Capítulo 11: Peligrosas Decisiones
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Estaba preocupado por decir lo poco, ¡la verdad es que se moría de miedo! Todo era igual a aquel entonces cuando Nodoka había sentido fuertes dolores a la mitad de su segundo embarazo… nunca se lo habían contado a Ranma, era mejor no amargar su vida haciéndole saber que aquel que pudo haber sido su hermano menor no había resistido y perdió la lucha dentro del vientre de su madre.
No, su nieto seguro lograba resistir, quizás no conocía al desgraciado de su padre, pero… sabía que su otro padre o madre en este caso, era la persona más fuerte había. No tenía que sentirse de ese modo, Ranma lograría salir adelante, esto no era nada para él, ya se había encariñado con la pequeña vida en su vientre así que no la dejaría ir tan fácil.
Los pensamientos de Kasumi no estaban muy alejados de los del nervioso padre, Ranma ya era parte de su familia y lo amaba como se amaba a un hermano pequeño, y que le pasara algo así en verdad le hacía sufrir. Lo que la hacía sentir aun peor era el saber que esto no sería cosa de una sola vez, la vida de Ranma era todo menos tranquila, ese pequeño que aún no tenía la dicha de conocer el mundo peligraba todo el tiempo.
Al llegar notaron a Ryoga caminando de un lado a otro mientras mordía las uñas de sus dedos, se le notaba inquieto y eso no era buena señal.
-Ryoga que paso con Ranma? – pregunto el padre del mencionado
-El doctor Tofu se encerró con él en su consultorio dijo algo sobre mantener la calma y regular la situación, pero…
-Entiendo… - dijo Genma
Seguro que el doctor ya llevaba un rato ahí adentro pero no sabía si podría esperar más sin saber de la condición de su hijo. Justo cuando creyó que moriría por la desesperación e incertidumbre la puerta donde el doctor había desaparecido había sido abierta por el mismo.
Antes de que alguno pudiera gritar el esperado “¡Doctor!” él les hizo la seña de silencio juntando su dedo índice con sus labios, y les indico que le siguieran a la habitación contigua para poder hablar.
-Antes que nada, les pido que no levanten la voz, lo mejor para Ranma en este momento es que permanezca dormido ya que es la mejor manera de tenerle tranquilo lo cual es de vital importancia en este momento.
Todos asintieron ante la indicación del hombre de las gafas, no era su estilo mantener la calma, sobre todo Ryoga se sentía limitado pues era normal para el dejar fluir sus emociones y expresar a través de la ira sus sentimientos, pero si era necesario escucharía pacientemente al doctor y se guardaría las ganas de “explotar”.
-Lo primero que tienen que saber es que esto no puede volver a suceder – dijo seriamente mientras acomodaba sus gafas – de ser asi, Ranma perdería al bebe
-Oh por dios – fue todo lo que salio de los labios de Kasumi ante esta revelación, ella sabía que la vida de Ranma era todo menos tranquila
-El estrés en grandes cantidades siempre es malo para la persona que se encuentra gestando… en este caso la frustración de Ranma le provocó el sangrado que no fue más que el inicio del aborto espontaneo – se detuvo ante el jadeo de los tres presentes – no se preocupen, logre detenerlo a tiempo, por suerte no hubo desprendimiento de la placenta por lo que él bebe no corre riesgo por ahora, es tan pequeño que posiblemente no habría sobrevivido ante el desprendimiento de la placenta
-Entonces el… - dijo Ryoga en un intento de comprender la situación
-Él está bien por ahora… tuve que convertirlo en mujer pa poder proceder de la mejor manera en que conozco… pero espero que les quede claro que esta situación no puede volver a repetirse – repitió seriamente
-No lo hará, se lo aseguro – Genma miraba con la misma intensidad que el doctor hacia la pared que le separaba de su hijo
-Pero- Kasumi iba a recordarle que, aunque Ranma estuviera en casa los problemas siempre le perseguían
-No volverá a pasar – volvió a decir Genma y tanto Ryoga como Kasumi le miraron con clara interrogación en sus rostros – llevaremos a Ranma al único lugar donde pueda estar seguro y bien cuidado, con una persona que sabe del tema y que haría cualquier cosa por el – finalizo con un toque dramático
-A quien ser refiere Tío Genma? – Kasumi fue la primera en preguntar
-Me refiero a la madre de Ranma – dijo – Nodoka
-Esta realmente seguro de eso? – Pregunto de inmediato Ryoga conociendo la situación – Ella aún no sabe de la maldición de Ranma y no creo que puedan ocultarlo demasiado tiempo si él vive con ella
-No tendremos que ocultarlo, se lo diremos – hablo firme y claro tanto que hasta dejo sorprendidos a los presentes que le conocían también
-Tío Genma estás seguro de ello? – Intervino la única chica presente – Sabes que la tía Nodoka tiende a reaccionar con la violencia cuando cree que algo manchara el honor de su familia
-Se molestará al inicio, incluso me nos amenazará con su katana, pero no se negará a cuidar de su único hijo – aseguro – su instinto maternal es demasiado fuerte, además… no ha visto a su hijo desde hace años – dijo avergonzado – no se negará a verlo ahora
-Espero que tenga razón – dijo Ryoga por lo bajo
-Ryoga – le llamo de repente el decidido padre – puedo confiar en ti para mantener a Ranma a salvo mientras no estoy? – le miro seriamente pues más que una petición era un ruego
-Confié en mí, no dejare que nada le pase – contesto el nombrado con la misma seriedad
-Kasumi tú que harás? – pregunto Genma mientras se dirigía a la puerta
-Iré con usted, necesitara ayuda para convencer a la tía Nodoka – Dicho eso ambos salieron del consultorio
-E-Esa era… - el doctor que había permanecido en silencio parecía haber reaccionado de pronto
-Si, Kasumi – Dijo Ryoga sabiendo a que se refería
-Kasu-Kasumi – de pronto las mejillas del doctor enrojecieron y sus lentes se empañaron
-Véalo de este modo – Ryoga le tomo del hombro – estuvo en una habitación junto a ella sin perder la razón, es un gran logro para usted – agrego divertido
Cuando despertó Ranma no sabía que era lo que estaba pasando, abrió sus ojos pero no reconoció el lugar donde se encontraba, su cerebro aún tenía algo de bruma y no carburaba del todo bien, levanto un poco su cabeza y lo primero que noto fue su busto “Estoy convertido en mujer?” se preguntó a sí mismo y sin poder aclarar aun sus pensamientos el miedo comenzó a invadir su interior pues la anterior experiencia traumante que había pasado aún permanecía muy presente en su mente y justo cuando planeaba levantarse de un salto para salir de ahí una mano le detuvo. El contacto le hizo voltear bruscamente hacia donde estaba el dueño de aquella extremidad encontrándose con un par de ojos que conocía bien.
Hace un par de horas que Genma y Kasumi se habían marchado hacia la residencia de Nodoka y tal y como había prometido Ryoga permaneció a un lado de Ranma velando su sueño vigilando que nada malo le pasara. Había admirado todo ese tiempo la imagen tan pacifica de Ranma mientras dormía, le sorprendía la tranquilidad con la que lo hacía, pero sabía que el doctor le había dado algo para ayudarle a dormir luego de todo lo que había pasado en un intento de hacer que se calmara y le dejara trabajar.
Cuando noto que Ranma abría los ojos se quedó quieto, inconscientemente evito respirar para no llamar la atención del chico, no quería asustarle mas no fue necesaria su presencia para que esto sucediera, parecía como si Ranma no reconociera donde estaba pues no dejaba de mover los ojos de un lado a otro, noto como el pánico crecía en la chica asi que decidió intervenir.
-Hey, no pasa nada – le dijo mirándole con cariño, sabía que estaba asustado, pero no tenía por qué estarlo
-Ry-Ryoga? – aun sin creer lo que veía Ranma no pudo evitar cerciorarse
-Si, todo está bien – volvió a darle palabras de consuelo al notar como el chico en este caso chica comenzaba a relajarse
-Que paso? – pregunto mientras llevaba sus manos a su cabeza, comenzaba a darle jaqueca – donde estamos?
-En el consultorio del doctor Tofu – dijo – que es lo último que recuerdas? – pregunto mientras le ayudaba a acomodarse mejor en la cama. El doctor Tofu le había advertido que no podía hacer movimientos bruscos al menos hasta que los efectos del sedante se marcharan de lo contrario sufriría de unas terribles nauseas.
-Gracias – dijo Ranma ante las atenciones del chico – lo que recuerdo… - murmuro, intentaba recordar, pero no lograba poner sus pensamientos en orden
-Tranquilo, no es necesario que fuerces tu mente - Ryoga coloco una mano en el hombro del chico
De pronto Ranma permaneció en silencio mientras la expresión en su rostro se transformaba hasta llegar a ser una de terror puro. “Ah, ya recordó” pensó Ryoga al notarlo.
- ¡Él bebe! ¡Ryoga! ¡Mi bebe! – Ranma se aferró a los brazos del pelinegro, necesitaba saber que había pasado ¡pero ya!
-Oye, oye – respondió el intentando calmarle mientras frotaba la mano con la que le apretaba fuertemente – Ranma mírame – le llamo sin levantar la voz y Ranma obedeció
-Ryoga por favor – pidió desesperadamente – no soportaba la incertidumbre
Había decidido tenerlo, no podía ser que lo hubiera perdido tan rápido, ni siquiera tenía el tamaño suficiente como para escucharle ¿y ya se lo habían arrebatado? La vida era muy cruel eso le quedaba más que claro, después de todo él nunca había sido su favorito. Sin poder evitarlo las lágrimas comenzaron a descender de sus ojos.
Cuando Ryoga vio las lágrimas en los ojos de la pelirroja se espantó, creía que algo le dolía a Ranma, pero escucharla repetir sobre cómo había perdido a su bebe le trajo a la realidad ¡tenía que decirle! No soportaba verle sufrir. Siempre creyó que su destino como artista marcial era hacer sufrir a Ranma como venganza por lo que le hizo, pero ahora tenía más que claro que no le gustaba verle sufrir y el no sería quien le causara semejante angustia.
-Ranma – le llamo, aunque la chica nunca le prestó atención – Ranma – dijo un poco más fuerte optando por tomarla del brazo esta vez para llamar su atención lo cual logro pues la chica volteo a verle – Tu bebe está bien – dijo mirándole a los ojos – no lo has perdido, sigue ahí, es tuyo
-Mi bebe… - Ranma repitió las palabras un par de veces más antes de sonreír y abrazar su estómago mientras lloraba ahora de felicidad
-Asi es… - El pelinegro sonrió con gusto, le encantaba la imagen que tenía en frente – Tu bebe…
Si en ese momento le preguntaban a Ryoga de su amor por Akane, lo más seguro es que no supiera que responder después de todo cuando el latido de su corazón se volvió tan intenso que no lo soportaba se lanzó a abrazar a Ranma mientras los dos reían sin saber exactamente de que lo hacían. Era la felicidad en su más simple expresión y Ryoga se sentía el hombre más afortunado del mundo al ser testigo de una faceta que nunca había visto en Ranma.
El nombre de Akane nunca paso por su mente
Estuvieron un rato asi, abrazados, disfrutando del momento sin entender realmente lo que estaba pasando, no, solo permanecían asi porque en ese momento el contacto físico se sentía demasiado tranquilizante o al menos asi lo sentía Ranma, no sabía que habría hecho si Ryoga no hubiera estado ahí cuando despertó. Además, quine más lo disfrutaba era Ranma, sabía que Ryoga solo le estaba demostrando su apoyo como amigo, pero no podía evitar aprovecharse de la situación y disfrutar de los fuertes brazos con lo que el chico le abrazaba, si, ese era el paraíso.
Paraíso del que fue sacado bruscamente ante el azote de la puerta de la pequeña habitación. Ambos voltearon para ver que era lo que pasaba mas ambos se quedaron pasmados ante lo que vieron sus ojos. Aquella mujer de porte elegante que ingresaba lentamente por la puerta sin dejar de mirar a las dos figuras que se encontraban sentadas en la única cama que había en la habitación. Ryoga de inmediato soltó a Ranma y se paro a un lado de dicha cama manteniéndose firme y evitando mirar a los ojos de la visiblemente muy molesta mujer.
-Tía Nodoka – La rápidamente de Ranma le hizo responder como acostumbraba al encontrarse en la forma de chica
-Mamá querido Ranma, mamá – dijo la mujer mientras levantaba su Katana aun dentro de su funda y apuntaba a su hijo recostado en la cama
-¡Ma-Mamá! – dejando caer su pequeño teatro Ranma respondió con la voz mas temblorosa que se hubiera escuchado a si mismo aun en su forma femenina
-Muy bien querido… ¿Y? ¿tienes algo que contarme?
Continuara…