Los pasionne se hallaban en mitad de una pelea, con un Stand enemigo el cual estaban por derrotar, cuando éste le lanzó una sustancia viscosa y verde a Abbacchio. No le hizo nada, pero con esa distracción del oponente, Mista logró darle en la cabeza imposibilitándolo, todo gracias a Sex Pistols.
— Al final de cuentas, no fue tan difícil — Comentó Giorno bostezando, le había cansado esa pelea
— ¿No fue difícil? Eso lo dices, porque no estas cubierto de esta mierda pegajosa — Estaba realmente frustrado como enojado
— Oye Abbacchio relájate, no es para tanto, además no te paso nada — Intento resolver las cosas el líder.
— Se ve que la edad lo está afectando — Utilizo aquella lengua venenosa para darle duro al hombre.
— ¡Y a ti te afecta ese tinte rubio! — Le grito en la cara.
— ¡Mi rubio es natural! — Refuto vociferando.
— Eso no te lo crees ni tú, maldito mimado
— Basta ambos de pelear, no es ni el momento ni el lugar — Sentía que su paciencia se iba.
— Como digas Bruno — Dijeron ambos al mismo tiempo, sus miradas mataban mutuamente.
Tras ese suceso todos volvían al edificio, donde ahora viven juntos como organización. Así mismo Abbacchio se dispuso a ir a la ducha del departamento, mientras lo hacía Bruno entro a este, de hace años eran parejas y era normal el que compartir la intimidad de esa forma.
— Abbacchio ¿Te estas bañando? — Preguntó desde el lugar
El hombre que estaba cubierto de espuma con jabón y demás productos de higiene personal, estaba batallando para quitarse aquella viscosa sustancia, que le estaba dando demasiado asco desde su lugar asintió devolviéndole un sí rotundo a su pareja.
— ¡Si cariño! Estaba intentando sacarme, esa cosa que me tiró aquel usuario stand — Le devolvió el grito
— Está bien no te tardes, que yo te espero, me debes una recompensa por sacarme canas verdes — Suspiro, su paciencia cada vez era más grande.
— Lo que tú digas Bruno, termino y voy
Siguió bañándose mientras tarareaba una canción. Que escuchó en una película, cuando sintió un fuerte dolor agudo en su interior, su estatura la percibió más baja, un cosquilleo en su pecho y su cabello algo más largo de lo normal, casi se desmaya de no ser porque el barandal de la ducha, lo pudo agarrar justo a tiempo, algo confundido se reincorporó mejor y al hacerlo bajo su mirada, para darse cuenta el mismo que se veían unos pechos protuberantes.
— ¡¿Pero qué mierda?! — Grito horrorizado
Bruno, el que estaba tan tranquilo en el cuarto, al oír el grito no dudó en correr rápido hasta el baño, para quedar sorprendido viendo a una joven muchacha muy parecida a su pareja.
— ¿Quién eres tú? ¡Espera un segundo! ¿Abbacchio? — Preguntó, incrédulo de la imagen que veían sus ojos.
— Bruno... Esto es obra de un stand enemigo — Murmuro incómodo.
—Bueno fuiste el único, que fue bañado con esa cosa viscosa así que Supongo que sí, hay que ir con Mista y Narancia
— hay que investigar cuánto va a durar esto no quiero quedarme como una mujer para siempre — Se cruzó de brazos molesto, o molesta.
— Para parecer una, eres muy guapa, buenos atributos — Su miraba, se concentraba en esa zona
— ¡Bruno! — Le grito incómodo, o incomoda.
— ¿Que? Sólo digo la verdad, Ahora sí iremos a dónde está el usuario.
Ellos dos se dirigieron al lugar en donde estaba esa persona siendo torturada y custodiada por robo y Narancia.
— ¿Quién es la bella dama que te acompaña? — Dijo viendo a Abbacchio sin saber
— ¡Bella damas tus muertos, Mista!
— Es Abbacchio, lo ataco ese sujeto — Lo señalo.
— Oh ahora lo entiendo — Se acercó a él viéndolo bastante enojado — Habla o jaló el gatillo
— ¡Dura un día! — Expresó miedoso el hombre, no quería tener problemas con aquellos tipos.
— ¿Un día así? Que molesto — Bufo
Más tarde aquel día, Bruno insistió en vestir a Abbacchio con la ropa de trish. Un conjunto negro que lo hacía Resaltar bastante bien, al mismo tiempo que maquillo de forma sencilla.
— Te ves bastante bien, hasta me volvería hetero por ti — Bromeo.
— No te burles Bruno, seré mujer por un día, pero sigo siendo un hombre
— Lo que digas amor, por cierto, vayamos de paseo — Lo tomo del brazo para salir, literal lo o la obligo.
Todo el día se la pasaron paseando por allí, muchos alababan a la albina, lo que hacía rabiar un poco a Bruno, pues se sentía celoso de tantas miradas hacia su pareja.
— Es la última vez que te saco de paseo — Se cruzó los brazos.
— Ahora sientes lo que yo siento contigo, cuando estos hombres te alaban, se llama karma amor.
— Oh Cállate, Aunque cierto
Ambos suspiraron pasaron el resto del día en la casa tranquilos y dándose bastante amor entre ellos besos y caricias, los dos se sintieron relajados cuando Abbacchio volvió a la normalidad.