Nunca en su vida, Draco había sido sometido por nadie, su voluntad siempre se había cumplido al pie de la letra; era a fin de cuentas, un niño mimado y caprichoso, acostumbrado a hacer su santa voluntad y ahora era sometido ni más ni menos que por el mismísimo Harry Potter; sin poderlo evitar, se sintió empequeñecido e indefenso, a total merced de Harry.
-Por favor... -dijo con los plateados ojos arrasados de lagrimas- duele... sácalo...
-¡Oh Draco!... -dijo Harry sintiendo un nudo en la garganta el verlo así- no puedo... no quiero...
-¡Me duele Potter!... ¡estás lastimándome! -exclamó dando rienda suelta al llanto sin importarle que el "cara rajada" lo viera, lo único que quería era terminar con el dolor que le taladraba el ano; sin salir de él, Harry se inclinó y bebió sus lagrimas mientras decía:
-Tranquilo Draco... solo relájate... sé que te duele, pero aguanta un poco y después...
-¡No!... -sollozo- ¡m-me duele!
Harry se sintió en un predicamento, pero según las platicas de Neville y Seamus, quienes estaban liados entre si y tenían mucha experiencia, acabaría lastimándolo mas sino hacia nada, así que comenzó a mover su cadera poco a poco en un suave vaivén ocasionando mas dolor en Draco.
-¡N-no!... ¡Harry por favor!... ¡y... y prometo ya no llamarte "cara rajada"!...
Sin saber porque, esas palabras le provocaron a Harry mucha ternura, el oír su nombre de labios del Slytherin, su verdadero nombre... no "tarado", "cuatro ojos", "cara rajada" etc.... le pareció sumamente agradable... y sonrió... y fue como si pudiera ver bien por primera vez en mucho tiempo; y siguió embistiéndolo, pero ya no para su propio deleite solamente, quería hacerlo disfrutar, quería verlo sonreír...¿Qué le vio a la sosa de Cho?... ahora ya ni el mismo lo sabía, de pronto le pareció simple e insípida, la única certeza que tenía era que aquel a quien tenía debajo era a quien quería hacer y ver sonreír, pero una sonrisa franca, sin altanería, una mirada clara, como la que estaba viendo ahora... entendió que no quería una relación con alguien que siempre le diera la razón y que estuviera con él solo para presumirlo como un trofeo, que lo mirara con ojos de borrego a medio morir y que no le representara ningún reto... no, él quería algo más... necesitaba algo más... y se merecía algo más.
De pronto, el llanto comenzó a convertirse en gemidos y Harry se dio cuenta, así que siguiendo ese ángulo siguió montando a Draco quien comenzó a retorcerse con un delicioso gesto en el rostro y sin dejar de moverse, Harry dijo:
-¿Quieres que te suelte? -sin decir nada, Draco asintió y cuando se vio libre, enredó sus brazos en el cuello de Harry y apretó el cuerpo que tenía entre las piernas con fuerza.
-Si Harry... -murmuró en su oído haciéndolo enloquecer- más, quiero más... no te detengas...
Harry entonces lo tomó de la cintura y lo levantó para quedar él de rodillas con sus nalgas en sus talones y Draco a horcajadas en él, puso sus manos en sus nalgas para ayudarlo con su peso mientras que la rubia serpiente se penetraba moviéndose arriba y abajo sobre el duro pene del león dorado.
Draco vio el rostro del Griffindor, con el rebelde cabello negro pegado a la cara por el sudor y el agua, vio sus verdes y hermosos ojos oscurecidos de pasión que lo miraban de tal forma que sintió que le miraba el alma, entonces puso su mano en la nuca, la cerró en los negros cabellos y lo atrajo hacia si para estamparle un beso que le robó el aliento a Harry; Draco metió su lengua en la ardiente boca de aquel a quien tanto odiaba... o al menos eso creía hasta ese momento, mientras que con la otra mano le acariciaba la espalda, espalda musculosa y refinada al mismo tiempo, firme y suave a la vez.
Harry soltó las nalgas de Draco para pasarle los brazos por la cintura y espalda y lo estrechó con fuerza sacándole el aire.
-¡Ah!... me ahogas...
-Lo siento... -dijo besándole y chupándole el cuello- es que... no solo quiero que me tengas dentro de tu cuerpo... también quiero... que me tengas en el alma...
Draco se separó de él y lo miró de una manera que Harry no supo interpretar y es que ni siquiera el mismo Draco sabía que pensar.
-Potter...
-No me digas "Potter"... -susurró sin dejar de penetrarlo- di mi nombre... di mi nombre...
-Ah... -Draco hecho la cabeza hacia atrás al tiempo que sentía como sus entrañas se contraían en un orgasmo que le arrebató el mismo aliento- ¡Harry!... -gimió con voz ahogada- ¡Ha-Harry!...
-¡Draco! -gritó Harry al tiempo que sentía como su pene era oprimido por las contracciones del chico de larga cabellera y sin poder evitarlo, se corrió dentro de él al tiempo que arañaba la blanca espalda provocando delgadas líneas rojas que aumentaron el orgasmo de Draco.
El vientre de Harry fue bañado por el blanco semen del mas joven de los Malfoy, quien al final, se recargo en el pecho del Griffindor recargando su mejilla en su hombro; Harry sostuvo el cuerpo del rubio mientras sus respiraciones volvían a la normalidad.
A pesar de ser el orgullo personificado, Draco no hizo ningún intento de resistirse a las ganas de esconder su rostro en el cuello de Harry, quien le acarició la mejilla al tiempo que le retiraba algunos rubios y húmedos mechones del rostro.
-Harry...
-¿Si?...
-No entiendo... no entiendo nada...
Harry no contestó... él tampoco entendía bien las cosas a ciencia cierta, lo que si comprendía, era que la poción daba el valor necesario para declárasele a la persona deseada, lo que nunca imaginó fue que quien le gustara en realidad, fuera el mismísimo príncipe de Slytherin.
Permanecieron así un buen rato, acariciándose solamente sin decir nada, hasta que Draco deshizo el abrazo diciendo:
-Bueno Potter... esto... lo que haya sido, se acabó...
¿Eh?...
-Si... así que si me sueltas...
-Pero... -exclamó sintiendo cierta desilusión- ¿ya te vas?
-¿Quieres que me quede aquí hasta que se me congele el culo?
-Pues no, pero...
-Escucha "cara rajada"... -exclamó levantándose con dificultad- si esto sale de aquí... te convertiré en una rata, ¿me...auch... me oíste?
Harry no dijo nada, vio como Draco se vestía lo más rápido que podía, pero estando a punto de salir, Harry lo tomó de la muñeca diciéndole:
-Esto no acaba aquí, huron desteñido... si crees que te vas a librar de mi tan fácilmente como lo haces con tus zorras, estas equivocado... tus bravuconadas no me asustan... nunca lo han hecho... así que vete preparando porque nuestra batalla apenas comienza.
-Vete al diablo, tarado. -respondió soltándose y saliendo del vestidor no sin deshacer el hechizo que Harry había puesto; ya afuera mientras caminaba, se sostuvo de la pared haciendo muecas al sentir el dolor en medio de su trasero- maldito Potter...- susurro, luego intentado caminar con elegancia como solía hacerlo, se alejó sin percatarse de la sonrisa que iluminaba su rostro.
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