía tener cambio.
—Totty— Jyushimatsu puso frente a sus ojos un trozo de chocolate. — estas mareado, come algo, la calle no está en buenas condiciones, se moverá más y te sentirás peor, ¿si Totty?
El menor de los hermanos asintió comiendo un trozo muy pequeño de dulce, los tres mayores miraban la escena un poco inseguros por cómo se veía su hermano menor.
—Totty. —Esta vez fue Osomatsu quien llamó su atención. —trata de dormir un poco, no quiero que termines vomitando, además no creo que Karamatsu quiera verte con esas ojeras tan marcadas.
Luego de un rato, en que todos pensaron que Todomatsu se había dormido, el quinto hermano decidió preguntar— ¿Qué dijo mamá, Osomatsu nii-san? — Jyushimatsu lo miró con los ojos grandes, esperando las noticias que sabía su hermano mayor tenía.
—Karamatsu está bien, pero que no había querido verlos, que no hablaba ni con el médico esperaba que nosotros pudiéramos hacer que nos diga que lo llevo a…
—A tratar de matarse—Totty no estaba dormido, incluso parecía que había vuelto a llorar. —es nuestra culpa, nosotros hicimos esto, nosotros hicimos que el despreciara su vida, que despreciara la vida a nuestro lado.
—Totty, basta. —Choromatsu estaba aguantando las lágrimas, mientras miraba como la sonrisa de Jyushimatsu se transformaba en una mueca y como se convertía en un puchero.
—Pero es verdad, somos tan malas personas que hicimos esto, que logramos que nuestro hermano sintiera, que nuestro hermano creyera que no lo necesitábamos, ni siquiera nos dimos el tiempo de estar con él en nuestro cumpleaños. —Totty había levantado la voz, ellos eran los únicos que iban en el bus a esa hora de la mañana.
—Todomatsu. —Fue Ichimatsu quien se levantó y golpeo la mejilla del más pequeño, no fue un golpe duro, pero sí logró callarlos a todos.
—Ichi…—ninguno podía creer que Ichimatsu golpeara al menor, pero lo que más los sorprendió fue cuando el amante de los gatos abrió el cuaderno que ya todos sabían era de Karamatsu.
“…Hoy hice algo que no debía, me percaté que Totty tenía una foto junto con Jyushimatsu y Choromatsu, tome su teléfono esperando encontrar alguna mía, no había ninguno, ni siquiera en las que salían todos, ni siquiera en esas estaba, ellos se ven muy bien cuando están juntos, quizá en un mundo donde Totty sea felices aquel en el que yo ya no exista…”
—Ichimatsu basta. — Choromatsu quiso callarlo, Totty se había puesto pálido nuevamente y se cubría la boca con ambas manos.
“…Cuando era pequeño Todomatsu siempre estaba cerca de mí, es el menor y es muy dulce, sé que por eso no me dice la verdad, pero yo ya lo sé, con el tiempo lo he descubierto, en cómo se avergüenza de mí, en como prefiere evitarme, no entiendo que hago mal, soy tan asqueroso para ellos, son tan doloroso para Totty, que no puede ni mirarme, que no puede ni acercarse…”
“…soy repulsivo, soy asqueroso, no merezco ser su hermano, ni siquiera merezco el aire que respiro, pero no importa, lucharé y me amaran, no tendrán que sufrir por un hermano tan desastroso como yo, Totty nunca más se avergonzará de estar a mi lado, haré que mi hermano me ame, haré que mi hermanito, mi pequeño Totty me quiera…”
Solo al terminar esa frase una fuerte nausea obligó a Todomatsu a bajar de forma brusca, siendo seguido por sus hermanos.
— ¡Todomatsu! —Osomatsu llegó a su lado dándole un poco de firmeza al cuerpo del menor, mientras el contenido de su estómago era depositado en el suelo.
—Ichimatsu no debiste continuar.
—Hay de todos nosotros, Karamatsu escribió de cada uno de nosotros y de cómo es un terrible hermano, Kosomatsu se culpa de todo, incluso de que mamá y papá tengan que gastar cuando se enferma.
Totty escuchaba las palabras de sus hermanos, pero no podía sacarse el recuerdo de su hermano, ¿Cuántas veces había sido Karamatsu quien lo defendía? ¿Cuántas veces cuando le gritaron afeminado y Karamatsu acudió en su defensa?
El recuerdo de cuando le había escrito afeminado en todas las hojas de su cuaderno mientras estaban en deportes, en como todos se habían reído y el simplemente había llegado a su casa a llorar.
Karamatsu había escuchado los sollozos y se había encontrado con su hermano, tratando de ocultar las lágrimas que bajaban caudalosas por sus mejillas, los brazos del segundo Matsuno rodearon al menor, lo acomodo en su pecho, simplemente dejándolo sacar su dolor.
Totty lloró por horas, pero término por explicarle a su hermano lo que había pasado, el motivo de su llanto, Todomatsu nunca notó como Karamatsu apretaba los dientes, ni esa furia que se formaba en sus ojos.
Karamatsu había golpeado a los chicos que le habían jugado esa broma, además se había ganado un castigo por su culpa, pero no le dijo a nadie sus motivos, nunca le dijo a nadie que todo lo había hecho por Todomatsu.
Totty se apretó el pecho llorando nuevamente, esta vez sin tapujos, como cuando era pequeño, pero ahora los brazos de su hermano no estaban para consolarlo, ahora Karamatsu no vendría a defenderlo del dolor, no seguiría su llanto hasta la habitación. No vendría a curar sus heridas, ni nada de eso, ya no tenía el pecho de su hermano para esconderse, ya no tenía nadie que le cantara hasta finalmente el dolor se fuera de su cuerpo.