Esto pasa cuando... por Kokoro no Tenshi

Light estaba anonadado. Nunca en su existencia se hubiera imaginado que Matsuda descubriría algo acerca de lo que pasaba entre Ryuuzaki y él. Ahora más que nunca tendría que andarse con cuidado... aunque eso no sería del todo necesario ya que lo más seguro era que Matsuda le diría a su papá y a los demás integrantes del equipo con premura, aún cuando en realidad no estaba seguro de eso.

- Probablemente Ryuuzaki no haya escuchado la pequeña conversación que sostuve con Matsuda porque él estaba muy ocupado comiendo pastel y finiquitando con mi padre ciertas tácticas que podría llevar a cabo el cuerpo policial el día de la aprehensión de Kira, aunque no me debo confiar porque el sentido auditivo de Ryuuzaki está increíblemente desarrollado.

Light se hallaba inmerso en sus pensamientos decidiendo si estaría bien o no el comunicarle a Ryuuzaki que Matsuda sabía algo acerca de lo que ellos escondían a los demás integrantes del cuerpo detectivesco.

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Esa mañana cuando bajaron a la oficina central, todos los demás detectives los veían asombrados ya que sus rostros, otrora perlados y delicados se apreciaban ahora con diversos rasguños, uno que otro moretón y una leve pero notable hinchazón en sus labios. Aunque esta última no haya sido precisamente por los golpes que se habían propinado con anterioridad. Luego de la pequeña reprimenda que Soichiro le diera a su hijo mayor todos se dispusieron a regresar a sus respectivos trabajos dentro de la investigación que los ateñía.

A mitad de mañana Matsuda se excusó repentinamente y desapareció momentáneamente de la vista de todos reapareciendo varios minutos después adoptando una actitud seria.

Los niveles de azúcar en la sangre del detective estaban alcanzando niveles normales por lo que solicitó a Watari que le dispensara una ración de pastel para nivelar su glicemia a los niveles que solo para él eran considerados normales pero que para cualquier especialista médico ameritaba hospitalización inmediata debido a un inminente coma diabético.

Mogi se encontraba en la habitación junto a Matsuda y este lucía un tanto nervioso, Misa en su habitación hablaba sola... al parecer estaba practicando las líneas de algún libreto o cantando alguna de sus canciones favoritas, mientras que Soichiro y Ryuuzaki discutían un asunto muy serio que involucraba al cuerpo policial y a la aprehensión de Kira. Por su parte, Yagami Light releía el último informe de los movimientos de Yotsuba... todo estaba casi listo para el gran y esperado día.

Matsuda se puso de pie de repente soprendiendo un poco a Mogi pero sin extrañarlo por completo. A paso firme se dirigió al encuentro del primogénito de Soichiro y al estar frente a él se inclinó un poco para que solo él pudiera escucharlo, sin notar a su vez que un joven de ojos azabaches y melena desordenada notó este delicado cercamiento con el rabillo de su ojo pero seguía hablando con el padre de su amante tranquilamente aunque en su interior un león miniatura se colocaba al acecho.

Matsuda, sin embargo, sin ningún preámbulo ni mucho menos rodeo, frente a un sorprendido Light pronunció una sola pero poderosa y calante frase.

El estudiante número uno de todo Japón quedó anonadado por lo que acababa de escuchar y solo atinó a asentir levemente y pronunciar una escueta y nerviosa frase que hizo asentir y marchar a su interlocutor.

De haber sabido que esa frase le traería otro gran problema no la habría pronunciado... y mucho menos haberla pronunciado en un susurro como lo había hecho.

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Silencio total. Solo el sonido de varias teclas siendo presionadas en un teclado de computador rompía la sombría tela que el silencio había cernido sobre aquella oficina ese día. De todos los presentes, cinco en total: dos de ellos estaban tensos... muy tensos, otros dos estaban totalmente indiferentes a lo que sentían los otros tres y se podría decir que eran los únicos que estaban pensando en el caso al 100% mientras que el otro personaje, tal como su pequeño león interior, estaba al acecho esperando por el momento adecuado para atacar a su presa.

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Suspiros ahogados tal vez de cansancio, tal vez de resignación o incluso de desesperación o impaciencia.

El día estaba pasando lento... muy lento. Mogi notó que algo extraño le sucedía al principal estratega principal del equipo: estaba degustando más dulces de lo normal, pensaba que tal vez algo le inquietaba pero se lo terminó adjudicando a la inminente captura de Kira y al fin de una era signada por asesinatos y el temor que solo una persona había infundido en la mayoría de la población tanto nipona como internacional.

Pasar tanto tiempo junto a un reducido grupo de personas hace que se lleguen a conocer un poco, aunque así no lo quieran, y lo que notó Mogi fue precisamente eso: que la cantidad de dulces que Ryuuzaki comía aumentaba considerablemente cuando algo le inquietaba.

Sin previo aviso, para variar, Ryuuzaki se levantó de su asiento con parsimonia y metiéndose las manos en los bolsillos caminó desgarvadamente hasta la puerta no sin antes avisar a los demás integrantes del equipo su lugar de destino. Light religiosamente iba caminando detrás del detective pensando en una innumerable cantidad de cosas pero en especial en una que involucraba a Matsuda.

El universitario temía lo que el detective podría decirle a los demás. No era que no pensaba decirle a todos sus conocidos lo que sucedía entre Ryuuzaki y él sino todo lo contrario: le alegraría muchísimo el poder decirlo a vox populi porque eso de estar escondidos no le apetecía mucho que se diga aún a sabiendas de que al momento del sexo el morbo y la excitación aumentaban. El estar a escondidas no era su estilo. El asunto era que no le parecía apropiado que en mitad del caso más importante de la historia saliera a la luz un tema como ese que pondría a todos un tanto nerviosos.

Por estar pensando tanto, no pudo notar que se dirigían a la habitación de Misa. El recuerdo de la discusión que sostuvo con Ryuuzaki el día anterior aterrizó en su cabeza sin contemplación así como el sonido del beso que la modelo le había obsequiado al pelinegro en señal de agradecimiento por las molestias que se había tomado con ella.

- Agradecimiento o no eso fue un beso y nadie más que yo puedo besar a Ryuuzaki y punto - pensó el castaño -

Ya se encontraba en actitud defensiva mas sin embargo no le comentó nada al pelinegro por llevarlo allí sin previo aviso. Después de todo, tarde o temprano tendrían que hablar.

Matsuda se sorprendió cuando Ryuuzaki les dijo a donde irían, después que se enteró de lo que se enteró no podía estar tranquilo observando como Light y Ryuuzaki se dirigían a la habitación de la novia del primero. Cualquier cosa podría pasar: escena de celos, gritos, llanto, golpes. Estaba sumamente nervioso pero esperaba que no pasara nada, además que tenía que aclarar ciertas cosas con el universitario.

Con disimulo Matsuda observaba el monitor que transmitía lo que sucedía en la habitación de la modelo mientras que Mogi y Soichiro le explicaban una vez más lo que él tendría que hacer al día siguiente cuando el máximo show policíaco diera inicio.

Nada fuera de lo normal sucedió en aquella habitación: Misa se sorprendió al verlos allí, los invitó a ponerse cómodos y charlaron acerca de lo que había acontecido en ese mismo escenario horas antes.

- Misa - comenzó a hablar el joven de ojos castaños viendo a la rubia a los ojos -

- ¿Misa-san cómo has estado? ¿Descansaste bien? - lo interrumpió el pelinegro -

Un momento: ¿Cómo has estado? ¿Descansaste bien? ¿En cual cuadro bizarro se encontraba? ¡Esto no era la realidad! Ryuuzaki nunca trataría a Misa de ese modo. Eso tenía que ser un sueño... uno muy malo cabe acotar.

- Si Ryuuzaki muchas gracias ¿y tú? Veo que tuviste ciertos problemas - mencionó la rubia señalando la cara del detective -

- Ah, ¿Te refieres a esto? - inquirió el muchacho tocándose el labio levemente - nada que no se pueda reparar - finalizó con una pequeña sonrisa casi imperceptible -

- Si te apetece - y al decir esto la joven salió en busca de alguna pomada que untarle al detective en las heridas mientras éste esperaba sentado en el sofá en su peculiar manera de sentarse jugando con sus pies -

Al menos ya eso le demostraba al castaño que lo que estaba viviendo no era una mal sueño sino que por el contrario... ¡era una pesadilla! Era eso o alguno de los golpes que le dio Ryuuzaki la noche anterior le afectó seriamente el cerebro.

Misa regresó con el ungüento en sus manos y con extrema delicadeza la untó donde era requerida su acción. Hablaron de temas al azar mientras que Light seguía pensando que se encontraba atrapado en otra dimensión o que al menos estaba dentro de las pesadillas de algún niño con temor a Freddy Krueger porque que esos dos personajes se llevaran tan bien era ¡casi imposible! Además que ya se le estaba formando una úlcera gastrica, sus brazos estaban muy rojos debido a las decenas de pellizcos que se hubo autoinflingido en un vano intento de despertar de aquel, considerado por él mismo, sueño bizarro.

A decir verdad, el detective notó al instante de llegar que la modelo se tensó por la presencia de Light por ello comenzó su charla casual para que ella no estuviese aterrada a la hora de abordar el tema que tenían que abordar: el supuestro futuro bebé.

Ella estaba perfectamente conciente que en algún momento tendría que hablar con su novio y aclarar todo el asunto que, gracias a la valiosa ayuda de Ryuuzaki y de otra persona muy importante para ella tenía las cosas claras, ahora entendía muy bien. Se dio cuenta a tiempo lo importante que era el dar un paso tan grande como el de tener un bebé. Lo que ella no se imaginaba era que tendría que hablar con él a tan solo horas de haber formado aquel papelón.

Ryuuzaki se había dado cuenta que el universitario quería decir algo a la modelo con respecto al asunto de quedar embarazada de una vez pero estando tan nerviosa como estaba ella, mínimo el castaño la hacía llorar una vez más y a él no le gustaba ver a una mujer llorar: he allí la razón de su comportamiento actual y el que tomó el día anterior.

- Eso no fue nada - la muchacha se sonrojó un poco - te agradezco por todo lo que sucedió anoche - comentó por fin aunque un poco apenada -

La muchacha dio un leve respingo al escucharlo, reunió un poco de su valor y habló

El castaño no prestaba atención a ninguno de los dos porque de repente se mostró muy interesado en la blancura del techo de la habitación. En realidad estaba escuchando que ambos: detective y modelo, lo estaban llamando pero...

- Si vamos al caso ellos me han estado ignorando desde el mismo momento que ingresamos a la habitación así que ahora se la calan, les estoy pagando con la misma moneda porque ahora me toca mi ignorarlos - pensó muy tranquilamente el castaño mientras que con sus piernas cruzadas seguía observando el blanco techo -

Lastimosamente para él no los pudo ignorar por mucho tiempo ya que su compañero de cadenas haló la susodicha para sacarlo de su supuesto "ensimismamiento".

- ¿Qué pasa Ryuuzaki? - preguntó molesto el muchacho -

- Te estamos llamando Light-kun y no contestabas - respondió simplemente el pelinegro mientras que la modelo asentía levemente -

- Pensé que estaban muy ocupados hablando entre sí - contestó ironicamente -

Solo Light pudo entender lo que dijo porque él mismo lo dijo pero los otros dos lo malentendieron: Ryuuzaki pensó que Light al decir "mi pareja" se refería a Misa y que "la otra persona" era él... nada más alejado de la realidad, los sentimientos son algo serio.

Por su parte Misa pensó lo mismo y eso la alegró un poco, en cambio cierto pequeño león interno se acurrucó temblando luego de haber sido bañado por un balde de agua fría. Que sentimientos tan molestos los que sentía en ese momento... en definitiva no le servían para nada, solo para sentirse como un verdadero idiota.

Light comprendió lo que había dicho justo después de haberlo dicho, por suerte Misa no se dio cuenta del verdadero enfoque que tenían sus palabras porque si no hubiese sido un desastre total. En cambio, estaba seguro que Ryuuzaki había entendido todo a la perfección porque después de todo, y aunque no habían oficializado nada aún, él consideraba al mayor como su pareja. Lo que si tendría que hacer de ese momento en adelante, era tener cuidado con sus celos y el control desmedido que estos ejercían sobre él.

- Lo se Light, tu te preocupaste por MisaMisa - mencionó la muchacha con lágrimas en sus ojos y tomando al mismo tiempo las manos de su novio entre las suyas - por eso MisaMisa te quiere tanto - y sin decir nada más atrapó sus labios en un apasionado beso que tomó desprevenido al joven de cabellos castaños quien solo atinó a abrir sus ojos en clara señal de sorpresa y posicionando sus manos en los hombros de la chica para separarse de ella lo más delicadamente posible -

Ryuuzaki les daba la espalda; escuchó todo pero no vio nada, no quería... no podía. Desde que Light hizo el comentario de su pareja y el tercero se encontraba cayendo en un profundo abismo que incluso le impedía probar el suculento pastel que lo esperaba sobre la mesita desde que llegaron a la habitación de la modelo. Ahora los papeles estaban invertidos en vista de que ahora eran Light y Misa quienes hablaban de manera casual mientras que el gran detective L seguía perdido dentro de sí mismo.

- Debemos irnos Misa - anunció el castaño media hora después - me alegra que todo se haya solucionado

Light ya se había levantado del sofá lo mismo que Ryuuzaki, aunque éste lo hubiese hecho más por inercia que por otra cosa, cuando la rubia habló nuevamente.

- Light... - el susodicho la miró - lo siento - acto seguido la muchacha hizo una pequeña inclinación hacia adelante con su cuerpo -

- ¿Por qué? - preguntó el castaño -

- Por... por todo lo de ayer... el problema, el malentendido, el beso que le di a Ryuuzaki - la última parte la dijo muy rápido pero el castaño entendió -

Light sintió una punzada de celos cuando la modelo mencionó lo del beso.

- No te preocupes Misa ya todo eso está arreglado - dicho esto besó la frente de la chica de forma paternal y se encaminó hacia la puerta -

- ¿Ah? Si, claro... de nada Misa-san - respondió escuetamente el pelinegro -

- Nos vemos Misa. Que tengas buen día - se despidió el castaño -

- Buen día para ustedes también - respondió la muchacha muy contenta -

Caminaban en silencio. Ya se estaba volviendo costumbre eso. Light lo rompió bruscamente al detenerse y encarar al pelinegro antes de entrar a la oficina central.

- ¿Uhm? - preguntó el detective volteándose al notar que el castaño no avanzaba -

- ¿Cómo que uhm? ¿Qué rayos te pasa? - preguntó el menor mirando a la cara al pálido muchacho -

- Nada Light-kun - comentó simplemente dandose la vuelta nuevamente dirigiéndose hacia la oficina central -

- No estas actuando como el Ryuuzaki normal - dijo el castaño sin moverse del sitio haciendo tensar la cadena que lo mantenía unido a L -

- ¿Y cómo actúa el Ryuuzaki normal según tu Light-kun? - ya se estaba imaginando por donde venía toda la conversación pero eso no significaba que se la iba a poner fácil al castaño -

- Come cualquier postre que se le atraviese: esa es su principal "cualidad" - comentó el menor haciendo enfasis en la última palabra que pronunció -

- Aja, entonces Light-kun ¿Cúal es tu punto? - preguntó sin darse la vuelta aún -

- Mi punto es que en la habitación de Misa dejaste tu ración entera de pastel. ¡Ni la miraste siquiera! - el castaño estaba perdiendo la paciencia, estaba un poco irascible y la indiferencia de Ryuuzaki lo ponía peor por lo que al terminar de hablar le dio la vuelta al detective tomándolo de la muñeca -

- Y... ¿Eso es extraño Light-kun? - inquirió el pelinegro llevándose uno de sus dedos a su boca, ni se inmutó por la acción del menor -

- ¡Claro que es extraño! En tí si lo es - dijo soltando un poco el agarre que le tenía al muchacho de ojos azabache -

- A mi no me parece extraño Light-kun, regresemos a la oficina - sin terminar de hablar se dio media vuelta y se dirigió nuevamente hacia la puerta que los separaba de la oficina central cuando sintió que el catsaño tomaba nuevamente su muñeca con fuerza y lo guiaba hacia otro sitio diferente al que en un principio tenían planeado ir -

Solo se dejó llevar, no tenía ánimos de nada, por eso no puso resistencia alguna. Al llegar a la habitación que compartían y cerrar la puerta tras de sí, el castaño comenzó a hablar luego de situarse en el punto ciego que previamente había sido creado por el mayor. Light pegó a Ryuuzaki de la pared impidiendo que éste se moviera al colocar sus manos a los lados de la cabeza del detective.

- No se de que hablas Light-kun - comentó el pelinegro sin verlo -

- Mi cuerpo sigue adolorido Light-kun - Ryuuzaki se llevó su dedo a la boca cuando terminó la frase, su voz reflejaba una calma infinita, calma que por supuesto hacía molestar mucho más a cierto joven universitario -

- ¡Maldición Ryuuzaki! ¡Quiero hacer esto bien y tu no me dejas! - gritó el universitario dandole un fuerte golpe a la pared -

- La violencia no conduce hacia nada bueno Light-kun, pensé que sabías eso - dijo mirándolo fijamente a los ojos -

- Que tu continuarás tu vida con Misa-san y yo me ire del país Light-kun

- ¡Ya me tienes harto con esa maldita idea Ryuuzaki! Parece que el único que está dispuesto a mandar todo a la mismísima mierda soy yo porque tú sigues con tu imbecibilidad y mente obtusa para con lo nuestro - explotó el castaño dando un nuevo golpe a la pared -

- Tu también te estabas besando con Misa si mal no recuerdo - lo interrumpió el castaño -

- Eso fue un beso de agradecimiento en la mejilla Light-kun y eso ya lo sabías, como decía antes que me interrumpieras, es perfectamente normal que beses a tu novia pero es un poco maleducado que la beses en frente de "otra persona" - comentó el pelinegro haciendo un leve hincapié en las dos últimas palabras que utilizó -

La información le cayó de golpe a Light, se quedó impactado: acababa de recordar que Matsuda sabía lo de ellos y lo que él le había dicho "de acuerdo, pero ahora no Matsuda", lo peor del caso no era que aún no se lo había dicho a Ryuuzaki sino que éste malentendió lo que él le había dicho al alocado detective.

- No tengo más nada que agregar Light-kun - esperaba que le refutara lo que acababa de decir, que le dijera que era un malentendido pero al quedarse callado le daba la razón: el que calla otorga ¿no? Y eso justamente era lo que acababa de pasar: Yagami Light le estaba dando la razón -

Se agachó un poco para poder pasar por debajo del brazo de su captor y salir de allí de una buena vez. Ya lo había logrado y caminaba encorvado hacia la puerta cuando sintió que el universitario se pegaba a su cuerpo con fuerza y algo de rudeza rodeándolo con sus brazos.

- No es lo que piensas - susurró al oido del mayor mientras lo abrazaba fuertemente -

- Matsuda sabe lo nuestro - soltó sin rodeos. El detective se quedó en shock solo por un par de segundos -

- ¿Cómo? - pudo articular luego de un par de segundos -

- ¡Maldición Ryuuzaki! Eres un verdadero corta nota - dijo suspirando cansinamente el castaño -

Y sin darle tiempo a responder tomó sus labios en un apasionado beso mientras se pegaba mucho más a él y sus manos se enredaban en aquel negro y revoltoso cabello. Ryuuzaki quería pero su cuerpo no respondía a las ordenes que le mandaba, él simplemente respondió el beso con la misma intensidad.

- Debemos... regresar - pudo mencionar el mayor sin apartarse mucho de los labios del menor -

- ¿Regresar? - preguntó el primogénito de Soichiro sin dejar de besar al detective - ¿Cómo me pides regresar cuando me pusiste así? - tomó la mano libre del pelinegro y la llevó hasta su entrepierna, al instante el de ojos azabaches sintió su sexo despierto y palpitante mientras una ola de calor lo inundaba por dentro - no creo que tu seas de hierro - y llevó su mano a la entrepierna de su amante pero éste al ver las intenciones del joven pegó más su cadera a la del castaño haciendole sentir el notable bulto que se escondía bajo sus jeans -

- ¿No crees que sospecharían un poco si llegamos así de... de despiertos? - comentó con una sonrisa en sus labios mientras acariciaba los pálidos y delgados brazos que tenía a su entera disposición y al mismo tiempo mantenía el vaiven de caderas -

- Puede ser pero aún así no quiero, ni puedo permitir que me dejes así como estoy - decía mientras introducía dos de sus dedos en la boca de su amante y éste los lamía con lujuria ensalivándolos por completo - esos celos que te carcomen me excitan - le susurró al oido con voz ronca - entérate que solo yo puedo tocarte - pellizcó sus pezones - solo yo puedo lamerte - lamió desde su cuello hasta su barbilla - solo yo puedo besarte - secuestró sus labios con un beso y lo finalizó modiendo un poco su labio inferior - solo yo puedo hacerte de todo y así sea por agradecimiento o lo que sea, nadie más tiene permiso de acercarse a este cuerpo y para que quede constancia de ello... - no dijo más y comenzó a succionar un sitio estratético en el cuello del mayor dejando una manchita morada - ahora si quedó constancia de que eres solo mío - comentó admirando su obra -

- Y ahora ¿por qué?

- Por que eres un lujurioso - y sin más lo besó con fuerza -

- Eso no tiene nada que ver con el caso - comentó mientras ambos desabrochaban los pantalones de ambos que estorbaban -

- Lo se Light-kun, pero estaba a punto de perder la costumbre de aumentar ese porcentaje - lo callaron con un beso en su máxima expresión -

- Muy gracioso - concluyó el castaño -

Light lo tomó de sus nalgas lo levantó del piso y lo recostó de la pared, el pelinegro se abrazó al cuerpo del castaño mientras el otro empezaba a prepararlo.

Al escuchar esto, un pequeño león interno ronroneó con alegría y se acostó contento.

- Los demás... se pueden... empezar a preguntar... donde estamos... - un gemido se escapó de sus labios al sentir el avance del dedo del universitario - debemos... darnos prisa Light-kun - el castaño sacó sus dedos del interior del ojinegro y lo besó mordiendo levemente sus labios -

- No te aseguro nada - y sin decir más lo penetró -

Gemidos y jadeos ahogados así como besos quedos era lo único que se escuchaba en esa habitación en la que dos chicos danzaban el baile más antiguo de todos los bailes de la humanidad.

Regresaron a la oficina central varios minutos después mucho más calmados de como habían salido de ella. No lo pensaron mucho y llamaron a Matsuda para poder conversar con él con calma.

- Y lo sabrán Matsuda-san pero a su debido momento, que se enteren justo ahora podría afectar el rumbo de la investigación - intervino el pelinegro -

- Lo sabemos Matsuda pero entiende que...

- Light, lo he pensado durante todo el día y ahora estoy más que decidido a hacerlo

- No Matsuda, espera un momento... - Light comenzaba a desesperarse mientras que Ryuuzaki lucía impasible como siempre -

Ambos detectives veían como Matsuda se alejaba de ellos y abría su boca para comenzar a hablar mientras que ellos estaban soldados al piso sin poder moverse.

Para Yagami Light y el gran detective L todo pasaba en cámara lenta. Los mencionados prestaron atención al joven Matsuda.

- Ryuuzaki y Light les han estado ocultando algo - dijo sin más -

- Matsuda ¿Qué significa esto? - Soichiro interpeló al joven pero no obtuvo respuesta alguna - ¿Light? - sucedió lo mismo: Light estaba en shock -

Los involucrados presintieron que la tercera Guerra Mundial acababa de estallar.