Alexia se levantaba plácidamente y volteo a su costado encontrándose con el cuerpo desnudo de la reina que estaba acostada de cubito ventral dándole una buena vista de su espalda y trasero, se acercó dándole besos por la espalda haciendo que esta se moviera y perezosamente despertara de sus sueños.
-Alexia me dejaste demasiado cansada ayer-dijo con voz ronca mientras se removía por las cosquillas que le ocasionaban los besos.
-lo siento pero yo no estoy cansada-contesto mordiéndole el hombro
-por favor para-se volteo mirándola y tomando distancia
-¿Qué pasa Perséfone? ¿Me dirás también que no me amas igual que ella lo hizo el día después que tuvimos sexo?
-Sabes que te amo- tomó su mano entre las suyas y la puso sobre su pecho en el lugar de su corazón- pero también sé que solo me usaste por la rabia y la tristeza.
Ella no sabía que contestar ante aquella acusación porque en parte era cierto pero también tenía sentimientos por Perséfone.
La reina la miro con ojos tristes y bajo la cabeza negándose a escuchar las palabras que su mente imaginaba que diría la mortal y en parte sintiéndose decepcionada porque creía ciegamente que Alexia era diferente a los demás mortales.
-No mentiré, ni me excusare porque si lo hice por la rabia que sentía y al final soy yo la que terminó lastimando a alguien que me importa solo por mí egoísmo- tomó de la barbilla a la reina empujando hacia arriba para que la viera a los ojos- pero eso no quita lo que te dije anteriormente sobre mis sentimientos hacia ti- acerco más su cuerpo- no quita el hecho de que me estoy enamorando de ti- terminó dándole un beso en los labios de forma lenta y lleno de sentimientos.
-es… espera- la alejó con una mano- quiero saber si ¿Quieres que elimine los efectos de la flechan de Eros?-pregunto tímidamente
-No tienes por qué preguntarlo, solo hazlo- contestó con una sonrisa
Perséfone se volvió a acercar y susurro palabras en latín que ella no entendía para luego besarla apasionadamente metiendo su lengua en su boca, le siguió el beso de la misma forma jugando con la lengua de la reina y sintió como si algo fuera extraído de su interior. Ambas se separaron partiendo el hilillo de saliva que quedo en la comisura de sus labios.
-será mejor levantarnos para ir a tomar el desayuno- sugirió levantándose y recogiendo su ropa del suelo para vestirse
-yo no puedo ponerme lo mismo de ayer porque tú lo rompiste- giró los ojos de forma divertida.
-valla lo siento por eso pero puedes chasquear los dedos igual que siempre lo haces aunque pensándolo bien prefiero tenerte desnuda para mí- contestó con voz provocativa.
Perséfone chasqueo los dedos para estar vestida y tenía intención de levantarse pero antes de hacerlo Alexia la cargo en sus brazos y beso su frente antes de salir por la puerta dirigiéndose a la cocina pero su momento fue interrumpido por unos aplausos, ambas miraron al frente encontrándose con Afrodita quien tenía una sonrisa sarcástica, ella parecía desvelada con ojeras y los ojos de color algo rojos.
-Tal parece que pasaron una buena noche- dijo con voz sarcástica mirándolas
Alexia bajo a la reina cuidadosamente para luego mirar a la diosa y ver que esta tenía los ojos inyectados de odio, sin tomarle importancia paso por su lado dirigiéndose a la cocina pero una mano sujetó su brazo haciendo que se detuviera.
-¿Qué es lo que quieres Afrodita?- preguntó con desdén en su voz haciendo sin saber que el corazón de la diosa doliera.
-Aún no he terminado de hablar y tú pretendes hacer como si no existiera- habló con voz dolida- como si yo no te importara en lo más mínimo
-deja esto ya como está, no quiero hacerte daño aunque lo dudo, después de todo eres tú la que decidió no ser nada mío por lo tanto soy libre de estar con quien decida
-¿Es ella mejor que yo? ¿Grita tu nombre haciéndote sentir suficiente para ella?
-No es aquello y lo sabes pero tratas de negarte entender. No, ella lo único que me ha dado es su corazón, su cariño y sobre todo algo que tú no fuiste capaz de darme, pero ella sí y eso es su amor, con eso me basta para amarla de igual forma que ella lo hace- contestó liberando su brazo del agarre de la diosa.
-yo… yo podría darte...
- ¡No!- la cortó antes de que terminara de hablar- tú no podrías darme nada mejor que eso, te pido por el poco cariño que me tienes que dejes de intentarlo porque no consiguieras nada de mí, más que mi odio- entró a la cocina después de no haber recibido respuesta.
Perséfone que desde donde estaba había visto toda la interacción y ver que la mortal se fue, se acercó a la diosa.
-Lo siento por la decisión que ella tomó, pero tu tuviste la oportunidad de que te ame, sin embargo, la desaprovechaste- dijo en voz baja teniendo un poco de lástima.
-¿Ahora te burlarás de mí?- preguntó apretando sus manos en forma de puño mientras las lágrimas caían haciendo que llorara por segunda vez.
La reina la miro impresionada y con los ojos bien abiertos porque nunca había visto a un dios llorar, en su cabeza pasó la idea de que Afrodita debía estar realmente enamorada de Alexia como para que el desprecio de esta le doliera tanto y la hicieran llorar.
-No me estoy burlando de ti Afrodita solo te estoy recalcando tu error de no decirle que también la amabas cuando ella te lo dijo y en vez de luchar por ella huiste negándote a ese sentimiento para luego acostarte con cualquier mortal que cayera ante ti mostrando ser de nuevo esa diosa que solo busca sexo y no amor, debo decir que lo lograste hiciste que ella pensara también eso, que solo la utilizaste igual que al resto-dio media vuelta para irse- espero y ella te perdone.
La diosa quedo sola y más rota por las palabras que eran ciertas, ella había huído como una cobarde y se atrevió a volver como si no hubiese pasado nada, como si pudiera de nuevo jugar con Alexia. Se trató de engañar así misma de que no la amaba sabiendo que era mentira y ahora que la perdió por completo, ya no podía hacer nada porque ella se lo pidió y no podía ir contra eso.
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