Un manto espectral cubre el techo celeste envolviendo todo en una penumbra abrumadora, el aire gélido se puede sentir en tierras humanas, la diligencia donde el Maou y su comitiva viajan va cargada de incertidumbre y ansiedad, se sabe que por muchos años el tirano Saralegui ha tenido bajo un yugo a todos los reinos, son pocos los que han aun podido sostenerse a pesar de las carencias y precarias condiciones en las que viven, unos sustentados solo por el orgullo de no ser doblegados por este tirano y otros más, alimentando la esperanza de la llegada de su salvador. Se encuentran reunidos tanto el siempre fiel consorte real así como su majestad, mas aunque se han reunido, las perversas garras de aquel tirano han logrado alcanzar el tesoro más preciado por el Maou, hiriendo de muerte, el cálido corazón del consorte real, a caído preso de un terrible encantamiento, sumido en el más terrible de los tormentos, en aquel abismo de miseria y desolación, el maleficio que lo mantiene bajo su yugo no le deja ni a sol ni sombra.
Los cascos de los caballos resuenan en el empedrado, mientras van ingresando a lo que parece alguna vez fuera una hermosa hacienda, ahora ya meramente despojos de una edificación decadente, desmoronándose a pedazos.
La noche avanza y la comitiva del Maou ha decidido guarnecerse en estas ruinas, su majestad no pierde de vista a su hermoso Mazoku, aunque también sigue en compañía de los demás para armar el siguiente ataque en contra de Saralegui.
Las olas de un mar embravecido se estrellan furiosas sobre las costas de Caloría, en el muelle los solados fieles a su majestad, buscaban desesperadamente controlar sus embarcaciones; debido a los repentinos tifones causados por la furia de los Nueve Reales. Y el contra ataque de su majestad el Maou, muchos de los navíos han sido hundidos, sumergidos en aquellas embravecidas olas. Tragados por completo en las fauces de aquel abismo azul oscuro.
Y si aún esto fuera poco, un terrible Kraken había desplegado todo su poder, extendiendo sus brazos para así aprisionar entre sus poderosos tentáculos las demás naves que aún quedaban a flote.
La flotilla de Geoda a tratado de mantenerse, pero pareciera que sus esfuerzos han menguado, en tierra, los escasos soldados que salvaguardan las costas están exhaustos tras las faenas de búsqueda y rescate de civiles y supervivientes de tan terrible holocausto. Lady Furin ya con sus años encima trataba con todas sus fuerzas el apoyar en las labores de rescate, mas sus limitaciones le hacían casi nulos sus esfuerzos y en un momento de descuido lo impensable se suscitó. La estructura del palacete de Caloría empezó a colapsar y una enorme viga callo sobre heridos y refugiados del monzón que azotaba su nación.
Un silencio se hizo presente el cual fue desquebrajado por el silbido del potente viento al soplar sobre la cúpula de palacio ahora venida abajo; quienes observaron tan imposible panorama no daban crédito a tanta calamidad. Presurosos iniciaron con la remoción de escombros, un segundo desplome se dio; entre gritos y lamentos la gentes bajo los escombros suplican por piedad, por algo de misericordia, tanta miseria, tanta desolación, los que aún quedan buscan entre el polvo y la copiosa lluvia todos intentaban buscar la manera de salvar a los que se pidieran rescatar y a los que no corrieran con tanta suerte, al menos darles un digno sepulcro.
Entre los resto del palacio una mano se dejaba ver, impotentes intentaron por todos los medios quitar tan pesada loza, pero sus esfuerzos fueron infructuosos, ya agotados y llegando al límite, muchos empezaron a colapsar victimas del cansancio. Esta vez los daños colaterales de esta guerra contra el Rey Saralegui están cobrando un alto precio.
Mientras tanto de regreso en Franshia, la comitiva de su majestad el Maou; habían decidido replegarse para buscar una nueva estrategia de contra ataque. El Maou así como el consorte real han sido gravemente heridos, sin mencionar las incontables bajas en su escolta. Lo más lamentable ha sido el deceso de Lord Von Grantz quien valerosamente dio la vida por Shin Makoku. El diezmado destacamento que aun persiste van en busca de resguardo en aquella desmejorada construcción, a las afueras de Franshia que colinda con Clorita y Cabalde.
Emisarios van tras el rastro de Saralegui y los demás inician sus labor de reagrupación y estratagema, atendiendo a sus heridos y cuantificar las bajas de sus activos. Su Majestad El Maou, está siendo atendido de inmediato, está severamente cansado más su única inquietud es el pronto restablecimiento de su muy amado demonio de fuego.
Wólfram aún sigue sumergido en las aguas profundas en la inconciencia, así mismo su majestad ignora que tan grave es lo que este hermoso Mazoku este inmerso en tan terrible sopor, puesto que es víctima de las asechanzas del indigno Saralegui; tal parece no tendrá salvación.
Si Yuuri no actúa con prontitud podría perder lo que más ama, ignorante de la verdadera situación. También son atendidos los hijos de Lord Von Bielefeld en especial Karola quien combatió férreamente en contra uno de los nueve causando le un contundente daño. Marcos y Donato permanecen vigías al pie de la cama de su querido padre, atentos a cualquier novedad. La fiebre parece no dar le cuartel, a mermado el lozano semblante de Bielefeld dejando muy en ascuas a sus hijos; sin saber que le depare a su Padre pues en tanto tiempo de convivir con el Mazoku de Fuego jamás le habían visto en tan deplorables circunstancias.
----- ¿Cómo sigue Lord von Bielefeld? ¿Es verdad que aún no hay mejora? ---
___Pregunta con algo de impaciencia el soberano de Geoda, su excelencia Dimitri el que apenas y alcanza a vislumbrar los arrebatos de tan precaria situación de los Mazokus en tierras humanas___
----- Su excelencia aún se encuentra muy débil tras la reciente batalla, sugiero el no causarle más incomodidades y molestias. Deje que su cuerpo recobre fuerzas al dejarle tranquilo y descanse, tantas personas en este recinto solo le angustian pues aunque no lo parezca su Excelencia Bielefeld es muy susceptible ante la energía tan pesada que todos aquí portan, así que… andando, dejarle descansar.----
_____La galena Gisela pedía con voz firme que desalojaran el área dejando así que la salud de Bielefeld se restablezca, a su majestad Dimitri no le ha caído nada en gracia tales actitudes y muestra su enojo claramente al igual que los hijos de Wolfram.
----- En tendemos que mi padre está convaleciente pues su salud no es la mejor; pero debes comprender que somos sus hijos y todo lo que le afecte a él nos compete a nosotros su familia, nosotros debemos estar al lado de el para cuidar de su salud.----
__ Contestaba Marcos bastante malhumorado, hacia casi nada que nuevamente estaba al lado de su padre y venia esta mujer a impedirles estar con él en momentos tan importantes como estos, no solo es el Vigésimo Séptimo Maou, sino también era su padre, el que padecía de un terrible mal, no podían solo pensar en estar lejos de él.
----- Príncipe Marcos comprendo la angustia y aflicción que le debe estar causando el ver en tan precarias circunstancias a su padre pero tanto ustedes como su majestad Dimitri desconoces las severas consecuencias de que Lord Bielefeld está sufriendo, el simple hecho de permanecer en tierras humanas ya es suficiente esfuerzo para cualquier Mazoku, con mayor razón si se trata de un Mazoku de clase alta como lo es su excelencia. En cima de todo esto; el ha forzado demasiado su cuerpo al usar Mayorku en estas tierras. Aun no sé cómo lo a conseguido, pero sabiendo todo esto… él realmente corre un grave riesgo no solo podría hasta perder su Mayorku por el sobre esfuerzo si no que… si no mejorase su vida también esta en juego.----
Estas ultimas palabras helaron el corazón de Marcos y Donatto quien no les quedo mas que aceptar las peticiones de la sanadora y se retiran no muy lejos del lecho de su padre pero si lo suficiente como para no causarle penurias.
Wolfram sufría de una alta fiebre, su cuerpo empapado en sudor lo ponía en más riesgo, sus labios rojizos estaban tan blancos casi transparentes por la deshidratación, un dolor interno le hacia estremecer su cuerpo, el chirriante sonido de sus dientes al chocar y rechinar entre sí, sus extremidades empezaban a tensarse a tal grado que empezaban a adoptar una postura tan contractura da tan deformada. Por la fuerza de la presión en sus dientes no se podía liberar con claridad su voz pero quienes estaban cercas podían escucharlo gemir en un ahogado dolor.
Las cosas no parecían pintar bien, todos creían que para ser un colapso por falta de Mayorku o la impresión de haber perdido tan cruelmente a Lord Grantz su psiquis estaba comprometida, lejos estaban de saber el verdadero tormento que este hombre padecía en las indecibles y perversas fantasías que Saralegui le está haciendo pasar.
Su cuero solo reflejo un vestigio de la verdad, pero así mismo la verdad que se esconde ene ese abismo demente lo consume a tal grado que quizás aun y aunque Sara le quiera dejar libre quizá y ya no haya vuelta atrás para esta pobre alma Mazoku.